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martes, 10 de abril de 2018

DOMINGO ORTEGA VISTO POR LOS ARTISTAS GRÁFICOS











Dadme un lienzo moreno, una tela bien fuerte,
que he de trazar los hombros, las caderas rampantes,
de cara de espolique de Miguel de Cervantes
y las piernas de goznes para cargar la suerte.

Ese es Ortega el justo, tal un frasco de vino
que de tan seco y blanco se evade en transparencias.
Siglos, memorias de eso que ahora llaman vivencias,
dispararon el vuelo azor de su destino.

Pendolista en los pliegos de barba de la arena,
con rasgos procesales sentencia la faena
a inapenable fallo secreto encadenada:

el instante supremo, congelador de asombros,
de ese gesto tan suyo de congregar los hombros
-las alas invisibles- para armar la estocada.

                                        Gerardo Diego. "Retrato de Ortega"




Cátedra del Ateneo.
El Maestro Fray Domingo
va a hacer un sutil distingo
al definir su toreo:
Cambia la aguja al correo,
para, carga, templa y manda,
y si el tren te duda y anda,
aguanta, quieto y torero
(el fraile fue cocinero)
y échatelo a la otra banda.

                                                            Gerardo Diego. "Cargar la suerte"



Domingo, ancha es Castilla en tu muleta,
por el mar de tu capa y de tu espada:
la tempestad, si táurica, es domada
y a tu indomable corazón sujeta.

Juego infalible que a la muerte reta
con tu alamar, burlando la cornada,
mariposa que vuela invulnerada
y al toro, entre sus giros, desjarreta.

Domingo, ancha es Castilla si desplomas
al toro, con tu lidia y con tu acero,
cerviz, que estoqueada, se te humilla.......

Un círculo de unánimes palomas
y el vuelo al redondel de mi sombrero,
proclama, que ante ti, ancha es Castilla.

                                   Adriano del Valle. "A Domingo Ortega"



¿Cómo tu aquí Borox? Por estos llanos
que asedia el mar y vieron a "Paquiro",
hoy la andaluza música del Iro
dice un rumor de versos castellanos.

No como la paloma equivocada
llegó Domingo aquí. Le trae su propia historia,
su eterna primavera taurina, conformada
por el tiempo y a gloria.

El borroso pasado, el presente inseguro
cobran en su canosa varonía,
solidez y rigor; aliento puro
de una leyenda de la torería.

Para ti, el vino: para ti, los peces.
Hoy va por ti esta cuna de la Lidia,
esta Chiclana azul de sal y mieses
que no sabe de envidia.

Hoy la bahía de Cádiz a Toledo requiere
y un viento de meseta corre por las salinas
y el vino de Chiclana, más que nunca, supiese
recortes y orteguinas.

Acuden a tu capa, maestro, los resúmenes
de la Fiesta y la vida. Gravemente
abre el tiempo ante ti sus cansados volúmenes
y apesara tu frente.

Pero la matemática y el arte
de tu capa, tu estoque y tu lenta muleta
caben ya en la mañana, ya son parte
del siempre de los Toros: te lo jura el poeta.

                                         Fernando Quiñones. "Domingo Ortega"


¡Ortega!, ¡Domingo Ortega!,
¡torero de maravilla,
tu estilo divino ciega
igual que el sol de Castilla!

Fragmento del pasodoble "Domingo Ortega"



                         

"Nunca sentí miedo ni nervios. Yo no tengo capacidad de emoción. La emotividad, corriente en todo ser humano, me la han roto los cuernos de los toros."

"Al abrirse la puerta del chiquero, cuando sale el toro, si tú no puedes con él, él puede contigo"

"Torear es llevar al toro por donde no quiere ir"

"Lo más difícil es pensar ante la cara del toro"

"Una cosa es dar pases y otra muy distinta torear"

"Las distancias y el temple lo son todo en el arte de torear"

"En el toreo todo lo que no sea cargar la suerte no es torear sino destorear"

"Cargar la suerte no es abrir el compás. El torero profundiza cuando avanza su pierna hacia el frente y no hacia el costado"

"Hay que saber tres cosas: parar, templar y cargar"

"El toro tiene que suponer siempre un peligro; sin peligro no hay arte"

                                                                                                                          Domingo Ortega



“A la tierra no se la puede engañar, y en los toros no se puede hacer nada falso. El torero tiene que pisar firme la tierra. Si en el ruedo se hace algo falso, se paga caro. En el ruedo siempre cuenta el contacto con la tierra”

Domingo Ortega. Recogido en el libro "El toreo. Una visión inédita", de Juan Antonio Pérez Mateos.



