El inteligente aficionado Sr. Carmena y Millán, dedicó esta poesía a la retirada de Guerrita:
Montes, Curro Guillén, el Chiclanero
y otros grandes colosos de la lidia,hubieran presenciado con envidia
tus hermosas faenas de torero.
De tanto brillo tu labor ha sido,
que elevando al pináculo tu fama,hoy la afición entera te proclama
como el mejor torero que ha existido.
Al dejar de vestir la taleguilla
y tranquilo a tu casa retirarte,puedes decir que diste gloria al arte,
pero también le has dado la puntilla.
"Los dos mejores toreros que he visto y admirado han sido tu tío José y Lagartijo; pero el que mejor ha toreado ha sido, sin duda, tu tío Rafael Gómez, el Gallo"
Guerrita a su sobrino Rafael Ortega Gómez, Gallito
"El cambio de rodillas es de las suertes más lucidas y vistosas que se ejecutan con los toros a poco de abandonar los toriles y cuando tienen todas sus facultades. Para efectuarlas se coloca el diestro de rodillas en línea recta con el animal, le llama la atención con el capote, y cuando parte y llega a jurisdicción, le marca una salida que cambia en el momento de tomar el engaño............Esta suerte ha sido siempre ejecutada con gran fortuna por Fernando Gómez el Gallo"
Rafael Guerra Guerrita
Guerrita a Rafael Ortega, Gallito
"Si ese hombre no entiende de toros, de qué sabe ese hombre"
"Dios nos libre de un toro bravo"
Guerrita
"Si estoy unos años más, los dejo mochos"
Guerrita, refiriéndose al achique de las cornamentas de los toros.
"Los partidarios de mi compadre Guerrita, no se pueden contar; los de cada uno de los demás toreros, caben en un omnibus"
Fernando Gómez El Gallo
"Déjamelo que me le lleve a mi cuadrilla, que dentro de diez corridas le voy a hacer el mejor banderillero de España"
Fernando Gómez El Gallo a Bocanegra
"Rafael Guerra (Guerrita) es el torero más completo de todos los que he conocido desde que tomé la alternativa y en la actualidad trabajan. Inteligente como el que más, no le falta valor y como compañero es siempre un peón decidido en favor de todos los que profesamos el mismo arte.
Sevilla, 16 de Marzo de 1894
Manuel García, el Espartero
"Lo que tiene de malo Rafael es que puede comer a diario. Y eso, a porción de pobres, nos vuelve locos de coraje"
Sentimientos (torero gitano)
Cuadrillas de Lagartijo y Guerrita. 1888
Cuadrillas de Guerrita y Currito
Guerrita toreando a una mano. Dibujo de Daniel Perea
Guerrita y Badila toreando al alimón. Dibujo de Daniel Perea
Guerrita sentando en el estribo en la Corrida de Beneficencia. Dibujo de Daniel Perea
Cogida de Guerrita por los heridos en la guerra de Cuba
Guerrita en Sevilla, sacando un toro de Miura de las tablas
NUEVO MUNDO
"Me encantó que tuviese el refinado capricho de torear vestido de blanco y sacara el vestido sin una salpicadura de sangre; sin una mancha. Y eso que había coleado un toro en el quite a un picador"
Condesa Pardo Bazán
"Guerrita ha sido el lidiador de reses bravas más completo que ha existido hasta el día"
José de la Loma, Don Modesto. De su libro Desde la barrera
Rafael Guerra Bejarano, Guerrita, nació en Córdoba el 6 de marzo de 1862, en el barrio del Matadero Viejo, el más taurino de la época, siendo su padrino el infortunado Pepete (estaba casado con una hermana de su madre), que había de morir en las astas del toro ese mismo año. Fueron sus padres Juana Bejarano, de familia de toreros, y José Guerra, curtidor de pieles, oficio en que inició a su hijo, conocido por El Llavero, por ejecer el cargo de portero en el Matadero Municipal. Por tal motivo, Rafael Guerra se anunció como Llaverito, al figurar en la cuadrilla de Niños Cordobeses organizada por Caniqui, padre de Mojino. También se anunció, por una sola vez, con el alias de El Airoso, cuando se presentó en la plaza cordobesa de Los Tejares.
La costumbre de ver ganado y el medio en que desenvolvía, hacen al muchacho aficionarse al toreo, y con sus compañeros de juego, Torerito y Mojino, busca ocasiones para torear, verificándolo, incluso, en los corrales del mismo Matadero. Sorprendido por el padre en sus juegos, hace escapadas a las tientas, y en alguna Rafael es visto por personas influyentes de la ciudad, entre otros el señor Conde Luque, que, admiradores de su destreza y valor, convencen al padre para que le deje ser torero.
Debutó en la propia Córdoba el 12 de octubre de 1877.
Mató su primer novillo el 18 de octubre de 1878 en la plaza de Andújar y el 26 de junio de 1879 se presentó en Madrid, en la placita de los Campos Elíseos, con la citada cuadrilla de Niños Cordobeses, encabezada por Manuel Díaz (Lavi), que quedó disuelta a finales de aquella temporada.
Inició su campaña de 1880 a las órdenes de Lavi y en el siguiente año figura como banderillero de su paisano Bocanegra, de Lavi y de Manuel Molina. Disgregada la cuadrilla de los Niños Cordobeses, Guerrita torea en Córdoba, en una novillada, en 1880, obteniendo un tanto éxito que ya se le señala como "uno de los mejores espadas del porvenir"
Y entonces fue, precisamente, cuando nació al toreo el apodo de Guerrita, que había de alcanzar justa celebridad. Con Bocanegra asiste en Bilbao a la inauguración de la plaza de Vista Alegre, en agosto de 1882.
Contratado por Fernando Gallo, Guerrita pide autorización a Bocanegra, y obtenida ésta, trabaja para el espada sevillano.
El 24 de septiembre y el 8 de octubre de 1882 actúa Guerrita en Madrid a las órdenes de Fernando Gómez El Gallo. En la cuadrilla de Fernando el Gallo se dio a conocer por su personal modo de banderillear de frente, que los críticos denominaron recibiendo. El 22 de octubre vuelve a actuar y ya en calidad de sobresaliente de espada.
Ese 24 de septiembre en Madrid se consagra como un banderillero excepcional: un para al cuarteo y otro al quiebro le colocan de golpe a la cabeza de los rehileteros, influyendo en los contratos de su matador, pues la afición exigía verle, y siendo anunciado en los carteles con letras destacadas, algunas veces de mayor tamaño que las de los espadas.
Fernando Claramunt, en su Historia del Arte del Toreo, escribe:
"El señor Fernando "El Gallo" tenía tardes de mandanga. Sin embargo, los públicos y las empresas querían verlo junto a su banderillero cordobés Rafael Guerra "Guerrita". Era un joven muy despierto para el cual la lidia no tenía secreto alguno. El señor Fernando le cedía, cada vez más a menudo, la muerte de algún toro. Cuando su banderillero salió de su cuadrilla, las contratas del matador disminuyeron, pero siempre hubo entre ellos leal amistad.............Elevado por los cordobeses a la categoría de Califa de Córdoba, se comparó a "Guerrita" con "Lagartijo" y con "Paquiro", cuyas cualidades resume, siendo mejor con la espada que los dos legendarios maestros. Por ser torero largo y completo sufrió los inconvenientes comunes a los diestros de ese corte"
La temporada de 1883 fue triunfal para el banderillero cordobés. "De los banderilleros -dijo Paco Media Luna-, Guerrita, que es un fenómeno y que ha llegado donde parecía ilusorio llegar" "No cabe -añadía La Lidia- acercarse ya a la cara de las reses con más elegancia, con más desembarazo, con más arte y valor, digámoslo así, que lo que usted hace y practica ante los absortos aficionados"
La temporada de 1884 fue más brillante aún que la anterior. En Córdoba, el 2 de junio, su éxito fue tan grande que el Gallo hubo de cederle el último toro (primer toro que mató Guerrita), que Guerrita toreó de modo magistral y mató de un soberbio volapié. El 12 de junio fue volteado en Sevilla por un toro de Adalid. El 5 de octubre estoqueó su primer toro, de Laffite, en Madrid y lo hizo de un modo brillantísimo.
En 1885, un pequeño roce con el Gallo, que se había comprometido a llevar a cierta corrida a Mojino y Matacán, como peón aquél y de picador éste, y no lo cumplió, le hizo abandonarle, pasando a la cuadrilla de su paisano Lagartijo, hasta el 29 de septiembre de 1887, en que tomó la alternativa. Con Lagartijo torea en Madrid el 23 de octubre de 1885. Frascuelo le cedió, a petición del público, el sexto toro de la corrida, resultando volteado, aunque sin consecuencias.
El 20 de junio de 1886 lidió en Málaga seis toros de Barrionuevo con El Espartero; fue la primera vez que actuaron juntos los dos futuros rivales.
El 29 de septiembre de 1887 tomó la alternativa en Madrid. Acabó la temporada yéndose a La Habana. De regreso ya en España, torea en Cádiz. El 15 de abril de 1888 torea en Sevilla con El Espartero, con quien el público le quiso enfrentar en una rivalidad que no podía existir.
La temporada de 1889 fue triunfal y en ella sus grandes faenas se contaron por corridas. El 12 de mayo de 1890 se celebró la corrida de despedida de Frascuelo y dio comienzo la impopularidad de Guerrita. Banderilleó los toros de Frascuelo, lo que interpretaron mal los lagartijistas, haciéndole sufrir su encono. Mariano de Cavia llegó a llamarle el subcordobés.
Atribuyéndole palabras que se decían pronunciadas en un banquete celebrado en Salamanca, algún corresponsal, haciéndose eco de lo mal que lo habían tratado en Madrid en corridas anteriores, le adjudicó las siguientes frases: "No toreo más en Madrid ni para el beneficio de María Santísima"..........."En Madrid que toree San Isidro". Se acrecentó aquí su impopularidad, que ya había comenzado en 1890. El día que volvió a torear en la corte, en la puerta de la plaza se vendían pitos, pregonándolos: "¡Para silbar a Guerrita!" El que los compró perdió el dinero, pues, percatado de la situación, Rafael estuvo superior, como siempre que se lo proponía.
El 1 de julio de 1893 no actúa en la despedida de Lagartijo, por lo que vuelven a suscitarse las antiguas querellas, aumentadas por lo considerable de los honorarios que percibía Guerrita, que eran 6.000 pesetas por actuación.
La temporada de 1894 marca el momento más glorioso de su carrera taurina. La cierra el 1 de julio en Madrid matando seis toros de Murube. Ochenta corridas y 224 toros muertos fueron el resumen de esta temporada. No quiso asistir a la corrida de despedida de Cara-Ancha, lo que el público de Madrid se lo tomó a mal, por lo que en 1885 vuelve el diestro a alejarse de los carteles de la corte.
El día 19 de mayo de 1895 lidió tres corridas el mismo día. A las siete de la mañana, seis toros del marqués de Saltillo, alternando con Pepete, en San Fernando; a las once y media, seis de Cámara, con Fabrilo, en Puerto de Santa María, y a las cuatro y media, en Sevilla, con Fuentes, con ganado de Murube; es decir, en menos de doce horas mató nueve toros, a los que, además, banderilleó. Lo primero que hizó en Sevilla, última de las tres plazas, fue saltar al trascuerno, demostrando a los sevillanos que, después de matar seis toros, y tras los obligados desplazamientos, se encontraba perfectamente descansado.
Aquel año toreó en Madrid la corrida de Beneficencia y la organizada por El Imparcial a favor de los heridos en Cuba y Filipinas.
El 11 de junio de 1899 en Madrid, en la tercera corrida de abono, en un toro difícil de Cámara, estuvo mal, y el público se ensañó con él, tirándole naranjas y llenándole de improperios. Amargado, y convencido de que la actitud del público no variaría, máxime después de abandonarle el bando de Lagartijo, decidió su retirada.
El 15 de octubre de 1899, sin la menor publicidad, firmó su última faena en la plaza de toros de Zaragoza, con reses de Ibarra. Brindó el último toro a su íntimo amigo José del Moral, y lo mató, después de una buena faena, de un pinchazo en la cruz, media en lo alto y un descabello. Esta año de su despedida mató once toros recibiendo.
Al retirarse llevaba trece años de alternativa. Toreó en total 829 corridas, de ellas 80 en Madrid, matando 2338 toros.
Rafael no se cansó de decir: "No me ido yo; me han echado los públicos, no los toros, que todavía puedo con ellos"
Él mismo definió con una frase gráfica y sentenciosa el estado en que, con su retirada, quedaba el toreo: "Después de mí, naide, y después de naide, Fuentes"
Murió en su Córdoba natal, tras una larga y dolorosa dolencia, el 21 de febrero de 1941.
"El Chiclanero recibió mejor -nos dice don Eusebio Reguera, que alcanzó la época de Montes-; Cayetano (Sanz) tuvo una muleta mucho más artística y brillante; Lagartijo ha sido más, muchísimo más fino; Frascuelo más tremendo al herir; Cara-Ancha más clásico y elegante al torear de capa; pero el conjunto de cualidades sobresalientes que Guerrita tiene lo hace el torero más completo, más igual que ha existido. No ha habido más que un Guerra en el mundo"
"El Chiclanero recibió mejor -nos dice don Eusebio Reguera, que alcanzó la época de Montes-; Cayetano (Sanz) tuvo una muleta mucho más artística y brillante; Lagartijo ha sido más, muchísimo más fino; Frascuelo más tremendo al herir; Cara-Ancha más clásico y elegante al torear de capa; pero el conjunto de cualidades sobresalientes que Guerrita tiene lo hace el torero más completo, más igual que ha existido. No ha habido más que un Guerra en el mundo"
Rafael Ortega Gómez, Gallito, en su libro Mi paso por el toreo, recrea el encuentro de Guerrita con Fernando Gómez, el Gallo:
"Fernando el Gallo toreaba en la feria de Córdoba, donde por las mañanas daban unas novilladas para los muchachos que empezaban. Observó a uno de ellos que ponía un gran par de banderillas, y volviéndose al mozo de espadas le dijo:
-Di a ese muchacho que vaya a verme esta noche al hotel.
Esa misma noche se presentó el joven preguntando por el señor Fernando el Gallo.
-¿Cómo te llamas muchacho?
-Me llamo Rafael Guerra y me dicen Llaverito.
-No señor´; tú, desde hoy, serás Rafael Guerra, Guerrita.
Y dirigiéndose a su mozo de espadas, añadió:
-Saca un billete para este muchacho, que se viene a la cuadrilla nuestra para Madrid.
Guerrita le contestó:
-Si no le importe a usted, maestro, me voy mañana, después de torear, porque estoy anunciado en Córdoba para torear mañana.
En esa corrida fue herido y no se pudo incorporar a la cuadrilla de mi abuelo, por tener que recuperarse de la cogida. Al poco tiempo toreaba mi abuelo una corrida con Bocanegra, y al ver al muchacho en la puerta de cuadrillas, le dijo a Guerrita:
-Tú eres el muchacho de Córdoba.
Y añadió a Bocanegra:
-Dejámelo que me le lleve a mi cuadrilla, que dentro de diez corridas le voy a hacer el mejor banderillero de España.
Rafael Guerra no se pudo aguantar la emoción y la sorpresa y rompió a llorar de alegría. Para un muchacho de entonces, ingresar en la cuadrilla de Fernando Gómez, el Gallo, era una de las mayores aspiraciones con que podía soñar."
