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domingo, 17 de junio de 2012

Luis Franciso ESPLÁ. Muleta




"Mañana volveré a intentar conseguir la perfección"

“El torero es un artista y el público es el único espejo de su obra. Sin él, todo lo que estás proyectando carece de sentido. El que diga “yo toreo para mí” miente”

                                                                                                             Luis Francisco Esplá















El propio Luis Francisco Esplá, en el libro Todas las suertes por sus maestros, de José Luis Ramón, escribe:

"Yo no soy un buen estoqueador; de ahí que tenga cierto rubor al hablar de la suerte de matar...............Yo siempre he entendido la suerte de recibir como una suerte de recurso, y no como un adorno para rubricar una faena importante................Hace bastantes años, el volapié era una suerte de recurso cuando había un toro complicado, mientras que recibir toros era lo habitual, cuando éstos llegaban con piernas al último tercio. Paulatinamente esto se invirtió, y ahora estamos viviendo que el volapié es lo habitual y matar recibiendo es un adorno la mayoría de las veces, porque los toros ya casi nunca se vienen. Recibir no es entrar a matar a uno o dos metros. Recibir es matar un toro a cinco o seis, como lo hacían antiguamente. Y era así porque el toro no permitía una distancia menor...................La estocada recibiendo es más complicada que el volapié o al encuentro, porque es el toro el que toma la iniciativa..............En el volapié es el torero el que toma la acción, dejando al toro muy poco margen en la resolución de la suerte. Por eso es complicado recibir: no porque entrañe una dificultad técnica, sino porque concedes mucho margen al azar.............Y por eso mismo tiene más riesgo................Cuando el toro llega al engaño, el torero debe tener la mano puesta por delante para que sea el animal, con su impulso, el que se meta la espada. Mientras tanto, la izquierda le torea y le marca la salida"







Luis Francisco Esplá Mateo nació en Alicante el 19 de junio de 1958, hijo del antiguo novillero Francisco Esplá, poseedor no sólo de una ganadería, sino también de una escuela taurina.  Debuta con público en Benidorm (Alicante) el 21 de julio de 1974 y con picadores el 22 de diciembre de ese mismo año en Santa Cruz de Tenerife.

Tomó la alternativa en Zaragoza el 23 de mayo de 1976, al cederle Paco Camino, en presencia de El Niño de la Capea, la muerte del toro Desorejado, de la ganadería de Manuel Benítez Pérez. Confirmó la alternativa en Madrid el 19 de mayo de 1977, apadrinado por Curro Romero, con Paco Alcalde de testigo de la ceremonia.

 La tarde posiblemente más feliz de su vida fue la del 1 de junio de 1982 en Madrid, donde junto a Ruiz Miguel y José Luis Palomar triunfó apoteósicamente al cortarle dos orejas a un toro de Victorino Martín, con salida por la Puerta Grande. Además le fue concedido el trofeo "Andanada" al mejor par de banderillas de toda la Feria Isidril.

Se retiró de los ruedos en 2009.

Cossío escribe: "Torero largo, de amplio repertorio, que trata de aumentar con el estudio de antañones textos taurinos, banderillero espectacular que encuentra toro en cualquier parte gracias a sus portentosas facultades físicas, con las mismas ansias de triunfo que en su ya lejano tiempo novilleril, cubre con total dignidad un puesto de cualquier cartel de feria postinera...............Con el correr de los años se ha convertido en un torero de enorme prestigio y capacidad lidiadora. Sin pretender ya actuar en muchos festejos, es frecuente, que sus actuaciones se conviertan en lecciones magistrales de técnica y poderío, encaminado todo ello en la búsqueda del buen torero"

Joaquín Vidal, en su crónica de la corrida celebrada en Las Ventas el 11 de octubre de 1999, con toros de Victorino Martín, escribe: "El toreo en la cumbre!. A eso se dedicó Luis Francisco Esplá la tarde de su reaparición en Madrid..............Torero bueno, toreo puro, toreo en todos los tercios y en todas sus versiones: eso hizo Luis Francisco Esplá, como quien lava, como quien no quiere la cosa. Cada una de sus intervenciones constituía una lección de tauromaquia, así fuera para fijar a los toros, para ponerlos en suerte, para entrar a quiete, para embarcarlos en el toreo al natural..................Toreó al natural como sólo saben hacerlo los grandes maestros. Algunos de sus naturales a un servidor le recordaron a Antonio Bienvenida, que en tardes de inspiración, solía alcanzar también la cumbre del toreo. Naturales cargando la suerte y de frente instrumentó Luis Francisco Esplá.......................La estocada certera refrendó el premio bien ganado de las dos orejas, en medio de un entusiasmo desbordante......................Años hace que no se veía en Madrid una actuación tan completa. Toreo de otra galaxia.............Para encontrar una referencia similar de toreo total habría que remontarse a la noche de los tiempos. Por eso será memorable esta tarde cumbre de Luis Francisco Esplá en la plaza de Las Ventas"