En unas interesantes revelaciones al escritor Marino Gómez Santos, el maestro Domingo Ortega comenta:


"La cosa más importante que ha ocurrido en mi vida es cuando yo salgo toreando y no sé por qué se me han entregado los toros. Es el dominio de la voluntad del hombre sobre el toro. Es una cosa dulce, suave, casi sensual. Más exactamente entre sensual y voluptuosa. Los grandes momentos de mi vida los pasé en los ruedos. De lo que pasaba después no me daba cuenta. La fama es rápida y rotunda. Y cuando uno deja de torear ya ha pasado el momento de recrearse en ella, porque uno queda triturado. A las gentes amigas de los toreros les impresiona ver mucho las cicatrices que a lo largo de una vida activa quedan en el cuerpo. Yo siempre pienso: ¡Si supieran que eso no son sino arañazos comparados con las cicatrices que quedan en el alma! Eso sólo lo sabemos nosotros. Porque de lo que ocurre entre un toro y un torero el público apenas sabe nada"





"Torero duro y sabio como ninguno de esta época. Cuyo arte se aprecia sobre todo en ese momento dramático en que, a sola con la cabeza de la fiera, parece como si formara un burujo inextricable y creara el lío informe que luego, pausadamente, va desenredando con gracia, extrayendo, a fuerza de valor, la obra de arte sereno que había encerrado dentro del ovillo."

                                  José Ortega y Gasset (sobre Domingo Ortega)  



"Lo mejor que tiene Ortega, lo fundamental, es el toreo por bajo. Ese aguante, ese temple, esa suavidad con que carga la suerte, echando todo el cuerpo sobre la pierna de salida, con la rodilla un poco doblada, es lo que tiene de verdadera calidad. Ese balanceo del cuerpo en el toreo de capa, la pierna y el brazo, es lo que tiene de antecedente señalado y lo que sella su toreo................Esto escribimos la segunda tarde que le vimos en Madrid. Señalábamos como algo singular y profundo de su toreo su manera de cargar la suerte. Hoy vemos que estuvimos oportunos en hacerlo notar. El dominio de los toros lo fundó en esto"
"Me gusta el toreo de Domingo Ortega porque no tiene nada de empalagoso. Hay muchos toreros que torean bien y, sin embargo, pringan de almíbar. Me gusta el toreo de Ortega por lo sobrio, por lo reposado, por el aplomo,  por lo que no tiene de inquieto ni de intranquilo.......Me gusta el toreo de Ortega porque tiene interés, tiene emoción y lleva siempre en los vuelos de la muleta un problema taurino que resolver. Me gusta el toreo de Ortega porque no es premeditado, sino que se acopla al toro y desarrolla el toreo adecuado. Me gusta porque eso es el toreo........Por eso me gusta el toreo de Ortega, porque sale siempre a medirse con el toro, a torear según está el toro..............Es el toreo científico, cuya ciencia no tiene nada más que un secreto: aguantar a los toros..............Me gusta el toreo de Ortega porque no tiene ni la preocupación de lo que le gusta al público bullanguero. Torea para el toro y para él.....................Me gusta el toreo de Ortega porque................, porque es una cosa muy seria"

                                                                Gregorio Corrochano   


"La primera cualidad que caracteriza a Ortega es el poder. No es sólo que domina los toros, sino que ante ellos da una sensación de fortaleza, de resolución, de energía valerosa..........Domina todos los toros por el mismo sistema, con admirable monotonía........La base de su toreo de muleta es el pase cambiado por bajo con la derecha.......Lo verifica con una gallardía, un mando y desde un terreno que entran en la esfera de lo maravilloso............Se censura su tendencia a torear con la mano derecha, y tal censura me parece fundada............Con el capote torea notablemente, sobre todo por el lado izquierdo............Y, sobre todo, es de los toreros que tienen una idea orgánica de la lidia, de la sucesión de la suertes y de la evolución de las facultades del toro de la salida al arrastre"