Más adelante, en el mismo libro, comenta:
"Guerrita mandaba en el toreo tan ferozmente -ya es sabido que en aquel entonces no había sorteo- que cuando los ganaderos proporcionaban una corrida, de los seis toros, ponían cuatro corrientes y seleccionaban los dos más bonitos para él. Como Guerrita casi siempre era el segundo espada, el toro que le merecía al ganadero más garantía lo dejaba para quinto lugar (segundo de Guerrita). De aquí nació la frase: " No hay quinto malo", pues entonces el ganadero era quien establecía el orden de salida de los toros. Así ocurrió durante casi todo su reinado..............Como yo esto lo conocía, le pregunté a Guerrita:
-Dígame, maestro, la verdad de lo que pasó para que se estableciera el sorteo, pues he oído que Mazzantini fue quien más influyó.
Guerrita me contestó:
-No hagas caso. Fue Reverte. Reverte era un hombre muy rebelde, y se pasó las últimas corridas enfrentándose conmigo. ¡Qué te voy a contar! Cuando salía el primer toro se tiraba al suelo y simulando dolor se iba para la enfermería haciéndose el cojo. Cuando pasaba por el burladero, camino del callejón, me decía enfadado; "los toros bonitos para usted........y también los dos malos míos". Y esto pasaba muy frecuentemente. Claro, todo ello fue creando un clima muy difícil"
"Se creó un clima muy difícil. Llegaron a Madrid para torear una corrida Reverte, Mazzantini y Guerrita. Los dos primeros se negaron a torear si no se establecía el sorteo. Como Guerrita se negaba a ello, se generó tal conflicto que tuvo que intervenir el gobernador. Para no quitar a Guerrita su fuerza y para no desmerecer a los otros, se colocaron dos papeletas en el mismo sombrero del gobernador: Una con "sorteo" y otra con el "no sorteo". Una mano las escogió y salió la del "sorteo". Así fue; ésta es la verdadera historia del establecimiento del sorteo"
Y luego comenta la relación de Guerrita con El Espartero:
"-Cuéntame usted algo sobre su rivalidad con El Espartero.
A lo que él (Guerrita) me contestó:
-Con El Espartero yo no podía tener rivalidad ninguna, eso fue una cosa del público de Sevilla; que, como tú sabes, es muy apasionado. Como no tenían otro, quisieron ponerme al Espartero enfrente"
El Espartero era un toreo muy valiente y muy honrado; pero de ahí no pasaba. Sin embargo, el público sevillano era muy partidario del Espartero; hasta tal punto que cuando Guerrita llegaba a Sevilla, los esparteristas le insultaban y se metían con él en la calle.
Dentro de esta lucha con El Espartero, y más aún con sus apasionados admiradores, tenía Guerrita cierta compasión por su rival. Un día le dice a mi abuelo (Fernando Gómez, el Gallo):
-"Fernando, me da pena este muchacho porque tiene un valor tremendo, pero anda muy torpón y me da miedo de que toree en Madrid, donde no ha tenido suerte ni ha encajado bien, aunque el público le sigue bastante"
Ese miedo de Guerrita acabaría convirtiéndose en una lamentable y triste realidad. Poco más de dos meses después, toreando en Madrid, mató a Espartero un toro de Miura.
En el mismo libro de Gallito, encontramos esta anécdota del Guerra:
"Otra tarde, también en Madrid, toreaban Guerrita y Luis Mazzantini. A éste le tocó un toro muy bueno; quiso ser amable con Guerrita y pretendiendo una delicadeza, le dijo:
-Rafael, présteme usted su muleta a ver si con ella puedo torear bien este toro.
Guerrita le dijo entonces:
-Don Luis, ahí tiene usted la muleta, pero torearlo bien.................., ni aunque se acueste usted con Lagartijo."
Y esta otra anécdota:
"-Maestro, me ha contado ya algo mi tío Rafael, el Gallo, pero yo quiero oír de usted cómo se cuidaba y vivia nada más que para el toreo.
-Es que para ser figura del toreo y estar en la cima no se puede pensar más que en el toro y vivir para el toro. Los dos toreros que más se han cuidado en la historia hemos sido tu tío José y yo. Por eso llegamos a ser lo que fuimos.
-Me contaba mi tío Rafael que usted, durante la temporada, no entraba nunca en Córdoba a dormir en su casa.
-Eso es verdad -me dijo sonriendo-; casi nunca. Cuando toreaba por Andalucía le mandaba un telegrama a Dolores (su mujer) y salía ella a la estación con mis hijos y estaba con ellos un rato. Luego les daba un beso y seguía yo mi viaje; la razón es clara: como quería tanto a Dolores, se me quedaba a dormir en casa pecaba y yo no podía hacerlo..........Porque te voy a decir algo que no debes olvidar nunca: a los toreros se les va el valor por la picha"
Don Eusebio Reguera, un famoso y antiguo aficionado, que conoció, incluso, la época de Montes y El Chiclanero, se expresaba en los siguientes términos:
"El Chiclanero recibió mejor; Cayetano Sanz tuvo una muleta más artística y brillante; Lagartijo ha sido más, muchísimo más fino; Frascuelo, más tremendo al herir; Cara-Ancha, más clásico y elegante al torear de capa; pero el conjunto de cualidades sobresalientes que Guerra tiene, le hacen el torero más completo y más igual que ha existido. No ha habido más que un Guerra en el mundo...............Fue Guerrita un clásico; alegre, bullidor e incansable con el capote; banderillero excepcional en todos los terrenos, lados y suertes, sin fallo ni defecto; su muleta, dominadora y eficacísima, sabía jugarla en los toros boyantes con la finura y la elegancia de un estilista. Censurado su modo de matar por la ejecución rapidísima de la estocada, imprimía al cuerpo un balanceo al arrancar...............pero no desviaba de la recta, sus estocadas eran fulminantes; jamás escuchó el tercer aviso; y logró en más toros que ningún matador de su tiempo, ni en los posteriores ,consumar la suerte de recibir...................Su puesto en la historia de la tauromaquia es relevantísimo"
"Y esto que dice don Eusebio Reguera, comenta Rafael Ortega, Gallito, lo corrobora otro gran aficionado y excelente torero, mi tío Rafael Gómez, el Gallo: "En el toreo no han mandado más que dos señores: Guerrita en su época y mi hermano José en la suya. De esa manera, nadie..............", y añadía, cuando yo le preguntaba: "Con todo lo que a ti te ha contado Guerrita, se ha quedado corto. El fue más, mucho más............"
Sánchez de Neira escribe sobre la tarde de su alternativa, el 29 de septiembre de 1887:
"Hizo el jueves quites y recortes, y dio saltos y brincos como el que tiene la exclusiva en su pueblo, y a nadie deja adquirir géneros si no se compran en su tienda. Si toma en serio los aplausos desmedidos que se le prodigaron, siempre manejará la muleta echándose los toros encima, por retirarla de pronto y con rapidez, y siempre arrancará de largo, aunque tenga al herir más suerte de la que tuvo, puesto que a pesar de cuanto han dicho sus amigos, bien sabe él mismo que la estocada a su primer toro, aunque alta, tenía cierta mala tendencia que retrasó la muerte, hasta el punto de dar lugar a tres intentos y un descabello; y no ignora también que las demás estocadas no fueron de recibo"
El mismo Sánchez de Neira se refiere a la estocada a un toro de Pahla, el 28 de abril de 1889:
"Guerrita cuartea algo menos que antes, pero aún hiere feamente, a golpe rápido"
El 10 de noviembre se niega a matar miuras en Valencia, en una corrida que ya tenía contratada y anunciada. Neira, en La Lidia, escribe:
"Está visto que Guerra no quiere lidiar más que toros de encargo, y eso, ¡vive Dios! no puede ser. En lo que va de año, ha rechazado toros de Miura, de Patilla, de doña Celsa Fontfrede, de todas las ganaderías de Portugal y de Colmenar"
"Don Indalecio", en La Tauromaquia en el siglo XX, primer cuaderno. En el número 3 de Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, escribe sobre la época de Guerrita:
"Al desaparecer los dos de los
ruedos (se refiere a Lagartijo y Frascuelo), ya estaban en éstos Mazzantini, Espartero
y Guerrita, gran estoqueador el
primero, encarnación de la bravura y la vergüenza torera el segundo, y dueño ya
de la situación el tercero, de suerte que dichas tres figuras, aunque son otras
tantas personas distintas, no ofrecen más que un torero verdadero, un torero
grande que ejerce hegemonía absoluta: Guerrita,
naturalmente. Después de él, nadie en su tiempo, como bien dijo él mismo cuando
se retiró en 1899…………Antonio Reverte, figura popularísima y simpática, no fue
torero de la altura necesario para competir con Guerrita, pese a los fervores que en él pusieron algunos; el brío
con que el primer Bombita irrumpió en
el estadio taurómaco, desapareció muy pronto; el Algabeño no pasó de ser un estoqueador de primer orden, y el
único que en aquel último decenio del siglo demostró solera taurina clásica, y
supo imprimir a las suertes una factura que satisfacía a los aficionados de
buen gusto, fue Antonio Fuentes, a quien, aunque de reducidas posibilidades,
dispensó Guerrita beligerancia y de
quien se dijo que era un sevillano de Ronda (¿), juicio que dio lugar a ciertos
dares y tomares."
De la BIBLIOTECA SOL Y SOMBRA. VOLUMEN II. RAFAEL GUERRA
(GUERRITA). Editado en Madrid, 1906, he seleccionado los siguientes comentarios:
F. Bleu, en su libro Antes y después del Guerra, escribe:
"De todos los sucesos ocurridos en el año 1889, no hay otro más trascendental para el joven matador, que su ruptura de relaciones con el maestro Lagartijo, acaecida en otoño................Lagartijo acogía con disgusto los justificados deseos de independencia de Guerrita; estaba hecho a tratarle como a discípulo y a inferior, y no consentía que el niño se le subiese a las canas y reclamara unos aplausos que él consideraba como cosa propia................Con Lagartijo, ni que decir tiene, se fueron sus huestes y sus panegiristas de la prensa. En un minuto cayó al surco lo que venía glorificándose durante seis años. Guerrita monstruo, Guerrita fenómeno, Guerrita sol, vino a parar en Guerrita maleta..............las cañas se le vuelven lanzas, y para sus antiguos admiradores pasa a ser hijo expúreo y dechado de imperfecciones morales y toreras...............Todo el partido afecto a Lagartijo se declara francamente antiguerrista y no perdona medio ni ocasión de vengar el gesto emancipatorio del Guerra, realizado en uso de un perfecto derecho a la independencia...............Los lagartijistas, sin acordarse de todas las maravillas que le habían atribuido, llegaron a tratarle con la misma saña que anteriormente esgrimieron contra Frascuelo..................En su irritada ofuscación, apelaron al juego burdo de presentarle un competidor en la persona de el Espartero, que por sus condiciones toreras no podía en modo alguno figurar como tal"
"Desde que apareció en la plaza el adolescente cordobés, la habilidad torera debiera haber cambiado de nombre y llamarse Guerrita. En este sentido de habilidoso, pudo más que Lagartijo y Frascuelo juntos. Poseía un especial don taurino, un instinto de sorteador admirable y unas portentosas cualidades innatas; astuto, clarividente............encontraba facilidades para resolver los casos más complicados............Nació torero, como otros nacen pintores o violinistas"
"Dos cualidades tenía su estilo de parear que le hacían originalísimo y seductor: lo corto que tomaba los toros y la preparación artística que realizaba él solo, sin necesitar auxilio de peones. Salía en falso muchas veces para recortar, para gallear con el cuerpo, para ganar la cara a los toros.............la salida simulada servía para revolverse a un metro de la cara, citar donde nadie ha citado y clavar cuarteando................Guerrita no pareaba alzando los codos.............Era un procedimiento distinto, personal, pero muy lindo y de un efecto arrebatador. La mitad de su celebridad y de su fortuna se lo debe Guerrita a las banderillas"
"Con la muleta todo se le volvían facilidades para trastear; tan hábil aparecía en el toreo florido como en el de castigo y defensa.............Eso sí, busco siempre los alivios. El tantear con la derecha fue cosa muy suya; el resistirse constantemente a matar en las tablas, constituyó una debilidad invariable de su toreo..............Muleteó toda su vida con la piernas abiertas...............En el pase natural, cabe dispensar a un torero que adelante prudencialmente la pierna derecha.................pero en todas las demás clases de pases no puede admitirse la separación de piernas, sin una nota de censura. Por algo hablaba Montes de girar los talones; para girar los talones, es imprescindible que estén juntos"
"El matador eléctrico, llamaron al Guerra sus contemporáneos; estocada de zambullida, de tiro rápido, de golpe instantáneo, decían de la suya, no sólo los inteligentes, sino la masa del público............Realmente su modo de estoquear no fue casi nunca el que correspondía a un artista de sus prestigios y pretensiones.............A la estocada corriente de Rafael Guerra no le cuadra mejor crítica que la que le dedicó Frascuelo en una conversación con Lagartijo: "Los toros que nosotros hemos matado -le decía- nos pedirán cuentas en el otro mundo, porque nos conocen. Al Guerra los suyos no, porque no le han visto"................A pesar de todo esto, si se me pregunta ¿mataba el Guerra? contestaré sin titubear: absolutamente todo lo que le echaban por el chiquero, y en la mayoría de las ocasiones, de la primera estocada..............En su peculiar manera de estoquear, que posteriormente sólo ha tenido a mi juicio un representante que se le parezca en la persona del menor de los Gallos, entraba, no por mucho, sino por casi todo, la astucia. La astucia, unida a la ligereza y a la fuerza, resuelve para el matador el problema de la invulnerabilidad..............Guerrita mató aproximadamente dos mil quinientos toros y sólo recibió una herida tirándose a matar"
José de la Loma, Don Modesto, gerrista incondicional, en su libro Desde la barrera, escribe:
"Guerrita ha sido el lidiador de reses bravas más grande que ha existido..................Guerrita ha sido la primera figura de la tauromaquia"
"Guerrita es un fenómeno, fenómeno de agilidad y de fuerza, de vista, de entusiasmo, inquieto, bullidor, ávido de aplausos, entrometido y efectista, con desplantes de niño malcriado; torero extraordinario, en suma, audaz, sereno y absorbente, que la fama prematura ha destemplado, y que el público madrileño malogrará tal vez"
"Ni antes ni después del Guerra pisó la arena de los circos un torero de tan excepcionales condiciones, de tan soberana inteligencia, de tantos y tan variados recursos para la lidia………Pero no fue un artista “a lo Lagartijo”, ni un fenómeno de pundonor como Frascuelo………Guerrita no fue un artista del toreo…….Guerrita no fue un “implacable enamorado” del arte taurino, como lo era Salvador………Nunca fue Guerrita un Goya de la muleta como Lagartijo. Nunca un Velázquez del volapié como Frascuelo……Y, sin embargo, es notoria e indiscutible la superioridad de Guerrita sobre estos dos tremendos lidiadores……….Guerrita hizo todo lo que hicieron Lagartijo y Frascuelo, y muchas cosas más"
