Diego Mazquiarán, Fortuna, nació en Sestao (Vizcaya) el 20 de febrero de 1895.
"A un accidente de ferrocarril -relata Cossío- ocurrido en la estación de Valladolid debe Diego Mazquiarán su apodo de Fortuna. Era entonces aspirante a torero, o hablando en nuestra jerga, aficionado, tomando para viajar los trenes por asalto y ocupando en el tren el lugar que podía, muchas veces muy peligroso, como, por ejemplo, en los topes entre vagón y vagón. El tren rápido que entraba en al estación cuando Diego y un compañero cruzaban la vía para subirse a otro, destrozó al amigo de Diego y causó a éste lesiones de cierta importancia, que fueron curadas, en larga estancia, en el Hospital Provincial......."
Debutó como novillero el 22 de septiembre de 1912 en la plaza de Indauchu (Vizcaya). El 17 de mayo de 1914 se presentó en la plaza de Tetuán de las Victorias y el 2 de agosto del mismo año en la de Madrid. En 1915 es el novillero de moda.
Tomó la alternativa el 17 de septiembre de 1916, en Madrid, de manos de Rafael el Gallo, con Alfonso Cela, Celita, de testigo.
Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe la siguiente crónica sobre la alternativa de Fortuna:
"A un accidente de ferrocarril -relata Cossío- ocurrido en la estación de Valladolid debe Diego Mazquiarán su apodo de Fortuna. Era entonces aspirante a torero, o hablando en nuestra jerga, aficionado, tomando para viajar los trenes por asalto y ocupando en el tren el lugar que podía, muchas veces muy peligroso, como, por ejemplo, en los topes entre vagón y vagón. El tren rápido que entraba en al estación cuando Diego y un compañero cruzaban la vía para subirse a otro, destrozó al amigo de Diego y causó a éste lesiones de cierta importancia, que fueron curadas, en larga estancia, en el Hospital Provincial......."
Debutó como novillero el 22 de septiembre de 1912 en la plaza de Indauchu (Vizcaya). El 17 de mayo de 1914 se presentó en la plaza de Tetuán de las Victorias y el 2 de agosto del mismo año en la de Madrid. En 1915 es el novillero de moda.
Tomó la alternativa el 17 de septiembre de 1916, en Madrid, de manos de Rafael el Gallo, con Alfonso Cela, Celita, de testigo.
Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe la siguiente crónica sobre la alternativa de Fortuna:
“Madrid: Alternativa de “Fortuna”. Toros de Benjumea. (ABC, 18 de
septiembre de 1916)………………..Fortuna,
ayer, recordó en pocas palabras todo este pasado cuando al brindar el toro al
señor Santisteban le dijo: “Brindo por mi primer amigo” ¿Sabéis en qué
condiciones lo conoció? Fortuna, que entonces no era Fortuna, en un viaje por etapas, burlando a los empleados del tren,
llegó a Valladolid. Se dispuso, en unión de otro compañero, a reanudar el viaje
hasta Madrid, y esperaron la salida de un mercancías fuera de la estación. Al
ir a tomarlo llevaba ya el tren mucha velocidad; y fueron despedidos al querer
asaltarle; cayeron a la otra vía en el mismo instante en que por ella pasaba el
expreso. Al grito de horror de cuantos lo vieron siguió otro de sorpresa.
Cuando pasó la última unidad del tren uno de los muchachos estaba destrozado;
el otro si apenas había sufrido magullamiento; éste era Fortuna. Se le condujo al hospital. Y el señor Santisteban, que se
hallaba en Valladolid, al saber que el tan milagrosamente salvado era paisano
suyo, fue a verle, le pagó el viaje a Bilbao y le bautizó con el nombre de Fortuna……………Ya tiene la categoría de
aquellos toreros que no conoció, cuyos nombres le sonaban a legendarios. Ha
realizado su sueño de chiquillo y su aspiración de mozo. Ya es torero de
alternativa. Ya es matador de toros……..Tanto en su primera prueba de matador,
que fue la de ayer, como en los días de aprendizaje, ha dejado ver condiciones
adquiridas con la constancia y la práctica; su toreo no es la improvisación de
un día de arresto o de suerte: es la consecuencia de un estudio. Nosotros
dividimos a los lidiadores en toreros de cabeza y toreros de corazón. Llamamos
toreros de cabeza a los que ejecutan las suertes del toreo con perfecto
conocimiento de la lidia y del toro, y de corazón, no a los más valientes, que
el valor es circunstancial y se da lo mismo en unos que en otros, sino a los
más artistas: unos ejecutan el toreo por el toreo y otros el toreo por el arte.
Pues bien; a Fortuna le tenemos
clasificado en el primer grupo. No le entra el toreo por el corazón; le entra por
los ojos; antes de sentirlo lo ve. Es, en resumen, de los toreros que al salir
de la barrera puede decir lo que va a hacer, porque sabe del toro y sabe de lo
que él es capaz en cada caso concreto………..En este día de su alternativa se
ratificó en todo su pasado torero y se nos mostró, como decimos, el torero que
juega en la lidia la inteligencia……...No fue una tarde lucida, sino una prueba
evidente de las condiciones del torero……….Desde luego, una tarde de dura
prueba, en lucha con la simpatía y visualidad del toreo del Gallo, de la que Fortuna salió
airosísimo, logró destacar su personalidad y prometió a la afición tardes
solemnes”
Daniel Tapia, en su libro Historia del Toreo, escribe:
"En 1917, al terminar la temporada, marchó a Lima, donde toreó cinco corridas con éxito. En 1918 toreó 51 corridas, 36 en 1919 y 31 en 1920. El 26 de septiembre de este año mató superiormente un toro del marqués de Llen en Madrid, cortándole las dos orejas. La temporada que sigue es una de las mejores de este diestro, y la de 1922 puede reputarse, sin duda, como la mejor. Su característica como matador a volapié quedó consagrada enteramente..........Al año siguiente vino a México, y a su regreso torea en España en casi todas las plazas, aumentando su fama como estoqueador...............En 1934 todavía toreó en una corrida. Dos años después marchó al Perú, donde actuó en Lima, viéndose precisadas las autoridades, poco después, a ordenar su reclusión en un manicomio, en vista de sus trastornos mentales, medida que ya se habían visto obligados sus familiares a tomar más de una vez"
Falleció en Lima el 10 de mayo de 1940, tras graves trastornos mentales.
En el prólogo del libro Grandezas y miserias del toreo, de César Jalón, he encontrado este comentario, que pone de relieve la popularidad que llegó a tener Fortuna en su tiempo:
"La Cierva, ministro de la Guerra, rígido, inflexible, viola la ley de Reclutamiento para que embarque el diestro Fortuna rumbo a Lima"
Una anécdota muy curiosa, protagonizada por Fortuna, tuvo lugar el 29 de enero de 1928. Así la describe Cossío:
" En la conducción de ganado bravo al matadero de Madrid, un toro se desmandó del resto de la manada y entró en Madrid por al puente de Segovia, sembrando el pánico y atropellando e hiriendo a varias personas. En lo que ahora es la Gran Vía, entonces Conde Peñalver, Mazquiarán, que casualmente transitaba por ella, se quitó el abrigo y detuvo su carrera con varios lances. Impidió que el toro abandonara el engaño hasta que llegó el estoque que había mandado a buscar a su casa. Con el abrigo a guisa de muleta le dio media estocada en todo lo alto. La multitud que se había agrupado en torno a él, le ovacionó emocionada, sacando los pañuelos pidiendo la oreja para el matador circustancial"
"Don Indalecio", en la Tauromaquia en el siglo XX, Primer cuaderno, dentro de los Cuadernos Taurinos, de la colección Grana y Oro, Pgs. 76 y 77, escribe:
César Jalón, en su libro Memorias de Clarito, relata así el acontecimiento:
"El 23 de enero de 1928 (no coincide con la fecha dada por Cossío); en la Gran Vía, proximidades de la Red de San Luis, acera del Café del Norte; primeras horas de la mañana...................Un toro desmandado, se ignora desde dónde, ha aparecido y puesto en fuga a numerosos transeúntes. Algunos le acechan a distancia. Mientras el vecindario de las localidades altas -ventanas y balcones- lo contemplan, el toro encampanado señorea la calle. Fortuna, que, madrugador y callejero, acierta a pasar por allí, se hace cargo de la situación. Recomienda calma y que sean advertidos los agentes del orden de que él vuelve en seguida. Corre a su piso de la cercana calle de Valverde para regresar en un santiamén provisto de espada y muleta. Y mata rápidamente al forastero astado. ¡Es lo suyo!..............La algarabía acrece y cambia de faz: al temor suceden el júbilo y los aplausos para el estoqueador bilbaíno que acaba de matar inopinadamente su primer toro del nuevo año con una estocada en la cruz.........de Beneficencia. Jadeante aún, trémulo todavía, nos lo cuenta en nuestra peña del Regina"
Andrés de Miguel y José Ramón Márquez, en su libro Adiós, Madrid, dan su versión del mismo acontecimiento:
"Remontemos la Gran Vía hasta la Red de San Luis, que también tiene un hueco en la historia taurina de Madrid. Aquí el 23 de enero de 1928 apareció un toro que venía desmandado desde el puente de Segovia, hirió a una mujer en su camino por la calle de Leganitos y llegó a la Gran Via, donde andaba Diego Mazquiarán, Fortuna, de paseo con su esposa. Mientras el diestro sujetaba al toro con su abrigo a guisa de capote y como daba la casualidad de que vivía en la cercana calle de Valverde, envió a buscar su estoque y muleta. Así armado con sus trastos, Fortuna, que tenía fama de gran estoqueador, despachó al cornúpeta de una estocada. Este hecho causó gran conmoción y a Fortuna le fue concedida la Cruz de Beneficencia, aunque el desafortundado torero la disfrutó poco, pues en 1936 ingresó en un manicomio aquejado de enfermedad propia de tal institución, de la que nunca se recuperaría"
"Por raro que parezca la aparición de un toro desmandado, no debía ser tan infrecuente en aquel Madrid todavía algo rural. También el ya mentado Antonio Sánchez (torero madrileño de la edad de plata, ferviente admirador de su paisano Vicente Pastor) persiguió armado de estoque y muleta a un toro suelto que apareció en la plaza del Progreso, actual Tirso de Molina que, como ya sabemos, está al lado de su famosa taberna; el toro que debía ser de condición huidiza se escapó hacia la plaza de la Cebada; allí, en la puerta del teatro de La Latina, consiguió fijarlo Antonio Sánchez y se deshizo de él con dos pases, estocada y descabello. Sus vecinos, entusiasmados, le dieron la oreja del toro y le llevaron en hombros hasta la plaza de Cascorro. Hay registrados más toros, uno apareció en Atocha en 1928; iba desmandado y causó un herido grave y otros cuatro leves. Como en este caso no acertó a pasar por allí ningún torero provisto de los trastos de matar, tuvo que ser un guardia civil quien acabó a tiros con la vida del morlaco después de perseguirlo desde un taxi. Otro fue intencionado: en marzo de 1973 el matador de Usera, Luis Segura, auxiliado por su hermano Everildo, montó el espectáculo propagandístico de matar un toro, supuestamente escapado, en la plaza de España. En este caso, al probarse la falsedad de la fuga del animal,el torero ingresó en la prisión de Carabanchel"
Hay un antecedente de la proeza de Fortuna. La protagonizó el diestro sevillano Enrique Vargas, Minuto (1870-1930) en la puerta de su propia casa. Por allí circulaba accidentalmente un toro que se había escapado del matadero. Consciente de la situación y de la emergencia, Minuto se hizo traer el capote, la muleta y la espada. Dio muerte a la alimaña, pero no le otorgaron medalla alguna.
