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sábado, 5 de mayo de 2012

PEPÍN MARTÍN VÁZQUEZ / GREGORIO SÁNCHEZ / MANOLO VÁZQUEZ




















Cossío, en su obra Los Toros, escribe:

"Matador de toros nacido en Sevilla el 6 de agosto de 1927. Hijo del antiguo matador Francisco Martín Vázquez y hermano de Manuel y Rafael, todos ellos toros y muy distinguidos. Vistió su primer traje de luces en Cehegín (Murcia) en el mes de septiembre de 1943..........Debuta con picadores el 27 de febrero de 1944 en Barcelona.......El 1 de abril del mismo año hace su presentación en Madrid con ganado del vizconde de Garci-Grande........Tomó la alternativa en Barcelona el 3 de septiembre de 1944. El ganado fue de don Alipio Pérez-Tabernero y el toro de la alternativa era negro y se llamaba Perdigón. Domingo Ortega fue el encargado de cederle los trastos........Confirmó su alternativa en la plaza de Madrid, con toros de doña María Montalvo, el 29 de abril de 1945. La cesión de los trastos la hizo Pepe Bienvenida y les acompañó Morenito de Talavera. El 22 de febrero de 1953 toreó su última corrida en Caracas, alternando con Jumillano y César Girón.........De los hijos de Curro Vázquez ha sido el de mayor mérito y valía taurinos. Su entendimiento del toreo fue el de los sevillanos más finos, alegres y adornados: los Chicuelos, Pepe Luis y Manolo González. Entre estos dos toreó reiteradamente y sin desmerecer de su estilo. Toreaba excelentemente con la muleta y aun con un prurito de clasicismo que atenuaba su gracia auténtica, el ritmo alegre de su toreo. Cuajó muchas faenas memorables y especialmente en los dos años de su apogeo ocupó dignamente lugar en la primera fila de los matadores de su tiempo. La desgracia se ensañó con él en los últimos años, especialmente a partir de la cogida de Valdepeñas. Con todo dejó en la fiesta un recuerdo digno, de artista netamente sevillano."











Gregorio Lozano Sánchez nació en Santa Olalla (Toledo) el 8 de mayo de 1930. Torea sin caballos desde 1948. Con picadores se presenta por vez primera en Guadalajara el 15 de octubre de 1952. En 1954 es un novillero de gran cartel en toda España.

Tomó la alternativa en Sevilla el 1 de abril de 1956, de manos de Antonio Bienvenida, en presencia de Joselito Huerta, lidiando toros de Joaquín Buendía. Confirmó la alternativa en Madrid el 14 de junio de 1957, de manos de César Girón, en presencia de Alfonso Merino, con ganado de Antonio Pérez. El 19 de junio de 1960 actúa como único matador en la corrida a beneficio del Montepío de Toreros, con un encierro de Jesús Sánchez Cobaleda. La fecha pasa a la historia. Corta siete orejas en total y sale a hombros.

Su retirada del toreo tiene lugar el 30 de septiembre de 1973, en las Ventas, actuando como único espada ante un duro encierro de Manuel García-Aleas. Una vez retirado del ejercicio activo del toreo, Gregorio Sánchez no quiso abandonar por completo el planeta de los toros y aceptó el cargo de Director de la Escuela de Tauromaquia de Madrid.

Néstor Lújan, en su Historia del Toreo, escribe:

 "Dentro de la línea de los toreros espectaculares, trabajadores y aplicados, está Gregorio Sánchez................Típico torero castellano, basto y taciturno, de sorda vibración, que tuvo algún momento de novillero singularmente brillante"

Cossío escribe:

 "Toreo sobrio, valiente, dominador y tenaz, muy en la línea del maestro Domingo Ortega, su paso por los ruedos dejó un profundo aroma de honestidad, pundonor y vergüenza torera"

Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:

 "El toreo castellano alcanza en él una nueva cumbre..........................Gregorio Sánchez aporta al toreo de su tiempo una voluntad firme de mantener el toreo sobrio, dominador, viril, "a lo Domingo Ortega", en un tiempo de piruetas, adornos de rematado mal gusto y otras zarandajas. Se le acusó de cierta tosquedad en sus comienzos................Pulió enormemente sus maneras a los largo de la carrera, sin perder el aire recio, la cara tostada de campesino toledano, decidido, algo cazurro...................Gregorio Sánchez se salió adrede de la línea curva imperante en su tiempo. La rectitud y honradez de su toreo le valieron cornadas serias a la par que un reputación de vergüenza torera ejemplar para  las nuevas generaciones"







Carlos Abella, en su libro De Manolete a José Tomás,  escribe:



 “El sabor castellano de Gregorio Sánchez. Su toreo, inspirado en un valor serio, en el dominio y en la sinceridad, fue gastándose poco a poco, y los públicos, siempre ávidos de novedades, se fueron cansando de toreros como el toledano……..Se retiró del toreo el 30 de septiembre de 1973, enfrentándose en solitario a una seria corrida de Aleas, en tarde ventosa, con muchos nervios, y que es un fracaso. El público, implacable, le trató con dureza insólita, olvidando sus anteriores 45 tardes en la que cortó 34 orejas, número sólo superado por Paco Camino, Antonio Bienvenida y “El Viti”


Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:

Gregorio Sánchez es heredero del arte de Domingo Ortega. Torero rotundo y de gran poder, excelente lidiador, dominaba a toros de cualquier condición con estilo irreprochable. Es uno de los mejores toreros castellanos de todos los tiempos……………….Se retiró el 30 de septiembre de 1973 en las Ventas, matando en solitario seis toros de Aleas, en una tarde ventosa, con un estruendo fracaso. Toreó en Madrid un total de 45 corridas y cortó 34 orejas, lo que da fe de su enorme calidad”





"No se puede torear bien con rigidez. El toreo es ante todo naturalidad. No entiendo lo de la postura premeditada"

"¿Qué es el valor?: Olvidarse del dolor y de la muerte cuando se está delante del toro"

                                                                                                                                    

"El toreo está de perfil y yo vengo a ponerlo de frente"

                                                                                                                        Manolo Vázquez
  














En el montaje superior, la primera foto por la izquierda es un ayudado por bajo rodilla en tierra que Manolo Vázquez ejecutó con un toro de Miura en la Feria de Abril de Sevilla de 1954.

El propio Manolo Vázquez, en el libro Todas las suertes por sus maestros, de José Luis Ramón, escribe sobre el ayudado por bajo rodilla en tierra:

"El ayudado por bajo rodilla en tierra, un muletazo torerísimo y de gran belleza y plasticidad, se puede realizar tanto en el inicio de la faena como en el final de la misma...................Aunque es obvio decirlo, el torero debe coger la muleta con la mano izquierda y la espada con la derecha, y toda la ejecución se hará moviendo a un tiempo, con sincronía, ambas manos. En mi opinión, en este movimiento armonioso de los dos brazos (y en su conjunción con la flexión de las piernas) está la verdadera belleza de los ayudados por bajo................La pierna que se apoya en la arena es la contraria al pitón por el que se está pasando al toro; la izquierda si es el pitón derecho, y viceversa.................Al toro hay que citarle de pie, con la muleta puesta por delante, e ir doblando ambas piernas según se está toreando al animal"




El propio Manolo Vázquez, en el libro Todas las suertes por sus maestros, de José Luis Ramón escribe:

"Lo fundamental del pase natural de frente es la colocación y la distancia. Éstas deben ser las justas para que, sin que el toro alcance la muleta, el torero pueda ejecutar los tres tiempos: traer al animal, llevarle toreado y vaciarle. ¿Cómo se hace? Hay que colocarse de frente, dando el pecho, para poder echarle al toro la muleta y vaciarlo con un suave giro de muñeca, de cintura, del pecho y, sobre todo, con sentimiento. Al toro hay que vaciarlo detrás, no en línea recta, sino describiendo una semicircunferencia en la que se obliga a que el animal gire y se enrosque alrededor de uno. Hay muchos aficionados que hoy en día piensan que cargar la suerte es que el torero eche la pierna adelante en cada muletazo, aunque no asiente los talones, y eso no es así. La suerte se carga con el pecho, con la cintura y con los brazos, pero en absoluto adelantando siempre la pierna...............Hay que cruzarse lo justo, de una manera muy poco perceptible, pero no irse con descaro al pitón contrario................Al toro hay que embarcarle con el pico -lo que no quiere decir que se esté metiendo el pico-, para luego llevarle con la panza y rematar el muletazo detrás otra vez con el pico.............La muleta debe estar plana, pero un poco en diagonal, siguiendo con naturalidad la trayectoria del brazo.................El pase natural de frente fue algo personal que empecé a hacer en los años cincuenta, pero sin abusar nunca"










Manuel Vázquez Garcés, Manolo Vázquez nació en el barrio de San Bernardo de Sevilla el 21 de agosto de 1930. Es hermano de los matadores de toros Pepe Luis y Antonio. Como éstos sintió también que esa profesión se había hecho para él. Por eso abandonó los estudios de Bachillerato que cursaba en el Colegio de los Hermanos Maristas de Sevilla, y se dedicó al aprendizaje de matador de toros.

Debuta de luces en Ciudad Real el 11 de agosto de 1947. El 4 de junio de 1950 se presentó en Madrid, alternando con Juan de la Palma y Antonio Ordóñez. El triunfo que obtuvo fue clamoroso, triunfo que repitió mejorando el de su debut. En Sevilla se presentó en el mes de julio de ese mismo año y sus paisanos no le trataron demasiado bien. Volvió a insistir varias veces, y únicamente en el mes de septiembre de 1951, con una novillada muy grande de Pablo Romero, logró contentar a los sevillanos.

Tomó la alternativa en Sevilla el 6 de octubre de 1951, de manos de su hermano Pepe Luis, que le cedió la muerte del toro Perdulario, de la ganadería de Domingo Ortega, completando la terna de matadores Antonio Bienvenida. No estuvo muy afortunado el nuevo doctor en aquella corrida.

Con este mismo cartel de toreros y con toros de cuatro ganaderías confirmó la alternativa en Madrid al día siguiente, el 7 de octubre, estoqueando a Calamar, de Bohórquez. Cortó una oreja en su primero, siendo herido por su segundo con carácter grave.

Se retiró varias veces para más tarde volver, y en su última reaparición en público, en 1968, sufrió una importante cogida en Santa Cruz de Tenerife, no toreando más que cuatro corridas aquel año y despidiéndose, sin darle carácter oficial al acontecimiento, en Sevilla, el 28 de septiembre de 1968.

Reapareció en domingo de Resurrección de 1981 en Sevilla, dándole la alternativa a su sobrino José Luis y con Curro Romero como testigo.

Toreó tres temporadas con gran brillantez, destacando la tarde del Corpus de 1981 en Sevilla, con toros de Bernardino Piris, y alternado con Curro Romero y Rafael del Paula. En esta ocasión salió clamorosamente en hombros por la Puerta del Príncipe.

"El otro gran maestro de la época (el otro es Antonio Chenel "Antoñete") -comenta Fernando Claramunt en su Historia del Arte del Toreo- es Manolo Vázquez, que reaparece bien cumplidos los cincuenta años de edad. En 1981, en la Monumental de Madrid, se puso ante un serio morlaco en corrida televisada. El matador estaba pálido. Se escuchaba la voz temblorosa del mozo de espadas: "¡Maestro, un esfuersito!". Y la capa y la muleta de Manolo Vázquez acabaron desplegándose como en los mejores tiempos. Magisterio y ocaso a la par en él y en "Antoñete". Entre 1980 y 1983, con dos salidas a hombros en la Maestranza y notables triunfos en las corridas de despedida, vimos en este torero un felicísimo broche, la tarde última, de purísima y oro, en Sevilla"

Se retiró definitivamente de los ruedos el 12 de octubre de 1983, en un mano a mano con Antoñete en la Maestranza de Sevilla, con ganado de Herederos de Carlos Núñez, Manolo González y Juan Pedro Domecq, obteniendo uno de los mayores éxitos de su carrera y saliendo de nuevo a hombros por la Puerta del Príncipe.

