RAFAEL EL GALLO VISTO POR JOSÉ DE LA LOMA (DON MODESTO)
. El hijo del señor Fernando: «El hijo del Gallo recuerda mucho a su padre» {…] «Con la muleta es Gallito un fiel trasunto de su infortunado padre» […] Allí hay sangre, allí hay madera… en lo bueno: El que lo hereda no lo hurta, y Rafael Gómez ha heredado de su padre aquel toreo buenísimo: el arte, la figura, la elegancia y la inteligencia» […]«Y como aquel Fernando Gómez de imperecedera memoria, como aquel torerazo inmenso que llevaba envuelto entre los pliegues de su capote el Tratado de Suprema tauromaquia, vimos ayer a su hijo torear de muleta, admirable, soberbia, maravillosamente… y en lo malo: Gallito es un gran torero, pero excesivamente medroso. Su padre era lo mismo… Su hijo Rafael, que es un enorme torerazo, más grande aún que su difunto padre, ha heredado de éste el pavor, el asco a los astados brutos» […] «Como consejo me permito decirle: -Recuerda a tu padre en todos los momentos de tu vida. Procura olvidarle en un solo instante. Al meter el brazo» […] «Si Gallito no se acordara tanto de su difunto padre a la hora de matar […]«Y como aquel Fernando Gómez, estoqueador infernal, vacilante, miedoso, vimos ayer a su hijo cuartear, encogerse, estirar el brazo, hacer cosas feísimas, de las que no quiero acordarme»
. Un gran torero, medroso: «Gallito es un gran torero, pero excesivamente medroso» […] «Gallito no es un toreo valiente… El valor y la vergüenza torera no entran en la jurisdicción de Gallito» [...] «Gallito es un torero sabio, gracioso y elegante, pero… ¿miedoso?... pongamos prudente para que no se alborote el gallinero» […] «Gallito no es, no puede ser un torero de setenta corridas al año» […] «Gallito valiente, hubiera sido un lidiador excepcional, acaso único. Gallito tal como es, fracasará de cien veces, noventa y ocho» […] «Bombita es un torero muy valiente y Gallito un torero muy medroso»
. Un artista del toreo, en sus triunfos y en sus fracasos: «Este es Gallito. Así ha sido, y así será siempre este gran artista del toreo» […] «Para mí Gallito sigue siendo el gran artista del toreo que ha sido siempre. Tan artista como el día de la oreja, y tan artista como ayer tarde, cuando se llevaron los mansos al toro moribundo» […] «Gracias te sean dadas, Señor, por haber creado a este soberano artista del toreo, que se llama, si no miente su fe bautismal, Rafael Gómez Ortega, y que hasta en sus descalabros es grande, es artista y es torero»
. Siempre torero: «Vestidle con el traje más raro que se os antoje. Desfiguradle el rostro. Pintadle la calva con chafarrinones de cien colores, y luego, presentando al muñeco, preguntad a cualquiera: -¿Quién es éste? Y se os contestará enseguida: -Un torero, vestido de mamarracho» […]«Al Gallo no le podrán robar su planta de torero. Allí donde vaya, sea cualquiera la manera de presentarse, el Gallo será un torero. Un torero enorme»
. Un torero de brazos… con los pies clavados en el suelo: «Elegante y sereno con el capote, estira y recoge los brazos como dicen que disponen los cánones taurinos» […] «El chico recuerda mucho a su padre en el modo de alargar los brazos» […] «Lo mejor de la lidia fue la faena de muleta del Gallo en el tercero. Con los brazos, sólo con los brazos. Así se torea… Gallito» […] «Doblando los brazos con gallardías indescriptibles, artísticas, de elegancia soberana, hizo tres quites el de Sevilla de honda emoción estética» […] «Así se torea de brazos, corriendo la mano, y con los pies clavados en la arena» […] «Dos pases naturales con los pies juntos, clavados en el suelo»
. La larga afarolada, un asombro: «¿Y qué dicen ustedes de la despampanante
larga afarolada, engendrada de rodillas y rematada en la misma postura? ¡Un
asombro!»