" En la conducción de ganado bravo al matadero de Madrid, un toro se desmandó del resto de la manada y entró en Madrid por al puente de Segovia, sembrando el pánico y atropellando e hiriendo a varias personas. En lo que ahora es la Gran Vía, entonces Conde Peñalver, Mazquiarán, que casualmente transitaba por ella, se quitó el abrigo y detuvo su carrera con varios lances. Impidió que el toro abandonara el engaño hasta que llegó el estoque que había mandado a buscar a su casa. Con el abrigo a guisa de muleta le dio media estocada en todo lo alto. La multitud que se había agrupado en torno a él, le ovacionó emocionada, sacando los pañuelos pidiendo la oreja para el matador circustancial"
"Don Indalecio", en la Tauromaquia en el siglo XX, Primer cuaderno, dentro de los Cuadernos Taurinos, de la colección Grana y Oro, Pgs. 76 y 77, escribe:
_"Fue un toreo
desigualísimo y un matador lo mismo, aunque con más seguridad para meter la
espada, cosa que hacía muchas veces con gran valor y magnífico estilo. Si
podía, porque muchas veces no lo lograba, y le encerraban los toros casi tanto
como a esos otros espadas “preocupados”, cuyos lanzamientos al callejón
regocijan. Y a Fortuna le ocurría
eso, sin ser descendiente de los Faraones……..Después de estar en la cúspide de
los novilleros, el 17 de septiembre de 1916, Rafael el Gallo le hizo matador de toros en Madrid, con un toro de
Benjumea. Fue segundón durante sus primeras temporadas con Joselito y Belmonte,
en turno pacífico con Saleri II, y
toreó muchas corridas en los mejores sitios y más coloreadas fechas……..Mi
recuerdo personal es la de muchas salidas de cabestros y la de bastantes
estocadas de las que quedan para siempre en la memoria. Una en Sevilla, en la
feria de abril de 1930, la tengo registrada en mi memoria, como una de las
mejores que pude ver en mi vida de aficionado, que no es corta…………Cuando ya iba
Fortuna barranca abajo, la presencia de un semibuey desmandado en la
Gran Vía , de Madrid, al que dio muerte
pronta con un sable que dicen le llevaron del inmediato Casino Militar, le puso en candelero unos cuantos días o semanas………..En
1934 toreó su última corrida; sus facultades mentales se nublaron, y en un
sanatorio de Lima halló la muerte en mayo de 1940."
César Jalón, en su libro Memorias de Clarito, relata así el acontecimiento:
"El 23 de enero de 1928 (no coincide con la fecha dada por Cossío); en la Gran Vía, proximidades de la Red de San Luis, acera del Café del Norte; primeras horas de la mañana...................Un toro desmandado, se ignora desde dónde, ha aparecido y puesto en fuga a numerosos transeúntes. Algunos le acechan a distancia. Mientras el vecindario de las localidades altas -ventanas y balcones- lo contemplan, el toro encampanado señorea la calle. Fortuna, que, madrugador y callejero, acierta a pasar por allí, se hace cargo de la situación. Recomienda calma y que sean advertidos los agentes del orden de que él vuelve en seguida. Corre a su piso de la cercana calle de Valverde para regresar en un santiamén provisto de espada y muleta. Y mata rápidamente al forastero astado. ¡Es lo suyo!..............La algarabía acrece y cambia de faz: al temor suceden el júbilo y los aplausos para el estoqueador bilbaíno que acaba de matar inopinadamente su primer toro del nuevo año con una estocada en la cruz.........de Beneficencia. Jadeante aún, trémulo todavía, nos lo cuenta en nuestra peña del Regina"
Andrés de Miguel y José Ramón Márquez, en su libro Adiós, Madrid, dan su versión del mismo acontecimiento:
"Remontemos la Gran Vía hasta la Red de San Luis, que también tiene un hueco en la historia taurina de Madrid. Aquí el 23 de enero de 1928 apareció un toro que venía desmandado desde el puente de Segovia, hirió a una mujer en su camino por la calle de Leganitos y llegó a la Gran Via, donde andaba Diego Mazquiarán, Fortuna, de paseo con su esposa. Mientras el diestro sujetaba al toro con su abrigo a guisa de capote y como daba la casualidad de que vivía en la cercana calle de Valverde, envió a buscar su estoque y muleta. Así armado con sus trastos, Fortuna, que tenía fama de gran estoqueador, despachó al cornúpeta de una estocada. Este hecho causó gran conmoción y a Fortuna le fue concedida la Cruz de Beneficencia, aunque el desafortundado torero la disfrutó poco, pues en 1936 ingresó en un manicomio aquejado de enfermedad propia de tal institución, de la que nunca se recuperaría"
"Por raro que parezca la aparición de un toro desmandado, no debía ser tan infrecuente en aquel Madrid todavía algo rural. También el ya mentado Antonio Sánchez (torero madrileño de la edad de plata, ferviente admirador de su paisano Vicente Pastor) persiguió armado de estoque y muleta a un toro suelto que apareció en la plaza del Progreso, actual Tirso de Molina que, como ya sabemos, está al lado de su famosa taberna; el toro que debía ser de condición huidiza se escapó hacia la plaza de la Cebada; allí, en la puerta del teatro de La Latina, consiguió fijarlo Antonio Sánchez y se deshizo de él con dos pases, estocada y descabello. Sus vecinos, entusiasmados, le dieron la oreja del toro y le llevaron en hombros hasta la plaza de Cascorro. Hay registrados más toros, uno apareció en Atocha en 1928; iba desmandado y causó un herido grave y otros cuatro leves. Como en este caso no acertó a pasar por allí ningún torero provisto de los trastos de matar, tuvo que ser un guardia civil quien acabó a tiros con la vida del morlaco después de perseguirlo desde un taxi. Otro fue intencionado: en marzo de 1973 el matador de Usera, Luis Segura, auxiliado por su hermano Everildo, montó el espectáculo propagandístico de matar un toro, supuestamente escapado, en la plaza de España. En este caso, al probarse la falsedad de la fuga del animal,el torero ingresó en la prisión de Carabanchel"
Hay un antecedente de la proeza de Fortuna. La protagonizó el diestro sevillano Enrique Vargas, Minuto (1870-1930) en la puerta de su propia casa. Por allí circulaba accidentalmente un toro que se había escapado del matadero. Consciente de la situación y de la emergencia, Minuto se hizo traer el capote, la muleta y la espada. Dio muerte a la alimaña, pero no le otorgaron medalla alguna.
Por esta hazaña le fue concedida a Fortuna la Cruz de la Beneficencia.
De la colección LOS ASES DEL TOREO. Diego Mazquiarán “Fortuna”, por Tomás Orts Ramos (1866-1939), editado en Barcelona en 1921, he seleccionado los siguientes comentarios:
"(Pg. 5)……Se presentó en Madrid el 2 de agosto de 1914, con novillos de don Eduardo Olea…….(Pg. 6)…..El 9 de agosto toreó por primera vez en Barcelona, con reses de Veragua………..El 23 de agosto, en la misma plaza, obtuvo un gran éxito, obteniendo las dos orejas……(Pg. 11)…..Tomó la alternativa en Madrid el 17 de Septiembre de 1916, de manos de Rafael el “Gallo”, que le cedió la muerte de “Podenquero”, de Benjumea……….(Pg. 26)…….“Fortuna”, que es un torero valiente, que torea muy bien, sufre altibajos en su carrera que no permiten considerarle como definitivamente colocado. …..¿Por qué?...... Me decía, no ha mucho, un torero bilbaíno, retirado ya de la profesión…..: - Es que Diego no sabe torear mal…….y como a la mayoría de los toros no se les puede torear bien……….Me viene al recuerdo aquella distinción que el notabilísimo lidiador Ricardo Torres, “Bombita”, hacen entre el buen torero y el que torea bien……….(Pg. 27)…….Diego, que es valiente, torea bien hasta el extremo de “armar el escándalo”, y posee un repertorio extenso, necesita del toro cuando no bravo y noble, dócil por lo menos para su lucimiento; porque……no ha aprendido a torear mal………., porque, con la muleta especialmente, no ha conseguido adquirir el dominio que se precisa para sacar partido del toro que no embiste derecho o del que no embiste de ninguna manera y hay que hacer que a la fuerza embista…….Si, como muchos sostienen, en tauromaquia el valor, la guapeza, lo remediase todo, “Fortuna” no habría sufrido en su carrera esos altibajos……; porque valiente, guapo, lo es como el que más…………(Pg. 28)…..La inteligencia es la que vence al toro y el arte el que da belleza a la lucha……..(Pg. 29)……La guapeza forma parte del patrimonio de “Fortuna”, que con ella, buen tipo, mucha afición y estilo inmejorable de torero, sólo le falta darse perfecta cuenta del enemigo que tiene delante y con el que ha de luchar, para tratarle con arreglo a sus condiciones…………….Da el “cambio de rodillas” con el capote, torea muy bien por “verónicas”, al “costado por detrás”, da la “navarra” y el “farolillo”……..Otro tanto le ocurre en materia de “quites”; emplea para ese menester desde la “media verónica”, al quite triple, se sale a las afueras abanicando, veroniquea de rodillas, y lo que otro intente él lo intenta, con ángel y tal, y dando siempre la nota de valiente…….Es buen banderillero, pero no se prodiga…….Con la muleta, con la izquierda codillea un poco, y es un toreo más de adorno que de dominio, por lo que no todas las veces le acompaña el buen éxito…….A la hora de matar, como los toros le ayuden algo, sus “volapiés”, que mejor sería llamar “estocadas arrancando”, son de seguro aplausos, porque es su (Pg. 30) estilo el bueno, arranca derecho…….Con los toros quedados, la falta de un tranquillo seguro le obliga a pinchar……….En Alicante le vi intentar la “suerte de recibir”………Si “Fortuna” de vez en cuando intentara “recibir” algún toro, mucho le había de ayudar a que su personalidad se destacase”
Luis Uriarte, en su libro Figurones taurómacos, editado en ¿190.?, en las páginas 222-224, escribe:
"Entre sus paisanos colegas, alguno le
aventaja y alguno en arte; pero ninguno como él reúne algo de todo……Fortuna es
un torero valiente; sin embargo, no le faltan ratos de decaimiento, en los que
el ánimo le desfallece, y de ahí esas desigualdades suyas, que tan pronto le
ascienden a inconmensurable altura como le precipitan a lo más hondo…….A
Fortuna le han echado, como novillero,
bastantes toros al corral en las plazas más importantes de España……..Es un
toreo fino, elegante, dominador, muy completo y bastante largo; por regla
general es valiente y tiene mucho amor propio; y, pese al apellido y al lugar
de nacimiento, maneja los trebejos de torear con gracia verdaderamente
meridional….."
