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miércoles, 29 de febrero de 2012

GRANERO/ MANOLO MARTÍNEZ, El Tigre de Ruzafa/Victoriano Roger, VALENCIA II






"De lo que pueden estar seguros ustedes es de que yo no sigo en la profesión para ser una mediocridad y hacer el ridículo"

                                               Granero a José María de Cossío y Antonio Pérez Tabernero



"Granero fue a torear
a la plaza de Sevilla.
Le dicen las sevillanas,
-Granero mucho te arrimas.
Granero fue a torear
a la plaza de Madrid.
Le dicen las madrileñas,
-Granero vas a morir.
-Si me muero que me entierren
en una tumba de flores
los ojos de mi morena
si tienen pena, que lloren"

                                        Copla










EL RUEDO













MUNDO GRÁFICO























ESTAMPA


 




EL CLARÍN DE VALENCIA



NUEVO MUNDO
































GRANERO POR EL CABALLERO AUDAZ 



































































MUERTE EN LA TARDE. ERNEST HEMINGWAY







GRANERO POR EL HOMBRE DEL TRAJECITO NEGRO



















































El Hombre del Trajecito de Negro, en su libro Manuel Granero, publicado en 1921, antes de su muerte, escribe:


“MANOLO GRANERO EJECUTA COMO NADIE LA MEDIA VERÓNICA [……] No; Manuel Granero no ha sido, ni es un ejecutante de la verónica tan perfecto como el malogrado José Gómez Ortega. Es un imitador bastante afortunado de aquellos prodigiosos lances en que la emoción y la maestría resplandecían al mismo tiempo y con idéntica intensidad […..] Pero si Granero no iguala a Joselito, le supera, y por tanto supera a cuantos toreros hemos visto, en su magistral media verónica. Aquellos lances de Belmonte, aquellas medias verónicas de Juan, ferozmente inconscientes, han servido a Granero para las suyas. Para como Belmonte paraba; se acerca como Belmonte se acercaba y lleva toreado al astado bruto como Belmonte no lo llevaba toreado. Esta es la diferencia y este el secreto de que la media verónica de Granero sea uno de los lances más bellos, más hermosos y más emocionantes que se hayan ofrecido a la afición [….] La media verónica de Manuel Granero es la quinta esencia del arte de lidiar reses bravas"



El Hombre del Trajecito de Negro, en su libro Manuel Granero, publicado en 1921, antes de su muerte, escribe:
"GRANERO MATANDO NO ES PRECISAMENTE VARELITO, PERO TAMPOCO ES UN CHICUELIN. En esto, tenemos que decir que el Cid Capeador es, hoy por hoy, deficiente. No por falta de voluntad, sino por inhabilidad, por torpeza. […..] Manuel Granero es un estoqueador prudente, aunque en ocasiones no quiera serlo. Y con la prudencia no se forman los grandes estoqueadores. [……] Afectar un valor de que se carece puede proporcionar un tropiezo lamentabilísimo. Esfuérzate por se habilidoso y breve; nosotros te absolveremos de este leve pecadillo tauromáquico porque tus méritos como torero merecen que se te guarde esta consideración."




El Hombre del Trajecito de Negro, en su libro Manuel Granero, publicado en 1921, antes de su muerte, escribe:

"EL CID CAPEADOR ES UN BUEN REHILETERO, PRONTO Y FACIL…PERO NO ES EL MEJOR. Ciertamente, no es el mejor. Y no lo es porque existe un muchacho que se llama Saleri II que lo impide. Sin embargo, Manuel Granero va perfeccionándose, va depurando su estilo, y adquiriendo ese sello característico de los grandes rehileteros. Con verdadero y legítimo entusiasmo premió la plaza de Madrid un par excepcional clavado por el valenciano. [….] Majestuosamente, lentamente, avanzó hacia su enemigo, llegó así hasta la mismísima cabeza del bovino, cuadró, irguió gallardamente la figura, levantó los brazos y clavó un par soberano. Y todo esto sin afectación, deshogadamente, como quien está llamado a ser, y ya casi lo es, el heredero del Trono."
"GRANERO ENTIENDE QUE ESTA ES LA HORA DE LAS DERECHAS, AUNQUE RECONOCE QUE LAS IZQUIERDAS TAMBIÉN SIRVEN PARA ALGO […..] Muletero formidable, dominador, elegante, variado, de los que dan el parón [……] Manolo está persuadido de que la mano izquierda es la que deben emplear los toreros valientes, los toreros eficaces; pero no está menos convencido de que a todos los toros no se los debe lidiar así […..] Granero es un muletero notabilísimo; es la parte de la lidia que más conoce. No hay toro que ofrezca en ese instante dificultades grandes para él; se apodera de ellos, los vence, los sugestiona. Abusa demasiado de la mano derecha; pero en algunos momentos puede disculpársele, por la fulgurante brillantez de su toreo, la irreprochable ejecución y lo bellamente sugestivo del grupo que compone."
"GRANERO AMO DEL COTARRO. Lo es y lo será porque, ante todo y sobre todo, posee una afición ilimitada, unos vehementes deseos de satisfacer a los públicos, un amor propio enorme, una sangre joven y bulliciosa que corre tumultuosa por las venas, un temperamento de artista tan exquisito que lo que en otros es vulgaridad y adocenamiento lo transforma él en selecto y aristocrático. […..] De modo que quedamos en que Manuel Granero Valls, es, hoy por hoy, el toreo que más condiciones reúne para ser el mejor. ¿Es Granero buen torero? Sí. ¿Es un asombro? No ¿Puede serlo? Condiciones no le faltan."










Manuel Granero Valls nació en Valencia el 4 de abril de 1902 en el seno de una familia acomodada y tuvo acceso a una formación académica sofisticada. Desde los primeros años de su vida sintió la llamada del arte en forma de violín, pero después se le presentó la vocación de torero, y se enamoró de ella de tal modo que no hubo obstáculo que pudiera impedir que se hiciera matador de toros. El confesó que fue lo único que superaba su gusto por el violín.

Su adiestramiento tuvo por escenario el campo de Salamanca, y en él son compañeros suyos, como luego lo habían de ser en los ruedos, Chicuelo, Juan Luis de la Rosa y Eladio Amorós.

A los doce años se arrojó al ruedo en una novillada sin picadores, dando unos lances con el delantal. Con trece años actúa de banderilleros, y a los catorce mató una becerra en una corrida benéfica. El 24 de junio de 1917 toreó su primera novillada con traje de luces. Interviene en otros varios festejos y pasa el invierno en Salamanca, donde torea catorce becerradas más. El 11 de enero de 1920 actuó en un festival organizado en Salamanca. El 14 de abril de 1920 hace su presentación formal de novillero, con un balance de 39 corridas en la temporada. El 3 de junio de 1920 armó en Santander un verdadero alboroto, haciéndole a un novillo de Angoso una faena extraordinaria.

Se presentó en Madrid como novillero el 29 de junio de 1920, poco más de un mes de la muerte de Joselito. El ganado era de los herederos de don Estebán Hernández, y alternó con Valencia II y Carralafuente, triunfando de una manera absoluta, como ocurriría después en Sevilla. El público estaba entusiasmado al ver a un torero de puro corte joselístico.

Tomó la alternativa en Sevilla el 28 de septiembre de 1920, en la Feria de San Miguel, de manos de Rafael el Gallo, que le cedió la muerte del toro Doradito, de la ganadería de Concha y Sierra, y con Chicuelo de testigo. En Madrid, que le espera con gran expectación, debuta el 29 de junio de 1920 a plaza llena. Mató sus dos toros de manera irreprochable, confirmando sus éxitos en provincias.
Al comentar su labor de 1920 decía de él Don Luis: "Quien comienza de modo tan brillante su carrera, conquistando de golpe y porrazo trincheras que para otros son perennemente inexpugnables, hace suponer que está llamado a ser en el porvenir autor de hazañas extraordinarias"

El 19 de marzo del año siguiente alternó en Valencia con Chicuelo. Al día siguiente, y también con Chicuelo, toreó en Barcelona, confirmando su clase excelente.

