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NOTA INFORMATIVA:

CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE LA MUERTE DE JOSELITO EL GALLO, HE PUBLICADO UN LIBRO EN EL QUE SE RECOGEN TODAS SUS ACTUACIONES EN LA PLAZA VIEJA DE MADRID, VISTAS POR LA PRENSA.

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Este Blog nace como un homenaje a todos aquellos que, a lo largo de la Historia del Toreo, arriesgaron y en muchos casos entregaron sus vidas, tratando de dominar a la Fiera.

miércoles, 21 de marzo de 2012

NIÑO DE LA PALMA / CARNICERITO DE MÉJICO / ANTONIO POSADA





¡Qué revuelo!
¡Aire que al toro torillo
le pica el pájaro pillo
que no pone el pie en el suelo!
¡Qué revuelo!
Ángeles con cascabeles
arman la marimorena;
plumas nevando en la arena
rubí de los redondeles.
La Virgen de los caireles
baja una palma del cielo.
¡Qué revuelo!
Vengas o no en busca mía,
torillo mala persona,
dos cirios y una corona
tendrás en la enfermería.
¡Qué alegría!
¡Cógeme torillo fiero!
¡Qué salero!
De la gloria a tus pitones
bajé, gorrión de oro,
a jugar contigo al toro,
no a pedirte explicaciones.
¡A ver si te las compones
y vuelves vivo al chiquero!
¡Qué salero!
¡Cógeme torillo fiero!
Alas en las zapatillas,
céfiros en las hombreras,
canario de las barreras,
vuelas con las banderillas.
Campanillas
te nacen en las chorreras.
¡Qué salero!
¡Cógeme torillo fiero!
Te digo y te lo repito
para no comprometerte,
que tenga cuernos la muerte,
a mí se me importa un pito.
Da, toro torillo, un grito
y ¡a la gloria en angarillas!
¡Qué salero!
¡Qué te arrastren las mulillas!
¡Cógeme torillo fiero!

                                    
                                 Rafael Alberti. "Niño de la Palma"




En la corrida más grande
que se vio en Ronda la vieja.
.............................
Cinco toros de azabache,
con divisa verde y negra.
Yo pensaba siempre en ti;
yo pensaba: si estuviera
conmigo mi triste amiga,
mi Mariana Pineda.
Las niñas venían gritando
sobre pintadas calesas
con abanicos redondos
bordados de lentejuelas.
Y los jóvenes de Ronda
sobre jacas pintureras,
los anchos sombreros grises
calados hasta las cejas.
.................................

La plaza, con el gentío
(calañés y altas peinetas),
giraba como un zodíaco
de risas blancas y negras.
Y cuando el gran Cayetano
cruzó la pajiza arena
con traje color manzana,
bordado de plata y seda,
destacándose gallardo
entre la gente de brega
frente a los toros zahínos
que España cría en su tierra,
parecía que la tarde
se ponía más morena.

García Lorca. De Mariana Pineda




































 







Cayetano Ordóñez y  Aguilera, Niño de la Palma, nació en Ronda (Málaga) el 4 de enero de 1904, sin ningún antecedente taurino. Le viene su remoquete de haber nacido en la Plaza de la Palma, donde sus padres establecieron una pequeña zapatería. Recriado en La Línea, hizo su debut en Ceuta

Gregorio Corrochano es el autor de la famosa frase: "Es de Ronda y se llama Cayetano", aludiendo a que Ronda es la cuna del toreo, y Cayetano Sanz, ejemplo de depurada elegancia. Sin ella habría pasado inadvertida la presentación del novillero en Madrid el 28 de mano de 1925.

Tomó la alternativa en Sevilla, de manos de Juan Belmonte, con Algabeño de testigo, el día 11 de junio de 1925, con toros de Félix Suárez. Constituyó un enorme triunfo. Confírmó la alternativa en Madrid, el 16 de julio del mismo año, en corrida a beneficio de la Asociación de la Prensa. Su triunfo en su segundo toro, de la ganadería de Esteban Hernández, fue clamoroso. El éxito del Niño de la Palma le situó en el primerísimo puesto de la torería. La crítica taurina, generalmente a favor de Cayetano, se le puso en contra al año siguiente. La decisión del torero no era excesiva. Su apatía creció en las temporadas posteriores.

Se retiró definitivamente de los ruedos en 1950. Falleció el 30 de octubre de 1961. Tuvo tres hijos toreros, el más célebre de los cuales fue Antonio Ordóñez.

