Niño yo te vi, te veo
malva y oro -en la cuadrilla
de los niños de Sevilla-.
Párate, abril del toreo.
Deténte, gracia, alabeo
de una adolescencia reina.
Todo el que coleta peina
se te rinde ahora. Espera.
Ay Talavera tornera,
Talavera de la Reina.
Gerardo Diego. Joselito. Santander, verano de 1911
..........comprendí que.......
la llave la lleva la espada heredada
de la dinastía.
Gerardo Diego
Un lienzo vuelto, una última voz -¡toro!-,
Un golpe esquivo, un golpe seco, un grito,
Y un arroyo de sangre -arenas de oro-
Que se lleva -ay, espuma- a Joselito.
José, José, ¿por que te abandonaste
roto, vencido, en medio a tu victoria?
¿Por qué en mármol aún tibio modelaste
tu muerte azul ceñida de tu gloria?
Cinta ya fugitiva, nada vive
de tus claros millares de faenas.
Y resbalan memorias en declive,
igual que de las manos las arenas.
...................................
.................................
La lidia toda, atada y previsora,
sabio ajedrez contra el funesto hado.
Gesto de capitán. ¡Cómo te llora
la cofradía del aficionado!
Y todo cesó al fin, porque quisiste.
Te entregaste tú mismo; estoy seguro.
Bien lo decía en tu sonrisa triste
tu desdén hecho flor, tu desdén puro.
José, José, ¿por que te abandonaste
roto, vencido, en medio a tu victoria?
¿Por qué en mármol aún tibio modelaste
tu muerte azul ceñida de tu gloria?
Cinta ya fugitiva, nada vive
de tus claros millares de faenas.
Y resbalan memorias en declive,
igual que de las manos las arenas.
...................................
.................................
La lidia toda, atada y previsora,
sabio ajedrez contra el funesto hado.
Gesto de capitán. ¡Cómo te llora
la cofradía del aficionado!
Y todo cesó al fin, porque quisiste.
Te entregaste tú mismo; estoy seguro.
Bien lo decía en tu sonrisa triste
tu desdén hecho flor, tu desdén puro.
Gerardo Diego. Elegía a Joselito
La verónica comba, el abanico,
la larga caligráfica y precisa,
el galleo -a los hombros del hocico-
y el arrancar -trofeo- la divisa.
El quiebro repetido, el par al sesgo
o en diametral oposición forjado,
dibujando en la arena, a flor de riesgo,
un radiante teorema entrecruzado.
.....................................................
............................................................
Y las órbitas de los pases
ceñidas siempre en torno a tu cintura,
y el fulminar tu espada en tres compases
una vida burlada en escultura.
Gerardo Diego. Elegía a Joselito
La verónica comba, el abanico,
la larga caligráfica y precisa,
el galleo -a los hombros del hocico-
y el arrancar -trofeo- la divisa.
El quiebro repetido, el par al sesgo
o en diametral oposición forjado,
dibujando en la arena, a flor de riesgo,
un radiante teorema entrecruzado.
.....................................................
............................................................
Y las órbitas de los pases
ceñidas siempre en torno a tu cintura,
y el fulminar tu espada en tres compases
una vida burlada en escultura.
Gerardo Diego. Elegía a Joselito
La sangre de tu muerte y la otra, viva,
la que fuera de ti bebió este ruedo,
gloriosamente en unidad activa
moverán lunas, vientos, tierras, mares,
como estoques unidos contra el miedo:
la sangre de tu muerte en Manzanares,
la sangre de tu vida
por la arena de México absorbida.
Rafael Alberti
Rafael Alberti
Llora, Giraldilla mora,
lágrimas en tu pañuelo.
Mira cómo sube al cielo
la gracia toreadora.
Niño de amaranto y oro,
cómo llora tu cuadrilla
y cómo llora Sevilla,
despidiéndote del toro.
Tu río, de tanta pena,
deshoja sus olivares
y riega los azahares
de su frente, por la arena.
- Dile adiós, torero mío,
dile adiós a mis veleros
y adiós a mis marineros,
que ya no quiero ser río.
Cuatro arcángeles bajaban
y, abriendo surcos de flores,
al rey de los matadores
en hombros se lo llevaban.
- Virgen de la Macarena ,
mírame tú, cómo vengo,
tan si sangre que ya tengo
blanca mi color morena.
Mírame así, chorreado
de un borbotón de rubíes
que ciñe de carmesíes
rosas mi talle quebrado.
Ciérrame con tus collares
lo cóncavo de esta herida,
¡que se me escapa la vida
por entre los alamares!