                                                                           Jose Maria Cossío

Domingo Ortega es un toreo personalísimo. En realidad, único en lo suyo. Para empezar, en pleno tiempo del desarrollo del toreo de línea natural, planta la bandera del toreo cambiado o contrario. Y no la arría, sino que la mantiene en la cumbre durante su época, que puede con justicia llamarse la época de Domingo Ortega.............Ortega restauró la idea justa de que el toreo es belleza, pero también eficacia, pues a la postre no se tiene la una sin la otra............Utilizó Ortega una técnica de dominar, instintiva en él, basada en el mecanismo fundamental del recorte..........El recorte consiste en pararle al toro y, cuando este humilla en la reunión, iniciar el torero el viaje contrario, ocupando el terreno que va dejando el toro............Su frase clave: "Una cosa es dar pases y otra cosa es torear" yo la entiendo así: que emplear pases consabidos, piezas prefabricadas, no es propiamente torear, porque tales piezas no son siempre adaptables al toro, a determinado toro........Adaptándose al toro con justeza, termina el toro por adaptarse al torero. En eso fue un maestro Domingo Ortega...........A los superficiales les parecía que su faena era "repetida". Al contrario, todo era a cada instante distinto, paso a paso y pase a pase, como determinado por la interdependencia del toro y el torero. Podríamos hablar de la diferencia entre toreo preconcebido y toreo "necesario"...........Mientras los demás buscan el temple en el ritmo de los brazos y de la cintura, Ortega era el único que templaba con los pies; llevaba el "duende" elas zapatillas......................Ortega instaura el recorte, que no es propiamente una suerte, es un procedimiento, un sistema..................consiste en pararle al toro y, cuando éste humilla en la reunión, iniciar el torero el viaje contrario, ocupando el terreno que va dejando el toro.................Toda su actuación está interpretada en función del toro...................La importancia de Ortega no eran los pases, sino los pasos" 

                                      José Alameda, en su libro "El Hilo del Toreo"


