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NOTA INFORMATIVA:

CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE LA MUERTE DE JOSELITO EL GALLO, HE PUBLICADO UN LIBRO EN EL QUE SE RECOGEN TODAS SUS ACTUACIONES EN LA PLAZA VIEJA DE MADRID, VISTAS POR LA PRENSA.

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Este Blog nace como un homenaje a todos aquellos que, a lo largo de la Historia del Toreo, arriesgaron y en muchos casos entregaron sus vidas, tratando de dominar a la Fiera.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Manuel Mejías Rapela BIENVENIDA / LA DINASTÍA BIENVENIDA / MAERA










"De Bienvenida el pendón
ondula mirando al cielo
y entre gloriosas muletas
se estremecen las coletas
de Lagartijo y Frascuelo."

Don Modesto



"Allí en donde hay un Bienvenida hay un torero"





















LA DINASTÍA BIENVENIDA
















Manuel Mejías Rapela Bienvenida nació en Bienvenida (Badajoz), el 12 de febrero de 1884. Hijo del buen banderillero del mismo nombre y apodo y padre de una de las famosas dinastías toreras. Su padre, Manuel Mejías Luján, por haber nacido en Bienvenida, pueblo de la provincia de Badajoz, adoptó como apodo el nombre de su pueblo de origen. Fue excelente peón y banderillero, actuando siempre en cuadrillas de relieve.

Toreó en Las Ventas por primera vez en 1902.

Tomó la alternativa en Zaragoza, el 14 de octubre de 1905, de manos de Algabeño y con toros de Benjumea, con Lagartijo de testigo. Confirmó la alternativa en Madrid, el 14 de marzo de 1906, matando un toro de Miura y otro de Murube, con Algabeño también de padrino, en corrida en honor de los reyes de Portugal. Usaba el apodo de su padre.

El 1 de junio de 1910 se anuncia en Madrid como único matador de seis toros de la ganadería de Trespalacios; el tercero le coge al dar el primer pase por alto, y le infiere una cornada grave en el muslo izquierdo; una vez curado, sigue su carrera, aunque no con la brillantez anterior.

El 12 de mayo de 1912, un toro de Esteban Hernández vuelve a cogerle, y recibe otra cornada de dieciocho centímetros en la misma pierna. De nuevo es herido otra vez en Pamplona, cuando ya parecía recuperado de sus dos cogidas anteriores.

El crítico taurino Don Ventura, en su libro Al hilo de las tablas (1948), escribe:

"Aunque Manuel Mejías Rapela toreó por última vez en España en el año 1924 (en algunos libros aparece la fecha del 9 de septiembre de 1924 como la de la última corrida en que tomó parte el maestro)
 no se dio por retirado definitivamente y continuó ostentando la trenza simbólica que en otros tiempos caracterizaba a los lidiadores, de donde les venía a éstos ser denominados con el apelativo de "gente de coleta", pero llegó un momento en que no pudo resistir el huracán que venía a dar un finiquito a su historia taurina y hubo de resignarse......................Esto ocurría en Méjico............acto que se lleva a efecto con fecha 20 de marzo (1924), en la capital de dicha República, con una corrida mixta, en la que el veterano diestro estoqueó en primer término dos toros de San Diego de los Padres, lúcidamente por cierto, y a renglón seguido despacharon......Manolo y Pepe cuatro becerros de Xajay..............Y en el intermedio del segundo toro al primer becerro fue cuando Manolo en el ruedo mismo y ante una concurrencia que llenaba la plaza, cortó el apéndice capilar del autor de sus días,......................Fue un acto muy bonito y hasta conmovedor, aquel en que Bienvenida IV cortó la coleta a Bienvenida II en presencia de Bienvenida V"


El escritor mejicano Enrique Arzamendi. en el artículo titulado El rasgo de Bienvenida, aparecido en el número 282 de la revista Toros y Deportes, escribe sobre el corte de coleta del Papa Negro. La ceremonia tuvo lugar en la plaza de El Toreo de Méjico, el 20 de marzo de 1927:

"Bienvenida, el torero que aquí en Mejico, nos dió, alternando con Rafael el Gallo, tardes inolvidables de toros, el banderillero portentoso cuyos pares de poder a poder, no los ha mejorado hasta fecha, ningún banderillero, el diestro que al propinar el "pase de la muerte", creación suya,.........................mataría dos toros y, ante ese público que en años anteriores lo ovacionó y consagró como un gran maestro, se cortaría la coleta"


Fue el progenitor de una de las más conocidas dinastías toreras. Se dice que obligaba a sus hijos a sentarse a la mesa vestidos de toreros, para que se adaptasen a la ropa de torear, a la incomodidad de los pesados ternos, para que luego anduvieran más sueltos en la plaza.



