RAFAEL EL GALLO VISTO POR NÉSTOR LUJÁN

                               RAFAEL EL GALLO VISTO POR NÉSTOR LUJÁN

 

Imaginación y fantasía: Resplandece en la Fiesta como la imaginación y la capacidad de fantasía […] Su capacidad de fantasía, el volumen mágico de su toreo, su inteligencia y sensibilidad han dado momentos a la Fiesta que ningún otro torero ha podido superar […] Rafael, con su cuerpo endeble, con su mente poblada por los fantasmas del miedo y a la vez por las fantasías más tiernas y pura, llena todo un mundo de arte

Misterio: Su arte fue gratuito (que no tiene fundamento ni razón de ser) y misterioso

Sus manos: Su toreo residía en las manos finas, ágiles y nerviosas, que se complacían en inventar combinaciones y figuras con los pliegues de la capa […] Frase de Vicente Pastor: “Rafael, Rafael, si yo tuviera tus manos…” Frase a la que respondió el Gallo: “Si yo tuviese tus piernas, Vicente…” […]  La capa adquirió en él una sensual docilidad bajo sus pequeñas manos, tenues y cálidas […] El Gallo es torero de manos iluminadas, como las de los poetas antiguos

Su personalidad: El torero de personalidad más fascinadora y compleja que se recuerda

De la cima al abismo: Pasaba sin solución de continuidad del triunfo más asombroso al fracaso más absoluto. Y esto sucedía en una misma tarde, en la lidia del mismo toro

Rodeado de fábulas: El personaje más rico en anécdotas, más fabuloso en su vida privada

Mitológico: El hombre más mitológico y lunático que ha dado el toreo […] Ha sido el torero más pintoresco que ha pisado la arena

 

Genial: El artista más fecundo, más personal y lleno de una maestría inaudita, con un instinto de artista genial […] Ha sido el torero más genial que ha pisado la arena […] Con la muleta fue un toreo genial

Con gracia natural: El hombre que ha llegado a la gracia del gesto más espontáneo, más natural y a la vez más inspirado que se conoce […] Rafael demostró este axioma del espacio y el tiempo a base de una lógica de espumas, de gestos, de luminosidad, del don sevillano de la gracia […]Todo tenía en él, un delicada vibración nerviosa y un gracia especial

Fascinante: El Gallo, en la plaza, era una lección prodigiosa del prestigio del gesto, del dominio, de la fascinación sobre la meridiana verdad del arte

Improvisador: Sus invenciones son inagotables. Se cuenta que, en sus cuarenta años de torero, no repitió jamás la misma larga afarolada que prodigaba en cada corrida […]  Ha sido el torero más improvisador que ha pisado la arena […] Lo que resultaba único en el Gallo era la sensación que daba de invención, el asombro que producía su creación continua, la sucesión infinita de nuevos pases

La importancia de los detalles: Logró que la gente pusiera todo su interés por la corrida en los detalles […] Hizo de lo trivial y de lo superfluo un arte puro

Siempre en los extremos: Salió casi siempre de la plaza custodiado por la guardia civil; cuando quedaba mal, para protegerle de las iras de la multitud, y cuando conseguía un buen éxito, para evitarle el frenesí del entusiasmo popular

Amado por los públicos: Ha sido el torero más querido del público

Único e irrepetible: El ambiente y la expectación en el público, la incertidumbre y aquella sensación incomparable de la posibilidad de ver un espectáculo único, que no podía repetirse, ha sido lo más grande y selecto que ha tenido el toreo como Fiesta

Inclasificable: Al Gallo es difícil clasificarle en ninguna época ni en ningún estilo […]  Como torero fue un caso aparte

Clásico y barroco: Toreó clásicamente cuando quiso, creó un toreo barroco cuando bien le pareció y fue cobarde, desmedulado de miedo, cuando se le antojaba […] Como artista, acertó a adaptar todo lo bueno del toreo viejo y clásico a su estilo

Sus ataques de pánico: Nunca se podrán saber las causas de sus súbitos ataques de pánico […]  Su frase “las broncas se las lleva el viento y las cornadas se las queda uno”, que tanto ha prodigado, parece mantener una posición cínica que tampoco fue verdadera […] El origen de su súbito miedo, como el de su inspiración, es algo que no ha podido ser aclarado […] Sus espantás más bien parecían un arrechucho de nervios que la consecuencia lógica de un proceso reflexivo

Su sensibilidad enfermiza: Su ingenua jocundidad y su conversación dinámica e inagotable, pero levemente desencajada, hacen pensar en un exceso de sensibilidad casi enfermiza, muy poco a propósito, desde luego, para el oficio de matador de toros

Su horror al patetismo: El Gallo desembocó en un toreo antitrágico, sustancialmente anticombativo […] Ocultó la tragedia con una supersticiosa fruición […] El Gallo creó un toreo alegre y espectacular. Es uno de los artistas que más contribuyeron a acostumbrar al público a una visión de espectáculo; su toreo abandona la idea de lucha para convertirse en una deleitosa plasticidad […] Evitó toda alusión a la muerte en su toreo, y creo un espectáculo inolvidable […] Su horror al patetismo […] Todo era exquisito y amable

Su inagotable toreo a una mano: Con el toreo a una mano, ha sido y fue el artista más extraordinario que se ha conocido: sus largas fueron inagotables: la larga cordobesa, las reboleras, las serpentinas

Su variado toreo de capa: Las verónicas las dio con gran donaire, levantando los brazos y encabritando al toro […] Las navarras las ensamblaba con matemática precisión, relumbraban los faroles, se tensaban los lances de frente por detrás y toda la gama de adornos con la capa.

Notable banderillero: Como banderillero era notabilísimo, a pesar de sus pobres facultades físicas… Se mantuvo entre los mejores, sobre todo por sus preparaciones y jugueteos con las reses […] Inventó el par al trapecio que consistía en llevar los garapullos cruzados y juntos a modo de una barra de trapecio.

Irregular con la espada: Matando dio, cuando se sentía confiado, magníficas estocadas: desde la suerte de recibir al volapié, mató en todos los terrenos y en todas las suertes… Pero en este trance era donde fallaba más