Cossío se refiere a él en los siguientes términos:
"Es uno de los buenos matadores de la historia del toreo.......fue un estilista, un virtuoso de la estocada a volapié. Dominaba y ejecutaba la suerte con la mayor perfección. Marcaba todos los tiempos de ella como quízá nadie lo hizo........Con la muleta era eficaz y sobrio y elegante en sus adornos.....Con el capote cumplía bien: eficaz en los quites, por bien colocado......El valor corría parejo con sus desigualdades"
"Es uno de los buenos matadores de la historia del toreo.......fue un estilista, un virtuoso de la estocada a volapié. Dominaba y ejecutaba la suerte con la mayor perfección. Marcaba todos los tiempos de ella como quízá nadie lo hizo........Con la muleta era eficaz y sobrio y elegante en sus adornos.....Con el capote cumplía bien: eficaz en los quites, por bien colocado......El valor corría parejo con sus desigualdades"
Néstor Luján comenta:
" Fue un torero desigual, brillante estoqueador y un excelente muletero. Pero sus alternativas de fracasos y éxitos no demasiado sonoros, hicieron su larga vida taurómaca mediocre y melancólica"
César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:
"Junto a Belmonte, Chicuelo, La Rosa, el Gallo y Sánchez Mejías se alinearán, y con letras unciales, en el anuncio de ferias y fiestas los nombres de Fortuna y Varelito.....................Fortuna, de Sestao -su padre, navarro: de Olazagutía-, es un bilbaíno soberbio y duro. Amenazado sin saberlo aún de una lesión mental, le rezuma la hiperestesia. el temperamento....................Fortuna cuenta a la sazón veinticinco años; Varelito, vientisiete. Los dos, altos pero no altiricones, esbeltos, espigados, disfrutan de la talla y proporciones adecuadas para el realce de la bella suerte de matar................El estoqueador bilbaíno y su émulo el andaluz se reparten, si no en el mismo abundante número -por cuanto Fortuna es desigual y Varelito seguro- con idéntico entusiasmo del público, las glorias del todavía, gracias a ellos y pocos más, emocionante y bello trance de la estocada de ley..............Como envidiosa de los alardes de estilo que, en su magna evolución, capote y muleta derrochan de más en más, la suerte de matar a volapié se huelga de un estilo nuevo en las espadas de Varelito y Fortuna................De este nuevo estilo, subordinado, claro es, a los cánones y disciplinas fundamentales del tradicional, quizá hubo un atisbo en Manolo Martín Vázquez; atisbo pasajero porque, casado con un hermana de los Gallos, se retiró pronto. Mató unos pocos toros a volapié de tan perfecta y singular manera que.........se instituyó a mi ver en precursor de este método de Fortuna y Varelito. De este estilo que me atrevía a calificar como de la "alegre despaciosidad", pues que el vuelo de las piernas, alegrando con su alada el viaje, no impedía saborear en la prieta reunión el lento hundirse del estoque palmo a palmo y la salida crucial del matador por el costillar de la fiera vencida.................Fortuna mata a su placer pocas veces porque necesita -cláusula sine qua non del buen matador- dominar los toros y atarlos al engaño. Es en sus momentos inspirados, o frente a toros de su gusto, un muletero eficaz y vistoso. Cuando un toro se pliega a su faena y se rompe y entrega, dolido de los tremendos pases ayudados por bajo, al liar la muleta y perfilarse el semblante iluminado de Fortuna transmite el éxito. Sabe que va a bordar la suerte. Y ataca y hiere y cruza, marcando los tiempos -las fases- con la segura medida de un reloj. Pero cuando no ha dominado -cuando no ha hecho faena- se desconcierta, se da pinchar a la de Dios le valga; y resulta el matador de fama que ha visto volver mayor número de toros al corral...............................Por lo general, nadie otorga a ninguno de entrambos artistas del estoque la primacía: "El día que Fortuna mata -decimos- es impar. Pero Varelito -agregamos"
Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe las siguientes crónicas:
" Fue un torero desigual, brillante estoqueador y un excelente muletero. Pero sus alternativas de fracasos y éxitos no demasiado sonoros, hicieron su larga vida taurómaca mediocre y melancólica"
César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:
"Junto a Belmonte, Chicuelo, La Rosa, el Gallo y Sánchez Mejías se alinearán, y con letras unciales, en el anuncio de ferias y fiestas los nombres de Fortuna y Varelito.....................Fortuna, de Sestao -su padre, navarro: de Olazagutía-, es un bilbaíno soberbio y duro. Amenazado sin saberlo aún de una lesión mental, le rezuma la hiperestesia. el temperamento....................Fortuna cuenta a la sazón veinticinco años; Varelito, vientisiete. Los dos, altos pero no altiricones, esbeltos, espigados, disfrutan de la talla y proporciones adecuadas para el realce de la bella suerte de matar................El estoqueador bilbaíno y su émulo el andaluz se reparten, si no en el mismo abundante número -por cuanto Fortuna es desigual y Varelito seguro- con idéntico entusiasmo del público, las glorias del todavía, gracias a ellos y pocos más, emocionante y bello trance de la estocada de ley..............Como envidiosa de los alardes de estilo que, en su magna evolución, capote y muleta derrochan de más en más, la suerte de matar a volapié se huelga de un estilo nuevo en las espadas de Varelito y Fortuna................De este nuevo estilo, subordinado, claro es, a los cánones y disciplinas fundamentales del tradicional, quizá hubo un atisbo en Manolo Martín Vázquez; atisbo pasajero porque, casado con un hermana de los Gallos, se retiró pronto. Mató unos pocos toros a volapié de tan perfecta y singular manera que.........se instituyó a mi ver en precursor de este método de Fortuna y Varelito. De este estilo que me atrevía a calificar como de la "alegre despaciosidad", pues que el vuelo de las piernas, alegrando con su alada el viaje, no impedía saborear en la prieta reunión el lento hundirse del estoque palmo a palmo y la salida crucial del matador por el costillar de la fiera vencida.................Fortuna mata a su placer pocas veces porque necesita -cláusula sine qua non del buen matador- dominar los toros y atarlos al engaño. Es en sus momentos inspirados, o frente a toros de su gusto, un muletero eficaz y vistoso. Cuando un toro se pliega a su faena y se rompe y entrega, dolido de los tremendos pases ayudados por bajo, al liar la muleta y perfilarse el semblante iluminado de Fortuna transmite el éxito. Sabe que va a bordar la suerte. Y ataca y hiere y cruza, marcando los tiempos -las fases- con la segura medida de un reloj. Pero cuando no ha dominado -cuando no ha hecho faena- se desconcierta, se da pinchar a la de Dios le valga; y resulta el matador de fama que ha visto volver mayor número de toros al corral...............................Por lo general, nadie otorga a ninguno de entrambos artistas del estoque la primacía: "El día que Fortuna mata -decimos- es impar. Pero Varelito -agregamos"
Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe las siguientes crónicas:
“Madrid: La corrida de la Cruz Roja
(ABC, 25 de octubre de 1916)……………..Fortuna
sigue las huellas por las que pisaron las primeras figuras. Desde que tomó la
alternativa camina de triunfo en triunfo……..Sus lances de capa, los mejores;
las mejores faenas de muleta, las suyas; suyas las mejores estocadas. Muy
valiente, muy confiado, con el valor consciente necesario para ejecutar, paró a
los toros y los toreó con sabor y estilo. Este pequeño Joselito –es el torero que más se le parece- sólo hizo de
censurable, para nuestra manera de ver la fiesta, aquella salida de rodillas en
el primer toro. ¡Es tan feo, tan antiestético, ver a un torero caminar de
rodillas en busca del toro!..........Aquellos primeros pases que siguieron al
de rodillas fueron de valiente y de artista, de torero que siente y hace
sentir, paladea y hace paladear…………Tuvo la suerte de que le tocara en último
lugar el mejor, el único toro bravo de la tarde……Llegó con la izquierda,
estirado, provocador, con tipo de torero que sabe lo que va a hacer……Un pase
alto, pasándose todo el toro, pero sin cargar la suerte ,mandando poco, para
dejársele cerca y recogerle con un pase de pecho. Aquello de Vicente Pastor, ¿os acordáis? Luego tres
naturales, el primero inmejorable, llevando al toro muy bien toreado……..Sigue
muy valiente. Da unos pases de tirón para llevar al toro al tercio, y unos
muletazos más, parando mucho. Luego, una buena estocada; la arrancada
admirable, por derecho y con estilo de matador. Arte, valor, dominio,
moviéndose en la plaza con soltura y tranquilidad, son las características de
este torero………Bravo, Fortuna. Merece
ser andaluz, que es el reino de los grandes toreros”
“Las corridas de Bilbao: La última de la feria. ¿Se retira Pastor?
(ABC, 27 de mayo de 1917)………………..En la corrida de hoy el triunfo ha sido para Fortuna. Ha tenido decisión, valentía,
y, como es torero que sabe su oficio, el éxito no le ha regateado los
halagos…………En su primero, después de torearle bien de capa, hizo un quite de
rodillas por los dos lados, rematando entre los cuernos. Artillerito le picó bien el toro. Fortuna empezó la faena con el
ayudado por alto y quedó dispuesto para el pase natural; dio tres seguidos,
corriendo muy bien la mano en el segundo, y ciñéndose muchísimo en el
último……..; luego dio un pase de pecho y un ayudado, rematando con un molinete
muy airoso. Todo muy bien ejecutado y siendo la nota de la faena la valentía.
Arrancó a matar en mal terreno, entró derecho y salió cogido, y ya en el suelo
fue empuntado. Se levantó ileso y rabioso. Dio un pinchazo tendido, y echándose
encima del toro, dejándose caer sobre el morrillo, metió todo el estoque
contrario, rodando el toro, que salió muerto de la mano del torero. Se le
concedió la oreja. En la faena hubo mucha emoción………….En el sexto, lo que hizo Fortuna fue matar superiormente, de una
estocada hasta el puño, entrando con arrestos, y un descabello. Con el capote
estuvo muy bien toda la tarde; hizo quites muy adornados y aún se adornarían
más si no dejara tanto el capote en la cara de los toros, que les hace derrotar
y ensucia el remate, porque, en vez de sacar el percal limpia y suavemente,
sale despedido por el toro en forma poco airosa. En el toreo estos pequeños
detalles son los que le avaloran y le dan vida y gracia."
“Madrid: Crisis total (ABC, 29 de abril de 1918)……………………..Fortuna tuvo un éxito formidable.
Aplausos nutridos, ovaciones al cambiar el tercio, vueltas al ruedo, salida en
hombros, el delirio……………Estuvo superior, formidable, en el primer quite, único
quite de la tarde, en el que salvó a un picador…….aquellos lances rodilla en
tierra fueron escalofriantes por lo cerca que le pasó el toro………….en las
verónicas hubo sabor, estilo y gracia torera………….Con la muleta sólo hizo cosas
sueltas, no hizo faena completa………..porque codillea y no corre la mano a los
toros, y los toros bravos no pueden torearse con el brazo pegado al cuerpo,
porque ocurre lo que ocurría ayer a Fortuna,
que daba un pase, pero no daba el siguiente, porque el toro se revolvía tan
cerca, que el torero tenía que salir por pies…………Por la razón apuntada, no
lució la faena del sexto toro. Torearon a medias; unas veces el torero; otras
el toro………Su nota simpática fue la valentía, el dar cuanto podía. Yo le hubiera
querido más enterado, pues me parece que no se fija en el toro; más dominador
con la muleta, más unión en las faenas desligadas de pases sueltos, y, sobre
todo, con estos toros bravos, cargar más la suerte, correr la mano”
......Y se murió de perfil,
viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
García Lorca
Varé se apellida usté;
en caló varé es un duro,
y es tan grande su arte puro,
que vale más de un varé;
¡se lo juro!
En aviyelar parneses
puede tener ilusiones;
Varé, por sus volapieses
se hará dueño de millones
de vareses.
Antonio Casero
EL RUEDO
MUNDO GRÁFICO
"¡Ea!, ya estaréis ustedes contentos. Ya me ha pegao la corná"
Varelito, mientras lo llevaban a la enfermería, tras la cogida mortal por Bombito
"Yo no sé de nadie que se vaya ni se fuera tan derecho a los toros tantas veces"
Gregorio Corrochano
Manuel Varé García, Varelito, nació en Sevilla el 29 de septiembre de 1893.
Se presentó en la plaza de Sevilla el 15 de septiembre de 1912, y en Madrid el 27 de julio de 1913.
Tomó la alternativa en Madrid el 27 de julio de 1918, de manos de Joselito que le cedió la muerte del toro Flor de Jara.
En las temporadas siguientes se destaca tanto que, después de los toreros indiscutibles (Joselito y Belmonte) que son la base de todos los carteles, ocupa uno de los primeros puestos por su estilo depuradísimos de estoqueador.
El 17 de mayo de ¿1919? toreó Santa Colomas en Madrid, obteniendo un triunfo clamoroso.
Falleció el 13 de mayo de 1922 en Sevilla, tras una cogida sufrida el 21 de abril en la Feria de Sevilla, al entrar a matar al quinto toro del marqués de Guadalest, de nombre Bombito.