Murió en Madrid, donde vivía desde hacía muchos años, el 4 de octubre de 1964.

El revistero Don Modesto, le llamó el Papa Negro, ya que para él el verdadero papa, el Papa Blanco, era Ricardo Torres (Bombita), jefe de la iglesia taurómaca.


Enrique Minguet "Pensamientos", en su libro Cosas taurómacas, 1905. Pgs. 87 a 89, escribe, de manera bastante crítica por cierto, sobre el toreo de Bienvenida:

“Bienvenida también quiso ascender en categoría, y en una de las corridas del Pilar recibió la investidura de matador de toros de manos de Algabeño (14 de octubre de 1905)………Siempre convinimos y hemos de convenir en que es uno de los toreros que con más ventajas torea y peor mata…….Eso no obstante, a cierta parte del público le gusta sobremanera el trabajo de Manuel, el cual, ni acertó ni pudo ver que todas las suertes que ejecuta ante los toros el diestro de Sevilla, con hechas fuera de cacho y con enormes ventajas……..Con el estoque en la mano Bienvenida es la nada entre dos platos, no tiene coraje ni decisión necesaria en el momento de entrar a herir………Durante las últimas corridas que lidió como novillero, no hizo ni una faena brillante, digna de ser ejecutada por quien se hallaba en vísperas de ser matador de toros……..Si Manuel Mejía no hace por torear con más verdad y más dentro de suerte y si no se decide igualmente por entrar a matar como es debido……, me parece que las contratas que firme serán escasas, muy escasas………El toreo de Bienvenida es especial, en el cual va impreso más que en ningún otro, el sello del toreo modernista…….Sabido es que en esta clase de toreo es donde se encierran mayor número de ventajas, de martingalas y de tranquillos……..Manuel Mejía (Bienvenida) es uno de los diestros que si quiere puede hacer por enmendarse, pues no es ningún engañado, es un torero que sabe lo que trae entre manos………El toreo de Bienvenida es bonito, alegre, vistoso, no cabe la menor duda, es toreo de salón, no es toreo de circo taurino, es un toreo para ser ejecutado con un toro de mimbre……..Yo soy el primero en reconocer que si Bienvenida torease con más verdad, tuviese más valor y se colocase mejor a la hora de entrar a matar, llegaría a ser un gran torero”


Enrique Minguet "Pensamientos", en su libro Divisas y Coletas, 1908. Pgs. 120 y 121, escribe:

"Muy combatido ha sido siempre este diestro. Unos le han elevado con demasiada rapidez, otros le han censurado también con exceso, pocos fueron los que colocáronle en un justo medio. Su temporada de novillero fue movida y llena de triunfos……..De matador de toros lleva tres años. Ha perfeccionado algo el modo que tenía de matar, en lo demás continúa como estaba, bien, practica un toreo suyo especial, baste decir es uno de los toreros que durante el año actúan en treinta y pico corridas.¿que es más ventajista que otros? No será tanto……..Manuel Mejías se va abriendo paso, cada día figura en mayor número de combinaciones, cosa que celebro infinito."


El mismo Enrique Minguet, en su libro A volapié, 1910. Pg.32, escribe, en términos menos críticos, sobre la temporada que realizó el maestro en 1910, año de su terrible cogida por el toro de Trespalacios:

"Manuel Mejías (Bienvenida) fue uno de los toreros que logró en 1910 revelarse como matador de toros…….Todos sabíamos ya que Manolo era un torero habilidoso, y que su toreo resultaba vistoso y alegre; todos teníamos casi olvidado, de puro sabido, que como matador era poca cosa Bienvenida; por eso, cuando en 1910 dio el paso de gigante, cuando le vimos matar aquellos dos toros, uno aguantando y el otro recibiendo, experimentamos honda satisfacción, y se le otorgaron los abundantes aplausos a que se hizo acreedor…………La cogida que sufrió en la Plaza de la Corte el día que se dispuso a dar muerte a seis toros del Conde de Trespalacios, le cortó la temporada y la serie de triunfos que, sin duda, hubiera obtenido en el resto de ella."