"El tiempo de Guerrita no puede compararse en grandeza y entusiasmo con los tiempos de Lagartijo y Frascuelo. Aquellos dos colosos de coleta elevaron el toreo a una altura enorme, la mayor que jamás alcanzó..........En Guerrita precisamente comienza la decadencia del toreo. Al cortarse la coleta era ya la fiesta nacional un ridículo remedo de lo que en otra época fue...................Guerrita no se lanzó a la peligrosa aventura de matar toros impulsado por la inspiración............Guerrita fue un industrial hábil y frío calculador que se dejó la trenza entendiendo que la naturaleza, pródiga y amable, le habia dotado de espléndidas facultades para la lidia.................Dotado por la naturaleza de maravillosas facultades y de un conocimiento de las reses, rayano en lo inconcebible, convertía a los toros en animales inofensivos y hacía con esto desaparecer la emoción de la posible tragedia...............El público no experimentaba el escalofrío del terror viendo al Guerra frente a un toro. No existía el peligro. Él lo conjuraba, no con su arte, ni con su bravura, sino con otros elementos que la naturaleza generosa le quiso conceder. Con Guerrita no había drama, y sin drama no es posible sostener el interés y la emoción entre los espectadores de una fiesta de toros................Lagartijo y Frascuelo dejaban en el corazón profunda huella. Sus estupendas hazañas se discutían acaloradamente y se recordaban a todas horas. Las de Guerrita se disipaban como el humo al poco tiempo de haberse realizado. Habían sido grandes, magníficas, enloquecedoras; pero sin estrambote. ¡Fuego de virutas!.....................En cuanto desaparece el riesgo y el peligro se aleja, amortíguase el interés del público y se desvanece el mérito del lidiador. Sin emociones no hay corrida posible"
El crítico Don Ventura escribe:
"Desde el salto del trascuerno hasta el lanzamiento de la puntilla para atronar a los toros que se mantienen en pie, lo hizo todo, absolutamente todo, y en todo brilló con rareza de fenómeno: extenso repertorio con el capote, portentoso banderillero, muletero genial, tanto para adornarse como para dominar a los toros o hacer que los mansos adquiriesen aparente bravura, matador invencible por los especialistas de la estocada, vastos conocimientos de los toros de lidia, facultades físicas insuperables.....todo se juntó en Guerrita para acrecentar su fama, y como no tuvo rival digno de él, de su omniscencia taurómaca se derivó, por paradójico que parezca, la animadversión de los públicos y su impopularidad"
Ladislao Redondo, en su libro Guerrita, su tiempo y su retirada, escribe:
“Rafael Guerra ha sido el torero completo. Hombre de valor
extraordinario, sin llegar á los arranques suicidas, elegante cual ninguno, y
de unas facultades admirables, Guerrita,
desde el momento en que como banderillero se dio á conocer, supo electrizar los
públicos, adquiriendo sobre sus compañeros de profesión el dominio á que dan
derecho el saber y la supremacía en el ejercicio de todo lo humano……………..Este
es mi criterio en cuanto á Rafael Guerra (Guerrita)
como torero; pero no he de ocultar el que como particular me merece……….Rafael
es el prototipo del honrado, inteligente y noble hijo del pueblo; Rafael es el
hombre que con una ilustración muy limitada, tiene una inteligencia notable y
una hombría de bien á toda prueba……………..Se le ha tachado de miserable y tacaño
sin reparar en que lo que ha hecho solamente ha sido no derrochar lo que con
tanto riesgo de su vida ha sabido ganarse, logrando reunir un capital con que
asegurar el bienestar y el porvenir de los suyos que son para él todo en el mundo,
pues con dificultad existirá quien pueda tener, ni más amor, ni más cariño para
lo que lleve su sangre……………………Retirado, pues, Guerra de las bregas taurinas, yo que era de sus más fervientes
admiradores, he de gritar muy fuerte, sin que por ello pueda servir de
molestias para nadie, que ha sido á mi entender el mejor torero del Siglo XIX”
José Luis de Córdoba en su libro Córdoba en la historia del toreo, escribe:
"Puede decirse que Rafael Molina y Sánchez Lagartijo se erigió en mentor y guía del gran artista del toreo que fue Rafael Guerra Bejarano, que logró interesar de tal forma a los aficionados que su nombre de "guerra" se anunciaba en los carteles, como banderillero, con mayores caracteres tipográficos, que los mismo espadas. En la temporada de 1886, Guerrita contrató treinta y cinco corridas de toros, sin haber recibido aún el doctorado. Y actuó en ellas, no en calidad de sobresaliente o "medio espada", sino alternando con su maestro y con las demás figuras de aquella época...................Fue el propio Lagartijo quien le llevó como de la mano hasta la alternativa, acontecimiento que tuvo por escenario la plaza de Madrid, el 29 de septiembre de 1887, con el toro Arrecío, negro, de Francisco Gallardo, que se lidió en sustitución de otro del ganadero sevillano Juan Vázquez, al que pertenecía la corrida..................Antes de iniciar la temporada de 1889, Rafael Guerra contrajo matrimonio con Dolores Sánchez Molina, prima hermana de Lagartijo.................Durante las doce temporadas en que Guerrita ejerció el toreo activo fue siempre en cabeza del escalafón, excepto en el año 1897, en que por cogida, se le adelantó Luis Mazzantini................De las 892 corridas toreadas durante su vida profesional, 56 fueron de Miura..............Sufrió diez cogidas importantes, dos de ellas muy graves............Obtuvo resonantes éxitos y sólo escuchó avisos en un par de ocasiones, pero nunca vio marchar a los corrales ninguna res viva............En la temporada de 1895, el 19 de mayo, realizó la proeza de torear tres corridas en un mismo día, por la mañana en San Fernando (Cádiz), a mediodía en Jérez de la Frontera y por la tarde en Sevilla...................Su ruta taurina fue sembrada de laureles, pero al propio tiempo también de amarguras. Más lo cierto y verdad es que Rafael Guerra Bejarano cambió el rumbo de la fiesta. Se le tachó de exigente con los ganaderos y también de ventajista. En realidad, desde que el Califa II -como fue llamado- impuso sus criterios y dictó su imperio, el toro fue amoldándose a las exigencias del toreo -elegante, ceñido, artístico, en suma- que iniciara Lagartijo, perfeccionó Guerrita y llegó a su total evolución -revolución- con Juan Belmonte García.................El 11 de junio de 1899 actuó por última vez en Madrid. Se retiró, sin previo aviso y cansado de la animadversión del público, "No me voy, me echan", diría el maestro, tras la corrida que toreó en Zaragoza el 15 de octubre de 1899, en la Feria del Pilar, alternando con Algabeño y Villita. El último toro que estoqueó se llamaba Limón, de Jorge Díaz. Aquella misma tarde, al regresar al hotel donde se hospedaba, telegrafió a su esposa, dándole cuenta de su decisión de cortarse la coleta, cosa que efectuó en su casa de Córdoba, el día 17 de octubre. Terminó así la historia de un torero ejemplar y de un hombre modelo de tesón, de firmeza, de caballerosidad y de gallardía"
"De cuantos toreros salieron de Córdoba y de fuera de ella, después de Lagartijo, ni uno solo osó poner en tela de juicio la supremacía del viejo maestro (Lagartijo) sobre los demás. Fue la afición y la crítica la que, andando el tiempo, nombró Califa II a Rafael Guerra Bejarano Guerrita, otro lidiador asombroso, que supo luchar con gallardía frente al toro y cara al público, pero que hasta tal punto fue humilde y respetuoso para con su maestro, que en la corrida de su alternativa hizo poner en los carteles que "confiaba más bien en la indulgencia del público, que en sus propios merecimientos........."
Peña y Goñi, en su obra Guerrita, escribe:
"La ligereza de que hablo -dice Montes- es otra cualidad sumamente necesaria al que ha de torear, y consiste en correr derecho con mucha celeridad, y volverse, pararse o cambiar de dirección con una prontitud grande...........................La ligereza de Guerrita es maravillosa, el poder de sus piernas no admite comparación con el de ningún otro diestro, su cintura parece de goma, sus músculos de acero, y todas, todas las condiciones que, según Montes, constituyen esa cualidad principal de un buen torero, las posee en grado superlativo Rafael. Su salud es de hierro.................no hay resquicio alguno por donde su ligereza pueda sufrir menoscabo, por lo cual, dueño absoluto de esa facultad esencial para la lidia.................puede estar en todo, acudir a todas partes y realizar con su capote prodigios de destreza, de agilidad y de valor, puede adornarse al rematar las suertes................consentir a los toros como nadie..................La ligereza es, por lo tanto, la característica de Guerra; es el sello individual de su arte; es, en suma, su personalidad. La posee, la domina, hace de ella lo que quiere, y escudado en ella y empleándola magistralmente, ha logrado lo que, en mi concepto,no ha logrado nadie ni antes ni ahora: la originalidad en los tres tercios de la lidia.
Y así como Lagartijo era siempre en la lidia majestuoso, casi solemne, del mismo modo Guerrita, con su esbelto cuerpo, su línea fina y elegante y su cara aniñada es siempre bonito ante los toros....................El uno tiene su personalidad en el reposo, en el aplomo, en la dejadez oriental de sus movimientos; el otro la tiene en la animación, en la vivacidad, en la travesura con que juguetea con las reses y burla sus acometidas.......................El secreto del modo de matar de Guerrita, su admirable eficacia en general, consiste precisamente en que su extraordinaria ligereza le da andado el camino en los trances más difíciles, y le permite consumar el volapié con destreza y agilidad......................Con Guerrita no hay drama, no hay, por lo tanto, emoción. ¿Por qué? Porque el público tiene descartada la posibilidad de una cogida. He ahí, ¡parece mentira!, el supremo defecto de Rafael. "
Respecto al Guerra banderillero, Peña y Goñi añade:
"Supongo que nadie habrá que ponga en tela de juicio las extraordinarias dotes que como banderillero ostentó Guerrita..................Lo que admiró al público fue lo corto que Guerrita tomaba los toros para entrar.................se iba al toro y, embrocándose sobre muy corto, clavaba admirablemente el par................Poco a poco fue introduciendo en el segundo tercio detalles que sugerían al toreo sus excepcionales facultades................Con los palos en la mano, Guerrita no necesita peones..................Guerrita posee, pues, personalidad marcadísima como banderillero, porque su ligereza le permite ensanchar los límites reducidos del segundo tercio, y rodearlo de atractivos que no han estado al alcance de ningún lidiador"
Gregorio Corrochano escribe:
"Guerrita tenía que ser joselista por principio. Esto es razonable. Joselito es un consecuente de Guerrita, es la continuación de una escuela, de un estilo, de una manera de hacer y entender el toreo, con la misma cabeza y las mismas piernas para ejecutarlo. El Guerra estaba retirado............................Para el torero retirado -y más para el narcisismo de Guerrita-, el que no sigue su trayectoria y no se parece a él, no es torero. Por algo fue lo que fue; de haber visto el toreo de otra manera, hubiera sido otro torero. Belmonte, si no venía a rectificarle, contrariaba el concepto guerrista del toreo, y esto no se podía aguantar. Joselito era la razón de Guerrita; Belmonte era la disconformidad con esta razón. Guerrita salió al paso con su autoridad indiscutible: "¿Has visto a Belmonte? Pues date prisa si le quieres ver". Dicen que se equivocó Guerrita. En mi opinión no se equivocó..........................Guerrita fundó su toreo en la agilidad, en el conocimiento de las reses y de las reglas de torear; le cogieron poco los toros.........................Se encuentra ante el caso de Belmonte, un toreo de convaleciente, que no parece, en principio, tener en cuenta ni el estado de las reses, ni las reglas, y que le cogen mucho los toros, se acuerda del Espartero y lanza el S.O.S. que, en términos taurinos, se conoce con la definición de "carne de toro". Por eso aconseja prisa si se le quería ver"
Más adelante escribe:
"No es cómoda la profesión de torero.................; cuando el torero llega a ser figura, la incomodidad es su inseparable, su madrina profesional........................Guerrita, no puede aguantar más el estado pasional del público de Madrid y lanza su famosa displicente repulsa: "en Madrid, que toree San Isidro". Se va de Madrid, y cuando vuelve, se venden a la puerta de la plaza: "pitos pa el Guerra, pitos pa el Guerra"..............Entra el público en la plaza muy divertido, tocando "los pitos pa el Guerra". Al hacerse el paseo los silbidos son ensordecedores. Se cambia la seda por el percal. Empieza la corrida, y cuando cae muerto el primer toro del Guerra, los" pitos pa el Guerra" caen al ruedo, porque estorban en las manos para aplaudir al Guerra...........................Guerrita se fue en plenitud, no esperó al ocaso. Sin duda se acordó de Lagartijo, ídolo veinte años, apedreado el último día...................De Guerrita se dijo que fue el torero que hizo mejor la suerte de retirarse"
El mismo Gregorio Corrochano, en el capítulo La suerte de banderillas, de su obra Introducción a la tauromaquia de Joselito, escribe:
"Para un banderillero hay siempre toro, esté como esté y en todas partes", decía Cúchares. Todo el éxito de Guerrita, lo que le consagró de excepcional banderillero, fue precisamente esto. Cuando salió Guerrita (como banderillero), el público y la crítica se fijaron en él, y le dedicaron tanta atención como a un matador de toros.........................Contaba Valentín Martín (banderillero de Frascuelo) en su tertulia del Café Universal, con Vicente Pastor, que cuando salió Guerrita banderilleando, él perdió los estribos. Siendo como era un banderillero muy seguro, empezaron a cogerle los toros. Frascuelo, que se dió cuenta, le dijo un día: "Te voy a quitar de banderillear, porque a ti te va a matar un toro por causa de Guerrita". Y comentaba Valentín, con la vista perdida en el recuerdo: "Era verdad, aquella manera de parar a los toros en todos los terrenos que tenía Guerrita, era mi obsesión; ¡qué manera de banderillear!; eso era un banderillero.........................Guardaba Guerrita un telegrama de Fernando el Gallo, su primer contrato formal. El telegrama decía así: "Rafael Guerra. Córdoba. Dígame si quiere torear conmigo todas las corridas que tenga. Dígaselo Bocanegra. Espero contestación telegráfica. Le espero domingo Madrid. Firma, Gallito". Antes de tomar la alternativa, cuando todavía era Guerrita banderillero de Lagartijo, alternó en banderillas con su maestro en Madrid y torearon al alimón la tarde del 12 de mayo de 1887. ¿Tendría importancia Guerrita con los palos en la mano?"
Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe la siguiente crónica:
“Santander: Vencimiento y cobro de unas letras taurinas. La corrida de
don Felipe (ABC, 4 de agosto de 1918)……………….Me contó Fuentes una tarde en
San Sebastián una anécdota de Guerrita.
Avivó su recuerdo ver a Rafael vestido de corto, con aire torero, como si
torease aquella tarde…………..La anécdota era ésta. Toreaban en una plaza de
tercer orden Guerra, Fuentes y Emilio Bomba.
Le salió a Guerra un toro difícil, y estuvo mal. Fuentes y Bomba tuvieron buenos toros, y lograron el aplauso del público.
Salió el otro toro de Guerrita,
difícil también; pero el cordobés se acordó de quién era, de lo que representaba
en el toreo, y arriesgando cuanto fue menester, en plaza secundaria, donde ni
se ganaba ni se perdía cartel, y él ya lo tenía logrado, expuso hasta conseguir
el éxito. Cuando se retiraba a la barrera, incesantemente ovacionado, dijo,
encarándose con Fuentes y Bomba:
“Creían ustedes que me la ibais a ganar”……..¡Con un torero así, quién había de
poder……! Llamada a esto como queráis; pero es la clave de las reputaciones. Un
hombre que tiene esa conciencia de su obligación y de su trabajo, bien puede
permitirse la frase: “El mejor torero yo, y después de yo, naide.” ¿Para qué falsas modestias en quien tiene tan alto concepto
de sí mismo?
