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sábado, 25 de febrero de 2012

JOSELITO. Ayudados, Doblones y Desplantes



Un lienzo vuelto, una última voz -¡toro!-,
Un golpe esquivo, un golpe seco, un grito,
Y un arroyo de sangre -arenas de oro-
Que se lleva -ay, espuma- a Joselito.

                                                           Gerardo Diego. Elegía a Joselito




Cobra el gentío un alma de paisaje
mientras siente el torero hundirse el trono
y apagarse las luces de su traje.

Gerardo Diego. Elegía a Joselito




Llora, Giraldilla mora,
lágrimas en tu pañuelo.
Mira cómo sube al cielo
la gracia toreadora.




Niño de amaranto y oro,
cómo llora tu cuadrilla
y cómo llora Sevilla,
despidiéndote del toro.




Tu río, de tanta pena,
deshoja sus olivares
y riega los azahares
de su frente, por la arena.




- Dile adiós, torero mío,
dile adiós a mis veleros
y adiós a mis marineros,
que ya no quiero ser río.




Cuatro arcángeles bajaban
y, abriendo surcos de flores,
al rey de los matadores
en hombros se lo llevaban.




- Virgen de la Macarena,
mírame tú, cómo vengo,
tan si sangre que ya tengo
blanca mi color morena.




Mírame así, chorreado
de un borbotón de rubíes
que ciñe de carmesíes
rosas mi talle quebrado.




Ciérrame con tus collares
lo cóncavo de esta herida,
¡que se me escapa la vida
por entre los alamares!




¡Virgen del amor, clavada,
lo mismo que un toro, el seno!
Pon a tu espadita bueno
y dale otra vez su espada.




Que pueda, Virgen, que pueda
volver con sangre a Sevilla
y al frente de mi cuadrilla
lucirme por la Alameda.

                                                                                                                                     
                       Rafael Alberti. Joselito en su gloria
                    
                          


La media luna que invertida, trampa
será a su presa, cual tajante acero,
blande a diestro y siniestro, con certero
tajo, cortando el aire en donde campa                                                                                    
                                                                                                              Villalón


Que por mayo fue, por mayo,
cuando lo de Talavera.....

Joselito, el mejor hombre
que hubo en la gente torera,
cabal como un caballero,
noble como una bandera,
en Talavera la Reina,
¡ay!, Dios, quien nos los dijera,
se fue a vivir en la gloria
un día de primavera.

Ramón de Garciasol



'Con la garrocha en la mano / no dejas becerro sano... / Bailarín y tirador, / choffeur y envenenador / de almas de cupletista... / Fuerte cuenta-correntista, / y el mejor... / Sólo falta ser divé [Dios en caló]. / José'.

Fernando Villalón


"Joselito fue un Luzbel adolescente, caído por orgullo de se luminosa inteligencia viva"

José Bergamín



"Joselito está más vivo que todos nosotros"


                           Ignacio Sánchez Mejías











































El desplante podría ser ante un miura en corrida celebrada en Zaragoza en 1913

















José Gómez Ortega, Joselito y Gallito, nació en Gelves (Sevilla) el día 8 de mayo de 1895. Hijo menor del gran torero Fernando Gómez (Gallo) y de la bailaora Gabriela Ortega y hermano del también torero Rafael el Gallo.

Gregorio Corrochano, en su obra Introducción a la tauromaquia de Joselito, escribe: "Joselito, el Gallo, como se llamaba para que el estrambote fijara su dinastía taurina, encarna el toreo hecho de capítulos de tauromaquia. No da un paso en la plaza que no tenga una finalidad; no mueve un peón de brega que no tenga el sentido que el peón de un tablero de ajedrez; al azar apenas le queda sitio en el ruedo. Su conocimiento de las reses es tan completo, que no deja resquicio a la improvisación. Todo su toreo tiene por base el toro. A la lidia del toro dedica todo su arte. Si el arte de lidiar toros quisiéramos simbolizarle con nombre de torero, nosotros no vacilaríamos en llamarle Joselito, el Gallo. Delante de Gallito no pueden los toros disimular su condición. Desde que pisan el ruedo y dan dos carreras por la plaza, sabe cómo son y lo que van a hacer durante la lidia............................Don Eduardo Miura, admirado de la intución de este torero, decía: "Parece que lo ha parido una vaca"............................Podía con todos los toros, porque sabía lo que era cada toro y a cada uno le daba su lidía