Volvemos a Enrique Minguet "Pensamientos", que en su libro Pases de castigo, 1912, Pgs. 226 y 227, escribe:

 "En compañía de su padre, que fue el banderillero Bienvenida, marchó a Francia, donde toreó muchos becerros, haciéndolo después en Portugal, matando en Madrid dos erales el 18 de Diciembre de 1898 (con trece años de edad)……..Sus temporadas como matador de novillos resultaron excelentes; toreó mucho y el éxito le acompañó en casi todas las corridas………Tuvo pocas cogidas, pero fueron de importancia, y le restaron facultades……..Como torero es Manuel Mejías alegre y vistoso, conoce los secretos del arte y pone casi siempre en su labor la mejor voluntad posible; en distintas ocasiones trató de matar a los toros recibiendo, resultándole el intento voluntarioso, ya que no de lucimiento completo por no dominar dicha suerte…….Con el estoque no es Manuel de los toreros que menos pinchan."


Luis Uriarte, en su libro Figurones taurómacos, editado en ¿190.?, en las páginas 70-72, escribe:

"Antes de llegar a la pubertad, el Chico Bienvenida, por cuyo mote se le conocía entonces, recorría el mediodía de Francia en amigable compañía con unos toreadores landeses. Quizás ellos, con sus cabriolas y piruetas de circo, influyeron en el estilo de torear de Bienvenida……….. Guerrita le vio actuar de novillero y sentenció que tenía “cosas de torero grande y bueno y otras que él se traía aprendidas”……..A Guerrita se le olvidó añadir algo que no hace referencia precisamente a las aptitudes artísticas…..¡Ah, si Bienvenida pudiere agenciarse unos cuantos gramos de valor!.........Es un artista de los pies a la cabeza, no se le puede negar: fácil en la ejecución, exuberante en el adorno, fantasioso en la improvisación: todo habilidad, bullicio, efectismo………Siempre ha sido, y continúa siendo, ¡vaya por Dios!, mal estoqueador. Un día le dio por practicar la suerte de recibir, y no es presumible a dónde habría llegado si no se le hubiera interpuesto en el camino un toro de Trespalacios. Desde entonces, cuando ya se hallaba a punto de colmar la copa de sus aspiraciones, flaquezas del ánimo le hicieron aflojar y decaer. ¡Lástima es que las cornadas le hayan dolido tanto!"


L. Moya de Arpí, en El Album del Eco Taurino. Madrid, 1912, escribe:

"Qué diantre de chico aquel cuando le llamában el Chico Bienvenida! Contaba apenas doce años….y ya estaba él en calidad de toreador recorriendo varios pueblos del Mediodía de Francia en unión de unos landeses.Y entre los saltos, carreras, quiebros y cabriolas de aquellos toreadores franceses, se destacaba el arte exquisito de este niño, tan hábil con el capote, como artístico con la muleta. Y así fue haciéndose el torero, hasta que comenzó a ser el matador de novillos artístico y habilidoso, que suplía las deficiencias del inseguro estoqueador…….Muchas veces la inseguridad del estoque comprometía y hasta ponía en aprieto los siempre artísticos, fáciles y elegantes adornos del torero consumado, bullicioso y efectista. Pero sucedió que un día el muchacho pensó: -¿Por qué no hacer lo que los demás hacen? ¿No está ahí mi dificultad? ¡Buen ánimo  y a vencerla! Dicho y hecho. Y ante el asombrado público surgió un matador de toros valiente, sereno, decidido, que arrancaba derecho y en corto, sin desviaciones dudosas y sin temor a los pitones, dando el pecho e hiriendo arriba y hasta la mano……Llegó a ser uno de los ídolos en el que depositaban sus entusiasmos el buen público de Madrid. Y sucedió que en una tarde de alto compromiso, cuando se había encerrado con una corrida del conde de Trespalacios, tuvo la desgracia de que uno de los toros le hiriera tan gravemente, que ponía en peligro, no sólo la vida del artista, sino también la del hombre………Y el matador de toros ha sido este año, el que ha salido más perjudicado con la avería sufrida por el torero……..Además, en este oficio, cuando se pierde un terreno, sea el que fuere, que antes se dominaba, se tarda algún tiempo hasta conquistarlo de nuevo. Este es el caso de Bienvenida a quien abona su brillante historia tan pródiga en éxitos."