Falleció en su Sevilla natal el 14 de agosto de 2005.


"Don Indalecio, en La Tauromaquia en el siglo XX. Segundo cuaderno. En el número 4 de Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, pgs. 75 y 111, escribe:


"Ya se sabía en muchos sitios, y en Barcelona principalmente, con anterioridad a la temporada de 1950, que era una promesa de gran torero. Pero al presentarse en Madrid ese año “armó el escándalo”, del que no se separó en la siguiente campaña de novillero………..Su alternativa llegó en el momento justo: el día 6 de octubre de 1951, en Sevilla, naturalmente que de manos de su hermano Pepe Luis, con toros de Domingo Ortega, y de testigo Antonio Bienvenida……….El doctorado tuvo lugar en Madrid al día siguiente, el 7 de octubre, con el mismo cartel………., y sin tiempo de dormir tranquilo, Manolo Vázquez confirmó la ceremonia sevillana. Y en el último toro fue herido de gravedad, que por milímetros no fue mayor………..La temporada de 1952, inmediata a la de terminación de esta historia, es de prometedora esperanza. ¿Quién sabe si será torero de época? Una alternativa casi supone un salto en el vacío. Y las predicciones son peligrosas, mas con elementos cuenta (……....) Un fundada esperanza para la temporada de 1952. Su resonante etapa novilleril le concede todos los honores. ¿Será? ¿No será? “Parlarem”, como dicen los paisanos de Cabré……..Treinta y tres novilladas con grandes éxitos, y la alternativa en Sevilla el 6 de octubre, para confirmarla en Madrid al día siguiente. Una confirmación con sangre pundonorosa, a consecuencia de una cornada por embestirle él al toro. Como la montaña no iba a él, él fue a la montaña." 





Néstor Luján, en su Historia del Toreo, escribe:

"Manolo Vázquez, hermano de Pepe Luis, tuvo, como éste, una soberbia temporada de novillero. Su arte era menos fluido y perfecto que el de su hermano mayor, pero en cambio poseía una más sólida trabazón.................Este torero comenzó, en sus novilladas de 1949, a citar a los toros de frente. La reacción de Manuel Vázquez en contra del torero de perfil con la muleta tuvo éxito, un éxito relativo. Si Manuel Vázquez hubiera llegado a poseer una gran personalidad y se hubiera impuesto como matador de toros, su reacción estética hubiera tenido unas consecuencias inimaginables.................Pero este esfuerzo no podía hacerlo un hombre de un temperamento como el de Manolo Vázquez, disminuido y flojo ante las primeras heridas. Y así, este gran torero con la capa, este muletero con una idea profunda y clara de su arte, este buen estoqueador, ha quedado como un discreto torero más y, en los últimos años, como un artista de muy escasas posibilidades"

Cossío escribe:

"Manolo, aun en la línea del toreo pepeluisista, ha dotado a su trabajo de auténtica personalidad, enriqueciéndola con elementos propios que alejan toda idea de imitación. Su estilo, alado y garboso, no es la envoltura de un torero superficial y frívolo; es decidido ante los toros, y su cotización, siempre sostenida, habla con elocuencia de la solidez de su arte. Cuidando siempre más la importancia de las corridas en que interviene que su número"

Fernando Claramunt, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:

 "En las temporadas de la última época, la de los años ochenta, Manolo Vázquez realiza faenas inolvidables, de lecciones a sus propios compañeros; es, con Antoñete, el maestro por antonomasia y cumple, sobradamente, el proyecto de autorrealización....................La reaparición, pasados los cincuenta años de edad, tiene una fase inicial con algún que otro titubeo -"humano, demasiado humano"- como el que tantos españoles presenciaron  por televisión en 1981....................Las temporadas de los años ochenta son las del magisterio y el ocaso, las dos cosas a la par, de los dos extraordinarios maestros del toreo que han sido Manolo Vázquez y Antoñete. Es curioso su paralelismo, porque en sus años mozos pudieron cristalizar como figuras. ¿Por qué no llegó más lejos en su "primera juventud" nuestro Manolo Vázquez?.................Jose María de Cossío evoca la gracia y la ingravidez de la época novilleril, aderezadas por el retorno al clásico toreo de frente, exagerado quizá hasta límites heterodoxos. No olvidemos que son los tiempos en que Litri, Jumillano, Juan Posada y otros compañeros torean de modo semejante. Se dice que de este modo se ahoga el remate y se acorta la trayectoria del muletazo. Ello no obstante le permite lucir un estilo que pudo calificarse justamente de alado y garboso, sin mengua de la solidez y hondura"


César Jalón, en su libro Memorias de Clarito, escribe:

"Esta tarde -4 de junio de 1950- se presenta al público de Madrid Manolo Vázquez alternando con Antonio Ordóñez.......................Cuanto a Manolo Vázquez, hermano en carne y en arte de Pepe Luis, los conspicuos de allende Despeñaperros lo sitúan dentro del triángulo Pepe Luis-Pepín (Martín Vázquez)-Manolo González, vértices del primoroso toreo sevillano...............Gusta Manolo Vázquez a la afición madrileña en la novillada de Graciliano Pérez Tabernero, y a su repetición, el 11 de junio -orejas en sus dos novillos- entusiasma por su toreo al natural, ejecutado de frente como una corrección o censura al toreo de perfil. No obstante, exagerada la postura, al remate del pase se atraganta el enemigo y el cuerpo del torero carece de la flexibilidad y desahogo necesarios a la liga del pase siguiente. El consejo guerrístico de sesgar un tanto la figura -que el excelso veroniqueador Curro Puya recargó hasta trocar el lance de frente casi en un lance de costado, bien que cebando al toro con la pierna contraria para bajar las manos y volcarlo dulcemente en la tela - era un sano consejo, digno de aplicarse a la exageracíon del toreo de muleta, que Manolo Vázquez atenderá"



José Bergamín, en La música callada del toreo, escribe:


"............quisiera ahora escribir, describir, decir algo de la maravillosa, indescriptible, indecible, corrida de toros que vimos en Sevilla, en la Maestranza, la tarde del Corpus. Que vimos y oímos y sentimos los privilegiados que allí estábamos, y que pudimos saborear, paladear, gustar de aquello, y, hasta tal extremo, que muchos lloraban de gusto y alegría....................Las lágrimas que se le saltaban al Gallo al torear, estaban en los ojos de los toreros como en los nuestros................Y cante y canto y encanto o embeleso de brujería, de mágico señorío torero en Manolo Vázquez. ¡Cómo me acordaba de Pepe Luis!. Le busqué con los ojos sin encontrarle. Seguramente estaba escondido. Ví, en cambio, lo vi con mis ojos, nublados por la emoción de "esa borrachera que da el toreo" (que dijo Joselito) a Rafael el Gallo, que andaba por el callejón hablando solo, como él solía.............Y también vi y comprendí la sabida y sabia "brujería" de Manolo Vázquez, al lograr reunir en una sola aquella trinidad torera, más que santísima, mágica y prodigiosa por su embrujo (su "espíritu sin nombre", su "indefinible esencia"): el "imperativo mágicoprodigioso" de ese arte misteriosísimo de torear, que Belmonte llamó (con su exactitud, su precisión y su laconismo propios) arte divino. Divino de divinidad, no de Dios solo. Su "música callada", su "soledad sonora"

Rafael Ríos Mozo, en su Tauromaquia fundamental, escribe:

"La principal característica de su toreo fue el restaurar completamente el cite de frente, que en aquella época estaba casi olvidado. Manolo provocaba la arrancada de los novillos de un modo realmente precioso, en postura completamente frontal y desviaba a los astados a pocos centímetros de su cuerpo.................Tras su reaparición en 1981 empieza otro Manolo Vázquez, un Manolo Vázquez con una decisión y una profesionalidad que antes no tenía"