Cossío escribe: "La cualidad suya más eminente fue, sin duda, su vocación por la profesión torera, a la que se entrega sin reservas desde los catorce años...............Es indudable que el arte de Joselito se depuró y perfeccionó con los años, y es de justicia reconocer que la compañía y el ejemplo de un torero de la perfección estilística de Belmonte le fueron ventajosísimas, pero en la brega eficaz con el capote apareció perfecto desde becerrista.............Ni el don genial de improvisar las suertes le fue negado. En banderillas fue desde el principio extraordinario, tanto en la preparación como en la ejecución de la suerte..................Su dominio con la muleta fue insuperable desde el principio.................Es cierto que Joselito no fue un matador de toros de estilo depurado.............pero matador más rápido y seguro es posible que no se encuentre en los anales de la tauromaquia.............Mató muchos toros recibiendo, y en esto ocupa un lugar singular en su época................Logró la consideración más elevada que diestro alguno pudo soñar y muere a los veinticinco años, en plena gloria, sin conocer la tristeza de un fracaso, sin advertir el menor síntoma de decadencia"

Néstor Luján, en su Historia del Toreo, escribe: "Joselito ha sido el torero más completo que ha existido. Ha sido el héroe perfecto, la juventud invencible hasta la cogida única y fatal. Él representa los valores inmutables del toreo: un torero con la inteligencia, el valor y el arte en partes iguales. El triunfo de la medida sobre la improvisación, la rotundidad de las virtudes pitagóricas sobre el azar valeroso. Practicó todas las suertes conocidas con una intuición absoluta...............Joselito fue un torero total, obcecado por su oficio, con una devoción sin mesura por su arte...................En palabras de Vicente Pastor "Cuando a él le llega el agua al cuello, los demás estamos ya ahogados".......................No toreaba a la perfección
a la verónica, pero se esforzó en aprender, y, a partir de 1915, trazó unos lances impecables, modélicos y templados..............Bregando fue único; y en quites su repertorio era inagotable.................Con las banderillas, quizá no exista en la historia del toreo otro banderillero de su importancia....................Con la muleta, no ha tenido igual dominado a los toros broncos y adornándose con el toro claro y suave.....................Como matador no fue bueno, y en esto sí que le vence la memoria del Chiclanero. Ello no quiere decir que no matase rápida y eficazmente, pero, al igual que Belmonte, despreció en antiguo clasicismo, la suerte valerosa y depurada. A esta época se debe la irremediable decadencia de la suerte................Como director de lidia, gozó, a pesar de sus verdes años, de una autoridad ilimitada, y conservó una eficaz disciplina en su cuadrilla"


De todos es conocida su rivalidad con Belmonte y la influencia mutua que se produjo entre ellos. El toreo de Joselito se tiñe de la innovación belmontina y el toreo de Belmonte va enriqueciéndose con la técnica característica de Joselito.

Muere en Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920, a los veinticinco años recién cumplidos, cogido por el toro Bailaor. Su banderillero el Almendro lloraba, diciendo: "Si a este hombre lo ha matado un toro, yo os digo que no escapará nadie de morir en la plaza"




Robert Ryan, en su obra El arte de torear, escribe sobre los pases ayudados: "El recurso de ayudarse con el estoque para ampliar el vuelo de la muleta al trastear con la izquierda, como en el pase ayudado de pecho, lo adoptó lucidamente Cúchares al toreo por delante y al toreo de castigo..............................En el pase ayudado por bajo Joselito el Gallo halló la base de su dominio, su estampa más expresiva en gracia de un poderío llevado hasta el precipicio de la estética, castigando con suavidad: el pase ayudado, de pie, los pies en punta, rodilla inclinada hacia el centro de la suerte, junco y brazos desarrollados en ejercicio de una sensación de doma escarlata"