Gregorio Corrochano, en su libro La edad de oro del toreo, en el capítulo titulado De las memorias inéditas de un redactor de ABC, escribe la siguiente crónica sobre la alternativa de Varelito:
“Madrid: Alternativas de “Varelito” y “Dominguín”. Escuela Taurina
(ABC, 27 de septiembre de 1918) ………………Varelito y Dominguín empezaron el año siendo los novilleros de punta. El
público fijó su atención y les otorgó sus favores………Una tarde torearon los dos
en Madrid, llenaron la plaza, y cuando se juntaron en la enfermería, después de
cambiar impresiones acerca del estado respectivo, acordaron ir a ver a Joselito. Así lo hicieron tan pronto
como curaron.
-Queremos recibir unas
lecciones de usted- le dijeron.
-Pues estoy a vuestra
disposición. Iremos un día al cortijo de los niños de don Felipe o de don
Eduardo, que son amigos míos.
-No es eso. Queremos que sea
en una plaza de toros, y si puede ser en la de Madrid, mejor. Las lecciones en
público son las que más aprovechan.
Y entonces quedó acordada la
alternativa. Ahora se explicará el aficionado el porqué de dos alternativas
seguidas dadas por uno mismo………Las alternativas fueron el pretexto para que el
maestro les diera a los discípulos la lección apetecida. Se eligieron seis
reses de Contreras.........Se dio suelta al primero…….y empezó la lección……..Varelito dio unas verónicas, hizo su
quite, y a continuación hizo el suyo Dominguín.
Entonces el maestro, viéndolos con buena voluntad, pero un poco precipitados,
les dijo:
-Está bien y no está bien. En
el toreo todo es finura, y suavidad, y lentitud de movimientos. Todo lo
violento, todo lo forzado, va contra las leyes del toreo, que se fundan en la
naturalidad. Miren ustedes. Fíjense que yo apenas muevo el capote, y, sin
embargo, llevo al toro con el temple preciso al sitio preciso adonde le debo
llevar. El toro, aunque parece un animal duro y fuerte, es muy delicado. A los
toros hay que mimarles. ¿Ven ustedes? Así.
-Es verdad- dijeron a un
tiempo los dos discípulos, al ver cómo hacía el maestro su primer quite.
-Pues esperemos a que salte
otro toro. Vamos adelante.
Mientras se cumplía la
cláusula reglamentaria referente al segundo tercio, preparó Joselito una muleta. Se la dio a Varelito, y éste, montera en mano, le
dijo, a modo de brindis:
-Maestro, si me equivoco, no
dude en corregirme, que yo lo que quiero es aprender.
Muleteó Varelito valiente, ni muy eficaz ni muy lucido, porque el toro,
aunque noble, estaba quedado y necesitaba un torero de mucho temple. Hay toros
que ponen en la faena tanto como el torero, y otros, como éste, que ponen muy
poco y les hace falta un torero que les ayuda a pasar.
-¿Es así?- preguntó Varelito.
-Así es- respondió José-. Tú
no puedes hacer más, Falta temple. A estos toros no hay que pasarlos, hay que
tirar de ellos como si se les llevase atados a la muleta, separando el engaño
con tanta lentitud, que pueda sacarse el mayor rendimiento del pequeño esfuerzo
del toro. Pero de esto te hablará Belmonte……………….- Hay una suerte muy lucida y
de gran recurso: la de banderillas. Por si os aficionáis, os daré un
repasillo……….Y puso tres pares con finura, con elegancia, con arte de
banderillero.
-A los toros bravos hay que
torearles al natural. Quien no lo hace, no llega a primera fila………..Y, fiel a
su lección, dio tres pases naturales, aguantando más en el segundo. A mi juicio
debió completar la lección, diciendo: “Cuando en un pase natural se queda el
toro, como me acaba de ocurrir en el tercer pase, lo cual es frecuente, por que
esto castiga, debe ponerse remate con un pase de pecho pues de lo contrario hay
que correr por la cara del toro, lo cual es feo; por lo menos deja en el
público impresión de que hay poca seguridad”……Siguió pasando por alto y se
llevó al toro tercio adentro con un gracioso abaniqueo…………..-Toma- le dijo José
a Varelito en el quinto toro,
acuérdate del toro tercero, olvida lo del cuarto, y a torear.
Ya tenemos un matador de toros.- Empezó Varelito
con un pase natural, llegando guapamente con la muleta plegada en la izquierda
y dejándose ver del toro. Se arrancó éset fuerte y Varelito, cargando la suerte antes de tiempo, dio el natural,
movido por la precipitación apuntada; siguió con uno de pecho, muy valiente
,dio unos pases mas, pocos, quedándose tan cerca en los remates, que temiendo
el maestro un percance, más de una vez se dispuso al quite, que no llegó a
hacer, porque el muchacho se quitó con tranquilidad el toro. Se perfiló Varelito, juntos los pies, erguido el
cuerpo, el busto graciosamente girado, la mirada en el morrillo sangriento.
Avanzó resuelto, sin retroceder antes con el paso atrás, deslizando sobre la
arena el pie izquierdo, y con estilo precioso de matador de toros, dio un buen
pinchazo, saliendo apoyado en el estoque. Y luego, perfilado en el centro de la
suerte, sin temor al cuerno derecho, que quedaba a su izquierda, con el mismo
estilo de matador clásico dio la estocada. Manejó la muleta superiormente,
tanto, que acaso la estocada no fuese todo lo perfecta de colocación –de
ejecución, irreprochable- por lo mucho que mandó al toro con la mano izquierda.
Después de dar la vuelta, salió a saludar a los medios.
-Bien, maestro- le dijo José
a su discípulo.
-¿Maestro yo de usted?
-Matando, sí, Me esforcé al
matar el tercero, por guiaros lo mejor posible; pero lo que en mí fue un
esfuerzo colosal, sin conseguir la perfección, en ti es facilidad y dominio de
la suerte. Ya te dije que en el toreo todo es naturalidad, y tú llevas esa
naturalidad al difícil momento de matar. Por esto te dijo y te repito: Bien,
maestro…
…………………………
La tarde, en conjunto, fue
provechosa: hemos sacado un buen matador de toros, que se llama Varelito.
En el mismo libro, encontramos la siguientes crónicas de Gregorio Corrochano:
De “Varelito” a Mazzantini y de Mazzantini a
“Varelito”………Cuando murió el cuarto
toro, una ovación clamorosa subrayó la labor de Varelito. A los aplausos se unió una felicitación escrita y
valiosísima. El diputado don Luis Mazzatini escribió en una tarjeta,
correspondiendo a la cortesía de un brindis: “Ya era hora de que haya visto mi
volapié. A ganar millones y a conservarlos”………..Perdone mi querido amigo
Mazzantini esta violación de correspondencia. En la plaza es usted, lo será
siempre, aquel formidable matador de toros, y esta correspondencia de matador a
matador me evita rebuscamientos de elogios y términos comparativos. Usted ha
dicho que ayer vio su volapié. Usted ha sido el intérprete más fiel, más
artista que tuvo Costillares; yo nada
tengo que decir de cómo mató Varelito al cuarto toro. Usted mataba con una
sencillez, con una naturalidad, que era el volapié lo que es el pase natural de
Belmonte al toreo. Varelito dio un pinchazo y una estocada que cayó contraria,
de tanto hace por el toro; quizá también por arrancar un poco lejos. Don Luis
Mazzantini, en una tarjeta, firmó la estocada como suya. Yo no tengo nada que
decir. Sería pretencioso hablar yo después de hablar Mazzantini, el rey del
volapié, el hijo espiritual de Costillares.
Sólo diré que en este parentesco, Varelito es el nieto”
"Corrida de Beneficiencia. (ABC, 6 de abril de 1920) (Confirmación de alternativa de Sánchez Mejías)...............................
....................Varelito mató de una manera formidable. Yo no sé de nadie que se vaya ni se fuera tan derecho a los toros tantas veces. Yo no sé de nadie que haya expuesto tanto matando toros. Yo no sé de nadie que haya sido tan igual en este momento, porque entra exactamente igual una vez que otra. Al primero le entró cinco veces; las cuatro primeras fueron pinchazos y la última una estocada contraria. Al otro, después de un pinchazo en hueso, le metió hasta la mano, saliendo limpiamente. Descabelló. Hice una observación. Los pinchazos fueron por perfilarse con exceso, y cuando dio un poco más el pecho a los toros le resultaron las estocadas. Esto es un consecuencia lógica. El encontronazo dando mucho el hombro hace girar al torero, y esto, sobre impedir que la estocada sea completa, le hace salir empujado por delante, desarmado y con más exposición, porque se queda a merced del toro. En cuanto corrija este afán de matar bien, que le lleva a perfilarse exageradamente, en cuanto dé un poco menos el hombro y un poco más el pecho, como hizo ayer en las estocadas, Varelito saldrá a estocada por toro muchas tardes porque es el matador más igual, más preciso y más emocionante. No hay nada que se le parezca……….Toreó con buena voluntad, pero sin arte ninguno; con la muleta toreó al natural valiente, pero con la figura completamente desfigurada por el retorcimiento y lo forzado. Además, son dos cosas distintas: a un lado, el torero; a otro, el matador. Como torero es un de tantos toreros vulgares, y como matador es la primera figura de estos tiempos y sospecho que de algunos otros tiempos”……………….Los herederos de Martínez han presentado una corrida brava. Mejores o peores para el lucimiento del torero; pero brava, gorda y con poder.”
"Corrida de Beneficiencia. (ABC, 6 de abril de 1920) (Confirmación de alternativa de Sánchez Mejías)...............................
....................Varelito mató de una manera formidable. Yo no sé de nadie que se vaya ni se fuera tan derecho a los toros tantas veces. Yo no sé de nadie que haya expuesto tanto matando toros. Yo no sé de nadie que haya sido tan igual en este momento, porque entra exactamente igual una vez que otra. Al primero le entró cinco veces; las cuatro primeras fueron pinchazos y la última una estocada contraria. Al otro, después de un pinchazo en hueso, le metió hasta la mano, saliendo limpiamente. Descabelló. Hice una observación. Los pinchazos fueron por perfilarse con exceso, y cuando dio un poco más el pecho a los toros le resultaron las estocadas. Esto es un consecuencia lógica. El encontronazo dando mucho el hombro hace girar al torero, y esto, sobre impedir que la estocada sea completa, le hace salir empujado por delante, desarmado y con más exposición, porque se queda a merced del toro. En cuanto corrija este afán de matar bien, que le lleva a perfilarse exageradamente, en cuanto dé un poco menos el hombro y un poco más el pecho, como hizo ayer en las estocadas, Varelito saldrá a estocada por toro muchas tardes porque es el matador más igual, más preciso y más emocionante. No hay nada que se le parezca……….Toreó con buena voluntad, pero sin arte ninguno; con la muleta toreó al natural valiente, pero con la figura completamente desfigurada por el retorcimiento y lo forzado. Además, son dos cosas distintas: a un lado, el torero; a otro, el matador. Como torero es un de tantos toreros vulgares, y como matador es la primera figura de estos tiempos y sospecho que de algunos otros tiempos”……………….Los herederos de Martínez han presentado una corrida brava. Mejores o peores para el lucimiento del torero; pero brava, gorda y con poder.”
“Apuntes de la feria de Sevilla (ABC, 21 de abril de 1920)…………………….Toros
de Rincón, bravos en general…….De tipo terciaditos, muy terciaditos………………Belmonte mal. Lo siento por el traje de
plata, que con dos tardes como ésta le vamos a desacreditar. Ya se lo dijeron
desde el tendido: “Belmonte, ¿y para esto te has puesto el traje de plata?.................................
Varelito dio su nota. Toreando
estuvo como siempre; pero matando se llevó la emoción de la plaza. Brindó el
quinto toro a Don Criterio, el
revistero de El Liberal, de Sevilla.