Carlos Abella, en su libro De Manolete a José Tomás, escribe:


“La gracia profunda de Manolo Vázquez. Tuvo que luchar toda su vida taurina con la “sombra” de su hermano Pepe Luis, pero a fuerza de tesón y de personalidad consiguió hacer olvidar esta circunstancia, aunque para ello tuviera que esperar una última y casi desesperada reaparición, ya en los años ochenta, con 50 años de edad. Su peculiar concepto del toreo está inspirado en la gracia, la quietud y el valor, aunque durante un tiempo se le consideró un torero frágil y no sobrado de valor…………..Su reaparición en 1981 no pudo ser más acertada, porque los públicos modernos, tan acostumbrados al encimismo y al toro cada vez más parado, descubren la torería de este renovado Manolo Vázquez, que, como “Antoñete”, torea con sabor, paladea el toreo y reivindica la calidad frente a la cantidad, las distancias y el reposo frente al absurdo voluntarismo de los que mandan en el toreo……….Manolo Vázquez ha sido un torero sevillano, pero de los que Madrid adopta como hijo propio, lo que explica que en Las Ventas interviniera en 47 corridas de toros, de las cuales 30 en San Isidro”


 





El historiador francés Bartolomé Bennassar, en su Historia de la Tauromaquia, escribe:

"El sevillano Manolo Vázquez, hermano menor de Pepe Luis, que se prodigó muy poco en Francia, interpretó con hondura y gravedad el pase fundamental del toreo de muleta, el natural con la mano izquierda, sujetándola, como es debido, por la mitad del palillo o estaquillador. En la feria madrileña de 1956, de la que fue el triunfador, impuso el cite de frente. Cuando esta forma de llamar al toro se mantiene hasta el último momento, el encuentro del hombre y el toro adquiere entonces una intensidad dramática de gran efecto. Manolo no fue jamás un "pegapases", un distribuidor automático de pases "de todas las marcas". Sus faenas eran relativamente cortas, sin concesiones a la galería, exentas de toda vulgaridad. Menos brillante, menos "luminoso" que su hermano, toreó muy a menudo toros de mucho respeto, lo que la crítica incondicional de Pepe Luis ha silenciado púdicamente. Manolo nunca toreó con el pico de la muleta, técnica que reduce considerablemente el peligro, alejando los cuernos del cuerpo del torero. Su inseguridad a la hora de matar y la imposibilidad de realizar este toreo de verdad a muchos toros, le han privado de numerosos trofeos. Manolo Vázquez ha toreado, de forma intermitente, hasta los años ochenta"


Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:


Manolo Vázquez. En 1981, con 51 años de edad, decidió reaparecer para dar la alternativa a su sobrino Pepe Luis Vázquez Silva, hijo del gran Pepe Luis…………..Los públicos, cansados del toreo encimista y de faenas rutinarias, acogen con fervor la vuelta del veterano maestro, que recrea el toreo de frente, los cites de largo, a la distancia, la variedad con capote y muleta…………Deja de ser el hermano de Pepe Luis y le llaman El brujo de San Bernardo…………..El 12 de octubre de 1983, mano a mano con Antoñete, se cortó la coleta en una Maestranza de Sevilla volcada como nunca. Cortó cuatro orejas en medio del general clamor. Toreó magistralmente –como nunca- con capote y muleta. Salió a hombros por la Puerta del Príncipe y entró en la historia del toreo”



Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:

"Manolo Vázquez, el diestro que mejor ha toreado de frente.................El tópico facilón clasifica a Manolo Vázquez como torero sevillano. Nada más falso. Manolo Vázquez hace otro toreo. Se aparta claramente del recorte sutil y del toreo a media altura, para hacer  un toreo muy profundo que, además, tenía un indiscutible acento personal. Manolo Vázquez pagó caro ser hermano del inspiradísimo Pepe Luis. Todos quisieron ver en Manolo una copia de su hermano, y no era eso. Manolo tenía su propio toreo y su propia personalidad. Si aplicáramos la antigua diferencia de claro sabor decimonónico, entre toreros de escuela sevillana y de escuela rondeña, Manolo Vázquez sería rondeño. Es evidente. Su estilo profundo así lo advierte. Además, Manolo Vázquez ha abusado poquísimo del recorte y del adorno"

Robert Ryan, en su libro El toreo de capa, escribe:

"De la Sevilla de Velázquez hubo una chicuelina limpísimamente dibujada fue la de Manolo Vázquez, muy quieta de planta, muy de frente, trazada muy a la verónica, la chicuelina más larga en el tiempo y el garbo, paradigma de otras interpretaciones: del juego de muñecas expresado a la chicuelina por Paco Camino y la "chicuelina baja" llevada hacia atrás por José María Manzanares y Ortega Cano"


José Luis Suárez-Guanes, en su libro Madrid. Cátedra del toreo, escribe acerca de la faena de Manolo Vázquez al toro Lagunillo:
Lagunillo, de Juan Cobaleda………………….1957 es el año más completo de Manolo Vázquez en Madrid. El 14 de mayo hace una faena histórica al toro Lagunillo, de Juan Cobaleda, del que le conceden las dos orejas………………….Y en la arena Lagunillo. Un nombre de toro que Manolo Vázquez va a hacer célebre. Torea Manolo a la verónica con pinturería. El de Juan Cobaleda tiene poder, pues derriba en varas, sucesivamente, a los picadores Curiel y Montoliú. Manolo Vázquez anda a su rival con mimo. Todo su quehacer es netamente zurdo: el pecho para afuera, el cite de frente, a pies juntos y desde lejos, pero ganando posiciones en los dos últimos muletazos de cada serie, en los que se “espatarra” sin perder su posición frontal……………La plaza es un manicomio………..Manolo hace la señal de la cruz antes de perfilarse para matar. Marca los tiempos a la perfección y agarra una estocada ladeada suficiente. Se le concede el doble trofeo y tiene que dar dos vueltas al ruedo..........
1957. Plaza de Las Ventas……………Una corrida de la Prensa en la que Manolo Vázquez, a pesar de no cortar trofeos por culpa de la espada, realiza la faena –según él mismo ha dicho muchas veces- mejor de su vida. Un Manolo Vázquez clásico y hondo; sevillano y trianero a la par; “brujo de San Bernardo”, poeta del toreo, reclamo importante de los carteles de Madrid de los cincuenta, donde siempre fue considerado igual que el que más. La temporada de 1957 fue la de Manolo Vázquez, y los sones de su toreo a Lagunillo y los muletazos de la corrida de los periodistas están aún plasmados en el ruedo venteño”

 
 


Benjámin Bentura, Barico escribe sobre su debut en Madrid:

"La faena del año es la que cuajó Manolo Vázquez al sexto novillo, faena que no podrá ser borrada ni por el propio Manolo Vázquez. Diez naturales en tres series, rematados con el de pecho bastaron para enloquecer al público. Diez naturales como hasta ahora no se vieron en Madrid hace mucho años. Diez naturales citando de frente, dejándose ver por el novillo, mandando en él, prendiéndole en los vuelos de la prodigiosa muleta, con la lentitud y la suavidad que lo perfecto ha de tener en el toreo...................pero por añadidura hubo en la faena la gracia pimpante de unos muletazos que eran pura filigrana andaluza y el oro puro de un valor sin actitudes forzadas"

En otra crónica escribe:

"En crónica anterior ya dije cómo toreaba al natural Manolo Vázquez. Agrego ahora que no veo quién pueda lograrlo como él, y que cuando no lo hace al natural, torea como pueda hacerlo quien mejor toree"

Días después Manolo Vázquez, con gran intuición, ironía y orgullo, declararía a la prensa taurina:

"El toreo está de perfil y yo vengo a ponerlo de frente"

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