F. Bleu, en su libro Antes y después del Guerra, escribe:

"La primera temporada de 1910, desde el 24 de abril al 10 de julio, se tradujo en una sucesión ininterrumpida de victorias para Bienvenida. Hizo cuanto hay que hacer para despuntar. Toreó, trasteó, pareó, mató, como un maestro, y recibió dos toros como un valiente................Crecióse el hombre al compás de la apoteosis, y le condujo su mala estrella hasta pedir una corrida de seis toros. Pero a punto de ver cumplidos sus deseos, le echó mano el tercer Trespalacios, le agujereó ferozmente el muslo izquierdo y dio en tierra con una popularidad de tres meses escasos. Porque después del accidente, cuyos resultados de curación y restablecimiento duraron todo el año, al pobre Manuel Mejías no le ha sido dable reconquistar aquella altura ganada a fuerza de trabajos"




Eduardo Muñoz (N-N), en al Album del Abono de Madrid de la temporada de 1914, escribe:



"No solamente los músicos tienen niños prodigio. El toreo tuvo el suyo. Manolito Mejías comenzó a torear a los cinco o seis años………Jamás logró olvidar su bautismo de sangre en una plaza del Mediodía de Francia, una mala tarde que se descuidó galleando una vaquilla……que le pegó una peligrosa cornada en el vientre……..Mal curado se vino a Madrid……..Aquel año, Bienvenida sorprendió a todos. El chavalillo había inventado juegos vistosos con el capote, remates lucidísimos en los quites, largas cambiadas, revoleras, farolillos de colores……..Cierto que con el estoque se decidía raras veces, que acometía de lejos y con cuarteo para pasar el fielato; pero antes ¡hacía tantas cosas! que todo se le pasaba gustosamente en fuerza de su interés y su gracia……..; luego dio el pase de la muerte y con él a poco estuvo por hallar la suya; luego se apagó. Los días de suerte sufrieron un prolongado eclipse. Manolito Bienvenida parecía como que voluntariamente había renunciado a la fortuna y al aplauso……¡Le había sacado tanta sangre del cuerpo aquella feroz cornada! Ahora torna a la lucha con sus añejos bríos”


Maximiliano Clavo, "Corinto y Oro", en el libro Se fueron Bomba y Machaco. Otra época del toreo, Pgs. 76 y 77, editado en Madrid en 1914, escribe:


" En la vida profesional de Manolo Mejías hubo hace tres años un paréntesis glorioso. Bienvenida ha tenido el gusto de ser una primera figura…….Bienvenida, que es un torero habilísimo, de sabor excelente, de intuición, de gracia, de improvisación, de mucho arte, perteneció al grupo de los que no quieren arrostrar peligros inminentes………Pero llegó un año en que el hombre se decidió a todo, y como en la fiesta de toros el arte y el valor son la miel con hojuelas, Manolo se estiró y entró por derecho propio en la plana mayor de la Tauromaquia. No pasó, desgraciadamente de ser una ráfaga. Decidido a correr el peligro, lo arrostró con mala fortuna: un toro desgarró brutalmente la carne del gran torero, echándolo a un lado, mermándole el ímpetu y volviéndole al lugar en que se encontraba con anterioridad al lamentable percance."

Cossío se refiere a él en los siguientes elogiosos términos:

 "Toreaba con seriedad, aplomo y clasicismo con que lo practicaran los mejores toreros, y añadía además la multitud de adornos y gallardía, suertes nuevas e improvisadas, con intuición genial que todos acabaron aceptando entregados a la evidencia de su belleza y de su valía. Además, prodigó la suerte de recibir y mató muchos toros irreprochablemente a volapié"


Jorge Laverón, en su Historia del Torero, reproduce un comentario de Cossío:


Manuel Mejías Rapela, Bienvenida. Cossío enjuicia positivamente a Bienvenida: Manuel Mejías Rapela ha sido un torero de primera categoría, lucido y adornado como ninguno. Excelente en todas las suertes. Tuvo el don de improvisar, de inventar nuevos lances y nuevas suertes. Sin la cogida de Madrid hubiera ocupado un primer puesto entre los buenos diestros de su época”