¡Virgen del amor, clavada,
lo mismo que un toro, el seno!
Pon a tu espadita bueno
y dale otra vez su espada.
Que pueda, Virgen, que pueda
volver con sangre a Sevilla
y al frente de mi cuadrilla
lucirme por la Alameda.
Rafael Alberti. Joselito en su gloria
La media luna que invertida, trampa
será a su presa, cual tajante acero,
blande a diestro y siniestro, con certero
tajo, cortando el aire en donde campa
Villalón
Que por mayo fue, por mayo,
cuando lo de Talavera.....
Joselito, el mejor hombre
que hubo en la gente torera,
cabal como un caballero,
noble como una bandera,
en Talavera la Reina,
¡ay!, Dios, quien nos los dijera,
se fue a vivir en la gloria
un día de primavera.
Ramón de Garciasol
No vayas a la pradera,
que se han secado las flores,
porque ha muerto en Talavera
el rey de los matadores.
En Madrid murió Granero
en Sevilla, Varelito
y en Talavera de la Reina
mató un toro a Joselito.
¡Malhaya sea la sombra
del torito Bailaor,
que en Talavera de la Reina
a Joselito mató!
Belmonte le dijo al Gallo: No vayas a Talavera,
la muerte te está esperando
en las astas de una fiera.
Y Gallito le contesta
con muchísima porfía:
Yo toreo en Talavera
aunque me cueste la vida.
¿De quién será ese automóvil
que va por la carretera?
Es de Rafael el Gallo
que viene de Talavera
de la muerte de su hermano.
Allá va la despedida,
me despido a lo torero:
Esta va por Joselito
que me escucha desde el Cielo.
Coplas cantadas en Talavera de la Reina
Villalón
Que por mayo fue, por mayo,
cuando lo de Talavera.....
Joselito, el mejor hombre
que hubo en la gente torera,
cabal como un caballero,
noble como una bandera,
en Talavera la Reina,
¡ay!, Dios, quien nos los dijera,
se fue a vivir en la gloria
un día de primavera.
Ramón de Garciasol
No vayas a la pradera,
que se han secado las flores,
porque ha muerto en Talavera
el rey de los matadores.
En Madrid murió Granero
en Sevilla, Varelito
y en Talavera de la Reina
mató un toro a Joselito.
¡Malhaya sea la sombra
del torito Bailaor,
que en Talavera de la Reina
a Joselito mató!
Belmonte le dijo al Gallo: No vayas a Talavera,
la muerte te está esperando
en las astas de una fiera.
Y Gallito le contesta
con muchísima porfía:
Yo toreo en Talavera
aunque me cueste la vida.
¿De quién será ese automóvil
que va por la carretera?
Es de Rafael el Gallo
que viene de Talavera
de la muerte de su hermano.
Allá va la despedida,
me despido a lo torero:
Esta va por Joselito
que me escucha desde el Cielo.
Coplas cantadas en Talavera de la Reina
'Con la garrocha en la mano / no dejas becerro sano... / Bailarín y tirador, / choffeur y envenenador / de almas de cupletista... / Fuerte cuenta-correntista, / y el mejor... / Sólo falta ser divé [Dios en caló]. / José'.
Fernando Villalón
"Joselito fue un Luzbel adolescente, caído por orgullo de su luminosa inteligencia viva"
José Bergamín
Rafael Ortega, Gallito, en su libro Mi paso por el toreo, se refiere a una conversación que mantuvo con Juan Belmonte:
"En otra ocasión le pregunté:
-Juan, ¿a quien ha visto usted torear mejor con el capote?