El mismo Robert Ryan, en el mismo libro, escribe sobre los pases de castigo: "El llamado pase de castigo es aquel que violenta la trayectoria de la embestida más allá de la violencia inherente a toda suerte del toreo........................El pase de más jerarquía en la eficacia del castigo es el ayudado por bajo, en el cual dobla el toro sobre la rodilla flexionada del diestro. Del pase ayudado por bajo provienen los doblones con la mano derecha en los cuales, otra vez, por ambos pitones el diestro gradúa el castigo al doblar el toro ante su rodilla flexionada. Doblarse con el toro al comienzo de la faena es un método inteligente para someter al toro, para hacerse el diestro con la embestida, en búsqueda del acoplamiento, en creación de la armonía, que le permitirán imponer su voluntad a la circunstancia del trasteo.............................Hay una estética del castigo: una estética primaria, no de época, que resume la potencia real del arte de torear. Aspiraron a ella los antiguos; en ella se definió Joselito el Gallo, el maestro que ajustó el dominio a una disciplina más estricta" 


Juan Posada escribe: "Joselito culminó el arte de torear que iniciara el ilustrado Pedro Romero, puliera el romántico Paquiro y casi perfeccionara el modernista Guerrita. Su impecable técnica artística conducía el torero por derroteros de intachable ejecución. Sólo él podía realizarlo. La tauromaquia, por tanto, necesitaba renovación.............................Joselito logró la perfección: la cima del impresionismo torero. Representó fielmente los ideales que las lógicas y antiguas leyes taurómacas habían dictado. Llegó a su consumación; la solución final del arte natural del toreo..............................El toreo de José era pausado, elástico, recto de ejecución, unísono a la arrancada del bruto, cuando era pastueño. Quebrado, para reducir la belicosidad del toro, apoyándose en el ágil compás de las piernas. Último ilustre de los clásicos, cerró un ciclo en que la fiereza del toro fue basamento de una tauromaquia afirmada en la lid del hombre con el animal.......................José captó pronto el sentimiento que emanaba del hacer de Juan (Belmonte), otra técnica, más arriesgada e intuitiva. Por desgracia, no llegó a perfeccionarla a causa de su temprana muerte.......................Se afirma que Juan Belmonte fue el innovador del toreo. Así es, aunque poco habría logrado sin la perfección normativa de Joselito..........................José, gracias a Belmonte, descendió del pedestal técnico, casi perfecto. Asimiló su estilo, bajó más las manos, se templó con las arrancadas y sacó a relucir su expresión sensorial. Hizo gala de su personalidad, anteriormente oculta tras su poderío"



Gregorio Corrochano, en su obra Introducción a la Tauromaquia de Joselito, refiriéndose al toreo por bajo del maestro, escribe:

"Joselito, en los toros difíciles -broncos, con poder, recelosos, de cabeza descompuesta, probones, de sentido- que si no se toreaban por bajo no había nada que hacer con ellos...................solía mandar a Blanquet, y antes a Sánchez Mejías, a que le dieran unos capotazos, para ver como estaba en aquel momento el toro, y una vez visto, allá se iba con la muleta que lo dominaba todo....................., tendía la muleta y el toro pasaba del capote del peón a la muleta de Gallito, como si capote y muleta estuvieran unidos. Y ya con la cabeza del toro en la muleta de José, empezaba aquella faena por bajo, que daba miedo en el tendido, aquel modo de aguantar cornadas, y tarascadas, y frenazos del toro, que buscaba, y el torero cada vez más metido en el toro, y el toro echo un ovillo, juntando la cabeza con la cola, hasta que se entregaba jadeante abriendo la boca llena de espumarajos, y el torero, sonriente, le tocaba los pitones, acariciándole, en un alto el fuego, signo de paz, y entonces el toro sacaba la lengua y Joselito saludaba cogido al cuerno que quiso herirle, y ya lo había inutilizado en una emocionante faena por bajo"


En las Memorias de Clarito, de César Jalón, encontramos esta declaración de Joselito:

 "Mato con alivio, con tranquillo. ¿Y qué? Lagartijo, que había matado muy bien, buscó su melecina. Y yo, que también he matado a ley muchos toros, a volapié y hasta recibiendo, he dado con una melecina mía". Ciertamente, Joselito, torero clásico, torero de la buena escuela, obedeció en principio la antigua conseja: "al que no hace la suerte de matar se lo lleva el diablo". Y mató bien incluso en la suerte de recibir. Como Lagartijo y Guerrita, Como Gaona y aun Rafael el Gallo. De higos a brevas como ellos. Algunos percances -cuales los de Bilbao y Barcelona- le imbuyeron la idea del tranquillo. De su melecina. Lagartijo, el paso atrás para su media lagartijera. Y él, la mano alta y el brazo arqueado para echar la carta al buzón............"