Néstor Luján comenta lo siguiente:

"Bienvenida padre fue un torero lleno de fantasía y de arte, repentista y fogoso, hábil y conocedor del oficio......En un principio tuvo muchos detractores debido a su estilo afiligranado y superficial, mantenido sin embargo sobre unos seguros conocimientos. Los aficionados severos le reprochan sus deficiencias con el estoque....Con el tiempo su nombre ya no es discutido, practica la suerte de recibir, afianza la seguridad de los trasteos, usa de un clasicismo bellísimo, con un toque floral y mágico: es un verdadero maestro de sonrisas, como lo será, andando el tiempo, su hijo Manolo"

Su brillante carrera se resintió profundamente a raíz de la gravísima cogida en el muslo izquierdo que le inflingió el toro Viajero, el 10 de julio de 1910. Aquella corrida, en la que se enfrentó a seis toros del conde de Trespalacios como único espada, y que hubiera podido ser la de su consagración, fue la del ocaso de su carrera. En los años siguientes, en palabras de Néstor Luján: "...afligido por el recuerdo de la cornada, su valor se encoge, pierde su alegría, se enfrían sus arrestos. Poco a poco va ausentándose su nombre de los carteles"


Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe la siguiente crónica:

Madrid: Octava de abono. Cuatro de Murube y dos de Olea. “Gallo” “Bienvenida” y “Gallito” (ABC, 31 de mayo de 1915)……………..Bienvenida también tuvo una mala tarde. Su toreo, distanciado y sin aguantar, no convenció a nadie. Al primero le mató de dos pinchazos, una estocada corta y luego media. Todo mal colocado y ejecutado, recibiendo un aviso mientra suministraban la punzadura; descabelló. Al quinto le sacudió media estocada ladeada, que se ahondó con el capoteo, y puso fin el socorrido descabello. Ni con las banderillas tuvo fortuna. ¡Qué lástima! Nosotros, viéndole, recordábamos aquella temporada corta, breve, pero brillantísima, como acaso no la haya tenido por lo completa torero alguno, de elegancia en el toreo, de arrestos matando superiormente al volapié y recibiendo, de lucimiento con las banderilla. ¡Qué lástima que aquella marcha triunfal de pujanza y arte, al rematarla con una corrida de seis toros, la cortara para siempre uno de Trespalacios con una grave cornada!"


Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:

"Figuró jovencísimo en una cuadrilla juvenil, mientras su padre y su tío actuaban como banderilleros en tierras americanas.................En 1902 sorprende su presentación en Madrid....................Realiza un toreo nuevo dotado de personalidad y vistosidad conjugado con una proporción elevada de arte y conocimientos de la lidia. No se podía pedir más seguridad ni mayor conocimiento, dijo la alta crítica..................Ningún pero cabía oponer a su toreo salvo cierta falta de seguridad como estoqueador y una rara indecisión para ponerse a la cabeza de los toreros de su tiempo. Cada vez más sobrado de éxitos merecidísimos llegó a su mejor temporada en 1910, en la que hizo gala de clasicismo y creatividad, con improvisaciones y adornos de muy buen gusto y gran novedad. Todo iba de perlas hasta el 10 de julio en Madrid en que quiso lidiar solo seis toros de Trespalacios..............y cuando un toro de nombre Viajero le corneó en un pase ayudado por alto -el famoso "pase de la muerte"- y le produjo una grave cornada en el muslo izquierdo que le retiró para el resto de la temporada. Suele decirse del Papa Negro que aquí empezó su declive, hecho innegable, pero en las temporadas de 1911 a 1914 tuvo tardes muy afortunadas.................Uno de los grandes méritos del Papa Negro ha sido el de forjador de toreros -no solamente sus hijos- , a lo largo de muchas generaciones..................Las fotos de la época muestran una manera artística de torear con los pies muy quietos, bien plantados, con buen juego de brazos y unos muletazos por alto con la mano derecha con auténtica enjundia"

El mismo Fernando Claramunt, en su libro La mirada del torero, escribe:

".......el inolvidable Papa Negro, contemporáneo de Bombita, el de la sonrisa sevillana y Machaquito, demasiado cordobés para sonreír en la plaza. Compañeros de cartel de El Papa Negro fueron el madrileño Vicente Pastor, al que de tan serio llamaban en Sevilla "er sordao romano", Regaterín, bravo y digno en tardes felices y en la adversidad, Cocherito de Bilbao, que de cochero llegó a señor, capaz de medirse con las figuras de su tiempo y disfrutar de la admiración del Club taurino de más solera en España. Junto a El Papa Negro, un "arbiter elegantiarum" de los ruedos venido de México y llamado Rodolfo Gaona contribuyó a elegantizar las suertes del toreo continuando el camino del veterano y admirador suyo Antonio Fuentes. En la dinastía Bienvenida su buen gusto natural se adorna todavía más con las influencias de Fuentes y Gaona, así como con la variedad y la gracia que trae Rafael Gómez El Gallo....................Tender puentes entre aquello y esto ha sido tarea que se han sentido obligados a llevar a cabo todos los Bienvenidas. Es muy cierto que los astros mayores de la época del Papa Negro fueron Rafael El Gallo, Joselito, Gaona y Juan Belmonte. Pero don Manuel era discípulo y admirador de otros más antiguos que fueron directa o indirectamente sus maestros: El Gordito, que ponía banderillas al quiebro sentado en una silla; Reverte, que daba el pase cambiado como nadie; Antonio Fuentes, el de las supremas elegancias; El Espartero, de legendario valor, y Guerrita, maestro insuperable en todos los tercios de la lidia. El Papa Negro recibe por tanto las más puras esencias del toreo eterno bajado de sus limpios hontanares todo a lo largo del siglo diecinueve"



Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su obra Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:


Manuel Mejías Rapela Bienvenida. Otro torero que comenzó a serlo desde que nació, como quien dice. Nieto e hijo de toreros, Manolo “Bienvenida” no podía ser otra cosa…………………..Poco a poco fue toreando ganado de más respeto, haciéndose notar por las innovaciones que introdujo en  diversas suertes y por el arte y clasicismo con que ejecutaba las ya conocidas; poseía un repertorio extensísimo y era un torerito muy completo……………Los cuatro primeros años de matador de toros ocupó un buen lugar entre los de segunda fila……..pero en 1910 el joven Mejías se apretó bien los machos y comenzó a empujar muy fuerte, armando verdaderos alborotos, hasta el punto de que toda la afición vio ya en él una gran figura del toreo…………Embalado, encelado en sus ansias de triunfo y de grandeza, “Bienvenida” se encerró en Madrid, el 10 de julio de 1910, con seis toros de Trespalacios para él solo……….La fatalidad hizo que el tercer toro llamado “Viajero” le infiriera dos gravísimas cornadas en el muslo izquierdo…………Su labor en los años sucesivos, debido a su falta de facultades físicas, fue mucho menos brillante, y poco a poco fue perdiendo categoría”




"Don Indalecio", en el número 3 de la Colección "Grana y oro", titulado "La Tauromaquia en el siglo XX", escribe:



"(Pgs. 36 y 37)…….Casi sin salir del cascarón, se dedicó al toreo, que era la profesión de su padre, del mismo nombre, y banderillero de buenas cualidades. Alguien dijo, al verle de becerrista, que parecía un gran torero visto con unos gemelos al revés………..Era un torero muy vistoso y bueno. Lo hacía todo bien y con mucha alegría………..Tomó la alternativa en Zaragoza el 14 de octubre de 1905, de manos de Algabeño, con un toro de Bejumea………….El 10 de julio de 1910 se anunció estoquearía, como único espada, seis toros de Trespalacios en la plaza de Madrid. La res lidiada en tercer lugar, al comienzo de la faena de muleta, se lo llevó por delante y acabó con sus facultades y con su confianza. Un caso de verdadera mala suerte………..La gloria taurina de Manolo Mejías, el Papa Negro, duró un suspiro, pues de la fecha desgraciada en adelante, Bienvenida no fue nada en el toreo………..Toreaba bien de capa, ponía banderillas, muleteaba a las mil maravillas, y en su época de esplendor hasta resucitó la suerte de recibir."
 