El toro era mansote no se le podía hacer
faena lucida. Así lo comprendió Varelito
en los primeros muletazos que intentó. Se lo llevó por pases de tirón bajo el
lugar donde Don Criterio ejerce sus
altas y complicadas funciones de crítica, y allí mismo, después de un pinchazo
hondo, dio Varelito una estocada
hasta la mano, entrando despacio, dejándose ver, para que fuera mayor el efecto
y mayor la emoción………Yo miré entonces a Don
Criterio y vi que todavía estaba ruborizado……………..Afortunadamente para el
crítico de El Liberal, Varelito fue ovacionadísimo, dio la
vuelta al ruedo y luego salió a saludar a los medios por lo bien que había
matado el toro. En el toro anterior también había oído palmas por un pinchazo
hondo”
De la colección LOS ASES DEL TOREO. VARELITO, por Tomás Orts Ramos (1866-1939), editado en Barcelona en 1921, he seleccionado los siguientes comentarios:
"(Pg. 8)……”Varelito ha matado bien muchos toros; tiene un estilo de estoqueador que llega al público, y no está tanto su mérito en el modo de ejecutar la suerte como en el de engendrarla, aunque en todo haya emoción……….Así como hay tranquillos que restan mérito a un determinado lance, porque se advierte que con ellos se obvian dificultades, el tranquillo de Manuel, al matar, más parece que las aumente, y tiene aún la ventaja de dar la sensación de que no mata con facilidad……….No es la zambullida del “Algabeño”……….; “Varelito” no tiene nada que ver con “Algabeño” como estoqueador, ni nada que ver con “Machaquito”, ni con Vicente Pastor, ni con Malla, ni con nadie, porque eso es precisamente lo que hace de Manuel un torero no vulgar, el que posee estilo, o si se quiere, tranquillo propio………..Ese tranqillo del trianero, no parece a los ojos del espectador un truco para aminorar el riesgo………..como ni el suyo ni el de nadie dan la inmunidad absoluta, y menos el suyo (Pg. 9) que el de nadie, sobre “Varelito” pesa la responsabilidad de una fama que hasta el presente le ha valido serios percances………Ser matador de toros, cuando los toros se han de matar en esa suerte que seguimos llamando volapié, pero que ha dejado de serlo, hasta el punto de que en que los pies no vuelen, estriba actualmente su mayor mérito;……ofrece mucha más dificultades de las que el público en general aprecia……….(Pg. 14)…..Decididamente, es una aventura arriesgada matar toros a volapié,………..Este es el caso de “Varelito”, que con mucha afición y mucho pundonor, sufre las consecuencias de su reputación, sabiendo mejor que muchos a todo lo que se expone………(Pg. 16)……Tengo a la vista un relato publicado el año pasado en La Corrida , y es el propio Manuel el que habla……Dice así: “¿Qué cómo empezó en mi la afición? Pues ensayándome con un “carnero” que utilizaba ante la puerta de mi casa, o sea en la “Venta” que por aquella fecha poseían mis padres en el camino de San Juan de Aznalfarache. Esto sucedía cuando apenas contaba once años de edad……….Por esta época hice mi presentación en una escuela taurina que había fundado “Joaquín el del Horno”, antiguo banderillero de Quinito…….En la mencionada escuela me vio una tarde Ignacio (un primo de Bombita), y tanto le gustó mi trabajo, que me llevó de banderillero en una cuadrilla de muchachos que él dirigía y de la cual eran matadores el hoy Bombita IV (Manuel García) y José Puertas, “Pepete”………..Vestí por vez primera el traje de luces en Jerez de los Caballeros, con la citada cuadrilla, en cuya fecha todavía no había cumplido los catorce años…….El primer becerro que maté fue en Fuentes de León, pues aquella tarde salieron heridos los matadores (Pg. 17) de mi cuadrilla……..Mi primera corrida con picadores fue en Teruel, llevando de compañero a “Pepete Chico”……..El debut en Sevilla verificose el 15 de Septiembre (Pg. 18) de 1913, matando novillos de Bueno; en dicho debut alternaban conmigo Manolo Navarro y Juan Belmonte……….Así me pasé cerca de cuatro años, toreando y sufriendo serios percances. Por tales causas, parece que llevo diez años de torero, no siendo esa cifra, porque durante esas diez temporadas me he llevado parte de las mismas “curándome” las 16 cogidas, todas graves, que me ocasionaron las reses…… y me he visto operado en tres ocasiones……….La primera oreja que se cortó en Sevilla, fue la que obtuve cuando era novillero; en la tarde del 1º de Octubre de 1915, matando al toro “Sendieron”, de la ganadería de Carvajal…………(Pg. 19)……El debut en Madrid…..ocurría el 27 de Julio del año 1913, estoqueando reses de Palha”……….En Toros y Toreros, en 1913, dijo “Dulzuras”: “El 27 de Julio toreó por primera vez en la plaza madrileña el sevillano Manuel Varé, “Varelito”…….En esta corrida estuvo decidido y con deseos de quedar bien, matando mejor el sexto toro que el tercero….”……..(Pg. 20) “Recortes” y “Marcelo” en Toros y Toreros en 1914 decían: “Tampoco ha vuelto a Madrid este torero sevillano, que la tarde de su presentación no disgustó al público, pues se le vio decidido y mató muy bien el toro de Palha que le salió en segundo lugar……..Ha hecho una regular campaña, y los periódicos de las localidades donde actuó nos dicen va progresando en su arte, y que continúa dando la nota de valentía”…….Los mismos autores, en Toros y Toreros, en 1915: “Continúa sin aparecer en la plaza madrileña………Ocho corridas toreó en la temporada……En todas quedó muy bien, pues es valiente y sabe su oficio……..Sufrió una grave cogida en Sevilla el 5 de Septiembre….”…….”Marcelo”, en Toros y Toreros, en 1916, escribió: “Este muchacho quedó bien en Madrid (toreó el 4 de agosto), porque sabe su obligación y deben repetirlo, porque, a nuestro juicio, vale mucho. En Sevilla obtuvo un señalado triunfo”………”Don Ventura”, en Los Toreros, en 1917: “Es de lo mejor de la clase, siendo incomprensible (Pg. 21) que por las rivalidades de Empresas no toree en Madrid. En Sevilla y otras plazas de aquella región, así como en Valencia, tiene un gran cartel”………..En 1918 su campaña de novillero fue brillante de verdad……..El 26 de Septiembre, en Madrid, y en la misma corrida que Domingo González “Dominguín”, recibió la alternativa de manos del malogrado “Joselito”, que le cedió la muerte del primer toro de la tarde, “Flor de jara”…, negro, zaino y perteneciente a la ganadería……del Sr. García de la Lama …………De su campaña de 1919 dijo “Don Ventura” en Toros y Toreros: “Le han llamado algunos este año el rey del acero y el Mazzantini de Triana por su bravura al atacar con la espada y por el modo de cruzar en el momento supremo; ha dado grandes estocadas (Pg. 22)……..ha demostrado voluntad, corazón y grandes dotes de estoqueador; ha hecho a pulso una campaña de valiente………”Don Luis”, en Toros y Toreros, en 1920, opinó de “Varelito”: “Su estupendo estilo de matador le abrió las puertas de muchas plazas……; pero los toros no le han dejado sumar la cifra de corridas a que seguramente hubiese llegado si no se lo impiden las cornadas…..”………(Pg. 23)…..En 1920, el 11 de Abril en Madrid, con el toro “Carpintero”, de Veragua, dio la nota que venía anunciado como estoqueador consumado………..P. Alvarez, el que entonces hacía la crítica de toros en La Correspondencia de España, describió de este modo la ejecución: “Fue en los tercios del 2. En la suerte natural………”Varelito”, que está más valiente que diez novilleros locos, se perfiló en el centro del testuz, más bien hacia el lado del pitón contrario, y recreándose en los preparativos se enderezó sobre los talones, lió ceremoniosamente la muleta, que colocó baja, y se preparó a entrar……..El diestro sevillano, pausadamente avanzó el (Pg. 24) pie izquierdo, apoyándose sobre él, y llevando la muleta baja para que “Carpintero” descubriera las agujas, se volcó sobre él, colocando a volapié neto el más formidable estoconazo que puede darse. La res, herida mortalmente, salió del embroque rozando todo el costillar derecho en los alamares negros del traje de Varés. Pocos segundos después el veragüeño caía muerto, como caen los toros heridos en todo lo alto del morrillo….”………”Rubores” en El Día, se expresó así: “……Después de una buena faena de muleta, se quita la montera, la coloca detrás de sus pies para no ganar un palmo de terreno sin merecer nuestra protesta……….(Pg. 25)….Junta los pies a un metro de los pitones de su enemigo, se deja ir detrás de la “espá”, ejecuta con la más completa perfección los tres tiempos del volapié y “sopla” una estocada COLOSALÍSIMA POR TODOS CONCEPTOS que mata al medio minuto. (Grandísima ovación, petición de oreja, vuelta al ruedo, saludo desde los medios y el delirio; todo, todo, merecidísimo)…..”Varelito” es hoy el primero de los matadores de toros…..¡Paso a “Varelito”!”……….”Pepe Laña” en La Tribuna : “Tuvo Manuel Varé un detalle muy significativo y digno del apuntamiento, al perfilarse para el primer pinchazo……..el sevillano “Varelito”, hubo entonces de quitarse la montera tranquilamente, y sin perder la alineación con el toro, colocándola en el suelo, detrás de sus mismas zapatillas, para que se viera como no la tropezaba al entrar a matar; que aquel famoso “paso atrás” del “monstruo taurino de Córdoba”………, no cabe en su escuela de estoqueador concienzudo y valeroso, cuyo camino “a la hora de la verdad”, según unos y “del mayor dolor” como apuntan otros, es hacia la fiera únicamente, sin un retroceso ni una “apoyatura” que de alivio sirva………..Después de los dos pinchazos preliminares, (Pag. 26) aplaudidos……..Manuel cogió, al fin, la estocada de la tarde………Adelantó el pie izquierdo suavemente con su clásico estilo, hizo el viaje hacia el morrillo….., y el estoque penetró despacio, centímetro a centímetro, hasta la roja guarnición……….”Barbadillo” en El Imparcial: “ (Pg. 27)…….El torero, perfilado en los tercios del 2, al hilo de las tablas……..levantó y puso de puntillas el izquierdo; lo adelantó y resbaló despacio hacia la res; dejó ir detrás el cuerpo, suavemente, en línea recta hasta el mismo morrillo; torció la mano izquierda, al dar con ella en el hocico de la fiera, para guiar la embestida hacia un lado; avanzó el brazo armado, al tocar con la punta del acero las cerdas de los rubios, y del perfecto fácil y limpio del cruce del hombre con el toro, quedó éste tambaleándose, cayéndose, con el estoque clavado hasta el puño, y se desplomó inerte……..(Pg. 28)……Jamás habíamos visto practicarlo (el volapié) mejor…..La ovación fue frenética”……….(Pg. 31) Acabamos de ver que “Varelito” es mucha gente en el momento supremo………..Digamos dos palabras de lo que hemos venido llamando tranquillo……..La manera de engendrar la suerte “Varelito” es de las más airosas y artísticas. En corto, por lo general, perfilado en el centro de las dos astas, la empuñadura del estoque a la altura del pecho, un poco inclinado el busto, avanza arrastrando la pierna izquierda, y hasta el momento de emparejar nada hay más leal; en ese momento, cuanto ya el estoque ha empezado a penetrar, el cuerpo del matador gira sobre el pitón derecho, el brazo se alarga, y con ayuda del quiebro de muleta, que no suele meter en el hocico del toro, sino que queda más alta de lo mandado (Pg. 32), y de la curvatura de la cintura, salva el fielato. Preciso es reconocer que Manuel empieza mejor, más lúcido, el lance, que lo acaba…………Como torero, está valiente con el capote, valiente con la muleta, y esta nota de valentía es la saliente que en su labor se puede apreciar……Torea, ciertamente, y habrá días que unos lances suyos con el capotillo, o unos cuantos muletazos entusiasmen a las gentes; pero siempre con vistas a la estocada……..Torero sin ella, quedaría relegado a un término muy secundario……..Hombre sano, entero, un tanto jactancioso, se asemeja en algo a los toreros típicos de otros tiempos, enamorados de su oficio y satisfechos con él, aunque continuarlo cueste no pocos sinsabores…….Pasa por ser un buen muchacho, y las muchas simpatías con que cuenta lo comprueban”