. Un par de banderillas monumental: «Puso el Gallo un par de
banderillas monumental. De esos que merecen archivarse para recreo y enseñanza
de las generaciones venideras
. Un torero que toreó muy cerca: «Siempre a medio metro de los pitones» […] «A tres palmos de los pitones» […]«A medio metro de la cara , y arreglando la muleta sobre su palillo» […] «Pases todos ellos a dos cuartas de los pitones, rascando el testuz y el cuerno a la fiera»
.Y que huyó despavorido: «En el último salió de la suerte (de matar) tirándolo todo. Muleta, estoque, brazos, piernas, todo, en fin […] Gallito no supo disimular el miedo, y le vimos salir de la suerte de matar con sus dos o tres pelos de punta, lívido, descompuesto y arrojarse al callejón de cabeza» […]«¡Nada, señores, que se han acabado las espantás! Rafael dice que eso está muy feo, y él, que puede mucho con los brazos de atorear, ha dado el cese definitivo a las piernas. Claro que si el peligro aprieta habrá callejón»
. Un torero que hacía enloquecer a los públicos: «Con el capote y la muleta logró entusiasmar a la multitud» […]«Su toreo de muleta que enloquece a las multitudes, porque es imposible encontrar nada más bonito, nada más artístico y elegante» [...] «La muchedumbre enloquecía de gusto […] «El público se electrizó como si le hubieran descargado una corriente de formidable empuje. Todos nos pusimos en pie y palidecimos de emoción» […] «El público, entonces, enloquece» […] «El público, rojo de entusiasmo. Los toreros, embobado
.
. Con lances únicos…, inventados: «No escudriñen ustedes en textos taurinos ni en documentos de fecha remota, buscando la reseña de lances parecidos o análogos. No los encontrarán. Lo que hizo ayer el gitano fue de su exclusiva invención» […]«Yo no sé de qué pajolera masa está hecho este gitano, que cuando se confía y torea tiene un sabor todo lo que hace que no se parece a nada
.
… Inefables: «¡Asombroso! ¡Estupendo! ¡Monumental!
¡Pero qué pobre es nuestra lengua en adjetivos!»
. ¡Qué torero tan raro, tan extraño…,
tan lleno de sorpresas!: «El misterioso
Rafael es un enigma. Nos indigna hoy para emborracharnos luego» […] «Gallito, este torero de inexplicable
contextura, grande, fiero y hermoso como el león, a ratos miedoso, ruin y huido
como la comadreja en otros» […] «Y así es este hombre. Y como es así,
así le debemos tomar. A ratos, inconmensurable, único. En otros para, si no de
muerte, herirle de alguna gravedad» […] «¿De qué madera habrán hecho a este
torero?»
. Un torero con mucha gracia, con mucha
salsa: «Eche usted mostaza, salero, gracia,
salsa» […] «¿Allí hubo arte? ¿Se debe torear así? Cada cual piense y diga lo que
quiera. Yo aseguro que hubo gracia, mucha gracia, y un derroche de salsa torera
inconmensurable» […] «En la imponderable faena del Gallo había salsa para todos los gustos» […] «¡Qué dos faenas de muleta tan artísticas, tan finas, tan graciosas, tan
de torero! » […] «Y nos entusiasma un minuto por la
gracia y el sabor de su toreo» […] «Rafael derrochó gracia, sabiduría y
salsa torera»
. Un torero sabio, elegante y clásico: «Elegancia petroniana y cuarenta
arrobas de sabiduría taurina» […] «¡Eso es la elegancia misma! ¡Eso es
arte y clasicismo! » […] «¡Eche usted arte, clasicismo y
elegancia» […] «Mucho arte y mucha elegancia en
cuatro pases de muleta» […] «Gallito es un
torero sabio y elegante» […] «Faena insuperable por lo torera y por
lo elegante» […] «Gallito
derrocho sabiduría» […] «Con sobrada elegancia. Con ese
saborcillo clásico que suele poner cuando quiere» […] «Cojan ustedes la suprema elegancia de Lagartijo…»
. ¡Qué seis muletazos en la suerte
natural!: «¡Qué pases en redondo,
sobre la izquierda y corriendo la mano! ¡Qué seis muletazos en la suerte
natural, aguantando de firme y librándose del tremendo embroque con un
artístico movimiento de brazos! No recuerdo faena tan completa, tan hermosa ni
tan emocionante. Eso es torear. Así se pasa la muleta. Eso es lo que ha hecho célebre
en la historia de la tauromaquia a Cayetano Sanz. Lo que ha habido en Vista Alegre ha sido una
resurrección»
. Gocé con el torero y sufrí con el matador:
«Aplaudí frenético a Gallito torero y callé piadoso ante Gallito matador. Gocé y sufrí. ¡Esta es
la vida!» […] «Pero, luego… se fue el gran torero y vino el fusilable matador… Un
verdadero horror… ¡Lástima grande! » […] «Con la muleta un eminentísimo
catedrático. Con el estoque, un pincha ratas. ¡Qué lástima!»