Juan Posada, refiriéndose a la misma corrida, escribe: "El pasado 19 de octubre de 1999, en Las Ventas de Madrid, se jugó la vida ante un bravo y duro victorino. La gesta hizo trizas la teoría del toreo bonito, meloso, templadito, despacioso y almibarado que soporta la Fiesta actual. El público presente se entusiasmó y el televidente lo comentó con admiración. Pero ¿sirvió de alto? Aparentemente no. Esplá, un gran torero, contiuará en su lugar del escalafón, querido y respetado, nada más. Claro que eso es mucho.................Es muy posible que haya servido para algo más. Será una reserva que la afición retendrá para esgrimirla en el momento preciso. Cuando sea necesario poner aquella faena y aquel toro de ejemplo...................El animal, bravo, fiero y fuerte, arremetía con furia y peligro, pero con franqueza. El torero, sin otra opción, adelantaba la muleta al hocico, más como defensa que como técnica preciosista, y la hacía retroceder largo trecho. El toro la seguía, una y otra vez. Los pases de pecho, auténticamente forzados, servían para dar un respiro al torero. ¡Gran belleza!..................Al acabar la odisea, por extraño que parezca, el animal no era el héroe; el torero, sí. Había sido capaz de aguantar a un toro de características antiguas con un toreo moderno, pero sobre la base del más clásico. Se unieron la casta y energía del toro y la del torero, que además supo utilizar los olvidados conocimientos extremos y crear una obra de arte"

Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe: "Hay en el firmamento un torero nuevo que es clásico como ninguno, pero a su manera: Luis Francisco Esplá, recreador de suertes olvidadas, intérprete de la "bendita variedad" del toreo. Vuelven, gracias a este Luis Francisco, los quites a una sola mano, las navarras casi orticinas, la "mariposa" de Marcial, la suerte de la tijera, todo un modo de concebir el primer tercio que parecia definitivamente arrumbado...................Como un torero mexicano de los años treinta, Esplá, después de mostrar muy variado repertorio de quites, toma las banderillas y resucita las pasadas en falso de los grandes banderilleros de otros tiempos. Gira en la cara del toro sin clavar, juega en derredor suyo, corre para atrás o para adelante y vuelve a convertir el tercio de rehiletes en un espectáculo lleno de colorido y emoción añeja"

El mismo Fernando Claramunt, en La mirada de torero, escribe:

"Tiene Luis Francisco Esplá la reputación de ser el torero de los toreros, el lidiador para los aficionados a las auténticas corridas de toros, no a las becerradas ni a las exhibiciones de reses bovinas inválidas o adormecidas. Tiene fama de buen director de lidia, lo que quiere decir estar en su sitio en cada momento. De Luis Francisco dicen que dejar ver y lucir la bravura y la fiereza del toro en el tercio de varas.......................Cuentan de Luis Francisco Esplá que conoce su oficio como pocos, dispone de variado repertorio y es maestro completo en los tres tercios. Sus mayores triunfos los ha obtenido frente a ganaderías como consideradas como duras o toristas, en claro contraste con otros diestros que procuran ser llamados figuras y vérselas solamente con ganaderías escogidas y cómodas, en las que todo resulta sospechoso de fraude...................No llegó Hemingway a ver torear a Luis Francisco, pero hubiera dicho inmediatamente que es de los que aún se mueve en torno al momento de la verdad y permanece ligado a su personal código del pundonor, repleto de normas admirables, propias de un mundo ya desaparecido......................Luis Francisco prefiere la seriedad y la entereza; se permite algún adorno, pero sin abusar de la orfebrería. Sus tardes más rotundas son las de la Plaza Monumental de Madrid..................Un año fue triunfador de la Feria de San Isidro y por eso lo pusieron en el cartel de la corrida de Beneficencia, mano a mano con el infortunado José Cubero Yiyo, al que años más tarde un toro atravesó el corazón en el ruedo de Colmenar Viejo"

"Los artistas plásticos tienen la ventaja de que su barro, las maderas o los lienzos, se dejan manejar sin mostrar ideas propias. El toro es el material con el que yo intento crear arte, pero resulta que, por ser un animal, tiene voluntad propia. Posee clara conciencia de lo que son sus querencias y terrenos, que yo prefiero llamar espacios. El drama de los toreros como yo es morirnos sin haber entendido del todo el material con el cual trabajamos. Los maestros Domingo Ortega y Marcial Lalanda estuvieron aprendiendo hasta última hora y nunca creyeron saber bastante.....................Necesito varios días de descanso entre una corrida y otra. De reposo psíquico, quiero decir................Si deseamos hacer arte o lidiar de acuerdo con cánones clásicos, el afán de sumar fechas toreando a destajo es incompatible con nuestro concepto del toreo"