"Don Indalecio" en La Tauromaquia en el siglo XX, Primer cuaderno. En el número 3 de Cuadernos taurinos, dentro de la colección Grana y oro. Pgs. 80 y 81, escribe:
Néstor Luján comenta:
"Varelito fue, como la mayoría de estoqueadores, un torero regular con la capa y la muleta, aunque sin llegar al estilo adusto y pobre de un Mazzantini. Con el estoque fue un matador brillantísimo, más espectacular que seguro, conforme a la evolución estética de los tiempos.......Como entraba muy en corto y con lentitud casi voluptuosa, imprimía un relieve palpitante a la suerte. Por ello, y por querer ejecutar con elegancia a todos los toros, recibió gran número de cornadas. Pero al público le embelesaba ver cómo se volcaba a herir, con aquel perfil elegante y conciso"´
César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:
"Junto a Belmonte, Chicuelo, La Rosa, el Gallo y Sánchez Mejías se alinearán, y con letras unciales, en el anuncio de ferias y fiestas los nombres de Fortuna y Varelito....................Fortuna cuenta a la sazón veinticinco años; Varelito, vientisiete. Los dos, altos pero no altiricones, esbeltos, espigados, disfrutan de la talla y proporciones adecuadas para el realce de la bella suerte de matar................El estoqueador bilbaíno y su émulo el andaluz se reparten, si no en el mismo abundante número -por cuanto Fortuna es desigual y Varelito seguro- con idéntico entusiasmo del público, las glorias del todavía, gracias a ellos y pocos más, emocionante y bello trance de la estocada de ley..............Como envidiosa de los alardes de estilo que, en su magna evolución, capote y muleta derrochan de más en más, la suerte de matar a volapié se huelga de un estilo nuevo en las espadas de Varelito y Fortuna................De este nuevo estilo, subordinado, claro es, a los cánones y disciplinas fundamentales del tradicional, quizá hubo un atisbo en Manolo Martín Vázquez; atisbo pasajero porque, casado con un hermana de los Gallos, se retiró pronto. Mató unos pocos toros a volapié de tan perfecta y singular manera que.........se instituyó a mi ver en precursor de este método de Fortuna y Varelito. De este estilo que me atrevía a calificar como de la "alegre despaciosidad", pues que el vuelo de las piernas, alegrando con su alada el viaje, no impedía saborear en la prieta reunión el lento hundirse del estoque palmo a palmo y la salida crucial del matador por el costillar de la fiera vencida......................................El estilo de Varelito -"estilo propio", acaso menos académico- cautiva en grado sumo. Perfilado a discreta distancia -porque sin alguna distancia el volapié no vuela-, un leve encogimiento de la pierna izquierda, un guiño de la corva, pregona el suave avance. En él van la figura erguida, el estoque montado por delante del pecho a la altura del impulsor hombro izquierdo; la muleta rastreando el suelo, embebido en ella el toro, mientras la derecha va hiriéndole hasta el momento de vaciarlo con un verdadero medio pase de pecho. No ha alcanzado aún su término la espada de Varelito; apenas si ha metido en lo alto del morrillo unos centímetros de su punta, y ya el vivo pero pretencioso y bello trazado de la clásica suerte levanta a los espectadores. Y los pinchazos en lo duro -al salir de uno de ellos encontrará, no tardando, la muerte- se le ovacionan talmente que sus grandes estocadas..............Por lo general, nadie otorga a ninguno de entrambos artistas del estoque la primacía: "El día que Fortuna mata -decimos- es impar. Pero Varelito -agregamos- mata todos los días"
"Y en la temporada de 1922 -que él ha empezado en Valencia y se le presenta óptima de contratos-, víspera de feria de Sevilla, en donde ha de torear cuatro fechas, me telefonea desde un hotel madrileño para que marche con él a pasar a su lado la feria. No acepto. Voy a la estación y le abrazo deseándole feliz la feria que habrá de resultarle infausta. ¡Es el desgraciado y cariñoso Varelito!...............Cuando leo su gravísima cogida por el toro Bombito, de Guadalest...........los pronósticos cada día más sombríos del cirujano y, al cabo de casi un mes de angustiosa incertidumbre, la noticia del fatal desenlace, se me nublan los ojos y pierdo el sueño muchas noches. Releo en la prensa madrileña y sevillano los relatos retrospectivos de cómo en su salida de una estocada frustrada, de un "pinchazo en lo duro", el toro le persiguió, y viéndole caído de bruces, le empitonó por el fondillo........................."Ya me la ha pegao. ¡Ya estaréis contentos!", recrimina mirando al graderío desde los hombros de las asistencias"
Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su libro Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:
“Valerito. He aquí uno de los matadores de toros que con más propio
estilo ha practicado en lo que va de siglo la hermosa suerte del volapié.
Diestros ha habido que lo ejecutaron acaso con más clásica naturalidad; pero en
cuanto al “sabor” que “Varelito” daba a la suerte, sobre todo en sus dos
primeros tiempos, creo que nadie lo superó. Tal vez pusiera una mijita de
afectación, pero, sin duda, resultaba un bello cuadro, por demás artístico y
emotivo, su personalísimo modo de matar. Aunque no hubiera hecho más que eso,
era muy suficiente para ocupar con brillantez un buen lugar en el toreo. Era,
además, un torero alegre y valeroso; pero, en realidad, la base de sus triunfos
fue siempre la estocada, que el público esperaba verle dar con ilusión tan
exagerada, que la tarde que no le resultaba a la perfección se sentía
defraudado y le apostrofaba violentamente…………Esta exigencia y un pundonor muy
grande que nunca abandonó al torero sevillano hicieron que fueran muy
frecuentes y algunos muy graves, los percances que sufrió en su vida
“Varelito”…………..El infortunado “Varelito” fue de los últimos toreros que
gustaban de vestir de corto frecuentemente, mostrándose orgulloso en todas
partes de su profesión que le costó la vida”
Robert Ryan, en su libro El Tercio de muerte, escribe:
"La vida torera de Varelito, finada la misma primavera que la de Granero, fue un derroche espléndido en la suerte a volapié, a cuya ejecución aportó un temple personal, depurando una muerte clásica, a la vez que con sangre su toreo de muleta"
García Lorca evoca su memoria con estos versos:
......Y se murió de perfil,
viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
El escritor José Alameda en su Hilo del toreo se refiere al papel fundamental que desempeñó Nicanor Villalta en el nacimiento del derechazo:
"Hay una figura que en esta evolución tiene un papel importante y debemos reconocerlo. Nicanor Villalta es el que pasa a la mano derecha lo que Gallito, Chicuelo y Lalanda habían planteado con la izquierda. Villalta es el padre de lo que hoy llamamos el derechazo. Y hasta creo que empezó a llamársele así por él, a causa de cierta brusquedad que propiciaba una asimilación deportiva. Villalta hizo realidad lo que Guerrita, en su Tauromaquia, establece como posibilidad; el toreo en redondo puede realizarse "con cualquiera de las dos manos"
El crítico Don Justo escribió en El Ruedo, el 4 de diciembre de 1947, un comentario bastante crítico:
"El derechazo fue un modismo o una manera piadosa empleada por ciertos críticos para disimular la falta de belleza o estética de Villalta cuando violentamente ejecutaba el natural con la derecha"
Nicanor Villalta y Serrés nació en Cretas (Teruel) el 20 de noviembre de 1897. Su padre había querido ser torero, pero sólo actuó en las capeas de los pueblos. Admirador y amigo del torero Nicanor Villa ("Villita"), puso el mismo nombre a su hijo. Cuando contaba ocho años de edad, su padre se embarcó para México, llevándole consigo, y en México comenzaron los primeros entrenamientos de Nicanor en el terreno taurino.
Presenciando una corrida en la que toreó Belmonte, se despertó en Nicanor la afición y el deseo de ser torero. Practicó por haciendas y pueblos, demostrando valentía. En padre organizó un encerrona en la plaza de El Toreo para que matase un sobrero; así lo hizo, y de una sola estocada, después de torearlo bien, repitiendo la hazaña con otros diez o doce toros adquiridos a tal objeto. En otra encerrona con Silveti, éste le cedió un toro, en el que estuvo muy bien.
Vistió el traje de luces por primera vez
el 22 de junio de 1918 en Querétaro (Méjico), matando dos toros, y en Jurinia (Méjico) actuó como banderillero de el Andaluz, que también le cedió un toro.
De regreso a España, por su antigua amistad con Villita, se le proporciona una corrida en Zaragoza el 17 de mayo de 1920, en la que armó un alboroto, logrando una oreja y la salida a hombros; el 30 de mayo repitió en Zaragoza y después en Sevilla, donde gustó menos.
Se presentó en Madrid el 2 de abril de 1922; el 2 de mayo, también en Madrid, en el quinto toro, estuvo superior toreando ya con sus parones con la derecha y volcándose al matar.
Tomó la alternativa en San Sebastián, el 6 de agosto de 1922, cediéndole Luis Freg el toro Capotero, y completando el cartel Pablo y Marcial Lalanda.
La confirmación de la alternativa tuvo efecto en Madrid, el 21 de septiembre del mismo año, cediéndole Fortuna el primer toro, de Matías Sánchez, y siendo testigo Emilio Méndez.
En la temporada de 1923 triunfó en muchas corridas, asentándose su bien ganado prestigio. El 15 de junio de 1923, un toro de Veragua le infirió una cornada en el muslo derecho, a pesar de lo cual toreó 45 corridas esa temporada.
En 1924 -nos dice Daniel Tapia en su Historia del Toreo- toreó 39 corridas, obteniendo el 1º de junio, en Madrid, uno de sus mayores éxitos como torero, cortando cuatro orejas............En 1925 toreó 55 corridas. Al finalizar el año siguiente vino a México, tomando parte en 11 corridas. En 1927 y 1928 torea en todas las plazas y con gran acierto, destacándose por su regularidad. En 1928 toreó 52 corridas y 40 en 1929, obteniendo algunos triunfos sueltos como el del 27 de abril en Madrid..............Su manera de trastear de muleta fue eficacísima, y en el pase natural con la derecha, que no daba conforme a las normas clásicas precisamente, logró destacarse por su personalidad. Fue, sobre todo, un estoqueador seguro y un torero valiente"
En la temporada de 1929 toreó 41 corridas, de ellas siete en Madrid, brillando en la del 17 de mayo, de Beneficencia, en la que cortó una oreja. El 11 de junio del mismo año, también en Madrid, en la corrida de la Prensa, además de cortar orejas, le dieron por votación la oreja de oro, que es adjudicada al matador de mayor éxito, y que él, a su vez, regaló a la Virgen del Pilar.
Sigue toreando mucho hasta el año 1933, en que embarca para Venezuela. A su regreso, en 1935, Villalta decide retirarse.
Se retiró definitivamente de los ruedos en la Feria del Pilar de Zaragoza, en festejo celebrado el 17 de octubre de 1943, compartiendo cartel con Morenito de Talavera y Manolete.
Falleció en Madrid el 6 de enero de 1980.
"Hemos pasado a los "parones", esos muletazos peculiarísimos de Villalta, que son la clave de sus éxitos"
José Díaz de Quijano, Don Quijote
"El maño es uno de los innovadores. ¿Quién no aprecia sus villaltinas.........?