El escritor peruano Luis F. Odría, en su libro El arte del toreo y los se
“Para un buen banderillero
hay siempre toro, esté como esté y en todas partes” decía Cúchares
"Todo el éxito de Guerrita, lo que lo consagró de excepcional
banderillero, fue precisamente esto. Cuando salió “Guerrita”, el público y la
crítica se fijaron en él y le dedicaron tanta atención como a un matador de
toros. Dice una crónica de la época
-1883-: “Molesto el público, impaciente el aficionado por tantas salidas en
falsa achacadas a las condiciones de las reses más que a la falta de decidía y
pundonor del lidiador, “Guerrita” nos ha demostrado en una y otra tarde,
siempre y en todas las ocasiones, cómo el toro es esclavo, cómo las mayores
dificultades se vencen con habilidad; en fin, “hay siempre toro”, allí donde
hay ánimo hermanado con el arte. Toma los palos –sigue hablando del
banderillero “Guerrita”- y marcha en dirección a la fiera; su aptitud es
decidida y gallarda, su porte elegante, fino el andar, correcta la manera de
citar al toro. Cuando la res se fija, “Guerra” entonces avanza un paso y luego
dos o tres más, así va acortando las distancias, tanto que sólo un rasgo de
valor pueda salvarlas. El toro parte veloz y furioso, seguro de su presa, el
“Guerra” espera y vacía el tremendo testuz apenas perdiendo un paso de su
antigua posición. El espectador advierte cómo el joven banderillero apenas sale
de la suerte por pies, y es que ha salido tan veloz la acometida, meditado y
reparado en centro de la ejecución, que toro y lidiador vuelven a recobrar sus
terrenos después de clavados los palos en las sobresalientes agujas. De esta
suerte que podremos llamar cuarteo ceñidísimo, aguantando (permítaseme la
novedad) o de frente, sólo resta un paso para el verdadero cambio. “Guerrita”
ha cambiado en dos tardes, y su primer ensayo le ha resultado un prodigio de
limpieza. Si “El Gordo” hubiera estado en el redondel, le hubiera estrechado la
mano”
“Del terreno que pisaba “Guerrita” en todos los toros, da un
juicio de “Lagartijo”, que es el que mejor ha pulsado con banderillas las
agujas de los toros. Me agrada “Guerrita” –decía “Lagartijo”- por su arte y por
su corazón; puede ir confiado, pero le temo en aquellos toros que alargan el
pescuezo, y el diestro, por vista que tenga, equivoca las distancias. En
nuestro días hemos oído un testimonio directo por boca de Valentín Martín………que
era banderillero de “Frascuelo”. Contaba Valentín en su tertulia del Café
Universal, con Vicente Pastor, que cuando salió “Guerrita” banderilleando, él
perdió los estribos. Siendo como era un banderillero muy seguro, empezaron a
cogerle los toros. “Frascuelo” que se dio cuenta, le dijo un día: “Te voy a
quitar de banderillear, porque a ti te va a matar un toro por causa de
“Guerrita”. Y comentaba Valentín, con la vista perdida en el recuerdo: “Era
verdad; aquella manera de parar a los toros en todos los terrenos que tenía
“Guerrita” era mi obsesión; ¡Qué manera de banderillear!; ese era un buen banderillero”
“Guardaba “Guerrita” un telegrama de Fernando “el Gallo”, su
primer contrato formal. El telegrama decía así: “Rafael Guerra. Córdoba. Dígame
si quiere torear conmigo todas las corridas que tenga. Dígaselo Bocanegra.
Espero contestación telegráfica. Le espero domingo Madrid, Firma. Gallito”.
Antes de tomar la alternativa, cuando todavía era “Guerrita” banderillero de
“Lagartijo”, alternó en banderillas con su maestro en Madrid y torearon “al
alimón la tarde del 12 de Mayo de 1887. ¿Tendría importancia “Guerrita” con los
palos en la mano?”
En el libro Escritores ante la Fiesta, de Andrés Amorós, leemos:
"Recuerda Corrochano una tarde en que Guerrita, después de haber estado mal en el primer toro, se sobrepuso en el último, para acabar diciendo a sus compañeros: "¿Creíais que me la íbais a ganar?". Comenta el crítico: "Soberbia -divina soberbia-, altanería, amor propio, vergüenza, dignidad......Llamadlo como queráis. Un algo que es necesario en la vida, y más en una profesión como la del torero, que de un lado hay un riesgo y de otro, un público"
Cossío, refiriéndose al Guerra, nos dice:
"El ideal del toreo largo culmina en Rafael Guerra. Todo lo hizo y todo lo hizo bien.........bullidor e incansable con el capote, banderillero excepcional en todos los terrenos, lados y suertes, sin fallos ni defectos; su muleta, dominadora y eficacísima.....sus estocadas eran fulminantes.....y logró en más toros que ningún matador de su tiempo, ni en los posteriores, consumar la suerte de recibir.....y todas las suertes que en su tiempo estaban en práctica logró fundirlas en su toreo..................Eslabón fundamental en la cadena de grandes lidiadores generales o largos que han venido siempre el eje de la fiesta en sus momentos de mayor esplendor"
"El ideal del toreo largo culmina en Rafael Guerra. Todo lo hizo y todo lo hizo bien.........bullidor e incansable con el capote, banderillero excepcional en todos los terrenos, lados y suertes, sin fallos ni defectos; su muleta, dominadora y eficacísima.....sus estocadas eran fulminantes.....y logró en más toros que ningún matador de su tiempo, ni en los posteriores, consumar la suerte de recibir.....y todas las suertes que en su tiempo estaban en práctica logró fundirlas en su toreo..................Eslabón fundamental en la cadena de grandes lidiadores generales o largos que han venido siempre el eje de la fiesta en sus momentos de mayor esplendor"
Néstor Luján opina:
"Si Espartero representó la sugestión trágica, el Guerra es posiblemente el torero más completo: más lleno de conocimientos y con el mayor equilibrio entre sus facultades, su sabiduría taurómaca y su arte............................Torero desde el gesto más imperceptible al alarde más trascendental y relumbrante. Él mismo lo dijo en una ocasión: "En el toreo, nada más que tres, Lagartijo, Joselito y otro.................que queda para mí. Después de estos tres, cualquiera puede haber salido haciéndole algo grande a los toros. Pero algo nada más"............................Supo ser impertinente de un modo popular. Se cuenta que en una ocasión, como el rey Alfonso XIII se lamentara de no haberle visto torear, replicó: "Haber nasío antes", y quedo tan satisfecho como quien acaba de decir algo amable........................Como torero ha sido, con Joselito y Chiclanero, el más completo. Bien es verdad que no tuvo la elegancia indescriptible de Cara Ancha toreando con el capote, ni la esbeltez de Lagartijo, ni la capacidad de fantasía de Fernando Gallito, ni el instinto y el gesto raro, patético, absolutamente humano, de Espartero. También es cierto que no tuvo la rotundidad de Mazzantini con la espada, ni el brazo exterminador, crispado en rayo, de Salvador Frascuelo. Pero a todos ellos adelantó en conjunto y los venció en el tablero de su inteligencia de estratega, de torero hábil y valiente. "
Y más adelante, hablando sobre la falta de comunión entre Guerrita y el público, escribe:
"El público no tolera que al salir el torero a la plaza se sepa todo lo que hará el toreo, aunque sea perfecto y aunque ello se vaya cumpliendo punto por punto, sin tropiezo. Quiere que la pechera de su héroe esté mojada, en algún momento, por la rosa trágica, palpitante y muda, del miedo"
Guillermo Sureda, en su libro Tauromagia, escribe:
"Hasta que llega Guerrita, mangoneando a su gusto y placer, lo que en relación con el toro cabe mangonear. Pero todavía Guerrita guarda las apariencias, y, por el clima que reina, no se atreve a todo lo que más tarde se han atrevido otros toreros mucho peores que él. El público le chilla, y con razón, los utreros de Saltillo, ganado de su predilección. Don Modesto, el cronista más prestigioso de aquella época, dice del torero cordobés: "Con él comienza la decadencia. Sus portentosas faenas se disipan en humo. No hay drama, no hay escalofrío". Pero no obstante, aún se le ve frente a toros con toda la barba, toda la edad y todos los pitones. Incluso los pide muchísimas tardes"
Federico Alcázar, en su libro Tauromaquia moderna, publicado en 1936, escribe:
Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:
"Hijo y nieto de jornalero, su padre estaba empleado en el matadero. Todo el aire que respira desde la niñez era taurino a más no poder......................El público sevillano le opone un rival: el joven Manuel García (el Espartero), ayuno de técnica y sobrado de valor y de gracia torera. Se inicia un intento de competencia que para los aficionados más sensatos era imposible puesto que Rafael era un matador sabio y "largo", mientras que Manolito parecía ignorarlo todo, salvo jugarse la vida con donosura y con una sonrisa triste....................La hegemonía de Guerrita fue total. Mandó a su antojo en el mundo taurino mientras estuvo en activo. El público, viéndolo torear con tanta seguridad, no le perdonaba la inevitable y envidiada "difícil facilidad"...................Le sobraban facultades e intuición. No expuso nunca y sin embargo toreaba "como si para él todos los toros estuviesen embolados.También retrata su técnica la afirmación de que "los médicos pedían descansar mientras lidiaba Rafael Guerra". De ahí la falta de emoción, el dominio, que llegaba a irritar a los públicos, como ha ocurrido después con los toreros del mismo corte.....................Guerrita era soberbio y de paciencia escasa. Él creía -quizá con razón- entender de toros más que nadie. Ni del público ni de los críticos quiso escuchar más censuras. "En Madrid que atoree San Isidro"
Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:
El historiador francés Bartolomé Bennassar, en su libro Historia de la Tauromaquia, escribe:
"La doble retirada de Lagartijo y Frascuelo no significó, en absoluto, el eclipse de la fiesta. La sucesión estaba ya asegurada: el heredero se llamaba Rafael Guerra, apodado Guerrita, nacido en 1862, otro cordobés, que se formó como banderillero en las cuadrillas de Bocanegra, de Fernando el Gallo y de Lagartijo, quien le dio la alternativa en Madrid en 1887. Guerrita fue también un torero completo, un virtuoso capaz de hacerlo todo y un verdadero atleta. Excepcional con las banderillas, dominó los últimos decenios del siglo XIX. Sin embargo, fue asimismo víctima de una feroz oposición, por parte de un sector del público y la crítica, que se las ingenió para encontrarle rivales; entre ellos, el infortunado Manuel García Espartero...............En 1894 y 1895 Guerrita alcanzó la cima de su arte: el 19 de mayo de 1895 logró la extraordinaria hazaña de torear en tres ciudades distintas; en San Fernando, cerca de Cádiz, a las siete de la mañana; en Jerez de la Frontera a las once y en Sevilla a las cinco y media de la tarde, triunfando en las tres corridas y matando sus nueve toros de diez estocadas. Pero sus enemigos no cejaban, irritados quizás por la brutal franqueza de sus declaraciones y celosos de su enriquecimiento. Guerrita no era rumboso, negociaba con intransigencia sus contratos, mostrando un sentido muy agudo para los negocios. Es más, fue el primer torero en tener exclusivas con ciertas ganaderías y en ir a elegir sus toros a las dehesas. Cansado de la hostilidad que encontraba casi por todas partes, se retiró en 1899, tras haber toreado 887 corridas en las que mató 2.333 toros. Tenía 37 años y había amasado una fortuna"
Juan Posada escribe:
"Rafael Guerra, Guerrita, completó el gran trío de toreros (junto con Lagartijo y Frascuelo) que abrieron el camino al toreo moderno, en el tercio final del siglo XIX.......................se hizo torero como banderillero de dos grandes diestros, Fernando el Gallo y Lagartijo. Sus actuaciones subalternas hicieron fama, hasta el punto de ser anunciado en los carteles........................Guerrita cerró el círculo. Deambuló entre el nuevo estilo impuesto por Lagartijo y la continuidad de Frascuelo. Clásico e innovador, quedó entre dos épocas......................Gran torero, pero que no innovó nada, por lo que no influyó en la evolución y perfeccionamiento de la tauromaquia. Su circunstancia nació en época poco propicia para su genio. En cualquier época habría sido un innovador. Pero se lo encontró todo hecho. Sólo pudo ser un rematador.........................Joselito fue su sueño inalcanzable.................