. Un torero con horror al término medio: «En este torero no hay término medio.
O en el cielo o en el suelo» […] «Derrocha arte, sabiduría y valor en
la primera parte de la faena, y se nos muestra ignorante, acobardado y ruin en
la última. Y nos entusiasma un minuto por la gracia y el sabor de su toreo, y
nos irrita después por lo huido, incierto y encorvado» […] «En un mismo toro, en un mismo minuto, vemos a Gallito valiente como el Cid y acobardado como un conejillo casero.
Se agarra a un pitón al rematar un pase precioso y en seguida nos da una espantá que nos deja fríos».
.. Un torero que necesita un toro ideal: «Gallito, para realizar una de estas asombrosas faenas, necesita un toro ideal, hecho de encargo y a la medida. Un toro que se empape en el engaño como el agua en una esponja, que no tenga el más ligero defecto y que se toree solo, para que permita al diestro adornarse, juntar los pies y jugar los brazos, con movimientos de aristocrática coquetería» […]«Cualquiera que presente la más insignificante dificultad, no es de la comunión de Gallito. Con toros a la medida no tiene rival el hijo de Fernando»
. Un torero indiferente: «Y él, indiferente a todo, al parecer apático, alicaído, oye las broncas como si se dirigieran al vecino de enfrente»
. ¿Qué hacemos con un Gallo así?: «¿Qué hacemos con este hombre? Pues
dejarlo» […] «¿Qué quieres que yo le haga? / ¿Quieres que de saque al campo / Y le dé
una muerte mala? » […]«Este Gallito de mis pecados va a concluir por volvernos a todos locos. Sus
incondicionales lo están ya de remate» […]«¡Y era el mismo! El mismo torero.
¿Cuál es la verdad, Dios mío?... ¿Cuál es la verdad?»
. ¡Lástima que no mate más!: «Con el estoque aún no ha pasado de las primeras letras el chico de Gómez» […] «El niño se mete poco al herir» […]«Al llegar la hora de hacer pupa, no vimos nada, desgraciadamente» […]«No me gustó, pues cuarteaba al meter el brazo. Por ese camino no vamos a ninguna parte» […] «A la hora del pinchen, fue el Gallito de costumbre» […] «Con el estoque no es cosa mayor el hombre, aunque mate bien alguna vez»
. El morrillo no existe: «El morrillo es sagrado para usted. No lo tocará usted nunca con la cruz de la espada. ¡Para qué! » […] «¡Pero qué importa el estoque! Él no es Salvador Sánchez, ni su fama se amasó con la sangre de los morrillos»
. Y, de vez cuando, grandes estocadas: «Vimos a Gallito matar un toro de manera tan insuperable, que ni los que fueron ni los que son podrían superar» […]«Y después, en corto, una media superiorísima […] Pero aún faltaba lo mejor. Allí mismo, a la vista de Paco Madrid y Agustín Malla, célebres por sus grandes volapiés, arrancó el de Gelves muy derecho y metió el estoque casi hasta la taza en la misma cruz. Rodó del cornúpeto como un ovillo, y la muchedumbre, en pie, aclamó al inmenso artista, que cuando se decide pone el mingo donde le ponga el más guapo. Fue la faena y la estocada de la tarde» […]«Hace tiempo que no veíamos arrancar a matar tan en corto, como arrancó ayer Gallito. Y dobló la cintura y dio el hombro como un hombre»
. ¿Cuerdo? ¿Loco?: «¿Cuerdo? ¿Loco? ¿Barrenado? ¡Vaya usted a saber! Pero torero, sí» […] «Cuando el Gallo se descompone, no hay medio de hacerle entrar en razón, tal vez porque en aquellos instantes no se encuentra en el pleno dominio de sus facultades intelectivas»
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