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NOTA INFORMATIVA:

CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE LA MUERTE DE JOSELITO EL GALLO, HE PUBLICADO UN LIBRO EN EL QUE SE RECOGEN TODAS SUS ACTUACIONES EN LA PLAZA VIEJA DE MADRID, VISTAS POR LA PRENSA.

PODÉIS ENCONTRAR MÁS INFORMACIÓN DEL MISMO, ASÍ COMO ADQUIRIRLO, EN EL SIGUIENTE LINK : https://joselitoenmadrid.com/


Este Blog nace como un homenaje a todos aquellos que, a lo largo de la Historia del Toreo, arriesgaron y en muchos casos entregaron sus vidas, tratando de dominar a la Fiera.

miércoles, 27 de junio de 2012

José Miguel Arroyo, JOSELITO. Retratos y Faenas imaginadas




















José Miguel Arroyo Delgado, Joselito, nació en Madrid el 1 de mayo de 1969. Fue alumno de la Escuela Nacional de Tauromaquia de Madrid. Su primera corrida con público fue el 7 de juniode 1981 en Trujillo (Cáceres).

Tomó la alternativa en Málaga el 20 de abril de 1986, al cederle Dámaso González, ante Juan Mora, la muerte del toro Correvías, del hierro de Carlos Núñez. Confirmó la alternativa en Madrid,  el 26 de mayo de 1986 de manos de Curro Romero y con Paco Ojeda como testigo.

Todavía se recuerda su actuación en Las Ventas el día 2 de mayo de 1996, en la histórica corrida goyesca, festejo en el que se encerró en solitario, con seis toros de diversas ganaderías y cortó un total de seis orejas. El día 14 de abril de 1997, en la Feria de Abril de Sevilla, consigue el sueño dorado de cualquier torero: traspasar en hombros la Puerta del Príncipe.El 17 de mayo de 2002 sufre un percance en la plaza francesa de Nimes y se fractura el fémur.

Tras un año 2003 renqueante por esta lesión, decide en febrero de 2004 poner fin a su carrera como matador de toros.

Rubén Amón, en su libro No puede ser y además es imposible, recoge estas palabras del propio Joselito:

"Cualquier espectador puede creerse capaz de torear cuando analiza la faena y descubre los pormenores técnicos. A cambio, cualquier aficionado admite su incapacidad cuando el sentimiento se convierte en la referencia de la faena. Entonces percibes que el público se entrega completamente, como lo has hecho tú mismo delante del toro. Sentir el toreo es mágico. Se produce un abandono espontáneo. La razón, las entendederas, desaparecen y te sientes en el cielo...............Es entonces cuando el público se conmueve"


Juan Antonio Polo, en su obra El Toreo Contemporáneo, se refiere a  la primera etapa de Joselito en los siguientes términos:

 "Diestro ambicioso y un punto inconstante...........Joselito, que es uno de los más firmes puntales con que cuenta el toreo en la recta final del siglo XX, tiene sobradamente aprendida la asignatura y ha ido depurando su estilo, el tiempo que definía su personalidad -muy condicionada en un principio por el patrón de la escuela-, convirtiéndose en un torero poderoso, que sabe pensar en la cara del toro y que es capaz de torear con un sosiego y una cadencia imprevisibles en sus primeros tiempos. Muy independiente y algo perjudicado por su carácter, es un torero muy a tener en cuenta y, sobre todo, un soberbio estoqueador. El mejor, sin discusión, del momento"

Carlos Abella escribe:

"Ha sido uno de los más importantes toreros que ha dado Madrid en los últimos años y desde luego uno de los toreros clave del toreo moderno. Ha sido excepcional con el capote, tanto en la verónica clásica como en los quites, en los que ha exhibido la versatilidad y la variedad de quienes han sido, como él, alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Su verónica de manos bajas, el cuerpo desmayado y muy poco engaño ha tenido múltiples partidarios en sus años de torero en activo. Fue un buen banderillero, suerte que abandonó a los pocos años de tomar la alternativa y con la muleta ha tenido personalidad propia, combinando arte y maestría, técnica e inspiración, como ha sido privilegio siempre de los grandes toreros. Y además ha sido distinto: ha toreado relajado, con las muñecas muy sueltas y dominando muy bien el toreo fundamental. Su estatura y su peso han condicionado su toreo, inspirado en la gracia y la ligereza con la que eran interpretados los muletazos y no en la largura ni el poderío de los mismos. Torea muy airosamente por alto y conoce los secretos del toreo de adorno, aunque todo el tono general de su toreo sea la austeridad y la finura...............Y con la espada, ha sido el mejor matador de toros, por estilo y eficacia, de todos los toreros de su tiempo, demostrando que el torero más valiente es el que es capaz de consumar la suerte suprema con decisión y clase. A todo lo que acabo de decir hay que añadir que Joselito ha tenido un valor seco, frío, auténtico, del que no ha hecho ostentación ni gratuita exhibición.....................Le ha perjudicado su complejidad psicológica, fruto quizás de su difícil niñez, que le ha producido un carácter huraño, proclive al aire taciturno y a que en contra de su habitual sonrisa juvenil, otras tardes se mostrara como ausente o a disgusto consigo mismo"