"(Cayetano) aunque matando estuvo pesado, pues pinchó ocho veces antes de meter la estocada, fluían tan primorosos los pases entre pinchazo y pinchazo, que el público no se cansaba de ver torear tan bien"

                                                                José Díaz de Quijano, Don Quijote


"Don Indalecio", en La Tauromaquia en el siglo XX. Primer cuaderno. En el número 3 de Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, pgs. 117 y 118, escribe:

"Demostró tales condiciones de buen torero desde que se inició en su arte en 1924, que, junto a aquella presentación de Gregorio Corrochano de que se llamaba Cayetano y era de Ronda, las gentes aficionadas concibieron la idea de que había llegado la figura mandona que necesitaba el toreo…………Y podía haber sido, pero lo enviaron de Ronda con mucha torería, con inteligencia extraordinaria, pero con el corazón chiquitito. Cuando mejor estaba, siempre le faltaban unos centímetros para estar superior……..Toreó mucho Cayetano; fue el primero varias temporadas; lució su arte con naturalidad y sin aspavientos; pero los desvíos cada vez se acentuaban más, y hasta en 1928 hizo un mutis fuera de oportunidad. Al torero que se va le es muy difícil volver a calentar el puesto. Y Cayetano, a pesar de un esfuerzo en 1929, al rectificar lo de la huída, ya no pudo ser lo que podía haber sido……….En 1943, terminada la guerra, dijo otra vez adiós. Vamos, resultó “hasta luego”; porque con olvido de lo había podido ser, se hizo banderillero y fue atendido por algunos espadas en recuerdo de su pasada categoría………Ha hecho muchos viajes a América, y la suerte que él busca no le acompaña. ¡Quién se lo había de decir a él el año 1925!"


Néstor Luján escribe:

 "Lo curioso es que existió uno que poseyó todas las condiciones precisas para ser gran figura -alegría, contención elegantísima, variedad rica y policromada, dentro de esta mesura, arte puro y estilizado y un aliento personal gallardo e inequívoco de gran torero- y este hombre fue Cayetano Ordóñez. Este gran artista lo poseyó todo, incluso la simpatía de la afición, y sin embargo le arruinó una indecisión, una especie de dejadez inexplicable que se le presentaba en los momentos cruciales y que malogró su magnífica figura, aquel estupendo tipo de torero............El Niño de la Palma fue un torero de magníficas condiciones. Ha sido un experto director de lidia, uno de los pocos que se han visto en los tiempos modernos.........Como ejecutor de todas las suertes, fue depurado y sólido. Con la capa tenía una elegancia congénita y una naturalidad jugosa e inagotable..........Con la muleta, era inteligente y artista, templaba extraordinariamente y conocía el jaez y el estilo de las reses.......Como banderillero, era excesivamente fácil, elegante y perfecto, así preparando la suerte como clavando los palos. La espada fue su flaco, a pesar de lo cual dio excelentes estocadas, y ha sido de los toreros que con más frecuencia ha intentado la suerte de recibir, en estos últimos tiempos......Los verdaderos degustadores del toreo como un arte, recuerdan apenados a este magnífico espada que no supo ser el mejor"

Cossío, en la misma línea, escribe:

 "El Niño de la Palma reunió todas las condiciones y aptitudes que debieron haberle convertido en el diestro dominador, eje de la torería de su época. Pero torero tan maravillosamente dotado demostró tener un fallo entre tantas facultades eminentes; la falta de afición, de celo torero, que se traducía en su indiferencia ante los fracasos......Merece subrayarse su intuición maravillosa en el ruedo que le hizo ser uno de los mejores directores de lidia que ha conocido esa época........Con la capa su repertorio era variadísimo..........Lo mismo puede decirse de su muleta"

Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:

"A raiz de la feria de Sevilla, se puso de moda Cayetano Ordóñez (Niño de la Palma), coincidiendo con la crónica de Gregorio Corrochano titulada "Es de Ronda y se llama Cayetano"................Su alternativa en Sevilla de manos de Belmonte constituyó un enorme triunfo..................Favorito de la afición y de los poetas, alterna momentos felices con temporadas de total desvío y desvaío. Se ha enfrentado con críticos taurinos muy influyentes, les ha acusado de venalidad. Ha dicho cosas que estaban en la mente de todos. La violación de un "tabú" tiene sanción siempre. Pero Cayetano Ordóñez fue mucho más una víctima de su propia personalidad y de su apatía: "Desganado en los ruedos, nada hizo para consolidar su gran cartel", tal y como dice un crítico de la temporada de 1927.................."Podría ser el primero pero no quiere", dicen los críticos asombrados de verlo en cabeza del escalafón"