“Deslumbrados por aquel hallazgo del nuevo toreo en redondo (llevado a su punto álgido por Chicuelo), toreros y público olvidaron todo. El esplendor de la faena moderna, recién inaugurada, llegó a cegarlos. Y ya no tuvieron ojos para otra cosa…………O la faena o nada. Así, el toreo, que se había enriquecido por un lado, se empobrecía por el otro…………..La belleza les hizo olvidar la eficacia. Como quien dice, habían encontrado un tesoro y entusiasmados con él, ya no querían trabajar……………Entonces, llegó el toreo de Domingo Ortega. Un tipo que no olía a perfume, sino a pólvora. Y que, en vez de chapines, calzaba botas. Los pasos recios de este visigodo sacaron de su sueño a los romanos caprichosos………….Los toreros de aquel momento se pasaban meses esperando “su” toro para “redondear” la faena y, mientras tanto, se entretenían en cultivar “chicuelinas”, “mariposas” y “orticinas”, flores de invernadero. Ortega, de un papirotazo, rompió los cristales y el aire del campo se metió al jardín. Se había terminado la comodidad……………..Ortega restauró la idea justa de que el toreo es belleza, pero también eficacia, pues a la postre no se tiene la una sin la otra……………Pero no fue solamente un restaurador, sino también un innovador. Y en esto reside su importancia……………..Belmonte había ceñido y depurado una parte del toreo: la verónica, la media verónica, el natural y sobre todo el pase de pecho y los ayudados por alto, aún no igualados. Pero la otra parte, el toreo de ataque y de defensa, estaba intacta. Y los ayudados por bajo, los pases de trinchera, todo el repertorio “de pelea” se habían quedado como antes o peor quizá, ya que los toreros de aquel tiempo sólo los utilizaban para salir del paso en los toros que no se prestaban a la faena redonda. Aquellos pases no se daban más que despegados, movidos, rápidos y a los toros difíciles. El primero que le dio un muletazo de trinchera a un toro bravo, con propósito de lucimiento, fue Domingo Ortega. El torero de Borox ajustó, ciñó y depuró el toreo de combate, no tocado por Belmonte…………….Ortega completó la obra. Y su aportación fue tanto más importante cuanto que ese toreo por bajo, doblándose con los toros, conduce al dominio y permite sacar partido de muchos más astados. Con lo cual, Ortega juntó el poderío y la estética, porque dio belleza y modernidad a un toreo que hasta entonces había sido eminentemente práctico. Resultado: mandó en su época, pero sobre todo, y esto es lo importante, amplió el repertorio del arte, incorporó a la nueva estética del toreo los que antes eran tan sólo recursos de oficio. Como todos los conquistadores, ganó territorio. Y esa es su importancia histórica…………….Aquel viejo pase de trinchera, que se daba a la defensiva y con el pico de la muleta, se transformó en un pase ceñido e imperioso, de granítica belleza, de ahondada y viril sobriedad. Siendo el mismo, era ya tan distinto que hubo de cambiarle el nombre. Y se le llamó el trincherazo de Ortega. El aumentativo estaba justificado no sólo por la mayor importancia del pase, sino por la impresión de rotundidad con que su creador lo ejecutaba. Y como el trincherazo, todo el toreo por delante Ortega lo hizo con un ajuste, un reposo y una medida excepcionales. En resumen, aquel toreo de dominio y recursos que en Gallito fue ligereza de escuela, malabarismo eficaz y batallador, era el toreo que ahora reanudaba Ortega, pero ejecutado ya con la proximidad, la cadencia y la armoniosa hondura de Belmonte. Los valores técnicos y estéticos de ambos colosos se juntaron así en la muleta de Domingo Ortega. Fue una síntesis feliz, en la que todo el toreo de eficacia, que hasta entonces había sido oficio utilitario, quedó incorporado al nuevo arte.”

José Alameda, en su libro "Los arquitectos del toreo moderno"


"Trae reciedumbre en tiempos en que el celaje en España andaba muy anubarrado. Torea muy quieto y templado, puede con todos los toros y, tanto con la capa como con la muleta, es asombroso el temple y la suavidad de su manejo frente a los toros que, con enorme fiereza, salen durante los años de la República. "Anda muy bien a los toros", dicen algunos como máximo elogio y otros como censura. Apoya su dominador trasteo en la mano derecha, y hace de su poderoso trincherazo una verdadera creación. Variado con la capa y con los adornos en el primero y último tercio, es un excelente estoqueador.

                    Fernando Claramunt, en su "Historia del arte del toreo"


"Es imposible la más leve síntesis de la historia del toreo sin citar su nombre.................Fue el torero con más peso específico de la Edad de Plata. En personalidad y magisterio los superó a todos. Dominó con suavidad, conoció a los toros con extensión y los templó con intensidad. Muchas referencias a sus excelsitudes muleteras con la diestra, pero recordando cuantas veces le vi, en mi opinión personal, fue aún más dominador con la capa que con la pañosa...................Técnica la suya que desarrollaba, andándoles como nadie les ha andado a los toros, en el último tercio, tras haberlos en el primero imantado con el engaño. Como Chesterton, que explicaba las lecciones paseándose por los claustros universitarios, el de Borox toreaba caminando por los ruedos, al razonarnos que lidiar es una filosofía y que los toros se dominan a base de silogismos..................En lo que el lidiar tiene de magisterio, fue netamente un coloso, aunque dominara moviéndose mucho y prodigara poquísimo el torear con la zurda. Por eso, por su supremacía con la mano derecha, bien puede estimársele como el gran maestro manco del toreo.....................Manco quizás, pero inteligente, valiente y personalísimo como pocos"

Filiberto Mira, en su libro "Vida y tragedia de Manolete"