No le gustaba actuar en primer lugar. Por ello elegía un matador más antiguo para que lo hiciera. Dictó su ley siempre que pudo, que fue muy a menudo......................Torero poderoso, no permitió que nadie le hiciera sombra en la calle ni en el ruedo. Los públicos, que lo tenían por superhombre, nunca se le rindieron. Le admiraron, pero no le quisieron. Jamás perdonaron su absoluta superioridad. En 1899, en plena sazón, cansado de soportar se marchó. Nunca más volvió al ruedo. Se mantuvo como un patriarca en su natal Córdoba"
José Alameda, en su libro El hilo del toreo, escribe:
"Guerrita ha venido a quedar oculto tras la estampa de su propia soberbia..............Pero a El Guerra hay que buscarlo en su Tauromaquia, de la que muy pocos se ocupan y que es, ni más ni menos, el espejo anticipado de muchas realidades nuevas, la premonición de gran parte del toreo moderno.................Guerrita es, como Cúchares, uno de los personajes más importantes de la historia del toreo, por su intuición de las formas y por su radio de influencia..............Pudiera decirse que Guerrita lo ha visto -lo ha previsto- todo, o casi; en cambio, casi nadie lo ha visto a él, ni lo ha situado.............En Guerrita todo lo tapa su personalidad, su soberbia imperativa de gran dominador................Si no creó y estableció el toreo moderno, es indudable que lo intuyó en lo fundamental. Empezando por la visión de que, para ofrecer el nuevo espectáculo que los públicos querían, era necesario un toro más fijo, al que poder llegarle en términos de mayor precisión. Déjale que enganche, fue un grito a los picadores, para ir logrando aquella fijeza. Es ya la proclama definitiva de que el toreo por venir pide otro toro...............A la vieja verónica de frente, la pone de costado. Leamos al propio Guerra:
"Si Espartero representó la sugestión trágica, el Guerra es posiblemente el torero más completo: más lleno de conocimientos y con el mayor equilibrio entre sus facultades, su sabiduría taurómaca y su arte............................Torero desde el gesto más imperceptible al alarde más trascendental y relumbrante. Él mismo lo dijo en una ocasión: "En el toreo, nada más que tres, Lagartijo, Joselito y otro.................que queda para mí. Después de estos tres, cualquiera puede haber salido haciéndole algo grande a los toros. Pero algo nada más"............................Supo ser impertinente de un modo popular. Se cuenta que en una ocasión, como el rey Alfonso XIII se lamentara de no haberle visto torear, replicó: "Haber nasío antes", y quedo tan satisfecho como quien acaba de decir algo amable........................Como torero ha sido, con Joselito y Chiclanero, el más completo. Bien es verdad que no tuvo la elegancia indescriptible de Cara Ancha toreando con el capote, ni la esbeltez de Lagartijo, ni la capacidad de fantasía de Fernando Gallito, ni el instinto y el gesto raro, patético, absolutamente humano, de Espartero. También es cierto que no tuvo la rotundidad de Mazzantini con la espada, ni el brazo exterminador, crispado en rayo, de Salvador Frascuelo. Pero a todos ellos adelantó en conjunto y los venció en el tablero de su inteligencia de estratega, de torero hábil y valiente. "
Y más adelante, hablando sobre la falta de comunión entre Guerrita y el público, escribe:
"El público no tolera que al salir el torero a la plaza se sepa todo lo que hará el toreo, aunque sea perfecto y aunque ello se vaya cumpliendo punto por punto, sin tropiezo. Quiere que la pechera de su héroe esté mojada, en algún momento, por la rosa trágica, palpitante y muda, del miedo"
Guillermo Sureda, en su libro Tauromagia, escribe:
"Hasta que llega Guerrita, mangoneando a su gusto y placer, lo que en relación con el toro cabe mangonear. Pero todavía Guerrita guarda las apariencias, y, por el clima que reina, no se atreve a todo lo que más tarde se han atrevido otros toreros mucho peores que él. El público le chilla, y con razón, los utreros de Saltillo, ganado de su predilección. Don Modesto, el cronista más prestigioso de aquella época, dice del torero cordobés: "Con él comienza la decadencia. Sus portentosas faenas se disipan en humo. No hay drama, no hay escalofrío". Pero no obstante, aún se le ve frente a toros con toda la barba, toda la edad y todos los pitones. Incluso los pide muchísimas tardes"
Federico Alcázar, en su libro Tauromaquia moderna, publicado en 1936, escribe:
“Guerrita”
ha sido el verdadero tipo clásico de lidiador […] Porque “Guerrita”, más que un
torero valiente y un torero artista –predominio del valor o la inspiración
sobre otras cualidades-, ha sido un lidiador en el más puro y amplio sentido de
la palabra; es decir, es decir, un torero que conociendo perfectamente el
mecanismo de la profesión y dotado de maravillosas facultades físicas,
intelectuales y morales, ha practicado el toreo con conocimiento, con valor,
con destreza, con arte. Ha sido el torero excepcional que ha dado a cada toro
la lidia justa, precisa, necesaria, según sus condiciones de
bravura y mansedumbre. "Guerrita" no ha sido un genio que trae un
estilo y consiguientemente crea una escuela, sino un ingenio artístico poderoso
que abarca y domina todas las técnicas, todos los estilos y todas las escuelas,
dándoles una interpretación personal. Colocado en el punto medio de dos
vertientes, la antigua y la moderna, es un heredero y un precursor. Este es el
destino de todos los grandes artistas que terminan una época e inician otra.[…]
“Guerrita” ha sido un torero de más inteligencia que sensibilidad y de más
dominio que inspiración. No ha sido el artista que improvisa y en el que surge
una faena espontánea y genial, sino el lidiador que observa atentamente las
condiciones del toro y hace la faena más sabia, conveniente y artística. Esto
no quiere decir que "Guerrita" no haya tenido momentos de soberana inspiración;
pero el fundamento de su toreo, lo que sellaba su personalidad, era una inteligencia
suprema. Precisamente a esto debe su titulo excelso de maestro, que quiere
decir conocimiento completo del arte y práctica sabia, valerosa y perfecta
mismo.
Pero
en “Guerrita” no había esto sólo. Junto a su gran entendimiento, que le
permitía saber torear todos los toros, estaba su afición, su amor propio y su
valor, que le llevaron muchas tardes a jugarse la vida.”
Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:
"Hijo y nieto de jornalero, su padre estaba empleado en el matadero. Todo el aire que respira desde la niñez era taurino a más no poder......................El público sevillano le opone un rival: el joven Manuel García (el Espartero), ayuno de técnica y sobrado de valor y de gracia torera. Se inicia un intento de competencia que para los aficionados más sensatos era imposible puesto que Rafael era un matador sabio y "largo", mientras que Manolito parecía ignorarlo todo, salvo jugarse la vida con donosura y con una sonrisa triste....................La hegemonía de Guerrita fue total. Mandó a su antojo en el mundo taurino mientras estuvo en activo. El público, viéndolo torear con tanta seguridad, no le perdonaba la inevitable y envidiada "difícil facilidad"...................Le sobraban facultades e intuición. No expuso nunca y sin embargo toreaba "como si para él todos los toros estuviesen embolados.También retrata su técnica la afirmación de que "los médicos pedían descansar mientras lidiaba Rafael Guerra". De ahí la falta de emoción, el dominio, que llegaba a irritar a los públicos, como ha ocurrido después con los toreros del mismo corte.....................Guerrita era soberbio y de paciencia escasa. Él creía -quizá con razón- entender de toros más que nadie. Ni del público ni de los críticos quiso escuchar más censuras. "En Madrid que atoree San Isidro"
Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:
“Guerrita no se lanzó a la aventura de matar toros por inspiración. Guerrita fue un industrial hábil, frío y
calculador. Dotado de espléndidas aptitudes para la lidia, de maravillosas
facultades y de un conocimiento de las reses rayando en lo inconcebible,
convertía a los toros en animales inofensivos. Con esto hacía desaparecer la
emoción de la posible tragedia. El toreo sin el temor al hule, pierde todo su
vigor y su mayor grandeza……….Con Guerrita
el público no experimentaba el escalofrío del terror. No existía el
peligro…………….Guerrita fue un
banderillero extraordinario, originalísimo. Un experto en el arte de recortar y
de gallear. Un torero de gran flexibilidad de movimientos, de una gracia y una
agilidad pasmosas. Hábil y ligero, dotadísimo para el adorno con gran variedad
de recursos. Tuvo una grandiosa intuición para torear tanto de capa como de muleta.
Se le echó en cara el torear con las piernas abiertas, el abuso del toreo con
la mano derecha, los pases de tirón. Con la espada unió la astucia con la
ligereza y la fuerza. Guerrita mató
cerca de 2.500 toros y sólo recibió una herida entrando a matar…………….Retirado
de los toros, Guerrita ejerció una
gran influencia en la fiesta. Todas las figuras que le sucedieron,
prácticamente hasta nuestros días, se reclaman herederos de su arte”
F. Bleu,
Félix Borrell, en su estupenda obra, Antes
y después del Guerra, escribe lo siguiente:
“Su primer año de matador, o sea el de 1888, no fue muy lucido que
digamos. Alternando con Lagartijo, llevó mal la primera temporada. Tuvo que
recurrir a los arrumacos del primer tercio para lograr los aplausos que no podía
arrancar matando”
F. Bleu, que
escribió agriamente sobre Rafael Guerra y su tiempo, fue capaz de elogiar con
nobleza al torero:
“Fue capaz de bregas serias, sobrias, sin asomo de falsos teatrales, sin
engaños ni trampas, coronadas de estocadas enteras en lo alto del
morrillo……..Nos alivió del peso del adorno, cuando se encerró con los toros
cara a cara, de poder a poder, y fue en 1894, cuando el todavía inteligente
público de Madrid le tributó las más grandes ovaciones”
“A un banderillero asombroso, a un torero completo, a
un matador prodigioso, ¿qué más puede pedírsele?”
Cossío
escribe: La historia de Guerrita fue una
pugna constante entre un carácter indomable y el público, que no se resignó
nunca a no verle humillado. Aparentemente, en esta pugna, venció el público,
pero en realidad triunfó el torero.
Don José de la Loma , don Modesto, gran
partidario de Guerrita, afirma en su libro Desde la barrera: Guerrita ha sido el lidiador de reses bravas
más grande que ha existido y la primera figura de la tauromaquia"
El historiador francés Bartolomé Bennassar, en su libro Historia de la Tauromaquia, escribe:
"La doble retirada de Lagartijo y Frascuelo no significó, en absoluto, el eclipse de la fiesta. La sucesión estaba ya asegurada: el heredero se llamaba Rafael Guerra, apodado Guerrita, nacido en 1862, otro cordobés, que se formó como banderillero en las cuadrillas de Bocanegra, de Fernando el Gallo y de Lagartijo, quien le dio la alternativa en Madrid en 1887. Guerrita fue también un torero completo, un virtuoso capaz de hacerlo todo y un verdadero atleta. Excepcional con las banderillas, dominó los últimos decenios del siglo XIX. Sin embargo, fue asimismo víctima de una feroz oposición, por parte de un sector del público y la crítica, que se las ingenió para encontrarle rivales; entre ellos, el infortunado Manuel García Espartero...............En 1894 y 1895 Guerrita alcanzó la cima de su arte: el 19 de mayo de 1895 logró la extraordinaria hazaña de torear en tres ciudades distintas; en San Fernando, cerca de Cádiz, a las siete de la mañana; en Jerez de la Frontera a las once y en Sevilla a las cinco y media de la tarde, triunfando en las tres corridas y matando sus nueve toros de diez estocadas. Pero sus enemigos no cejaban, irritados quizás por la brutal franqueza de sus declaraciones y celosos de su enriquecimiento. Guerrita no era rumboso, negociaba con intransigencia sus contratos, mostrando un sentido muy agudo para los negocios. Es más, fue el primer torero en tener exclusivas con ciertas ganaderías y en ir a elegir sus toros a las dehesas. Cansado de la hostilidad que encontraba casi por todas partes, se retiró en 1899, tras haber toreado 887 corridas en las que mató 2.333 toros. Tenía 37 años y había amasado una fortuna"
Juan Posada escribe:
"Rafael Guerra, Guerrita, completó el gran trío de toreros (junto con Lagartijo y Frascuelo) que abrieron el camino al toreo moderno, en el tercio final del siglo XIX.......................se hizo torero como banderillero de dos grandes diestros, Fernando el Gallo y Lagartijo. Sus actuaciones subalternas hicieron fama, hasta el punto de ser anunciado en los carteles........................Guerrita cerró el círculo. Deambuló entre el nuevo estilo impuesto por Lagartijo y la continuidad de Frascuelo. Clásico e innovador, quedó entre dos épocas......................Gran torero, pero que no innovó nada, por lo que no influyó en la evolución y perfeccionamiento de la tauromaquia. Su circunstancia nació en época poco propicia para su genio. En cualquier época habría sido un innovador. Pero se lo encontró todo hecho. Sólo pudo ser un rematador.........................Joselito fue su sueño inalcanzable.................
No le gustaba actuar en primer lugar. Por ello elegía un matador más antiguo para que lo hiciera. Dictó su ley siempre que pudo, que fue muy a menudo......................Torero poderoso, no permitió que nadie le hiciera sombra en la calle ni en el ruedo. Los públicos, que lo tenían por superhombre, nunca se le rindieron. Le admiraron, pero no le quisieron. Jamás perdonaron su absoluta superioridad. En 1899, en plena sazón, cansado de soportar se marchó. Nunca más volvió al ruedo. Se mantuvo como un patriarca en su natal Córdoba"
José Alameda, en su libro El hilo del toreo, escribe:
"Guerrita ha venido a quedar oculto tras la estampa de su propia soberbia..............Pero a El Guerra hay que buscarlo en su Tauromaquia, de la que muy pocos se ocupan y que es, ni más ni menos, el espejo anticipado de muchas realidades nuevas, la premonición de gran parte del toreo moderno.................Guerrita es, como Cúchares, uno de los personajes más importantes de la historia del toreo, por su intuición de las formas y por su radio de influencia..............Pudiera decirse que Guerrita lo ha visto -lo ha previsto- todo, o casi; en cambio, casi nadie lo ha visto a él, ni lo ha situado.............En Guerrita todo lo tapa su personalidad, su soberbia imperativa de gran dominador................Si no creó y estableció el toreo moderno, es indudable que lo intuyó en lo fundamental. Empezando por la visión de que, para ofrecer el nuevo espectáculo que los públicos querían, era necesario un toro más fijo, al que poder llegarle en términos de mayor precisión. Déjale que enganche, fue un grito a los picadores, para ir logrando aquella fijeza. Es ya la proclama definitiva de que el toreo por venir pide otro toro...............A la vieja verónica de frente, la pone de costado. Leamos al propio Guerra:
"Se coloca el diestro de costado en la rectitud del toro.....En la posición referida, encontrándose el diestro de costado al bicho y no de frente, tiene más facilidad para dar la salida y para repetir la suerte sin moverse de medio cuerpo para abajo..."
Es decir, lo que preconiza es el toreo sin enmendarse y busca y encuentra el medio de poderlo realizar. Y todavía agrega:
"La suerte realizada en esta forma resulta de más lucimiento y más parada que cuando el lidiador da la cara al toro situándose de frente, porque para repetirla tiene, por lo menos, que dar una media vuelta girando sobre los talones"
Está clarísimo: lo que quiere El Guerra es evitar movimientos o pasos entre lance y lance, intención básica del toreo moderno. Pero hay más. Algo de lo que casi nadie se ha ocupado y que da a la verónica de El Guerra todas sus posibilidades de desarrollo posterior rumbo al toreo de hoy: el movimiento, la articulación de los brazos. Dice:
"Vaciará trayendo la mano izquierda al costado derecho y alargando el brazo derecho, o viceversa, según del lado de que se practique"
Esto es nuevo, esencial y fecundo, pues de ahí deriva todo el moderno toreo a la verónica..............En el antiguo lance, enfrentado, los toreros daban la salida con las dos manos a la vez, estirando los brazos hacia arriba. Guerrita establece la diferencia funcional de ambas manos: una que despide y otra que sujeta.................En vez del estirón de las dos manos con que el torero sacaba antiguamente el capote por arriba, se establece ahora un juego de brazos que da al lance su articulación, la posibilidad de medirlo y ligarlo. Juego combinado por necesidad con el de cintura......................Antonio Fuentes toreaba así a la verónica, siguiendo a Guerrita, y fue el verdadero enlace hacia el toreo de capa de nuestro tiempo. Sin eso, no podría haber toreado Belmonte como toreó, ni Gitanillo de Triana, ni El Soldado, ni Solórzano, ni Cagancho, ni Rafael de Paula......................Pero Guerrita era un ventajista. ¿No sería un genio?"