El gran aficionado Mariano de la Riestra, en su libro La fiesta de los toros, escribe:

"Fue torero de inspiración que todo lo intentaba y todo lo hacía; lidiaba de capa en todas las suertes; ponía muy bien las banderillas, dominaba la muleta y toda la gama de pases. Bajaba bastante con la espada, no obstante lo cual mató algunas veces recibiendo..............Retirado, se dedicó a enseñar la profesión a sus hijos y a apoderarles ya toreros, demostrando inteligencia clara y conocimientos nada vulgares. Prueba, sus buenos discípulos"

Robert Ryan, en su libro El Tercio de muerte, escribe:

"Aún más bella de línea que la estampa de Reverte en el cambio a muleta plegada de La Lidia de 1893, es la imagen del Papa Negro en el cambio que dio comienzo a su gran faena al segundo toro de Benjumea, corrido en Madrid la tarde del 2 de mayo de 1910. Se ve a Bienvenida en la actitud de un pase de pecho armonioso, perfecto, expresivo por la firmeza del pie que acentúa el cambio, y por el juego de cintura que lo gradúa; la muleta en su izquierda, plegado su volumen a un triángulo insignificante; junto, en la misma mano, el estoque"



Extraigo algunos comentarios que El Papa Negro le hizo al periodista José María Carretero, más conocido con el pseudónimo de El Caballero Audaz, en su obra El Libro de los toreros, la tarde en que estoqueó seis toros del conde de Trespalacios:

"Esta tarde ¡O la apoteosis, o la enfermería!...................Me encierro con seis toros porque soy una de las primeras figuras del toreo, y mis antepasados siempre han toreado corridas de seis toros. Además, mi sueño dorado era lo que pienso llevar a cabo esta tarde. En estos momentos estoy disfrutando de una emoción que no cambio por nada"......................"En la primera corrida formal que yo tomé parte fue el 27 de agosto de 1893 en Portugal; y allí, con mi traje de luces y con nueve años que tenía, toreé diecisiete corridas.............Claro que eran becerrillos añojos".................."El primer torero en mi familia fue mi padre, Manuel Mejías, Bienvenida, que ojalá sea el fundador de una dinastía gloriosa para el arte. Mi padre estrenó la actual plaza de toros con Bocanegra"................"Mis principios fueron inconscientes, porque yo era un niño y ni siquiera me daba cuenta del peligro. Mi padre, en seguida, formó la pareja de los niños sevillanos, que éramos Revertito, sobrino de Reverte, el cual me llevaba dos años, y yo"......................"Don José de la Loma, Don Modesto,...........en una de mis corridas con Machaco, en la cual yo quedé muy bien, se le ocurrió llamarme El Papa Negro"..................."Me he hecho torero ¡por afición de toda la vida!..........¡Desde que nací!........Hasta el punto de que mi padre tenía en casa un capote viejo, que olía a toros y a boñigos, y yo me abrazaba a él y lo besaba y me lo metía debajo de la almohada y dormía con el todas las noches. ¡Aquello era una verdadera religión!".................."Donde más me gusta torear es en Madrid........Este público de Madrid es severísimo, pero más justo que ninguno. El torear en Madrid yo lo comparo con el jugador que pone toda su fortuna a una carta. Si sale bien, se enriquece. Si sale mal, se arruina..........Por eso yo esta tarde estoy dispuesto a lo que antes te dije. O me sacan a hombros o en camilla"................"Con el capote y con las banderillas yo la gozo extraordinariamente. Me siento superior al toro. Siento más respeto y veo más peligrosa la muleta y la suerte de matar"..............."Con el torero que más me gusta alternar es con Bombita...........Es un compañero admirable.........Estando uno en la plaza con Ricardo, se siente más seguro, porque es un jabato para los quites".............."Mi idea fija es salir bien de esta corrida para realizar otro sueño más importante que tengo...............Tú sabes que Guerrita se toreó tres corridas en un día: Puerto de Santa María, por la mañana; Jerez, al mediodía, y Sevilla, por la tarde. En todas estuvo superior..........Pues yo deseo realizar esa hazaña. Matando en los mismos sitios las tres corridas, pero ¡de seis toros!"................"Yo creo que soy el mejor torero de esta época. Y digo esto conscientemente, sin vanidad, porque creo que soy el más completo de todos, y, después de mí, Rafael el Gallo, que toreando no tiene discusión"......................."Nadie me enseñó el pase cambiado; se me ocurrió a mí digan lo que digan. Soy el único que lo da, y, como dices, con mucha frecuencia, porque me gusta mucho...........Yo doy este pase con la espada recogida con la muleta en la mano izquierda y simulando que me seco el sudor de la frente con la derecha. Así me voy al toro, despacito................A pesar del peligro que tiene, a mí jamás me ha tocado un toro en esta suerte. Por eso seguramente lo doy muy consentido y sé perfectamente medir los terrenos"...................."Y esta tarde, José Mari, voy a dar en Madrid un pase que se me sale bien armará una verdadera revolución en el toreo"