 El 22 de abril de 1921 confirmó la alternativa en Madrid, con resultado lisonjero, con Chicuelo como padrino y Carnicerito de testigo, lidiándose toros de Gallardo. Supera este éxito el 27 de abril, cuando logra su primera oreja en la capital. El 17 de septiembre vuelve a cortar otra oreja en la misma plaza.

Granero lideró el escalafón en 1921, toreando 94 corridas. Esta temporada de 1921 fue realmente extraordinaria y puede decirse que ni el mismo Joselito consiguió en su primer año de alternativa levantar tanto revuelo y torear en tantas corridas. 

El año 1922 continuó con los mejores auspicios. El 5 de marzo toreó en Valencia, el 16 en Barcelona, el 19 otra vez en Valencia y el 26 en Castellón. El 2 de abril lo hace en Barcelona, y en Valencia el 9. Los días 19, 20 y 21 de abril toreó en Sevilla, y el 23 en Valencia. Los días 1 y 3 de mayo actuó en Bilbao. 
El 7 de mayo se contrató para torear en Madrid, en la lidia y muerte de cuatro toros del duque de Veragua y dos de Bueno, acompañándole Juan Luis de la Rosa y Marcial Lalanda (que confirmaba la alternativa). Granero, que vestía traje negro y oro, obtuvo un éxito de escándalo en su primero, al que mató de una gran estocada, lo que le valió la vuelta al ruedo; pero al iniciar la faena del quinto de la tarde, de nombre Pocapena, cárdeno, bragado, de Veragua, que dio señales evidentes de mansedumbre, fue cogido aparatosamente junto a las tablas, al intentar iniciar la faena de muleta con un pase ayudado a pies juntos, sufriendo una cornada en un ojo que le llegó hasta la masa encefálica, muriendo antes de entrar en la enfermería.

Han pasado ya muchos años y todavía las valencianas y los valencianos van a depositar flores en el aniversario del día de la muerte de Manolo Granero, cuyos restos reposan en el cementerio de su ciudad natal.




Néstor Luján escribe:

 "Granero fue un torero completo, que prometía ser una figura de su época. De los que sucedieron a Joselito, era el que más se le parecía, por la pureza de su arte y su repertorio brillante y repleto.......Su pase con la mano derecha vibraba sólido y magnífico. El pase de la firma que él creó -un natural con la derecha y con los pies juntos- y toda la gama seria y elegante de su toreo, eran una admirable promesa"

Cossío escribe:

"Granero se llegó a formar la idea de que él era el predestinado a continuar la labor de Joselito.......muchas de las características de Joselito sobre la forma de interpretar y de concebir el toreo, parecían resurgir en las concepciones del valenciano. Le faltaba la flexibilidad que tenía el primero, era más rígido en la lidia; pero la finura y estilo, si alguien consiguió adaptárselos, fue el antiguo violinista. Su toreo con la derecha pasará a la historia como algo original, que le da el valor de genio en la tauromaquia. Ya Gregorio Corrochano bautizó con el nombre de pase de la firma su característico natural con la derecha. Antes de ejecutarlo Granero, nadie lo había hecho con tal perfección y dominio.......Los cuernos de Pocapena acabaron con un diestro que hubiera llegado, sin duda, a hacer época en la línea histórica del toreo"

Fernando Claramut, en su Historia gráfica de la Tauromaquia, escribe:

 "La tragedia de Joselito en Talavera parece suscitar fenómenos igualmente luctuosos con poca diferencia de tiempo....................Con la muerte de Joselito sobreviene otro peligro: los toreros son conscientes de la aureola de gloria que rodea su recuerdo. La imagen idealizada, llevada a la leyenda, poetizada, puede provocar en los principiantes un deseo de entrega total, de sacrificio sin límites......................Algunos carecerán de arte y de conocimientos, pero suplirán con arrojo desmedido sus deficiencias.....................No parecía ser el caso de Manolito Granero, un joven estudiante de violín en Valencia, nacido en un ambiente burgués..................La identificación con Joselito es una hipótesis verosímil.................Granero halló en Joselito el modelo y la herencia de Bombita en edición mejorada y mucho más lujosa...............Su tío Paco Juliá empezó pronto a hacer de padre, de madre y de apoderado.....................¿Cómo influye sobre él la muerte de Joselito? Si hemos de creer a sus biógrafos esta desgracia, unida a sus propios triunfos, estimuló el deseo de sustituir al maestro.................El 29 de junio de 1920 se presenta en Madrid. Se agotan las entradas. El triunfo en Madrid le abre el camino de la alternativa, que recibe de manos de Rafael el Gallo en Sevilla esa misma temporada, el 28 de septiembre...................En 1920, con 31 novilladas y 8 corridas de toros se ha colocado en la cumbre del toreo. Desplaza completamente a Chicuelo como candidato a la vacante dejada por Joselito.....................El mismo, entrevistado por El Caballero Audaz, estima lo más importante de todo apoderarse del toro en los primeros muletazos, como hacía Joselito, a quien vio torear y admiraba mucho.....................En el fondo y en la forma Granero pertenece todavía a la "Edad de Oro", como un epígono. Influido sin duda por el arte y la técnica de José y Juan asimiló de uno y otro lo que pudo, sin elaboración personal, por falta de tiempo. Aportó "el pase de la firma", muletazo recortado sobre la mano derecha al que imprimió cierta personalidad. No tuvo la ciencia y el mando de José ni la hondura de Juan"

Rafael Ríos Mozo, en su Tauromaquia fundamental, escribe:

"Fue éste un caso de lo más selecto de la tauromaquia. Podemos decir que en él estaban presentes "el intelectual y el toreo", título de una de mis obras.....................Era una mezcla de arte, lo mismo con un capote y una muleta en la mano en un coso taurino, que tocando las cuerdas de un violín. Para Manuel Granero la vida era un conjunto de sensaciones estéticas, bien vinieran de una verónica o un pase natural, que de los compases de la Sevilla de Albéniz.................Respecto al toreo, fue un muchacho de esos que les entra el arte en la cabeza desde muy joven, como ya hemos dicho de Chicuelo, y veremos también en Pepe Luis Vázquez..............Pero a diferencia de estos dos estetas de la fiesta, la línea de Granero estaba más entre los diestros dominadores, tipo Joselito, hasta el punto que se le llegó a considerar como un sucesor del maestro de Gelves. No hubo tiempo material para juzgarlo porque Pocapena cortó su carrera de raíz, pero es evidente que por el camino que llevaba hubiera llegado a ser si no un Joselito, sí un auténtico maestro en el arte de quebrantar toros difíciles para luego emplear con ellos su depurado estilo"

Gregorio Corrochano escribe:

"Con la muleta en la mano derecha no se puede torear mejor, y aun me quedo corto...............Con la muleta en la mano derecha no he visto a nadie torear tan maravillosamente como Granero............en redondo"

"Doblar al toro como se dobla un junco, sin esfuerzo, sin violencia, hacerle formar un arco alrededor del cuerpo del torero y dejarlo en el sitio preciso, justo.......eso marca un conocimiento del toro y un dominio del toreo que lo revela a Granero como excepcional. Esos pases son el arte de aplicar a la muleta aquellas medias verónicas de Belmonte que tanto revolucionaron el toreo..............No se nos ocurre nada tan bonito, tan perfecto y tan artístico como esos pases de Granero" Sin duda, se está refiriendo al pase de la firma.