"En cuanto al pase natural lo más importante es que no concibe como pieza suelta, sino que lo lleva más allá, para integrar, con su repetición, el toreo en redondo. Y no dice que tras el natural deberá darse el de pecho, sino que se han de repetir los naturales, recurriendo al de pecho únicamente cuando la repetición no sea posible, es decir, cuando el de pecho sea forzado. Aquí está el plano teórico de la faena moderna. Literalmente expresa:
"Rematará girando y estirando el brazo hacia atrás................a la vez que se imprime de los pies el movimiento preciso para que una vez terminado el pase, quede el diestro en disposición de repetirlo............Si el cornúpeta no se para al ser rematado el pase y continúa persiguiendo la muleta, se repite el giro las veces que sea preciso.................. A la continuidad del pase natural y en el momento en que el lidiador y el toro hayan dado una vuelta completa, es decir, que ocupen las posiciones que tuvieron en un principio, se da el nombre de pase en redondo"
"Otro punto decisivo respecto a su visión, previsión o premonición, de formas del toreo actual, es el de que, en el cite para el pase natural, Guerrita adelantaba el pie derecho..............F. Bleu, en su libro Antes y después del Guerra, escribe:
"Muleteó toda su vida con las piernas abiertas, sin que sirviese la disculpa de sus panegiristas de que adelantaba el pie derecho en los pases naturales"
De tal forma, con la pierna derecha ligeramente adelantada (por ende, la izquierda ligeramente retrasada), se hace al toro venir por su terreno, para irlo llevando hacia atrás, al terreno de la espalda del torero (hacia adentro), de manera que, con solo girar después, sin necesidad de reponer pasos, se ligue una suerte con otra, en redondo................Este punto es la anticipación más notable de El Guerra rumbo al moderno toreo en redondo"
"Rafael Guerra pone a la verónica de costado, para que pueda ceñirse y articularse e intensificarse en sus diversos tiempos, como nunca hubiera sido posible con la verónica de frente.................Y con la muleta carga la suerte hacia un lado y aun en ocasiones ligeramente hacia atrás, para que pueda mantenerse la continuidad del toreo en redondo................Y cuando el toreo en redondo se ha perdido desde Pastor a Belmonte y desde Machaquito al Gallo, llega Joselito y lo redescubre, lo recrea, lo restablece y se lo pasa a Chicuelo y Armillita. Y a Manolete, que todos en esa fuente bebieron"
"Una falla tiene El Guerra, una gran falla que posiblemente explique, primero el distanciamiento, y después la hostilidad del público. Le falta, casi por entero, la emoción. Esta ausencia de contacto sentimental con el público hace que, aun los que lo reconocen como genio, lo sientan distante. Domina demasiado.............Su capacidad borra la sensación de peligro y deja a su arte como una construcción genial, pero hueca. Los toreros verdaderamente populares son los toreros arriesgados...............Suele ser la quiebra de los grandes maestros, de los grandes dominadores...................Existe un parentesco de fondo entre Paquiro, que estuvo sin nadie al frente, indiscutido en su trono, y Guerrita, que estuvo también solo, por más que quisieran buscarles oponentes imposibles, hasta que tuvo que ser el propio público el que se adelantó a entablar competencia con él............Los dos grandes solitarios"
José Alameda, en su libro Los arquitectos del toreo moderno, Capítulo I, escribe:
".......En cuanto a la creencia de que Juan Belmonte inventó el toreo moderno, es verídica en parte, y en parte no. Cierto que él hizo algo decisivo. Pero no todo. Otros hicieron lo suyo y no se ha dicho………….El hombre que plantó, sin sospecharlo, la semilla del toreo moderno fue Rafael Guerra Guerrita, gran torero cordobés, tan enérgico para la acción cuanto negado para el ejercicio de la crítica…………….Si hemos de creer a los viejos aficionados de aquel tiempo, y yo alcancé a escuchar a algunos, fue Guerrita quien más influyó para que los ganaderos, al seleccionar sus productos, procurasen afinar tanto el estilo de los toros como su tipo y encornadura, a fin de hacerlos más aptos para la lidia y facilitar, con el lucimiento de los toreros, la brillantez del espectáculo……………Ya esto, en teoría, era la visión lúcida del camino real que, en años posteriores, habría de seguir la fiesta de los toros…………….Pero fue él quien menos había de entenderla……………Los resultados del afinamiento del toro (tipo estándar, líneas redondeadas, encornadura más reducida) comenzaron a verse en los años que precedieron ala Primera Guerra Mundial, cuando
se estaban yendo Bombita y Machaquito, cuando ya eran matadores El Gallo y
Gaona, cuando empezaban Joselito y Belmonte"
Veamos lo que nos dice el propio Guerrita en su Tauromaquia respecto al pase cambiado de rodillas:
"......es de las suertes más lucidas y vistosas que se ejecutan con los toros a poco de abandonar los toriles y cuando tienen todas sus facultades. Para efectuarla se coloca el diestro de rodillas en línea recta con el animal, le llama la atención con el capote, y cuando parte y llega a jurisdicción, le marca una salida que cambia en el momento de tomar el engaño...............Esta suerte ha sido siempre ejecutada con gran fortuna por Fernando Gómez el Gallo"
Robert Ryan, en su libro El toreo de capa, escribe:
"Guerrita era un maestro en el arte de capear sobre piernas, brillantísimo, pronto, parco y preciso en la brega, en las suertes de quitar y colocar al toro"
Robert Ryan, en su libro El Tercio de Muerte, escribe:
"Cintura, muñeca y perfil: Guerrita, sabio, poderoso, en desacuerdo con una estética que limitaba su mando, no sólo se abstuvo de juntar las zapatillas en el pase natural; en el cite de frente adelantaba el pie derecho sobre la línea del izquierdo, el cual no siempre avanzaba en el pase. Su procedimiento, sencillo, lógico, apuntó una revolución que él no quiso protagonizar; una revolución que llevaba el pase natural hacia la ejecución de perfil, lo cual facilita prolongar y encadenar los pases por bajo en redondo, que era un toreo que Guerrita no prodigaba, prefiriendo él rematar el natural por alto, a lo antiguo. Pero dentro de lo antiguo de su faena estaba ya el esquema del toreo moderno: la posible redondez, la unidad, la medida..............................Hasta el final del mismo, las faenas que mejor encajan en el siglo XIX, las que señalan los anales como ejemplares, las más celebradas en vida, son aquellas construidas en concepto de una brevedad que se mira en la muerte, como la faena de Guerrita realizada en Madrid el 12 de octubre de 1890, al cuarto toro de Anastasio Martín: una gran faena, compuesta de dos superiores pases naturales y uno preparado no menos bueno, entrando a matar con coraje"
"Nadie, se dice, ha dominado como Guerrita la tauromaquia desnuda, el trance limpio, duro, de la faena de poder, en la cual la muleta hace que el toro emplee toda su fuerza en contra de sí mismo; la muleta que penetra en su furia y rompe su trayectoria"
Félix Borrel, conocido con el pseudónimo de F. Bleu, escribe:
"En el pase natural, cabe dispensar a un torero (Guerrita) que adelante prudencialmente la pierna derecha, primero, porque con ello no consigue ventaja sobre el toro, y segundo, porque se coloca en una posición propicia para engendrar el redondo, caso de que el toro no abandone los vuelos del engaño, o mejor aún, que el matador no le permita abandonarlos"
"Guerrita comienza a elegir los toros; desecha los incómodos de Colmenar y reduce su tamaño.............Cuando los ganaderos no atendían a estos requisitos y colocaban sus toros en el orden más conveniente para la lidia, tropezaban con un veto del omnipotente cordobés"
"Guerrita es el antecedente inmediato de Joselito, quien supera al cordobés en sabiduría, conocimientos, donosura e intuición. Ambos, Guerrita y Joselito, no son, sin embargo, sino eslabones de una transición, y llenan el espacio entre la época heroica y la época del toreo de arte, que comienza con la aparición de la figura más revolucionaria que ha producido la historia del toreo. La tauromaquia de Juan Belmonte supone el paso del toreo de piernas de Bombita y Machaquito, incluso de Joselito, al toreo de brazos y corazón"
“Cuentan de una corrida en la que llegaron a Madrid
siete toros de Colmenar, grandes y corralones, pero entre los siete, se
distinguía uno enorme de peso y de defensas; “Guerrita” rogó al mayoral que lo
retirase porque desigualaba la corrida. “Déjelo usted –contestó el mayoral- de
todos modos no viene para usted”. La contestación del mayoral –“no viene para
usted”- confirma la sospecha………….Hay que decir, como reconocimiento a la casta
de torero que tenía “Guerrita”, que irritado por el tono del mayoral, no
solamente no insistió en que retirase el toro, sino que exigió matarlo él, lo
que hizo a la perfección, después de una excelente faena de muleta. Acaso todo
fuera una suspicacia de Mazzantini,
pero éste pide el sorteo. Y los ganaderos que ya empezaban a claudicar
procurando el favor de “Guerrita”, al consentir el sorteo de los toros, como
una renuncia a su afición y a su puesto en la corrida, pierden el mejor
aliciente y estímulo, mandar absolutamente en el toro, hasta que sale al ruedo,
donde el torero se hace dueño de él
El gran aficionado Mariano de la Riestra, en su libro La fiesta de los toros, escribe:
"Guerrita fue otro excepcional banderillero. Se anunciaba en los carteles su actuación con letras tan destacadas como las de los espadas, contribuyendo a que su matador, que entonces lo era Fernando el Gallo, fuera contratado. Su estilo era otro que el de Lagartijo; prodigaba sus extraordinarias facultades, llegando hasta el toro, dándole con las banderillas en el testuz y salía corriendo para que le persiguiera, y -admítase la expresión- "galleando", se distanciaba por piernas, lo esperaba, y, cuadrando, clavaba en lo alto con una especie de recorte; realmente, era un espectáculo grandioso. En el cuarteo introdujo las variaciones de citar dos o tres veces en el viaje, pararse y desafiar a la res echando los palos atrás, y marchaba, por último, de frente al terreno de aquélla, no sabiéndose anticipadamente por qué lado saldría. No se asomaba al balcón, como entonces se decía, más que en determinadas ocasiones y sostenía el criterio de que no era buen banderillero el que daba la espalda a las tablas, no dejando al toro su salida natural. El adorno anterior a la suerte y el hacer él solo la preparación, fue su mayor novedad; cogía los palos y caminaba al encuentro del animal sin necesidad de capotazos previos"
"Guerrita es el torero de más facultades que he conocido. Tenía una ligereza inigualable; piernas de acero que le permitían -se lo vi varias veces- saltar al callejón, y en la misma postura que caía, por flexión, volver en otro salto al ruedo..................Para poner banderillas no necesitaba que le colocasen el toro. El mismo se lo preparaba, y en ocasiones corriendo delante de la res, se enmendaba en el viaje, y ganándole por pies la cara, cuadraba y clavaba los rehiletes........................Con la capa toreaba en todas las suertes. Nadie se atrevería a sostener que en ello fuese el mejor, ni siquiera de los mejores. Pero las practicaba bien y con variadas clases de adornos. En la corrida estaba pendiente de la lidia, tanto en su toro como en el de los demás; aconsejaba con gran saber y conocimiento, y acudía pronto a cualquier peligro. Banderillero lo era insuperable, de todas formas y en todos los terrenos; en el cuarteo, avanzaba tan despacio y hasta tan cerca, que no se sabía por qué lado saldría. Introdujo una innovación al citar: el pararse una o dos veces, echando los brazos atrás con las banderillas rectas, antes de llegar al cuarteo.............................La muleta de Guerrita, en los toros nobles era de seda y una tralla con los difíciles. No había animal al que no hiciese abrir la boca al tercer muletazo. Con la espada dominó todas las suertes: recibiendo, arrancando, a volapié legítimo y con toda clase de recursos, dejándose ver, despacio, y en ocasiones, como una centella. Prodigaba el recibir; le recuerdo ante un miura al que recibió hasta cuatro veces para acabar con él. De cuando en cuando prescindía del primer tiempo de citar con el pie izquierdo; se afianzaba con el derecha, adelantaba la muleta y metía el estoque. Cuando le salía un toro difícil era un recreo verle despacharlo con aquella rapidez"
"En una conversación entre Frascuelo y Lagartijo, al bajar del palco desde el que han asesorado la corrida benéfica de Cuba, parece que aquél sentenció: "Los toros que hemos matado nos pedirán cuenta en el otro mundo, porque nos conocerán; a Guerrita, los suyos no, porque no le han visto"
"Toreaba en un pueblo de relativa importancia y le correspondió un toro, que por su tamaño, edad y dificultades llaman los flamencos un barbas. Le dio cuatro pases y le entró a matar a velocidad de vértigo, echándole a rodar sin puntilla. La gente le aplaudió mucho, pero al llegar a la barrera, un espectador le dijo: "Oye, Guerrita, ni te ha visto" Y sin ofenderse contestó, riendo: "Que se aguante, que dos ojos tenía"
"Fue un hombre de inteligencia poco común y gran ingenio, que, a no dudar, habría sobresalido en cualquiera otra actividad a que hubiese dedicado sus afanes. Como torero, no pudo serlo mejor.................Tuvo nueve cogidas, dos de gravedad; pero su naturaleza venció a todas"
"Al público en general no le era simpático; pero el aficionado que le haya visto tendrá que confesar, quiera o no, que es el mejor torero que se ha conocido, el de más facultades y el más largo, como se dice hoy. No sé si Joselito, de haber vivido más años, le hubiera superado. Lo admito; pero lo cierto es que de cuantos lidiadores he visto, y me atrevo a creer que de los anteriores, ha sido el mejor. Como decía el gran revistero José de la Loma, convertía los toros en animales inofensivos, aminorando la emoción de la posible tragedia. Así pudo exclamar un extranjero: "¡Qué lástima que lo haya matado (al toro), tan bien como lo tenía domesticado!"