“Su toreo no tenía nada que ver con el estilismo en boga. Era, por el contrario, macizo, recio, reposado y fuerte………….La figura de Ortega, señal de su grandeza, es de lo más controvertida en la historia del toreo. Para algunos Ortega fue un torero andarín, de muchos pies, llevaba el duende en las zapatillas. Para otros, Ortega pudo mucho con toros que no tenían nada que poder. Torero de temple pero sin elegancia...........................La temporada invernal 1934-35 toreó en México, y aunque no fracasó cosechó muy duras críticas, la más cruel aquella que decía: De domingo a domingo siempre eres el mismo, Domingo, que hacía referencia a lo poco variado de su estilo, sobrio y seco................................Cossío escribe: Es el poder, palabra que prefiero a la habitual de dominio. No sólo domina a los toros, sino que ante ellos da una sensación de fortaleza, de energía. Domingo Ortega domina a todos los toros por el mismo sistema, con admirable monotonía."

Jorge Laverón, en su "Historia del Toreo"


Domingo Ortega, indudablemente, ha sido un torero maravilloso. Sólo los elegidos como él poseyeron ese raro don de la difícil facilidad para dominar, casi domesticar, a los toros. Que es lo maravilloso, porque Ortega es un intuitivo, ya que ni desciende de raza torera ni en su infancia, ni en su primera juventud, le rodeó nada relacionado con la fiesta de toros……………….Aparte su facilidad –la dificilísima facilidad- para dominar, el toreo de Domingo Ortega se caracterizó por la rudeza, una rudeza que sólo sentía el toro, pues al espectador le llegaba con las apariencias de la más bella y emotiva suavidad. Porque Ortega, al dominar, parecía que acariciaba. Quizá su toreo fuese poco “bonito”, según los patrones de la estética hoy al uso; pero era un toreo muy de verdad, muy recio –aunque parecía suave- y muy profundo. Últimamente Ortega, en lugar de mantener e imponer su estilo, ha creído más cómodo adaptarse al estilismo ultramoderno…….Pero ahora me da la sensación de que a su toreo, que todo lo tiene, le falta algo esencial, le falta el TORO. Hoy torea los mismo toritos que los demás y con ello huelga el dominio, porque salen ya dominados y vencidos del toril. De todos modos, aunque el Ortega actual sea menos Ortega, siempre se ve que conserva el compás, y entre los arrumacos floridos de las nuevas modalidades a que se rindió, se percibe la rancia solera de aquel “toreo de maravilla”……”

Carlos de Larra, más conocido como Curro Meloja, en su obra "Grandes maestros de la Tauromaquia"


"...........acostumbrado, como yo estaba, a calibrar los méritos de una faena de muleta por los pases que en ella se daban, en aquel momento fui incapaz de darme cuenta del enorme mérito que tenía aquella faena de Domingo Ortega, en la que no hubo más de media docena de naturales, pero que toda ella se realizó sin soluciones de continuidad, sin un solo vano, con un ritmo y una armonía totales. La memoria viene en mi ayuda y me dice que lo que en ella predominó fue el toreo por la cara, algo que a mí me parecía entonces algo así como una.............. vulgaridad y que hoy sé que es una de las cosas más difíciles de realizar. Y en el toreo por la cara, Ortega ha sido absolutamente genial"

"Hablando con un torero tan entendido y con tanta afición como el llorado Antonio Bienvenida, me decía que nunca había visto torear tan bien por la cara, ni ligar ante ella tantos pases -siempre ganándole terreno al toro, siempre haciendo con él "curvas y ochos"- como a Domingo Ortega. "En este sentido -me decía AntonioOrtega ha sido un auténtico prodigio" Tal vez, añado yo, el mágico prodigioso......................Pasado los años, me di cuenta de la enorme importancia y de lo dificilísimo que es torear por la cara como lo hacía Domingo Ortega"