El mismo Fernando Claramunt, en su libro Los toreros de la Reina Isabel II, escribe:

"Federico (García Lorca) se refiere (en su obra en verso Mariana Pineda) se refiere a Cayetano Ordóñez, padre del Antonio de los años 50 del siglo veinte..............El gran Cayetano lorquiano, "Niño de la Palma", nació en Ronda el 4 de enero de 1904 -año de la muerte de Isabel II- y fue el ídolo taurino de la poética Generación del 27, formada en su mayoría por aficionados a los toros: Fernando Villalón, Rafael Alberti, Gerardo Diego, José Bergamín, Jorge Guillén, Luis Rosales y, en menor medida pero envidiando el saber taurómaco de sus coetáneos, el profesor, poeta y académico Dámaso Alonso, a quien encantaba que los periodistas le confundieran con el matador Dámaso González............Como un epígono de aquellos poetas, casi en la generación siguiente, se halla Miguel Hernández, ibero de Orihuela, español a carta cabal, táurico y taurino, profundo taurómaco en su cosmovisión.................Cayetano Ordóñez, "Niño de la Palma", alivia el sufrimiento de Mariana: por ella cruza el torero la pajiza arena con traje color manzana para traerle una palma, la del martirio por la libertad. Los dos, con ayuda de Federico García Lorca por si fuera necesario, que no lo es, se habían citado en su gloria"


César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:

"Debutante en Ceuta. Repetido tres tardes apoteósicas en la Maestranza sevillana, todas las plazas de España lo reclaman sin darse cata del calendario: octubre, noviembre y casi diciembre..............Esbelto, bien plantado, de clásicas y garbosas maneras; torero, banderillero, matador, no creo errar si sitúo cerca de aquellos "escándalos" la crónica en que Corrochano resumía sus méritos incipientes, y ya extraordinarios, en el título "Es de Ronda y se llama Cayetano" -alusión interlineada a Pedro Romero y Cayetano Sanz"-:título axiomático e indiscutible en principio; comentado y discutido al correr del tiempo......."



Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:



Cayetano Ordóñez, Niño de la Palma. Se mantuvo activo hasta 1942, pero a pesar de su gran clase cayó pronto en la abulia y en frecuentes irregularidades, por lo que no fue capaz de mantenerse en el primer plano para el que estaba sobradamente dotado. Fue el Niño de la Palma un toreo de gran naturalidad de la que fluía un arte poco común. Con la capa era variadísimo, igual que con la muleta, aunque con ésta le faltó dominio. La estocada, como en casi todos los toreros artistas, fue su punto flaco”




Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su obra Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:



“Cayetano Ordóñez, Niño de la Palma. Pocos diestros ha habido que tuvieran unas aptitudes tan definidas, un arte tan selecto y tan amplio y un conocimiento tan a fondo del toreo como este “Niño de la Palma”; y como además poseía una figura esbelta y torerísima, nada de particular tiene su rápido encumbramiento a las cimas de su arte. Si es absurdo, en cambio, que reuniendo tan envidiables condiciones para haber sido “el amo”, durante muchos años se dejara dominar por la “mandanga” con tanta persistencia que consiguió aburrir a los públicos y a los muchísimos aficionados que veíamos en él un probable “Joselito”. Porque yo confieso que éste ha sido el único torero que me ha “equivocado”. Creí en él desde que le vi por primera vez, y tuve que renegar, despechado, de mi creencia……………..llegó a hacer famosos sus “mítines”, que indignaban al público, mientras que él se quedaba tan campante………….En 1945 toda la afición quedó sorprendidísima ante su reaparición en los ruedos como banderillero de la cuadrilla de Pepe Luis Vázquez. Este final, triste para un artista que pudo ser grande, ha puesto a su carrera aquel torero que inspiró a Corrochano su famosísima frase que parecía profética: “Es de Ronda, y se llama Cayetano”………..Ahora le cuadra mejor otra frase: “¡Tú lo quisiste, fraile mostén……!”
  



Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:

"Cayetano Ordóñez, Niño de la Palma, saltó a la fama tras aquella crónica de Corrochano titulada "Es de Ronda y se llama Cayetano"...............Cuando apareció este torero en 1925, se produjo un auténtico alboroto. Era completísimo; de cuerda totalmente gallista (gran conocimiento del toro y de las suertes), pero con un torero de línea belmontista, hecho con un gran empaque y elegancia, sin ningún dramatismo. Podemos decir que era un adelantado a su tiempo: muchas de las fotos que de él tenemos nos muestran a un torero que parece de treinta años después. Fusionó los estilos de los dos monstruos de la edad de oro, intuyendo lo que muchos años después sería el neoclasicismo torero. Sólo le faltó ver a Manolete cuando Cayetano estaba en activo. Pero, ¡ay!, no tenía carácter. Le gustaba la juerga y la vida cómoda. Además, el valor, justo. Una lástima. Si hubiera tenido capacidad de sacrificio, hubiera sido intratable en los ruedos..........A muy pocos toreros se ha tratado con el rigor y la antipatía con que se ha tratado a Cayetano Ordóñez"


LA FIESTA BRAVA






CRÓNICA



















Cossío, en su obra Los Toros, escribe:


"José Gónzalez López, Carnicerito de Méjico, nació en Guadalajara, estado de Jalisco (Méjico), el 19 de marzo de 1905......... Vino por primera vez a España en la temporada de 1930, y actúa como novillero, sobresaliendo por su valor........ Se presenta en Madrid el 3 de agosto de 1930. Además de su valor, sabe su oficio con capote y muleta, es un estoqueador decidido y un banderillero notabilísimo. Toma la alternativa en Murcia, cediéndole Domingo Ortega un toro de Miura el día 13 de septiembre. El 18 del mismo mes se la confirma en Madrid Manolo Bienvenida, con la cesión del toro Estudiante, de la ganadería de Ceso Cruz del Castillo. Conserva las características de valor que revelara desde novillero, pero afecta el peligro violentando las suertes con mediano gusto, máxime cuando su conocimiento de los toros hace que tales alardes tengan más de efectistas que de auténticos. El pleito de los toreros mejicanos, primero, y la guerra civil española, después, hacen que no vuelva a torear en España.....No torea mucho, y los éxitos que obtiene, merced a su indomable valor, tienen la contrapartida de las graves cogidas que padece. El 14 de septiembre de 1947, actuando en la plaza portuguesa de Villaviciosa, y al pasar de muleta al séptimo toro de la tarde, de nombre Sombreiro, de la vacada de Oliveira Irmaos, sufrió una extensa herida en el muslo derecho, con rotura de vasos femorales; cornada que no le pudo ser curada con la celeridad que el caso requería, por carecer la enfermería de los elementos necesarios para ello, y a consecuencia de la cual falleció al día siguiente. Este trágico desenlace puso fin a la siempre arriesgada actuación en los ruedos de Carnicerito de Méjico.  




 





CRÓNICA



ESTAMPA











































Cossío, en su obra Los Toros, escribe:

"Matador de toros nacido en Sevilla en 15 de abril de 1905. En 1922 es ya novillero de buena categoría, matando esta temporada 21 novilladas......Toma la alternativa en Sevilla el 29 de septiembre de 1923, siendo padrino Rafael Gómez (Gallo), acompañándoles Algabeño, perteneciendo los toros a la ganadería de don Félix Suárez, llamándose el de la alternativa Dichoso..........En 1924, el 5 de junio, confirma su alternativa en Madrid. Le otorga el refrendo Victoriano Roger (Valencia II); les acompaña Marcial Lalanda. El ganado fue de Sánchez Rico y el toro de la solemnidad se llamó Mangas-verdes. Posada tiene un éxito grande con él en los tres tercios, cortándole la oreja por su brillante faena y la buena estocada......Fue sacado a hombros por la llamada puerta de Madrid. Los críticos y los aficionados se han pasado el tiempo esperando a que Antonio Posada quisiera hacer un esfuerzo y se colocara donde la calidad de su toreo le permitía. El esfuerzo no ha llegado. No ha podido llegar porque, pese a sus aspiraciones o pretensiones de primera figura, le faltó muchas, muchísimas veces, el valor necesario para lucir las maravillosas perfecciones que su capote y su muleta sabían imprimir a todas las suertes y a todos los lances. Tras su retirada del toreo se dedicó a tareas de apoderamiento de espadas. Falleció en Madrid el 28 de febrero de 1986"

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