"Rematará girando y estirando el brazo hacia atrás................a la vez que se imprime de los pies el movimiento preciso para que una vez terminado el pase, quede el diestro en disposición de repetirlo............Si el cornúpeta no se para al ser rematado el pase y continúa persiguiendo la muleta, se repite el giro las veces que sea preciso.................. A la continuidad del pase natural y en el momento en que el lidiador y el toro hayan dado una vuelta completa, es decir, que ocupen las posiciones que tuvieron en un principio, se da el nombre de pase en redondo"
"Otro punto decisivo respecto a su visión, previsión o premonición, de formas del toreo actual, es el de que, en el cite para el pase natural, Guerrita adelantaba el pie derecho..............F. Bleu, en su libro Antes y después del Guerra, escribe:
"Muleteó toda su vida con las piernas abiertas, sin que sirviese la disculpa de sus panegiristas de que adelantaba el pie derecho en los pases naturales"
De tal forma, con la pierna derecha ligeramente adelantada (por ende, la izquierda ligeramente retrasada), se hace al toro venir por su terreno, para irlo llevando hacia atrás, al terreno de la espalda del torero (hacia adentro), de manera que, con solo girar después, sin necesidad de reponer pasos, se ligue una suerte con otra, en redondo................Este punto es la anticipación más notable de El Guerra rumbo al moderno toreo en redondo"
"Rafael Guerra pone a la verónica de costado, para que pueda ceñirse y articularse e intensificarse en sus diversos tiempos, como nunca hubiera sido posible con la verónica de frente.................Y con la muleta carga la suerte hacia un lado y aun en ocasiones ligeramente hacia atrás, para que pueda mantenerse la continuidad del toreo en redondo................Y cuando el toreo en redondo se ha perdido desde Pastor a Belmonte y desde Machaquito al Gallo, llega Joselito y lo redescubre, lo recrea, lo restablece y se lo pasa a Chicuelo y Armillita. Y a Manolete, que todos en esa fuente bebieron"
"Una falla tiene El Guerra, una gran falla que posiblemente explique, primero el distanciamiento, y después la hostilidad del público. Le falta, casi por entero, la emoción. Esta ausencia de contacto sentimental con el público hace que, aun los que lo reconocen como genio, lo sientan distante. Domina demasiado.............Su capacidad borra la sensación de peligro y deja a su arte como una construcción genial, pero hueca. Los toreros verdaderamente populares son los toreros arriesgados...............Suele ser la quiebra de los grandes maestros, de los grandes dominadores...................Existe un parentesco de fondo entre Paquiro, que estuvo sin nadie al frente, indiscutido en su trono, y Guerrita, que estuvo también solo, por más que quisieran buscarles oponentes imposibles, hasta que tuvo que ser el propio público el que se adelantó a entablar competencia con él............Los dos grandes solitarios"
José Alameda, en su libro Los arquitectos del toreo moderno, Capítulo I, escribe:
".......En cuanto a la creencia de que Juan Belmonte inventó el toreo moderno, es verídica en parte, y en parte no. Cierto que él hizo algo decisivo. Pero no todo. Otros hicieron lo suyo y no se ha dicho………….El hombre que plantó, sin sospecharlo, la semilla del toreo moderno fue Rafael Guerra Guerrita, gran torero cordobés, tan enérgico para la acción cuanto negado para el ejercicio de la crítica…………….Si hemos de creer a los viejos aficionados de aquel tiempo, y yo alcancé a escuchar a algunos, fue Guerrita quien más influyó para que los ganaderos, al seleccionar sus productos, procurasen afinar tanto el estilo de los toros como su tipo y encornadura, a fin de hacerlos más aptos para la lidia y facilitar, con el lucimiento de los toreros, la brillantez del espectáculo……………Ya esto, en teoría, era la visión lúcida del camino real que, en años posteriores, habría de seguir la fiesta de los toros…………….Pero fue él quien menos había de entenderla……………Los resultados del afinamiento del toro (tipo estándar, líneas redondeadas, encornadura más reducida) comenzaron a verse en los años que precedieron a
Veamos lo que nos dice el propio Guerrita en su Tauromaquia respecto al pase cambiado de rodillas:
"......es de las suertes más lucidas y vistosas que se ejecutan con los toros a poco de abandonar los toriles y cuando tienen todas sus facultades. Para efectuarla se coloca el diestro de rodillas en línea recta con el animal, le llama la atención con el capote, y cuando parte y llega a jurisdicción, le marca una salida que cambia en el momento de tomar el engaño...............Esta suerte ha sido siempre ejecutada con gran fortuna por Fernando Gómez el Gallo"
Robert Ryan, en su libro El toreo de capa, escribe:
"Guerrita era un maestro en el arte de capear sobre piernas, brillantísimo, pronto, parco y preciso en la brega, en las suertes de quitar y colocar al toro"
Robert Ryan, en su libro El Tercio de Muerte, escribe:
"Cintura, muñeca y perfil: Guerrita, sabio, poderoso, en desacuerdo con una estética que limitaba su mando, no sólo se abstuvo de juntar las zapatillas en el pase natural; en el cite de frente adelantaba el pie derecho sobre la línea del izquierdo, el cual no siempre avanzaba en el pase. Su procedimiento, sencillo, lógico, apuntó una revolución que él no quiso protagonizar; una revolución que llevaba el pase natural hacia la ejecución de perfil, lo cual facilita prolongar y encadenar los pases por bajo en redondo, que era un toreo que Guerrita no prodigaba, prefiriendo él rematar el natural por alto, a lo antiguo. Pero dentro de lo antiguo de su faena estaba ya el esquema del toreo moderno: la posible redondez, la unidad, la medida..............................Hasta el final del mismo, las faenas que mejor encajan en el siglo XIX, las que señalan los anales como ejemplares, las más celebradas en vida, son aquellas construidas en concepto de una brevedad que se mira en la muerte, como la faena de Guerrita realizada en Madrid el 12 de octubre de 1890, al cuarto toro de Anastasio Martín: una gran faena, compuesta de dos superiores pases naturales y uno preparado no menos bueno, entrando a matar con coraje"
"Nadie, se dice, ha dominado como Guerrita la tauromaquia desnuda, el trance limpio, duro, de la faena de poder, en la cual la muleta hace que el toro emplee toda su fuerza en contra de sí mismo; la muleta que penetra en su furia y rompe su trayectoria"
Félix Borrel, conocido con el pseudónimo de F. Bleu, escribe:
"En el pase natural, cabe dispensar a un torero (Guerrita) que adelante prudencialmente la pierna derecha, primero, porque con ello no consigue ventaja sobre el toro, y segundo, porque se coloca en una posición propicia para engendrar el redondo, caso de que el toro no abandone los vuelos del engaño, o mejor aún, que el matador no le permita abandonarlos"
"Guerrita comienza a elegir los toros; desecha los incómodos de Colmenar y reduce su tamaño.............Cuando los ganaderos no atendían a estos requisitos y colocaban sus toros en el orden más conveniente para la lidia, tropezaban con un veto del omnipotente cordobés"
"Guerrita es el antecedente inmediato de Joselito, quien supera al cordobés en sabiduría, conocimientos, donosura e intuición. Ambos, Guerrita y Joselito, no son, sin embargo, sino eslabones de una transición, y llenan el espacio entre la época heroica y la época del toreo de arte, que comienza con la aparición de la figura más revolucionaria que ha producido la historia del toreo. La tauromaquia de Juan Belmonte supone el paso del toreo de piernas de Bombita y Machaquito, incluso de Joselito, al toreo de brazos y corazón"
El escritor peruano Luis F. Odría, en su libro El arte del toreo y los secretos de la lidia,
escribe:
“Para un buen banderillero
hay siempre toro, esté como esté y en todas partes” decía Cúchares.
Todo el éxito de Guerrita,
lo que lo consagró de excepcional banderillero, fue precisamente esto. Cuando
salió “Guerrita”, el público y la crítica se fijaron en él y le dedicaron tanta
atención como a un matador de toros. Dice una crónica de la época -1883-: “Molesto el público,
impaciente el aficionado por tantas salidas en falsa achacadas a las
condiciones de las reses más que a la falta de decidía y pundonor del lidiador,
“Guerrita” nos ha demostrado en una y otra tarde, siempre y en todas las
ocasiones, cómo el toro es esclavo, cómo las mayores dificultades se vencen con
habilidad; en fin, “hay siempre toro”, allí donde hay ánimo hermanado con el
arte. Toma los palos –sigue hablando del banderillero “Guerrita”- y marcha en
dirección a la fiera; su aptitud es decidida y gallarda, su porte elegante,
fino el andar, correcta la manera de citar al toro. Cuando la res se fija,
“Guerra” entonces avanza un paso y luego dos o tres más, así va acortando las
distancias, tanto que sólo un rasgo de valor pueda salvarlas. El toro parte
veloz y furioso, seguro de su presa, el “Guerra” espera y vacía el tremendo
testuz apenas perdiendo un paso de su antigua posición. El espectador advierte
cómo el joven banderillero apenas sale de la suerte por pies, y es que ha
salido tan veloz la acometida, meditado y reparado en centro de la ejecución,
que toro y lidiador vuelven a recobrar sus terrenos después de clavados los
palos en las sobresalientes agujas. De esta suerte que podremos llamar cuarteo
ceñidísimo, aguantando (permítaseme la novedad) o de frente, sólo resta un paso
para el verdadero cambio. “Guerrita” ha cambiado en dos tardes, y su primer
ensayo le ha resultado un prodigio de limpieza. Si “El Gordo” hubiera estado en
el redondel, le hubiera estrechado la mano”
“Del terreno que pisaba
“Guerrita” en todos los toros, da un juicio de “Lagartijo”, que es el que mejor
ha pulsado con banderillas las agujas de los toros. Me agrada “Guerrita” –decía
“Lagartijo”- por su arte y por su corazón; puede ir confiado, pero le temo en
aquellos toros que alargan el pescuezo, y el diestro, por vista que tenga,
equivoca las distancias. En nuestro días hemos oído un testimonio directo por
boca de Valentín Martín………que era banderillero de “Frascuelo”. Contaba Valentín
en su tertulia del Café Universal, con Vicente Pastor, que cuando salió
“Guerrita” banderilleando, él perdió los estribos. Siendo como era un
banderillero muy seguro, empezaron a cogerle los toros. “Frascuelo” que se dio
cuenta, le dijo un día: “Te voy a quitar de banderillear, porque a ti te va a
matar un toro por causa de “Guerrita”. Y comentaba Valentín, con la vista
perdida en el recuerdo: “Era verdad; aquella manera de parar a los toros en
todos los terrenos que tenía “Guerrita” era mi obsesión; ¡Qué manera de
banderillear!; ese era un buen banderillero”
“Guardaba “Guerrita” un
telegrama de Fernando “el Gallo”, su primer contrato formal. El telegrama decía
así: “Rafael Guerra. Córdoba. Dígame si quiere torear conmigo todas las
corridas que tenga. Dígaselo Bocanegra. Espero contestación telegráfica. Le
espero domingo Madrid, Firma. Gallito”. Antes de tomar la alternativa, cuando
todavía era “Guerrita” banderillero de “Lagartijo”, alternó en banderillas con
su maestro en Madrid y torearon “al alimón la tarde del 12 de Mayo de 1887.
¿Tendría importancia “Guerrita” con los palos en la mano?”
Y más adelante, el mismo Luis F. Odría, comenta el toreo de Luis Miguel Dominguín y el de Guerrita:
Y más adelante, el mismo Luis F. Odría, comenta el toreo de Luis Miguel Dominguín y el de Guerrita:
“LUIS MIGUEL DOMINGUÍN Y GUERRITA.
Los bobalicones de la afición, atribuían la supremacía de Luis Miguel a su
valentía. No es que intente restar méritos al valor de Luis Miguel, que era
imponderable. Donde está el pundonor de un torero, allí estará siempre el
nombre de Luis Miguel “Dominguín”. Pero su fama de gran torero no la debe a
esto, ciertamente. Toreros tan valientes como “Dominguín” los ha habido.
Todavía en su época existieron varios. Lo que no había, exceptuando a Ortega en
algunas faenas, es un torero que les pisara a los toros el terreno que
“Dominguín”; que los aguantara, les cargase la suerte y peleara tan a ciencia y
a conciencia como Luis Miguel. Esta era la clave de sus triunfos……………… Como fue
la de “Guerrita”, a pesar de tener enfrente a “Lagartijo”. Dicen que le cogió
viejo. Hubiera sido igual. A carrera larga, el triunfador habría sido
“Guerrita”. ¿Por qué? Sencillamente porque dominaba mayor número de toros.
“Lagartijo”, con todo su arte, que debía ser incomparable en el toreo bueno, no
hubiera podido resistir la pelea con “Guerrita”, de estilo menos depurado y
corte menos clásico, pero de mayor capacidad torera, y, consecuentemente, mayor
número de recursos. Y eso no lo digo yo, aunque salga de mi pluma en este
momento. Lo dijo “Guerrita” en un momento de sinceridad”
El mismo Luis F. Odría, en su libro El arte del toreo y los secretos de la lidia,
recoge este comentario de Gregorio Corrochano:
El gran aficionado Mariano de la Riestra, en su libro La fiesta de los toros, escribe:
"Guerrita fue otro excepcional banderillero. Se anunciaba en los carteles su actuación con letras tan destacadas como las de los espadas, contribuyendo a que su matador, que entonces lo era Fernando el Gallo, fuera contratado. Su estilo era otro que el de Lagartijo; prodigaba sus extraordinarias facultades, llegando hasta el toro, dándole con las banderillas en el testuz y salía corriendo para que le persiguiera, y -admítase la expresión- "galleando", se distanciaba por piernas, lo esperaba, y, cuadrando, clavaba en lo alto con una especie de recorte; realmente, era un espectáculo grandioso. En el cuarteo introdujo las variaciones de citar dos o tres veces en el viaje, pararse y desafiar a la res echando los palos atrás, y marchaba, por último, de frente al terreno de aquélla, no sabiéndose anticipadamente por qué lado saldría. No se asomaba al balcón, como entonces se decía, más que en determinadas ocasiones y sostenía el criterio de que no era buen banderillero el que daba la espalda a las tablas, no dejando al toro su salida natural. El adorno anterior a la suerte y el hacer él solo la preparación, fue su mayor novedad; cogía los palos y caminaba al encuentro del animal sin necesidad de capotazos previos"
"Guerrita es el torero de más facultades que he conocido. Tenía una ligereza inigualable; piernas de acero que le permitían -se lo vi varias veces- saltar al callejón, y en la misma postura que caía, por flexión, volver en otro salto al ruedo..................Para poner banderillas no necesitaba que le colocasen el toro. El mismo se lo preparaba, y en ocasiones corriendo delante de la res, se enmendaba en el viaje, y ganándole por pies la cara, cuadraba y clavaba los rehiletes........................Con la capa toreaba en todas las suertes. Nadie se atrevería a sostener que en ello fuese el mejor, ni siquiera de los mejores. Pero las practicaba bien y con variadas clases de adornos. En la corrida estaba pendiente de la lidia, tanto en su toro como en el de los demás; aconsejaba con gran saber y conocimiento, y acudía pronto a cualquier peligro. Banderillero lo era insuperable, de todas formas y en todos los terrenos; en el cuarteo, avanzaba tan despacio y hasta tan cerca, que no se sabía por qué lado saldría. Introdujo una innovación al citar: el pararse una o dos veces, echando los brazos atrás con las banderillas rectas, antes de llegar al cuarteo.............................La muleta de Guerrita, en los toros nobles era de seda y una tralla con los difíciles. No había animal al que no hiciese abrir la boca al tercer muletazo. Con la espada dominó todas las suertes: recibiendo, arrancando, a volapié legítimo y con toda clase de recursos, dejándose ver, despacio, y en ocasiones, como una centella. Prodigaba el recibir; le recuerdo ante un miura al que recibió hasta cuatro veces para acabar con él. De cuando en cuando prescindía del primer tiempo de citar con el pie izquierdo; se afianzaba con el derecha, adelantaba la muleta y metía el estoque. Cuando le salía un toro difícil era un recreo verle despacharlo con aquella rapidez"
"En una conversación entre Frascuelo y Lagartijo, al bajar del palco desde el que han asesorado la corrida benéfica de Cuba, parece que aquél sentenció: "Los toros que hemos matado nos pedirán cuenta en el otro mundo, porque nos conocerán; a Guerrita, los suyos no, porque no le han visto"
"Toreaba en un pueblo de relativa importancia y le correspondió un toro, que por su tamaño, edad y dificultades llaman los flamencos un barbas. Le dio cuatro pases y le entró a matar a velocidad de vértigo, echándole a rodar sin puntilla. La gente le aplaudió mucho, pero al llegar a la barrera, un espectador le dijo: "Oye, Guerrita, ni te ha visto" Y sin ofenderse contestó, riendo: "Que se aguante, que dos ojos tenía"
"Fue un hombre de inteligencia poco común y gran ingenio, que, a no dudar, habría sobresalido en cualquiera otra actividad a que hubiese dedicado sus afanes. Como torero, no pudo serlo mejor.................Tuvo nueve cogidas, dos de gravedad; pero su naturaleza venció a todas"
"Al público en general no le era simpático; pero el aficionado que le haya visto tendrá que confesar, quiera o no, que es el mejor torero que se ha conocido, el de más facultades y el más largo, como se dice hoy. No sé si Joselito, de haber vivido más años, le hubiera superado. Lo admito; pero lo cierto es que de cuantos lidiadores he visto, y me atrevo a creer que de los anteriores, ha sido el mejor. Como decía el gran revistero José de la Loma, convertía los toros en animales inofensivos, aminorando la emoción de la posible tragedia. Así pudo exclamar un extranjero: "¡Qué lástima que lo haya matado (al toro), tan bien como lo tenía domesticado!"
Filiberto Mira, en su libro "Vida y tragedia de Manolete", escribe:.