"Hay una anécdota que refleja bien la diferencia que hay entre uno y otro tipo de torero (Se refiere a la diferencia entre toreros lógicos y toreros mágicos). En un hotel de Hispanoamérica, Domingo Ortega habla de toros con varios profesionales del toreo. Y dice: "A los toros hay que doblarlos al inicio de la faena de muleta" En esto, Manolete que baja de su habitación y se suma a la tertulia. Ortega repite la frase, tal vez para que Manolete la oiga. Y Manolete, claro está, la oye, pero hace como si no la hubiera oído. Ortega vuelve a la carga y le pregunta ya directamente a Manolete: "¿Qué opinas tú, Manolo? Y Manolete se lo queda mirando y le contesta, serio por fuera, zumbón por dentro, picado ante la insistencia del toledano: "Que mientras usted se dobla con el toro, yo le he dado ya seis naturales". Se acabó la historia. En definitiva, dos conceptos distintos del toreo: el que cree que el toro es un amigo al que hay que torear y el que cree que es un enemigo al que hay que vencer cuanto antes"

Guillermo Sureda, en su libro "Tauromagia"


"En 1929 se incorporó a la Fiesta uno de los toreros más importantes del siglo, Domingo Ortega. Su desarrollado sentido de las distancias le permitía situarse en la exacta, según las condiciones de los toros. Y dejar el engaño en la justa para que no lo prendieran. Consolida el temple -creación de Belmonte- tal como se entiende en la actualidad. Se da cuenta de que los toros, al tener menos ímpetu, permiten al torero acoplarse mejor a él. Lo difícil es acompasar la velocidad de la tela a la del animal. Él fue el primero en lograrlo totalmente......................Domingo Ortega se desenvolvió a sus anchas en la época que le tocó vivir. Dueño de las cualidades específicas: valor seco, cabeza clara, velocidad de discernimiento y cierto sentido estético, se convirtió en primera figura del toreo. No le importó matar corridas duras y grandes..................Su estrategia, la lógica de los toreros poderosos: huir de las ganaderías facilonas y apuntarse a las que, siéndolo para él, eran dificultosas para los otros.................."

                                                               Juan Posada


"Domingo Ortega es el lidiador por excelencia........¿Qué traía Ortega a la Fiesta? Traía un dominio de los terrenos, un conocimiento del toro, un saberse colocar  en la plaza, una muleta como un látigo por su eficacia. Traía por primera y única vez el temple sin elegancia..........A pesar de que su toreo fue poco elegante y nada vistoso, su repertorio corto, monótono su infalible dominio, sin emoción su trasteo, Ortega representó la inteligencia, el saber moverse en plaza. A diferencia de los grandes muleteros, apenas usó la mano izquierda............La intención estética está lejana. No emociona. A fuerza de anular al toro, ha perdido el sentido plástico de las suertes, que ya no son suertes, porque en ellas no hay otra posibilidad que la del dominio implacable del maestro..............Dentro del toreo posbelmontino, y como transición para llegar a la corriente de sublimación del estilismo que representa ManoleteOrtega ocupa con su maestría, su frialdad y su eficacia, un puesto fundamental. Sin él, no se concibe la existencia de Manolete y su generación, que han aprendido de Ortega el secreto de la lidia eficaz y previsora haciendo pasar al toro y cansándole en su propio terreno. Ortega ha sido un lidiador honrado, el lidiador que estilizó de una manera endurecida y viril los trasteos y les dio una versión moderna..................A Ortega le faltan varias cosas para llegar a una figura legendaria: le falta un arrebol, una fábula, un gesto en la plaza. Quízá puede demasiado con los toros, con los pobres toros de nuestros días........................convence, pero no ilusiona..................no tiene leyenda para el gran público"

                                             Néstor Luján, en su "Historia del Toreo"