Diógenes Ferrand
"Al quite acude el de Aragón,...............con mucha soltura y elegancia..............remata con una larga serpentinesca de crinolina. Villalta ha hecho con el capote lo que nuestros auténticos charros hacen con la reata"
Rafael Solana Verduguillo
El Universal Taurino. Relación de la lidia del toro Joyero, de La Laguna,
en la plaza El Toreo de México, el 15 de noviembre de 1926
De la colección LOS ASES DEL TOREO. NICANOR VILLALTA, por
Tomás Orts Ramos (1866-1939). Editado en Barcelona, 1924., he seleccionado los siguientes comentarios:
“(Pg. 4)……De Lagartijo opinaba cierto aficionado que
era torero hasta cuando huía; de Rafael el Gallo
dijo Guerrita que si lo tiraban
de un quinto piso, al llegar al suelo también era torero……..No es ese el caso
de Villalta; pero sí su mayor mérito…….Villalta únicamente es torero toreando…….,
todo porque su figura predispone a la duda cuando no a la chacota……..(Pg.
5)…..Demasiado alto, le falta siempre enemigo……, las dificultades para formar
un grupo vistoso, bonito, bello, con el toro son enormes…….(Pg. 6)…..Villalta
necesita “transformarse” constantemente, emocionar, hacer olvidar su tipo para
que sólo se vea su arte y su valor…….; él más que ningún otro necesita de la
cooperación del toro. Aun siendo un buen torero, aun conociendo perfectamente
el toreo, reducir y dominar al enemigo no le basta, defenderse de él mucho
menos; precisa torear bonito, repetir los parones, llevar a la fiera toreada, correr
la mano, poner de relieve su extraordinario juego de muñeca, en una palabra,
torear bonito, porque esa es la única manera de no estar feo…………..(Pg. 7)….En
resumen, Villalta tiene la desgracia de no poder torear para él, con la
aquiescencia del público; ha de torear para éste siempre y como siempre no se
puede torear así………….(Pg. 11)…….Toreó por primera vez en Zaragoza el 17 de mayo
de 1920, el mismo día en que moría en Talavera Joselito, con novillos de
Coquilla……….Un amigo estimadísimo me dice en una nota: “Había llovido
copiosamente aquella tarde y a punto estuvo de suspenderse la función………En ella
hizo Nicanor la faena más grande que hizo en su vida……..Yo no le he visto nunca
como aquel día y allí preví lo grande de este muchacho”………(Pg. 14) En Madrid
hizo su presentación el 2 de abril de 1922, con novillos de Moreno
Santamaría………..(Pg. 15)……El 6 de agosto de 1922, Luis Freg le dio la
alternativa en San Sebastián, cediéndole la muerte de Capotero, negro, de don José Bueno, y al mes siguiente, o sea el 21
de septiembre Diego Mazquiarán, Fortuna,
se la confirmó en Madrid, (Pg.16) cediéndole el toro Podenco, cárdeno oscuro, de don Matías Sánchez…………(Pg. 18)…..Dice
así don Manuel Velilla al juzgar a Nicanor: “Toreando de capa, con ese valor
suyo parando lo que les para a los toros, con la que juega brazos y muñecas, no
es una figura despreciable ni mucho menos, por su verdad al ejecutar: pero aquí
es donde más aprenderá…………En los quites se ha soltado mucho conforme ha ido
toreando y ya los hace variados y valerosos,
aunque no tenga la finura de otros………Una sola vez le ví banderillear y de otra
tengo (Pg. 19) noticia y en ambas ejecutó bien la suerte dando el pecho, pero
un afán de adorno en la preparación, resultó mal con su figura y la actitud del
público……le quitó las ganas de seguir haciéndolo………….Y llegamos al mayor mérito
de Villalta……la muleta…….Nicanor ha sido proclamado como un muletero
inmenso……….Todos los pases de muleta tienen un sello marcado suyo, personal,
dotado de dos cosas: la una la quietud de su figura, el atornillamiento de los
pies al suelo al ejecutar los pases, y la otra, y en ello está el verdadero, el
gran secreto del toreo de Villalta, en la manera de jugar la muñeca de ambos
brazos, flexible con una flexibilidad no vista en lidiador alguno………(Pg.
20)…..Merced a esa flexibilidad de muñeca innata en él, al comenzar el pase,
con la muñeca sólo lleva la muleta y con ella al toro mucho más tiempo que los
demás toreros que se ven precisados a girar antes, y cuando él gira la cintura,
que tiene también muy flexible, ya lleva medio toro pasado y luego se lo
enrosca a la cintura con poco giro y mucha quietud de pies, casi juntos……..(Pg.
21)…..En síntesis puede decirse del toreo de Villalta que es un toreo
exclusivamente de muñeca……..(Pg. 22)…..Matar Villalta mata con bravura hasta
ahora acostándose materialmente en el morrillo”……….(Pg. 24) Para mi gusto, este
muchacho tiene en el ruedo dos momentos que justifican su encumbramiento: su
muleteo excepcional, inverosímil, y su amor propio al matar”
"Don Indalecio", en La Tauromaquia en el siglo XX. Primer cuaderno. En el número 3 de Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, pag. 108, escribe:
"Se formó como torero
en Méjico, y al regresar a España en 1920 con toda su familia, se empeñó en
triunfar y triunfó. En lucha con los toros y con los públicos, que al ver su
figura lo tomaban a chirigota. Pero se impuso con sus “parones” y con sus
estocadas de ¡¡¡ hhhuuuunnnn!!! Al verlo
volcarse sobre los morrillos………Sus partidarios de ponderaban su honradez
torera, que lo daba todo. En sus faenas había que esperarle, tras de unos
trapazos antitoreros, a que se pusiera en situación para encajar el
“derechazo”, nombre de pase que sólo tolero en Villalta. Y partidarios o no, le
aplaudíamos en sus enormes estocadas, no pocas de zambullón, pero muchas, sobre
todo al final de su historia, de magnífico estilo. En el manejo del capote no
siempre utilizó la discreción de los arabescos con lo antiestético de su
figura………..Tomó la alternativa el 6 de agosto de 1922, en San Sebastián, de
manos de Luis Freg, con un toro de Bueno…………Tuvo Nicanor Villalta temporadas
muy completas los años 1925, 1926 y alguna otra. Las orejas en Madrid –donde
tuvo su partido más fuerte- las cortó por fajos, y, en suma, fue un torero
pundonoroso, acogido con simpatía por los públicos. En 1923 se ganó la Oreja de Oro de la Asociación de la Prensa de Madrid………En
Bilbao, en 1927, recibió la cornada más grave de su vida, y retirado en 1935,
volvió a la pelea terminada la guerra, hasta la temporada de 1943, para
despedirse de su profesión en Zaragoza."
Cossío escribe:
"Ha sido Villalta un torero sobrio y seco, como todos los de su tierra. Su figura, excesivamente alta no le favorecía para lograr adornos ni ensayar filigranas, y las pocas veces que lo intentara, pisó los linderos del ridículo. El punto fuerte de su toreo era el trasteo de la muleta. Especialmente en el pase natural con la derecha logró una personalidad, no de torero clásico ni de buen sabor, pero sí de bizarría y valor"
Néstor Luján, en su Historia del Toreo, escribe:
"Otro torero aragonés valentísimo, ingrácil y con una personalidad bien marcada ha sido Nicanor Villalta, hijo de un modesto novillero, Joaquín Villalta, apodado Castillejos. Con su figura alta y musculosa, sus piernas inacabables y gruesas, con cuello desmesuradamente largo y unos movimientos inarmónicos, Nicanor Villalta representa el esfuerzo de la voluntad para evitar lo grotesco. Toreaba con una muleta desplegada como una bandera, los pies juntos, las piernas apretadas, y así daba su violento derechazo echando el cuerpo atrás. Este derechazo, de dudosa eficacia y discutible belleza, era evidentemente emocionante y el único pase en que lucía la figura desencuadernada del torero aragonés, que debía imponerse, a pesar de poseer un amplio repertorio, una forzosa sobriedad. Como estoqueador era notabilísimo: se perfilaba en corto y, con su fuerza hercúlea, se dejaba caer sobre el toro parado y metía el estoque con una potencia fulminante. Era un puñetazo fenomenal, armado de un estoque......................Como ejecutante del volapié, si su suerte carecía de emoción plástica, era en cambio el único matador de los tiempos modernos que, como nota Cossío, lo practicaba conforme lo describen Pepe-Hillo y Montes, o sea a toro parado en lugar de hacerlo dejándose ver, entrando despacio y saliendo limpio, esto es, al arrancar el toro, que es como lo ejecutan los toreros modernos"
César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:
"Nicanor Villalta, aragonés que pasó en México su adolescencia, allí empezó. Altiricón y largo de cuello, los pelaos le decían El Decreto, evocando la largura de los decretos en que los nuevos presidentes enuncian su política. Valiente, de mucha mano izquierda, torea con mando y apretura y mata doblando su alta talla por encima de las astas del toro y como si fuese a besarle el morrillo. Lo besa, hundiéndoles la espada en lo alto hasta la guarnición...........Tiene un gran predicamento en Madrid. Casi todas las tardes -un año torea siete corridas en la Corte- corta orejas. En cierta corrida, cuatro. A las que añadirá la de oro de la Prensa. En Sevilla le echan un poco a broma, como a Vicente Pastor. Hasta que -como a Vicente Pastor- un día la Maestranza blaquea toda de pañuelos y el de la presidencia otorga el premio, mientras Villalta, que ha besado la espada, agradece al público su efusivo desagravio"
José Alameda, en su libro El hilo del toreo, escribe:
"Nicanor Villalta es el que pasa a la mano derecha lo que Gallito, Chicuelo y Lalanda habían planteado con la izquierda............Villalta es el padre de lo que hoy llamamos el derechazo.Y hasta creo que empezó a llamársele así por él, a causa de cierta brusquedad que propiciaba una asimilación deportiva............Villalta, cuya traza física no estaba muy en consonancia con la estética, era un torero de mucho fondo, conocedor de las suertes y de las reses, valiente y con carácter. Además de ser un estupendo matador a volapié..............Pero, en fin, lo que interesaba era no dejar sin mención a quien, dentro de la línea del toreo natural, estableció una variante (el derechazo), destinada a un amplio y largo desarrollo.............Villalta hizo realidad lo que Guerrita, en su Tauromaquia, establece como posibilidad: el toreo en redondo puede realizarse "con cualquiera de las dos manos. Hagámosle igualmente a Paquiro el reconocimiento de que, en los albores del toreo, cuando no había más que dos pases, advirtió que por lo menos uno de ellos, el regular o natural, podría realizarse también con la derecha (con "la mano de la espada", como textualmente dice)"
Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:
“Fue Nicanor Villalta un torero sobrio y seco. Su figura alta y
desgarbada no le ayudó nunca. Fue un gran torero con la muleta, muy valiente y
poderoso y fue, sobre todo, un extraordinario estoqueador. Se perfilaba muy en
corto para volcarse como una tromba sobre el toro y consumar la verdadera
suerte del volapié. Los toros salían muertos del duelo con la muerte, y esto
fue lo que le hizo el torero predilecto de Madrid. El bravo aragonés es uno de
los toreros que más orejas ha cortado en la capital de España”
Vicente Zabala, en su obra Grandes maestros del toreo, escribe:
"Nicanor Villalta ha sido el diestro que más orejas ha cortado en la plaza de Madrid de toda la historia del toreo: 54 orejas son muchas orejas, máxime ganadas a pulso en aquellos tiempos de cicatería presidencial y no digamos de un público de los más exigente.........................Hace mucho años me dijo Manuel Mejías Bienvenida, el famoso patriarca de la dinastía, que Nicanor Villalta había sido el estoqueador más seguro que había visto en su vida.................reconocía en el maño una pureza de estilo en la ejecución de la suerte suprema y una regularidad todavía no superadas. Porque matar toros bien ha estado al alcance de bastantes toreros; pero la gran virtud de Nicanor era que lo llevaba a cabo tarde tras tarde"
Fernando Claramunt, en su obra Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:
"No lejos de Chicuelo y de Marcial Lalanda anda en la estimación de los públicos el simpático baturro Nicanor Villalta, as de espadas, acaparador de trofeos; es el que más orejas corta en Madrid y no sólo por su valor o decisión al estoquear, sino porque puede con corridas muy duras, tiene recursos y es un lidiador muy eficaz. Con otra figura corporal se diría que hasta con arte. Pero cuando Nicanor quiere ponerse pinturero, los públicos, que lo quieren, no lo ven pinturero"
Carlos Abella escribe:
"Torero de agallas, durante muchos años tuvo el récord de orejas cortadas en Madrid: 52. Y los aficionados no han olvidado sus fulminantes espadazos y su electrizante derechazo, pase este que instrumentaba, en honor a la verdad, con técnica envidiable y que ocultaba su antiestética figura. "Ingrácil" le llamo Néstor Luján, quien que se retiró de los toros "cuando todavía obtenía éxitos con sus estocadas y sus muleteos emocionantes"
Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su libro Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:
“Nicanor Villalta.