El Caballero Audaz prosigue el relato de la corrida del Papa Negro ante los seis toros de Trespalacios:

"El tercer toro se llama Viajero.................Bienvenida coge la muleta con la izquierda y, desde muy lejos, lentamente, cita al toro y, paso a paso, va hacia él de frente, como en un reto. Aquel nuevo "pase de la muerte" es una cita trágica..........Viajero, que ha dejado ocho caballos muertos sobre la arena, se le arranca desde lejos, y al llegar al torero, que trata únicamente de levantar la muleta para que pase, deja el engaño por el cuerpo y lo engancha brutalmente por el muslo izquierdo............Aquella cogida de Bienvenida conmovió a toda España................Al cabo de tres días conseguí verlo en el hospital............"¡Ya ves! ¡El pase de la muerte que te dije! murmura como evocando una ilusión frustada, lo ha sido para mí"....................."Todavía quieren cortarme la pierna; pero yo prefiero morir...............¡No te rías! ¡De verdad! Aquí tengo mi revólver......¡Míralo! -y empuñó un enorme Smith que tenía debajo de la almohada- ¡Al médico que se arrime aquí a cortarme la pierna le pego un tio, y depués me pego y otro......"................."Gaona me gusta mucho toreando, es un gran artista, muy fino y muy buen lidiador"......................."La peor tarde que he tenido fue en Valdepeñas, con una corrida de Félix López..........Las piedras rebotaban en el coche como se fueran granizos".............."La ganadería que más me gusta es Saltillo, por encima de todo, y después, Murube"................"Nunca me han echado un toro al corral".................."Si no hubiera sido torero, habría sido monosabio, para estar siempre alrededor de los toros...............¡Si cien veces más volviera a nacer, cien veces más volvería a ser torero!"..................."Guerrita dejó el sillón vacío: hasta ahora, en él no se ha sentado nadie..............Tardará mucho en salir otro Guerrita, pero la fiesta irá engrandeciéndose............El tiempo obligará al torero a torear cada vez mejor"..................
























Cossío, en su obra Los Toros, escribe:

"Matador de toros nacido en Sevilla, en su barrio de Triana, el año de 1896.............Entra a formar parte de la cuadrilla de Juan Belmonte el año 1915............Pronto es el peón de confianza de Juan. Llegó a reunir todas las cualidades de un gran peón, eficaz, oportuno y valiente, y de un gran banderillero. No abandonó sus primeros propósitos de ser matador. Ya por los años 1919 y 1920 actúa en novilladas.......Tomó la alternativa el 28 de agosto de 1921 en El Puerto de Santa María. El día 15 de mayo de 1922 confirmó la alternativa. Fortuna ofició de confirmador. Con ellos toreó Chicuelo. El toro de la ceremonia se llamó Verdugo, de la ganadería de don Esteban Hernández. Las fiebres que le aquejaban, complicadas con una lesión pulmonar ya antigua, le produjeron la muerte en la mañana del 11 de diciembre del año 1924. Maera fue un torero valiente, de los más valientes que hemos conocido; esta fue su característica, el valor; un valor tranquilo, sereno, frío, sin teatralerías ni exteriorizaciones espectaculares. Únase a esto un gran conocimiento del toro, adquirido al lado de los mejores toreros de su época. Con el capote, al principio de hacerse matador, por su elevada estatura resultaba desgarbado, poco airoso; pero después, con la práctica, llegó a tener un estilo muy aceptable, componiendo la figura, mejorando su estética. Y como toreaba muy ceñido y muy cerca, lo que pudiera faltarle de aquello lo suplía la emoción del peligro. Con las banderillas ya he dicho que era un gran banderillero. Con la muleta, eficaz, manejándola mucho con la izquierda. Con el estoque, muy seguro"

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