Juan Pedro Domecq, en su libro Del toreo a la bravura, escribe:

 "Joselito, también llamado Gallito, supuso en el toreo la cima en el desarrollo de la Tauromaquia antigua; en él se fue acumulando toda la sabiduría taurómaca sedimentada desde los primeros toreros...............Pedro Romero, Costillares, Pepe-Hillo, Paquiro, Lagartijo, Frascuelo y Guerrita fueron desarrollando oficio y técnica frente a los toros, y de todos bebió Gallito para que su tauromaquia explosionara ya a los 16 años de edad.................De dinastía torera, con padre y hermanos también toreros, vivió toda su vida en el ambiente y la afición a los toros. Joselito aportó a los toros la afición absoluta. Sólo vivía para los toros................Le intereseban todas las suertes y, por tanto, intervino en todas ellas. Supuso una influencia determinante en el sustancial cambio que se estaba preparando: el paso de la Tauromaquia antigua a la moderna.......................Joselito se acercó a todas las dimensiones de la Tauromaquia; la crianza del toro, los métodos de selección, la forma de realizar los tentaderos de los distintos ganaderos, la embestida de las vacas en la tienta y cómo torearlas, examinar las distintas formas de acometer de los animales en cada ganadería.................y comenzó a fijarse en los que tenían una forma de embestir más adecuada para realizar el toreo nuevo que surgía en su mente.................También se preocupó por el espectáculo en sí de la corrida de toros, en su organización, en el coste de las entradas..................Fue el primer torero que se apasionó de una forma global, detallada y minuciosa por la Tauromaquia"


Filiberto Mira, en su libro "Vida y tragedia de Manolete", escribe sobre dos anécdotas que José Flores Camará le contó acerca de Joselito:

"Rafael el Gallo y José Flores Camará alternaban con Joselito en una corrida muy dura y difícil de Saltillo. El quinto, que le tocó a José fue un toro de verdad imposible.  Al sexto muletazo pudo con aquel marrajo y le agarró los pitones. En aquel momento me comentó Rafael:

-¿Te has dao cuenta, Pepe, que cuando a los demás nos ahoga un toro porque nos pone a hervir el agua por encima de la boca y nos tapa hasta las narices, mi hermano José no tiene mojado ni el calcañar?

Otro día –sigue refiriendo José Flores- toreabamos tambien Rafael, Joselito y yo una corrida brava y noble de Murube. A Gallito le tocó esta tarde un toro con mucha clase. Lo toreó muy bien, pero su mismo hermano le decía:
José, a éste se le puede torear una mijitita más despacio!

Ese era el único defecto de Gallito, que ha sido el que menos ha tenido desde que existe el toreo en la vida del mundo"

En el mismo libro, Clarito se refiere a un comentario de Mazzantini comparando el toreo de Joselito con el de Guerrita:

"¿Juzga a Joselito mejor torero que Guerrita? Alguién más atrevido que yo cuenta haberle arrancado a don Luis (se refiere a Luis Mazzantini) la siguiente opinión: "Como banderillero, el Guerra lo dejaba muy atrás. En una época de eminentes  rehileteros y de gran boga esa suerte -hasta yo cuarteaba fácilmente por los dos lados-, Rafael dejaba atrás a todos en ese tercio. Era el  más portentoso que yo he visto. También aventajaba a Joselito con el estoque. Por lo demás, a mi entender, Joselito toreaba infinitamente mejor que toreaba el Guerra. En otros aspectos, se parecen como dos gotas de agua: en su dominio, en su conocimiento del ganado y en su inconmensurable amor propio, que hacía del uno un grosero y hace del otro un soberbio, pero que dentro del arte resulta más virtud que pecado"


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