"Se encerró con seis toros en Las Ventas en la corrida goyesca del 2 de mayo, lidiando toros de seis ganaderías distintas. Su exhibición fue impresionante, luciéndose en quites de todo el repertorio, haciendo faena a casi todos los toros y demostrando una vez más la solvencia de su espada. Después del éxito de Paco Camino en la Beneficencia de 1970, ésta fue la corrida más triunfal de un solo matador en la plaza de toros de Madrid"


Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:

“José Miguel Arroyo, Joselito. Es un torero de purísimo estilo y un lidiador inteligente y cuajado. Toreo completo en todos los tercios, es un magnífico estoqueador. Está llamado a ser una figura de época”



Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:

"La verónica de Joselito ha sido de una sencillez admirable, sin la rotundidad de la verónica gitana, sin el temple sedoso de la de Ordóñez, Pero tan simple que resulta admirable ver torear con la capa con tan poco esfuerzo. Una verónica alejada de toda afectación y de todo trabajo. Una verónica pura y cristalina que surge sin esfuerzo aparente. Joselito ha tenido el mérito de resucitar muchos quites que hacía décadas que no ser realizaban..............El quite que más me gusta verle ejecutar es el que él llama "orticina con caracolina". Quite dificílisimo por los giros y vuelos que da el capote, mientras el cuerpo gira y vuela también. Es admirable verlo ejecutar con la precisión de Joselito...............Cuando Joselito era novillero, en incluso en su primera etapa de matador, banderilleaba. Después dejó de hacerlo. Y es una pena............Como todo lo que hace, Joselito banderilleaba con una innata elegancia sencilla, y una tendencia, también innata en él, hacia el clasicismo..........Podía haber llegado con los palos al mismo virtuosismo que con las telas.....................Con la muleta en la mano.............hacía un toreo finísimo de concepción clásica..................Después Joselito hizo un toreo de pies asentados y riñones metidos. Quizá más hondo, más dominador, pero para mi gusto menos estético.............Su antiguo toreo me gusta mucho más...................Joselito no es un virtuoso del toreo de muleta, como puede serlo Enrique Ponce, por ejemplo. Joselito simplemente torea con limpieza. No tiene un sentido del temple aquilatado. Por eso necesita un toro que se le venga con presteza. Con toros tardos a los que hay que llevar despacio, su toreo luce menos. Eso hace de Joselito un torero irregular. Lo que gusta en Joselito es su toreo largo y su insobornable concepto más que su virtuosismo muletero...............Ha sido el as de espadas en estos últimos tiempos. El volapié de Joselito ha rayado la perfección. Se tira muy derecho y muy recto. Sus volapiés son demoledores...............Su forma de ejecutar la estocada sólo tiene un pequeño pero: la rapidez. Si ejecutando igual lo hiciera con más despaciosidad, sus volapiés, no sólo rayarían la perfección, sino que serían perfectos................Joselito, por su conocimiento de los dos primeros tercios es torero muy emparentado con el estilo del que toma el apodo. Sus concomitancias con los toreros gallistas son evidentes. Pero además tiene, o se esfuerza en tener, un dominio del toreo ligado en redondo con acento estético belmontino que hemos dado en llamar neoclásico..................Torero de escuela, cogió del gallismo la variedad y la largura para hacer un elegante torero neoclásico al toro que le gusta. Es un gran torero, referencia de aficionados y conservador del toreo de siempre"



Javier Villán, crítico taurino del diario El Mundo, tituló su crónica de la corrida goyesca del 2 de mayo de 1996 en Madrid,

"Joselito es el rey" y comenzaba: "Van a necesitarse todos los pintores, y alguno más, que estos días exponen en Utopía sus tauromaquias de Joselito, para reflejar el devenir de este torero. Utopía: eso es lo que hizo José Miguel Arroyo; conquistar la utopía de la pureza torera, hacer realidad la utopía tantas veces negada. O vilipendiada................No fue sólo una tarde completa; fue un compendio de tauromaquia. Después de esto, las dudas que puedan surgir respecto a José Miguel Arroyo, serán únicamente las dudas que vierta él sobre sí mismo. Su verdad y su tauromaquia está ya dilucidadas. Y su hermosura imaginería con el capote; y su sentido del rito y de la ceremonia. Y la matemática de los terrenos. Y un valor seco sin aspavientos ni gestualismos. Hoy por hoy, Joselito es el rey de la torería"

Joaquín Vidal, en la crónica de la misma corrida para el diario El País, titulada "Apoteosis de Joselito", escribía:

"¡Gran tarde de Joselito en Madrid! La mejor tarde de toda su carrera redondeó Joselito ante la afición de la primera plaza del mundo. Toreó como los ángeles en diversos pasajes de sus faenas, entró a quites en todos los toros desplegando un amplísimo repertorio que dejó anonadado al público; estuvo relajado y seguro, dominador y valiente, por encima del bien y del mal, y ni siquiera iba mediada la corrida cuando ya había alcanzado la apoteosis. Los olés y las ovaciones fueron continuos desde que hizo el paseíllo hasta que tumbó al morucho pregonao sobrero de Cortijoliva que hizo sexto. Y a hombros se lo llevaron por la puerta grande, que es la puerta de Madrid, bajo un coro estruendoso que le aclamaba ¡torero!".


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