"Solamente hubo un torero de primera fila que se mantuvo ajeno a las nuevas modas. Un torero originalísimo que nunca tuvo el menor interés en fijarse en lo que hacían los demás. Él tenía muy claro su camino: lo suyo era el dominio absoluto del toro. Ésa era su obsesión y su único objetivo en la lidia. Estoy hablando de Domingo Ortega..................El 8 de marzo de 1931 toma la alternativa, y en los dos meses siguientes se hace el amo. Domingo Ortega es el dueño del toreo. Seis meses antes era un perfecto desconocido; ahora es el mandamás de la Fiesta. Ortega, con su toreo férreo, seco y en constante movimiento, se pone por delante de todos los estilistas, es decir, de todos los neobelmontistas. ¿Por qué? Porque aquel toro todavía no estaba maduro para tanto preciosismo...............era muy fuerte, muy duro, muy encastado. Todavía no estaba el horno para bollos..........Por eso arrasó Domingo Ortega................Al toledano la nueva estética le daba igual. Él iba directamente a lo suyo: machacar al toro implacablemente. Es un caso de torero regresivo sin parangón en la historia del toreo. Suponia negar la historia taurina de los últimos veinte años; era volver a los tiempos del Bomba y del Machaco. Eso sí: el dominio de Ortega se cimentaba en unos modos muchísimos más templados que los usados habitualmente por lo toreros denominados poderosos. Dominaba a los toros con mano de hierro en guante de seda. Nunca se paraba con los toros; se trataba de un constante ir y venir; un andarles hacia delante que los destrozaba. Nadie ha andado a los toros como Ortega.............Ha tenido la mano derecha más férrea y poderosa que se ha visto. Era mucho torero el "Paleto de Borox"...................Después de la guerra, cuando el toro era mucho menos toro y la forja del toreo otra, su toreo dejó de interesar. Con el torillo de la posguerra, ya maduro para el nuevo toreo, las demostraciones de poder de Ortega aburrían......................Domingo Ortega ocupa un puesto de honor en la vieja lidia, que interpretó con un indudable acento personal. Aunque, como el toreo es una permanente contradicción y paradoja, resulta que a Domingo Ortega le hubiera gustado torear como ¡Belmonte!. En su conferencia "El arte de torear", pronunciada en el Ateneo madrileño en 1950, hace un antológico canto al "parar, templar, cargar y mandar". Lo gracioso es que él no hizo eso jamás. Él fue el poderío. En el toreo, como en la vida, siempre se desea lo que no se tienen: resulta que al mismísimo Domingo Ortega, tan aparente impermeable a las novedades estéticas, le hubiera gustado ser otro torero, distinto al que fue. Increíble, pero cierto"

Domingo Delgado de la Cámara, en su libro "Revisión del toreo"
     
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ILUSTRACIONES DE MARTÍNEZ DE LEÓN PARA EL LIBRO "LA FÁBULA DE DOMINGO ORTEGA", DE ANTONIO DÍAZ CAÑABATE.

























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Dibujo de Martínez de León, publicado en ABC de Sevilla del 29 de Septiembre de 1931


Dibujo de Martínez de León, publicado en ABC de Sevilla del 13 de Octubre de 1931




DOMINGO ORTEGA VISTO POR JOSE ANTONIO ARIAS




DOMINGO ORTEGA VISTO POR ARTECHE
"Domingo Ortega está sentado en el lecho y recostado en almohadones.......Palidez terrosa en el rostro; los ojos, más hundidos, hacen resaltar los pómulos acusados, característicos del campesino castellano....."

Apunte al natural de Arteche, publicado en el semanario Crónica del 7 de Mayo de 1933



DOMINGO ORTEGA VISTO POR CALDENTEY

Dibujo de Caldentey publicado en el semanario "El Ruedo" de 1964




DOMINGO ORTEGA VISTO POR ANTONIO CASERO


Cerámica con un dibujo de Antonio Casero

Dibujo de Antonio Casero, hijo, publicado en ABC del 24 de Junio de 1931


Dibujo de Antonio Casero, hijo, publicado en ABC del 9 de Octubre de 1931

Dibujo de Antonio Casero, hijo, publicado en Blanco y Negro del 22 de Noviembre de 1931


Dibujo de Antonio Casero, publicado en ABC del 29 de Abril de 1932


Dibujo de Antonio Casero, publicado en ABC del 13 de Mayo de 1932.
"Domingo Ortega explicando la forma de como se debe torear al natural"

Dibujos de Antonio Casero publicados en ABC del 4 de Junio de 1932




Dos momentos de Ortega.

Dibujos de Antonio Casero, publicados en ABC del 9 de Junio de 1933


Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 14 de Julio de 1932.