El que da lo que tiene no está obligado a más y merece del nombre de generoso.
Al que da lo que tiene y algo más y lo da todos los días, ¿cómo hay que
llamarle? Tan pródiga generosidad no tiene en el Toreo más que este nombre: Nicanor Villalta. Porque Nicanor nos ha
dado a los aficionados mientras fue torero, todo cuanto tenía de artista
y………..un poquito más que no tenía, pero que suplía con su corazón; y nos lo ha
dado una tarde y otra, un año y otro, siempre, siempre……..Puede asegurarse que
Villalta no cobró jamás el dinero de una corrida sin haberlo ganado
honradamente en el ruedo. Por eso, a Villalta,
que nunca se anunció sin apodo, hace muchos años que yo le puse uno, para mi
uso particular, ¿Cuál? ¿”Nicanor el
de los parones”, que muchos le aplicaron por su típicos y escalofriantes pases
en redondo con la derecha? No. ¿”Nicanor,
el Desorejador”, como le nombraron otros por su contumacia en cortar orejas y
orejas en Madrid? Tampoco. Yo llamé siempre a este gran matador de toros
“NICANOR VILLALTA, EL HONRADO”. Tal vez no se aun alias muy taurino, pero es un
alias muy verdad, y, por tanto, muy apropiado para Villalta, que ha sido siempre La Verdad en el Toreo. Como que a fuerza de verdad
–de verdad, de hombría y de honradez- ha podido mantenerse cerca de cinco
lustros siendo figura, a pesar de su figura
del vacío que siempre le hicieron las demás figuras, sus
compañeritos……………..El 17 de octubre de 1943 toreó su última corrida, alternando
con “Manolete” y “Morenito de Talavera” en la lidia de seis toros de Sánchez
Fabrés, en Zaragoza………..Torero formidable con la muleta; ejemplo soberano de
pundonor y voluntad y, sobre todo, el mejor matador que han conocido las
actuales generaciones”
Robert Ryan, en su libro El toreo de capa, escribe:
"Nicanor Villalta, toreando de capa fue un diestro inspirado, creativo, de un estilismo malogrado por un físico desgarbado y finalmente desbordado por su propio arrojo. A Villalta apenas le era permitido separar los pies; le eran vedadas las suertes de molinillo, dar aquella vuelta sobre los pies que él intentó renovar ante el rechazo, la burla cruel, del público madrileño..................Como torero artista, perdura en el trazo de la suerte que lleva su nombre, introducida en el repertorio durante la temporada de 1925...............Al ejecutar la villaltina, el cite es a la verónica; al llegar el toro, al jugar los brazos, el torero voltea la capa, recibiendo al toro con el reverso de la misma, como en el medio farol, marcando la suerte en línea recta, llevando al toro, y alzando los brazos en el último tiempo de la suerte, dejando pasar al toro por debajo de la capa................Villalta ejecutó su suerte a la villaltina por primera vez en Tafalla, Navarra, por lo cual el lance es conocido también por el nombre de tafallera"
"Nicanor Villalta, a capa plegada, creó una variante de su villaltina, toreando, a dos manos, a la manera de los pases por alto con la muleta"
"A Nicanor Villalta le cautivaba el toreo de capa a una mano de Rafael el Gallo, un torero de una estampa e imagen histórica radicalmente opuestas a las suyas, que sin embargo sirvió de espejo al joven aragonés, que prodigaba el repertorio de revoleras y serpentinas. La crinolina era una variante de la revolera doble de Rafael el Gallo, aquella ejecutada con un cambio de mano por delante y rematada con una vuelta graciosa.....................La versión villaltina eliminaba de la suerte la vuelta final, la gracia que tan hondamente sentía el diestro aragonés y que no podía expresar...................Como un remate barroco, la crinolina quedaría en el repertorio mexicano, ejecutada con una vuelta caminada más fiel a la original de Rafael el Gallo que a la interpretación villaltina"
Robert Ryan, en su libro El Tercio de muerte, escribe:
"El "parón" de Nicanor Villalta no es sino la interpretación personal del espada aragonés del pase natural con la mano derecha................El pase natural con la izquierda lo solía ejecutar Villalta al uso clásico de la era belmontina; si ya no de frente como los antiguos, tampoco perfilado, como a veces, en alguna tanda, le salía el pase a Chicuelo. Mas Villalta, cuando cambiaba de mano el pase natural, cambiaba de toreo: un detalle que mucho revela de la personalidad de este torero disonforme, ecléctico, bizarro..............Con la mano derecha, no podía ser el fin de Villalta pasar os toros más cerca que torero alguno, lo cual, después de Belmonte, significaría una búsqueda inútil. Sí pudo ser su intención prolongar la sensación de aquella estrechez, lo cual logró al variar ligeramente la geometría, el trazo de la suerte. Al citar en la rectitud del toro, más enhilado con el pitón, Villalta se abstenía en lo posible, a dar el pase hacia adelante: el paso decisivo, defensivo, expresivo del toreo clásico. Se abstenía en favor del "parón", lo cual le permitía en la ejecución dejarse rozar el cuerpo por el entero del toro.................La muleta marcaba un recto trazo hasta girar con el muñecazo que despedía al toro.................El muletazo de Villalta, su derechazo, a pesar de esta denominación, no era un pase violento............Villalta, como muy pocos, llenaba de muleta la mirada del toro al engendrar los pases en corto; y como nadie echaba la muleta hacia abajo, llevándola a rastras en el pase.....................La muleta abajo; el perfil; un recto trazo; el muñecazo; una emoción posible; la mácula de sangre (en el traje de torear): estas son las aportaciones villaltinas al derechazo"
"En su faena al bravísimo Sonajero, berrendo en negro, de Guadalest, se vieron como nunca los contrastes de Villalta, que toreó con gran pureza al natural con la izquierda: con una sentida pureza mal acentuada por su desgarbada figura. Ni Sevilla comprendió aquel anhelo de preciosismo; y tuvo que ser a fuerza de su derechazo, como Villalta lograra con Sonajero la faena más emocionante que se vio en la Maestranza al temporada de 1926"
El gran aficionado Mariano de la Riestra, en su libro La fiesta de los toros, escribe:
"Alto, de cuello muy largo, su figura no era la más apropiada para ser torero; no fue fino; toreó de capa regularmente, dando grandes banderazos; alguna vez lo hizo de tijerilla y lo hizo bien. cuidaba la lidia, creo que no le vi banderillear; para la muleta tenía una muñeca prodigiosa; toreaba mucho con la derecha, y con ella daba el pase natural muy largo y ceñido, al que denominaron parón. Le vi, sin embargo, torear bien con la izquierda pero no la prodigaba; es el único torero al que el público gustaba ver torear con la mano derecha. Con la espada, favorecido por la estatura, arrancaba muy cerca y se dejaba caer muy rápido, dando el verdadero estoconazo; pocas veces se dejaba ver, y menos entraba despacio; pero resultaba hermoso verle matar, aunque no fuera perfecto, en época en que nadie lo hacía.................En Madrid fue donde toreó siempre más y más a gusto. Consiguió el mayor número de orejas- de veinticinco a treinta- concedidas a un matador en Madrid...................Sin considerarle buen lidiador, me gustó; lo cierto es que le vi muchísimas veces bien y pocas mal; siempre se le apreciaba algo, y, sobre todo, mataba bien, aunque no fuera muy clásico"
José Luis Suárez-Guanes, en su libro Madrid. Cátedra del toreo, escribe:
Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:
"No quisiera olvidarme del bravo aragonés Nicanor Villalta, torero absolutamente antipódico de Chicuelo............Toreo de maneras toscas y retorcidas, muy lejos de la sutileza y sencillez de Chicuelo, Villata tenía con Chicuelo un nexo de unión: el toreo en redondo interpretado de una forma completamente diferente. Estamos hablando del derechazo, toreo en redondo con la mano derecha, prodigado por Villalta a aquellos toros de los años veinte que se les salían las habas por la boca. La historia del toreo se ha olvidado casi del todo de Villalta. Sólo se le recuerda como gran estoqueador, pero Villalta también aportó su granito de arena en la evolución del toreo, toreando en redondo mucho toros cuando casi nadie lo hacía. Sólo Chicuelo y él"
José Luis Suárez-Guanes, en su libro Madrid. Cátedra del toreo, escribe:
“El adiós de Nicanor Villalta……………………Y llegamos a Villalta, a Nicanor, al mejor matador de toros de todos los tiempos –junto al
señor Curro Martín Vázquez y Rafael Ortega-, al torero que más orejas
ha cortado en Madrid a lo largo de una carrera, al que le esperaba el público a
la hora de la suerte suprema: perfilándose con él, marcando los tiempos con él
y saliendo de la suerte con él, mientras se estremecía en aplausos a su
bizarría y nobleza baturra……….Y con Villalta
–al igual que el año anterior con Marcial-
se iba también el último rescoldo de una época heroica. Los últimos estertores
de los reyes del volapié (Varelito,
Fortuna, Martín Agüero, Luis Freg, Eugenio Ventoldrá, Luis Fuentes Bejarano)………….Pero
Villalta era también el “parón” espeluznante que cortaba en seco el viaje del
toro y la respiración de los espectadores. Y además el valor constante que
estremecía, el pundonor de dar todas las tardes lo que llevaba dentro. La
honradez puesta de manifiesto día a día, y toro a toro……….Y, sobre todo, la más
auténtica historia del toreo de Madrid. La oreja segura de aquellas corridas de
abono de la anteguerra. El recuerdo de aquella tarde en la plaza vieja, en la
que Nicanor tuvo que estoquear siete
toros por cogidas de sus compañeros Manolo
Bienvenida, Domingo Ortega y Maravilla,
cortando un aluvión de orejas y saliendo en triunfo y en volandas hasta la Puerta del Sol, calle
Alcalá arriba”
Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:
"No quisiera olvidarme del bravo aragonés Nicanor Villalta, torero absolutamente antipódico de Chicuelo............Toreo de maneras toscas y retorcidas, muy lejos de la sutileza y sencillez de Chicuelo, Villata tenía con Chicuelo un nexo de unión: el toreo en redondo interpretado de una forma completamente diferente. Estamos hablando del derechazo, toreo en redondo con la mano derecha, prodigado por Villalta a aquellos toros de los años veinte que se les salían las habas por la boca. La historia del toreo se ha olvidado casi del todo de Villalta. Sólo se le recuerda como gran estoqueador, pero Villalta también aportó su granito de arena en la evolución del toreo, toreando en redondo mucho toros cuando casi nadie lo hacía. Sólo Chicuelo y él"
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