-Hombre, con el capote han toreado varios bien: he toreado bien yo, Gitanillo de Triana, toreas bien tú y algún que otro más; pero el mejor, con mucho, ha sido tu tío José; les hacía a los toros con el capote cosas que yo no he visto nunca; al sexto lance de capa los dominaba y los dejaba hechos un trapo; eso es torear"
Cossío, sobre el toreo de capa de Joselito, escribe:
"............en la brega eficaz con el capote apareció perfecto desde becerrista. No toreaba entonces con perfección a la verónica. En su primer año de alternativa se le veía ensayar todas las maneras de los mejores practicantes de la suerte en su tiempo para asimilarse un estilo que cuadrara a las cualidades de su toreo. Hacia 1916 lo encuentra, y sus lances de capa rivalizan en perfección con los del torero que más templadamente haya lanceado con ella...............................Cambiaba de rodillas, cultivando con frecuencia esta tradición familiar; recortaba con el capote al brazo, y en quites y en toda especie de lances con la capa su repertorio era inagotable"
Néstor Luján, en su obra Historia del toreo, se refiere al toreo de capa de Joselito en los siguientes términos:
"No toreaba a la perfección a la verónica, pero se esforzó en aprender, y, a partir de 1915, trazó unos lances impecables, modélicos y templados, en los que latía su innata elegancia y majestad. Bregando fue único; y en quites su repertorio era inagotable. A una mano, en los cambios y quiebros de rodillas, en los recortes, con el capote al brazo, en las suertes adornadas, galleos, navarras, tijerillas, revoleras y toda suerte de jugueteos y fruslerías con el capote, en todo ello era un genial maestro"
Robert Ryan, en su obra El Toreo de capa, escribe:
"Después de Belmonte, quien se siente torero lo ha de expresar a la verónica; esto, mejor que nadie, lo intuyó el propio rival de Juan, el primer espada de su célebre mano a mano, Joselito el Gallo, heredero de la escuela tradicional que tan escasamente admitía el torero a la verónica.......................Gallito, ante el lance ejemplar de Belmonte, pasó de ser un torero que apenas, y deficientemente, se empleaba en la verónica, a ser el maestro que consumó su expresión artística en ella. Si Rafael el Gallo desde siempre había aconsejado a su hermano menor que refrenara el tempo de su toreo, José llegó a la despaciosidad, se recreó en la despaciosidad, al torear a la verónica. "En sus últimos años templaba que era un asombro. Mejor, quizá, que Belmonte", llegó a decir Rodolfo Gaona..............................Si la verónica de Belmonte, a lo largo de su larga vida de torero, fue siempre la misma, la verónica de José evolucionó constantemente, porque él, después de Juan, fue un creador en esa suerte.......................La verónica de sedeño poderío, la que obliga al toro, que se apoya hacia adelante y avanza y avanza, tuvo su primera plenitud en Joselito................................Muerto José a edad temprana, en los años veinte y treinta, la época de oro de la verónica, y en décadas posteriores, mucho toreros desarrollaron su personalidad en la verónica explorando matices descubiertos por Joselito"
Según Cossío: "En banderillas fue desde el principio extraordinario, tanto en la preparación como en la ejecución de la suerte. Tenía preferencia en banderillear por el lado derecho, si bien, y sobre todo en los últimos años, combatió esta limitación banderilleando excelentemente por el otro lado".
Gregorio Corrochano comenta una actuación de Joselito en el tercio de banderillas, en una corrida de Parladé: "Venía la tarde caldeada del tercio de quites. Cogió José los palos y quebró un par; el toro le entró lento y torcido; el torero le buscó en su terreno y le obligó. Luego andando hasta muy cerca, hasta que el toro se le arrancó, quebró otro par muy superior al primero.......................Un tercer par al quiebro y uno al cuarteo magnífico. (Tenía por norma poner cuatro pares).........................En su segundo toro hizo lo mismo que en el primero, pero mejor. El toro también era mejor....................Cogió los palos José y tomando al toro muy cerca puso por el lado izquierdo el mejor par de la tarde; luego otro obligando mucho......................pone un tercer par, en el que se para, se estira y aguanta tanto que sale empujado por el toro. Cualquiera se atreve a definir como lo mejor, mientras le quede a este torero algo por hacer"
Y el mismo Corrochano escribe: "Gallito y Gaona dieron al segundo tercio toda la importancia que para ellos tenía, porque les preparaba el ánimo del público para la faena de muleta. Gallito era más completo, banderilleaba en todas partes, porque ni el toro ni los terrenos tenían para él secretos, y en el momento de la reunión cuadraba en la cabeza y clavaba perpendicularmente"
En el libro La edad de oro del toreo, encontramos esta crónica de Gregorio Corrochano:
“Apuntes de la feria de Sevilla (ABC. 24 de abril de
1920)…………………..Corrida de Miura…………..Fue la mejor presentada y salieron algunos
toros bravos………………La nota de valentía corrió, como en las tarde anteriores, a
cargo de Gallito……………….Hoy puso un
par de banderillas al último, quebrando en el mismo sitio que había quebrado
otro par, que yo no le vi exponer tanto nunca como en esta suerte. El toro le
entró incierto, sin fijeza, andando de un lado para otro, como hace el torero
cuando para adornarse en un par avanza en zig-zag. Gallito le esperó fijo, sin
moverse. Estaban invertidos los términos; el toro iba ya por un lado ya por
otro, y el torero esperaba quieto, como esperan los toros. El momento fue
preciso y emocionante. Gallito quebró
cuando el toro le tenía casi cogido, y cómo sería de comprometido el lance que
los pitones le rozaron el cuello al dar el toro el derrote brutal”
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