Dibujo de Antonio Casero, publicado en ABC de Madrid del 14 de Julio de 1933.

Dibujo de ¿Antonio Casero?, publicado en Blanco y Negro del 26 de Noviembre de 1933.

Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 16 de Mayo de 1934


Dibujo de Antonio Casero, publicado en ABC del 22 de Junio de 1934.

Dibujo de Antonio Casero, publicado en ABC del 13 de Julio de 1934.




Dibujos de Antonio Casero, publicados en ABC del 18 de Septiembre de 1934.




Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 12 de Mayo de 1936.


Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 26 de Junio de 1936.






Dibujos de Antonio Casero y pie publicados en ABC del 12 de Junio de 1936.


Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 9 de Octubre de 1943

Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 31 de Mayo de 1945.

Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 3 de Mayo de 1953.

"Así se matan los toros"

Dibujo de Antonio Casero publicado en ABC del 12 de Diciembre de 1971



"......Por eso, Domingo Ortega, retirado......"

Dibujo de Antonio Casero y pie publicados en Blanco y Negro del 8 de Febrero de 1958

"......y tras ellas, asomó inclinado Domingo Ortega......"

Dibujo de Antonio Casero y pie publicados en Blanco y Negro del 27 de Septiembre de 1958.


Dibujo de Antonio Casero publicado en Blanco y Negro del 12 de Marzo de 1960

Dibujo de Antonio Casero publicado en Blanco y Negro del 9 de Abril de 1960




Dibujos de Antonio Casero publicados en ABC del 29 de Octubre de 1970.


Dibujo de ¿Antonio Casero? publicado en ABC del Sevilla del 10 de Mayo de 1988

"El trincherazo de Ortega, visto según Antonio Casero"

Dibujo publicado en ABC del 24 de Julio de 1977.

Dibujo de Antonio Casero publicado en el semanario "El Ruedo" de 1957





DOMINGO ORTEGA VISTO POR ROBERTO DOMINGO























DOMINGO ORTEGA VISTO POR RUANO VICENTE FLORES


Dibujo de Vicente Flores, publicado en ABC de Sevilla del 4 de Agosto de 1932.


Dibujo de Vicente Flores, publicado en ABC de Sevilla del 30 de Septiembre de 1934.


Dibujo de Vicente Flores publicado en ABC de Sevilla del 7 de Mayo de 1935.



DOMINGO ORTEGA VISTO POR RUANO LLOPIS









DOMINGO ORTEGA VISTO POR RICARDO MARÍN.




"Ortega toreando el toro de su alternativa, en el que se le concedieron las dos orejas por su toreo de muleta y manera de matar"

Apunte del natural, por Ricardo Marín, publicado en ABC del 10 de Marzo de 1931

"Cogida de Ortega en el sexto toro, al rematar media verónica"

Apunte del natural, por Ricardo Marín.

Dibujo publicado en ABC del 14 de Abril de 1931.


DOMINGO ORTEGA VISTO POR FRANCISCO OTERO BESTEIRO.



"Cabeza en bronce de Domingo Ortega, obra del escultor Francisco Otero Besteiro"

Fotografía de Balmes y pie publicados en ABC de Sevilla del 17 de Noviembre de 1961.



DOMINGO ORTEGA VISTO POR JOSÉ PUENTE



 Dibujos de José Puente, publicados en ABC del 25 de Febrero de 1986





DOMINGO ORTEGA VISTO POR SAAVEDRA


Dibujo de Saavedra publicado en el semanario "El Ruedo" del 29 de Septiembre de 1960



DOMINGO ORTEGA VISTO POR ALBERTO SCHOMMER





DOMINGO ORTEGA VISTO POR TUSER


Óleo de Tuser publicado en el semanario "El Ruedo" del 29 de Septiembre de 1960




DOMINGO ORTEGA VISTO POR ZAPATA







DOMINGO ORTEGA VISTO POR VÁZQUEZ DÍAZ




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DOMINGO ORTEGA VISTO POR ZULOAGA










CARICATURA DE DOMINGO ORTEGA









Montaje publicado en lafiestaprohibida.blogspot.com



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