"Un lidiador absorbente, autoritario, superlativo. Concentró en sus manos todo el mando y ante él todos se doblegaron. Entendió que lidiar era poner el valor y la inteligencia al servicio de poderle al toro. Deduzco por lo que sobre él he leído a los tratadistas, que más que perfecto fue absoluto en las suertes y que subyugó más que dominó a las reses. No fue creador, pero sí mantenedor de lo que se estimó como principios fundamentales e irrevocables de la tauromaquia. Dedúcese de su biografía que careció de rival y que antes nunca había estado el toreo tan concentrado en un solo torero…………Los espadazos de don Luis Mazzantini y la rasgada temeridad de El Espartero sólo fueron complementos de los tiempos de Guerrita, en lo que si algo tuvo brillo propio fue el singular empaque de Antonio Fuentes"
César Jalón, en sus Memorias de Clarito, se centra en el binomio Guerrita-Joselito:
"En puridad, casi todo cuanto se diga de uno conviene al otro..........Joselito torea con mejor modo..........Pero su trayectoria y características, aparte la suerte de matar que Joselito falsea después de haber recibido algunos toros -y para eso también la falsea el Guerra, aunque con más disimulo-, el conjunto de su copiosa y diestra labor los hace semejantes. Guerrita es en la edad que el toreo "anda sobre las piernas" lo que Gallito viene a ser en la edad que el toreo, por la genialidad belmontina, comienza a "andar en los brazos"...................Ambos son fuertes, robustos, espléndidamente dotados por la Naturaleza........Los dos conocen a maravilla las reses, los terrenos, las suertes todas. Y los dos alardean del mismo mérito: la incomparable mezcla de su sabiduría, poder y dominio...........Guerrita y Joselito -si no genios, amos-, reinan en la plaza y en el campo: en la fiesta"
"El 21 de febrero de 1941 murió Rafael Guerra.....................Con el siglo pasado, en su postrer octubre de 1899, se fue de los toros -"no me voy"- suspiró-,"¡me echan!"...............Medio siglo XVIII y la redondez del XIX resumen y compendian sus avances en su maciza figura. De nada ha creado un estilo; pero todo cuanto se ha estilado hasta el día lo domina; todo cuanto se inventa lo asimila y refunde. Y no extraña leer; "Chiclanero recibía mejor; Cayetano tenía una muleta más artística; Lagartijo era muchísimo más fino; Frascuelo, más tremendo al matar; Cara-Ancha, más clásico y elegante con la capa; pero el conjunto de cualidades sobresalientes hacen del Guerra el más completo".......................Pero el amor propio y el puntillo profesional que laten en Guerrita con la misma alterada violencia que en su legítimo heredero del siglo XX, no le inspiran el mismo deseo de superar su calidad artística. Mientras José repule sus maneras mirándose en el espejo belmontino, Guerrita vivió de espaldas a la línea eurítmica de Lagartijo y a la bizarra prestancia de Frascuelo...................Cuando se retira, a la postre de 892 corridas, su técnica hase ensanchado hasta la perfección y su saber bordea la infalibilidad; pero su estilo no se depura un adarme, ni su silueta se afina un milímetro. Sigue el amo, no el genio. Un amo poderoso, contundente, sin aristas ni relieves. Torea todo lo que torease Lagartijo, sin su elegancia; mata todo lo que Frascuelo, sin su verdad. Trabaja. Capea, Hace quites variados. Flamea el capote y corre los toros, y los para y colea si es preciso, si no con arte, con garbo. Todos los terrenos son buenos para sus banderillas. Su muleta carga sobre la derecha. Y mata con demasiada presteza, tapando la cara al enemigo. Síntesis no mía: de Sánchez Neira......................Guerrita no tuvo competencia. Condenado a la exclusividad, los públicos se le rinden sin efundir en la ofrenda del aplauso una gota de pasión........................La pasión de críticos y públicos se desata sobre la cuerda opuesta: contra los toros sin toro; el "pastel de liebre, sin liebre"; "el águila, vuelta canario"
Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su libro Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:
César Jalón, en sus Memorias de Clarito, se centra en el binomio Guerrita-Joselito:
"En puridad, casi todo cuanto se diga de uno conviene al otro..........Joselito torea con mejor modo..........Pero su trayectoria y características, aparte la suerte de matar que Joselito falsea después de haber recibido algunos toros -y para eso también la falsea el Guerra, aunque con más disimulo-, el conjunto de su copiosa y diestra labor los hace semejantes. Guerrita es en la edad que el toreo "anda sobre las piernas" lo que Gallito viene a ser en la edad que el toreo, por la genialidad belmontina, comienza a "andar en los brazos"...................Ambos son fuertes, robustos, espléndidamente dotados por la Naturaleza........Los dos conocen a maravilla las reses, los terrenos, las suertes todas. Y los dos alardean del mismo mérito: la incomparable mezcla de su sabiduría, poder y dominio...........Guerrita y Joselito -si no genios, amos-, reinan en la plaza y en el campo: en la fiesta"
"El 21 de febrero de 1941 murió Rafael Guerra.....................Con el siglo pasado, en su postrer octubre de 1899, se fue de los toros -"no me voy"- suspiró-,"¡me echan!"...............Medio siglo XVIII y la redondez del XIX resumen y compendian sus avances en su maciza figura. De nada ha creado un estilo; pero todo cuanto se ha estilado hasta el día lo domina; todo cuanto se inventa lo asimila y refunde. Y no extraña leer; "Chiclanero recibía mejor; Cayetano tenía una muleta más artística; Lagartijo era muchísimo más fino; Frascuelo, más tremendo al matar; Cara-Ancha, más clásico y elegante con la capa; pero el conjunto de cualidades sobresalientes hacen del Guerra el más completo".......................Pero el amor propio y el puntillo profesional que laten en Guerrita con la misma alterada violencia que en su legítimo heredero del siglo XX, no le inspiran el mismo deseo de superar su calidad artística. Mientras José repule sus maneras mirándose en el espejo belmontino, Guerrita vivió de espaldas a la línea eurítmica de Lagartijo y a la bizarra prestancia de Frascuelo...................Cuando se retira, a la postre de 892 corridas, su técnica hase ensanchado hasta la perfección y su saber bordea la infalibilidad; pero su estilo no se depura un adarme, ni su silueta se afina un milímetro. Sigue el amo, no el genio. Un amo poderoso, contundente, sin aristas ni relieves. Torea todo lo que torease Lagartijo, sin su elegancia; mata todo lo que Frascuelo, sin su verdad. Trabaja. Capea, Hace quites variados. Flamea el capote y corre los toros, y los para y colea si es preciso, si no con arte, con garbo. Todos los terrenos son buenos para sus banderillas. Su muleta carga sobre la derecha. Y mata con demasiada presteza, tapando la cara al enemigo. Síntesis no mía: de Sánchez Neira......................Guerrita no tuvo competencia. Condenado a la exclusividad, los públicos se le rinden sin efundir en la ofrenda del aplauso una gota de pasión........................La pasión de críticos y públicos se desata sobre la cuerda opuesta: contra los toros sin toro; el "pastel de liebre, sin liebre"; "el águila, vuelta canario"
Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su libro Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:
“El Guerra” fue un torero que sabía y podía más que
nadie; conocía el toreo tan a fondo que para él no había toros difíciles y a
todos los dominaba con rapidez maravillosa; practicaba con brillante perfección
todas las suertes de capa conocidas; era un formidable banderillero, por los
dos lados y en todos los terrenos; con la muleta en la mano, su poderío, su
saber y su arte estaban siempre de manifiesto, y mataba tan bien, y aun mejor
en ocasiones, que los más destacadas estilistas del estoque. Una maravilla, en
una palabra, sin competidor posible, como se vio en las varias competencias a
que le arrojaron. Como dueño y señor del toreo, impuso el ganado que le petó, y
a él se achaca la aparición de los primeros toritos, toritos para entonces,
claro está………….Tan bueno, seguro y fácil era,
que el público comenzó a exigirle demasiado y a mostrársele
intransigente, y ello motivó que “El Guerra”, despechado y aburrido, su fuera
inopinadamente del Arte, cuando estaba en su apogeo, toreando, sin previo
anuncio, su última corrida en Zaragoza el 15 de octubre de 1899. Y luego fueron
las lamentaciones de aquella afición, que se quedó sin su mejor torero. El
mejor entonces; pero además, uno de los mejores de todos los tiempos”
"Don Ventura", en el número 2 de la colección "Grana y oro", titulado "La Tauromaquia en el siglo XIX", escribe:
"(Pgs. 112 a 114)…..Considerado como
el “lidiador tipo” de todas las épocas, por haber coincidido en él todas las
aptitudes que se pueden exigir a un matador de toros………Fue, indiscutiblemente,
el torero más grande del siglo XIX, porque estuvo dotado de todas las aptitudes
de Francisco Montes y superó a éste como matador……….El equilibrio de los
tercios, la extensión de conocimientos y aptitudes, la plenitud de aplicación
de normas que Francisco Montes estableciera, culminan en Guerrita y hacen de éste un torero que logra asumir el vigor de dos
o tres generaciones juntas; en el sentido de potencia mental y en el de
realización lograda –como extensión y como contenido- , nada hay igual a Guerrita en toda la centuria
anterior………….Desde el salto al trascuerno hasta el lanzamiento de la puntilla
para atronar a los toros que se mantienen en pie, lo hizo todo, absolutamente
todo, y en todo brilló con rareza de fenómeno: extenso repertorio con el
capote, portentoso banderillero, muletero genial, tanto para adornarse como
para dominar a los toros o hacer que los mansos adquiriesen aparente bravura,
matador invencible por los especialistas de la estocada, vastos conocimientos
de los toros de lidia, facultades físicas insuperables……, todo se junta en Guerrita para acrecentar su fama, y como
no tuvo rival digno de él, de su omnisciencia taurómaca se derivó, por
paradójico que parezca, la animadversión de los públicos y su
impopularidad……………Tomó la alternativa en la plaza de Madrid el 29 de septiembre
de 1887, de manos de Lagartijo, que
le cede el toro Arrecío, negro, de
don Francisco Gallardo……………Decadentes ya Lagartijo y Frascuelo, él fue desde
entonces el árbitro de la fiesta, y por hacerse dueño de la situación; por
ejercer una hegemonía que ningún otro torero la tuvo antes que él; por vencer a
cuantos diestros querían ponerle enfrente, se le exigía más y más en cada
corrida que toreaba……………Con fecha 19 de mayo de 1895 realizó un alarde que no
tiene parigual en la historia del toreo: a las siete de la mañana mató en San
Fernando (Cádiz) toros del Saltillo con Pepete
II; a las once, en Jerez de la
Frontera , reses de Camará con Fabrilo, y luego, a las cinco y media de la tarde, en Sevilla,
astados de Murube con Antonio Fuentes…………Sus triunfos, lejos de disminuir la
malquerencia de los públicos, la aumentaban, porque éstos veían en él, más que
a un torero, a un hombre invulnerable que se enriquecía con los toros, cosa
que, en su concepto, eran tan vitando, que no se le podía perdonar, y por esto,
antes con antes y sin previo aviso, abandonó los ruedos después de torear en
Zaragoza el 15 de octubre de 1899 reses de don Jorge Díaz con el Algabeño y Villita………….Fue la suya una época de transición entre el torero
antiguo y el moderno, y acaso por intuirlo él así, hizo que los ganaderos disminuyeran de tamaño las defensas de los
toros. Además, si Lagartijo fue autor
de una trampa en la suerte de matar, él introdujo en la de la verónica la reforma de darla de costado
en vez de ejecutarla de frente, que es la que conviene a su denominación, y
como tal reforma implica una disminución del riesgo, también debe considerarse
como una trampa. Muchos años después, otro cordobés establecería el toreo de
perfil con la muleta. "
El propio Guerrita, se refiere al toreo de muleta en los siguientes términos:
"Todo el toreo está resumido en los movimientos de ese paño rojo destinado a sujetar a los toros huidos, a bajar la cabeza de los engallados, a levantar la de los que humillan.................., a elevarse con gracia en los pases ayudados y en los cambios, a jugar como una mariposa de sangre en los de molinete, a consentir y esquivar con los naturales y destroncar con los en redondo"
Para muchos críticos, el Guerra domina hasta tal punto los toros, que su toreo carece casi por entero de emoción. Su capacidad borra la sensación de peligro y deja a su arte como una construcción perfecta, pero fría. Tal vez, este aspecto de su toreo pueda explicar el distanciamiento e incluso la hostilidad del público.
Extraigo algunos comentarios Guerrita le hizo al periodista José María Carretero, más conocido con el pseudónimo de El Caballero Audaz, en su obra El Libro de los toreros:
"Mi padre era conserje del matadero de Córdoba. Y a mí me dio, con otros chavales, por torear las reses que quedaban de noche en los corrales, a ocultis, naturalmente, del que sabía que, si se enteraba mi padre, me deslomaba....................Una noche, cuando estaba toreando a placer, sentí como si se me viniera el mundo encima. Me dieron un estacazo en los riñones............Era mi padre............Me dio una paliza de la que todavía me estoy acordando.............Y como cundió la faena que yo le había hecho a mi padre quitándole el llaver de los corrales, me pusieron a mí el apodo de El Llaverito, con el que empecé a darme a conocer"........................."Ya no había manera de sujetarme..............Y pude formar en 1876, con Torerito y Magino, la cuadrillas de Niños cordobeses"....................."En agosto del 79 toreé como banderillero con Frascuelo, después con Bocanegra y en 1882 ingresé en la cuadrilla de Fernando Gómez, el Gallo.................Luego me fui con Lagartijo"......................"En los trece años que fui matador de toros de alternativa toreé 889 corridas y maté 2.338 toros"...................."No me dejé ningún toro vivo. Si a mí me hubieran echado un toro al corral, aquel mismo día hubiera dejado de ser torero"...................."Como la gente creía que yo era "el amo del toreo", resultaba que todo lo que pasaba en las plazas me hacían responsable a mí. Hasta cuando los toros eran mansos o defectuosos"........................."Yo pensé que el tomarla conmi
go obedecía a que al público le cansa tener que aplaudir siempre al mismo artista.............A la gente le gusta encumbrar un torero y poderlo hundir cuando quiera, apenas le llame la atención otra novedad. Pero conmigo no les valía"...................."En realidad a mí los toros me cogían pocas veces, y cuando ésto ocurría tuve la suerte de que no me calaran........Y yo creo que esto de no verme malherido todas las temporadas era una de las cosas que no me perdonaban cierta clase de aficionados"
En otra entrevista que el Guerra concedió al cronista Federico Alcázar, podemos leer:
"Mira muchacho................te voy a decir la verdad. Dicen que yo he sido orgulloso; si por orgullo se entiende tener conciencia de lo que se ha hecho, yo lo he tenido y lo tengo; pero un orgullo profesional, puramente artístico, ¿me comprendes? Porque, chiquillo, yo le he hecho a los toros lo que no les ha hecho naide, naide, ¿lo oyes? Naide; por eso he sido el más grande. Con el bravo y con el manso, con el fácil y el difícil, con todos. Escucha. Yo no he tenido el arte de Lagartijo, ni el valor de Frascuelo; pero he sido mejor torero que los dos juntos, porque le he hecho a los toros lo que ellos no pudieron hacerles. Sus amigos dijeron que les cogí viejos. No tan viejos, que tampoco era yo un chavalito. Pero es que si los cojo más jovenes hubiera ocurrido igual, que, al final, yo el amo. ¿Por qué? Porque yo podía con los toros y ellos no. Este era todo el secreto. Para que Lagartijo estuviera bien necesitaba un toro bueno. Salvador le exponía más al malo y le sacaba airoso su valor, sobre todo a la hora de matar. Pero tampoco podía con ello. En cambio, yo estaba bien con el bueno y con el malo. Yo he sido, escúchalo bien, el primero que llegó a dominar los toros, a mandar en ellos, que es lo más difícil del toreo, ¿te enteras? ¡Lo más difícil! Pa mandar en los toros, hay que ser torero de cuerpo entero"
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