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jueves, 25 de agosto de 2022

RAFAEL EL GALLO VISTO POR CÉSAR JALÓN (CLARITO) Y POR CARLOS DE LARRA Y GULLÓN (CURRO MELOJA)

 

RAFAEL EL GALLO VISTO POR CÉSAR JALÓN (CLARITO)

 

. Con él desapareció la vergüenza torera: «Esta pérdida de la que pudiera llamarse vergüenza torera de calle ha completado la pérdida de la vergüenza torera de plaza… que desapareció desde que a principios de siglo, so capa de gracia pajolera, de salsa gitana y de no sé qué otras zarandajas, que ya hacían presagiar el triste fin de la vida artística de este pobre juglar taurino, las cobardes espantás se consintieron y hasta se celebraron».

 

. Con él se entronizó el miedo en la llamada fiesta del valor: «Con el arte churrigeresco de Rafael el Gallo, se entronizó el miedo en la llamada fiesta del valor»

 

. ¿En dónde estaba lo artístico de las huídas?: « ¿En dónde estaba lo artístico de las huídas de aquella figura desmedrada, que vestía de negro y con las medias blancas –como el semblante, cubierto de los livores del pánico-, abandonaba la espada para la mayor desenvoltura de las piernas en la pirueta salvadora?»

 

. De aquellos polvos vinieron esos lodos: «Pues de aquellas huídas, que tenían al cabo el encanto cómicotrágico de su naturalidad, han nacido estas otras huídas, unas veces sin disimulo, como aquéllas, y las más, solapadas, encubiertas en la mecánica de la lidia ratimaguera, en la llamada facilidad, que no lo es, para torear, sino para despachar los toros sin torearlos»

 

. Yerran quienes comparan a Rafael el Gallo con Lagartijo«Yerran quienes comparan a Rafael el Gallo con Lagartijo, aunque únicamente lo hagan para señalar que el calvo vino a ocupar el lugar que dejó Lagartijo en la benevolencia del público. Verdaderamente, los públicos se inclinaban más por la figura envejecida y simpática –de trazo fino- de Lagartijo que por la prepotente y soberbia –de trazo tosco- de Guerrita. Como habían de otorgarle, más tarde, un mayor margen de amabilidad a Rafael el Gallo que a Ricardo Bomba y que al mismo Joselito. Pero ese paralelismo, meramente circunstancial, no se funda en afinidades artísticas ni temperamentales»

 

. Elabora, a su medida, un toreo marginal: «El Gallo aprovecha el margen de confianza que los públicos le conceden, para elaborarse, a su medida, un toreo marginal. La serpentina –que tiene nombre carnavalesco-, el par de trapecio –que trasciende a circo- y la espantá (tragicomedia gitana)»


.. El torero más extraño: «En Rafael el Gallo -artista refinado y voluble, el más extraño de la historia taúrica-, la fuerte personalidad contrastaba con su apocado carácter».

 

. Un rosario de auroras y ocasos: «Toda su exhaustiva carrera profesional se ensarta en un informe rosario de ascensos y descensos, de retiradas y retornos, de auroras y ocasos, de azares y anécdotas, de fracasos y tornaventuras […] Heredero directo de la genial desigualdad del padre […] Preocupado excesivamente de su piel, se confiaba o desconfiaba según su dictamen, inesperadamente, a la postre de un misterioso diálogo con el toro, acercándose hasta la oreja, o rompía de súbito la reunión, volviéndole las espaldas a todo correr».

 

. Un impecable clasicismo: «En la señalada ocasión de un toro propicio, acoplando la singularidad de sus maneras a un impecable clasicismo, toreaba -y hasta alguna vez mataba- a cien codos por encima de cualquiera de su tiempo».

 

. Un punto y aparte de todo y de todos: «Era en el contexto de la corrida un punto y aparte de todo y de todos. Y contaminados de su pathos, los públicos hacían asimismo punto y aparte de él. Exaltaban hasta el infinito sus glorias, a fin de que sirviesen de paliativo a sus inmediatos e incoercibles reveses. Y así, con sus hilarantes espantás fue admitido el acceso del pánico al palenque valeroso de los toros»

 

. Sus improvisaciones, calificadas de geniales: «Todo lo que ha trabajado el hombre para no trabajar lo ha toreado el Gallo para no torear. En sus improvisaciones, calificadas de geniales, la muleta entró por todos los movimientos menos por el de la lentitud, y los toros, a su orden, pasaron por todas partes y de todos modos, menos cerca y por delante del pecho del torero».


. Ni para en la plaza ni para en la calle: «Ni para en la plaza ni para en la calle. Su toreo es tan inquieto como él mismo. O él es tan nómada como su toreo. Con idéntica facilidad que baja de uno de los primeros puestos del toreo a uno de los últimos, o sube de éstos a los primeros, va desde la barrera a la boca de riego, o desde el centro del ruedo al callejón. Y tanto le importa el crucero Madrid-Sevilla como Sevilla-Perú…»

 

. Toreo marginal… y conciencia al margen: Al lado del toreo marginal se hace también una conciencia al margen. Mientras el Espartero decía ¡más cornás da el hambre!, Rafael proclama que la bronca más grande dura menos que la cornada más pequeña…Y cuando un aficionado le pregunta cómo es que a él no le importan los Veraguas ni los Miuras, contesta: ¡Lo mismo da! Cuando salen malos y viene la de correr, jamás se me ocurre volverme a preguntarle a un toro de quién es…»



               RAFAEL EL GALLO VISTO POR CARLOS DE LARRA Y GULLÓN                     (CURRO MELOJA)


El Gallo es único: Rafael el Gallo. ¡Y punto y aparte!... Pero aparte de todo y de todos, completamente; porque este torero, que de jovencito fue Gallito chico, de mozo Gallito y después El Gallo, es único –y aparte- en la torería de todos los tiempos. Lo que se dice un caso. Un caso insólito como artista y como persona».

 

. Como artista, ¡artistazo!: Hizo durante años lo que ninguno jamás: dejar que le echaran al corral tres o cuatro toros cada temporada, y, en cambio, ejecutar –crear- las tres o cuatro faenas más grandiosas y geniales del año […] En resumen, Rafael Gómez un verdadero artista del toreo».

 

. Rafael fue siempre un misterio: Un caso insólito como persona… Como persona, ganar dinero como para haber sido multimillonario y amanecer casi todos los días sin tener ni para tabaco. ¿Cómo? No se sabe, Rafael, en el toreo y en la calle, fue siempre un misterio; vivió siempre trampa adelante».

 

.Torero cumbre, genial, maravilloso… Pelele despreciable, máscara grotesca, presa de un pánico insuperable que resolvían sus célebres espantás.

 

. Este torero gitanísimo o este gitano torerísimo.

 

. Más que ingenuo, infantil por idiosincrasia.

 

. ¡Si nació torero, señor!... Torero tiene que morir, aunque muera a los cien años.


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