Carlos Abella escribe: "Habría que remontarse a Joselito el Gallo para encontrar en la historia del toreo -salvando las distancias- un toreo de tanto afán por hacer del toreo una ciencia y una sabiduría como Luis Francisco Esplá...................Es por ello Esplá un torero enciclopédico y polivalente, con enorme habilidad e inteligencia para hacer de su toreo un espectáculo global, que se inicia en el paseíllo, que continúa en la lidia del primer tercio, en la forma de llevar al toro al caballo, en la  manera de preparar los pares de banderillas, en los comienzos de la faena, y toda la gama de recursos de lidiador y estéticos con los que suele adornar sus faenas. Sus críticos  le reprochan que "todo lo hace bien menos torear", que es el "maestro de lo accesorio". Obsesionados con una visión esquemática del toreo, han perdido la cultura del lidiador a la antigua, en la que se basa la torería de Esplá.......................Sus facultades físicas han sido puestas al servicio de una prodigiosa torería y su presencia en el ruedo es el vivo ejemplo de la creatividad e imaginación que puede existir en la mente de un hombre que quiere lucir con orgullo el título de lidiador y la tarjeta de matador de toros......................Además, Esplá ha sido uno de los mejores y más espectaculares banderilleros de todos los tiempos, gracias a su conocimiento de los terrenos, sus facultades y su buena colocación.....................Sus lances de recibo siguen teniendo un fin lidiador y sus faenas de muleta están construidas en aras del dominio, sin que falten sus memorables afarolados y sus movidos molinetes. En muchos momentos parece estar tentando en el campo, en lugar de torear de luces en una plaza"


Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:
Luis Francisco Esplá. Un gran profesional. Un banderillero extraordinario. Un magnífico lidiador con la muleta. A su toreo le falta hondura, que suple con variedad, imaginación y un gran sentido del espectáculo”


Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:

"Luis Francisco Esplá es un muchacho muy listo que se aprendió de memoria el primer tomo del Cossío. Yo, con Esplá, no tengo términos medios: me seduce en los dos primeros tercios y me irrita en el último. Esplá en el siglo XIX hubiera sido máxima figura de la Fiesta. Hubiera sido un maestro de la vieja lidia, pues por aquellas calendas no se exigía ninguna quietud. Y Esplá es un maestro consumado de todas las suertes que requieren movimiento. En cambio, cuando se requiere quietud, Esplá es medianejo.................Esplá, desde un punto de vista artístico, representa los valores más conservadores del toreo................Esplá es un torero del todo anacrónico, y en ese anacronismo reside precisamente su encanto. Esplá reune en su persona muy buenas cualidades. Todas aquellas cosas de la vieja lidia que nunca se debieron perder: buen sentido de la lidia luciendo a los toros en el caballo, variedad capotera, cultivo del segundo tercio -en ese menester ha sido un fuera de serie-. Tiene todo lo bueno que Belmonte y Manolete se llevaron por delante, pues estos dos monstruos, a pesar de sus cualidades, fueron diestros de muy corto repertorio, que dejaron reducido a la verónia todo el rico repertorio del toreo de capa, y centraron todas sus intervenciones en la faena de muleta, que a partir de entonces es eje de la lidia. Por eso Esplá es siempre bienvenido. Es un soplo de aire fresco en su concepto de lidia total. Lo malo llega cuando coge la muleta.....................Torea a la verónica con exceso de movimiento. Eso sí, da unas medias preciosas y, paradójicamente, tremendamente belmontinas, él, que tiene un concepto tan alejado de Belmonte. La lidia la lleva admirablemente.............Sus quites son siempre variados y floridos. Esplá, cuando coge las banderillas hay que echarle de comer aparte. Ha sido uno de los mejores banderilleros de la historia y, desde luego, el más original e imaginativo.............Ha sido portentoso; encontraba toro en todos los terrenos.............Nadie como él ha preparado la suerte. La salida del par también era sensacional, derrochando facultades..................Esplá siempre ha hablado mal de Manolete. No me extraña: son del todo antagónicos. Esplá ha sido el único torero de corte gallista que se ha negado a asimilar el toreo innovador de Manolete.................Dentro del movimiento, Esplá muestra una cierta vistosidad (con la muleta): molinetes, afarolados, cambios de mano.......Demasiado poco................Esplá hace bisutería y no hace el toreo que todos saben superior.Además, mata mal.................Esplá es un caso taurino sorprendente. La reivindicación del feudalismo medieval en plena posmodernidad"





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