"Si un toro tiene querencia a las tablas, el torero que se interponga entre el toro y las tablas no toreará a gusto y estará acosado o cogido, si el toro se ciñe demasiado a su querencia (Así fue la cogida y muerte de Granero)"


Gregorio Corrochano en La edad de plata del toreo, escribe:.

"Este (Manolo Granero) es el toreo que encuentra fácil torear, que ve muy claro esto de torear, y como quiere ser torero y el toreo no tiene para él dificultades, pues torero. Y así vemos que torea sin esfuerzo, que domina a los toros y todos los momentos de la lidia. Esta afirmación de que ve claro el toreo es muy importante, porque hay muy pocos toreros que lo ven claro. Yo conozco muchos más viejos que Granero en el toreo que aún no se han enterado. Podríamos decir que no les ha entrado el toreo en la cabeza. Ocurre lo que con los aficionados"

El propio Corrochano escribe sobre la faena de Granero en la corrida de Beneficencia, en Madrid, el 10 de junio de 1921:

"(El toro).............por el lado derecho estaba de mucho cuidado. Granero se dio cuenta indudablemente de este defecto del toro, porque aunque toreó con la mano derecha, por ser con la que más domina, procuró, cuantas veces pudo, que el toro pasara por el lado izquierdo, que es por donde se podía torear mejor"

Finezas, su mozo de estoques, comenta un pase doble que ejecutó Granero, el 15 de mayo de 1921, en Bilbao, con un toro de Villamarta, de donde surgío la denominación de pase de la firma:

"Inició un pase con la derecha y antes de rematarlo, el bicho se le volvió rápido, y entonces Manolo, para vaciarlo y no ser cogido, gíró la muñeca y ligó un pase por bajo, uno de esos pases que tanta fama le dieron a Ortega..............(Fueron) pases ligados para librarse de un contratiempo"


"Don Indalecio", en La Tauromaquia en el siglo XX. Primer cuaderno. En el número 3 de los Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, pgs. 99-101, escribe:


"Sí, en seguida se vislumbra un posible sucesor de Joselito: Manuel Granero, el “che” Manolet. Pero………¿es posible que un jovencillo sin hacer y sin pareja asuma la responsabilidad de la Fiesta? No; no es posible. Y por si ya no lo era, todavía el infortunio se ceba con la muerte trágica de Granero, apenas hecha una temporada completa…………..Novillero nuevo al morir Joselito, con buenos antecedentes de becerrista, y con un tío, que era lo que entonces se llevaba, al terminar el 1920 en la feria de San Miguel de Sevilla, el día 28 de septiembre, Rafael el Gallo fue su padrino de su doctorado……………Y en 1921 toreó lo que quiso, se quedó como mandón, porque Granero toreaba, lidiaba muy bien, lo hacía todo, le había entrado el toreo en la cabeza, y había que formarlo para que el toreo no estuviera sin rey. Algún descalabro en la feria bilbaína echó un jarro de agua fría sobre los esperanzados, pero ¿quién no ha tropezado alguna vez en su vida?...................¿Qué hubiera sido de Manolo Granero, el buen torero, de haber cuajado en el suficiente número de temporadas, en esas temporadas en que los grandes toreros van para arriba? Pues……no lo se´. De muchos lidiadores que fueron y que yo vi, recuerdo perfectamente su manera de torear y su calidad. Y de Manolo se me ha ido mucho de la memoria; y hasta creo que a la mayoría de los aficionados de entonces, también. Al menos, sus evocaciones hacen poco ruido………….Y es que su rápido paso por el toreo, su demasiada facilidad para hacerse con los toros, le dejan reducido para la Historia a eso, a un torero fácil. La cornada fatal de Pocapena nos dejó con la duda de si Manuel Granero hubiera sido más."




Juan Ferragut, en el libro de El Caballero Audaz titulado Granero, el ídolo, publicado en 1922, escribe: 


“Granero era alto, fino, con una apariencia de niño flexible y precozmente desarrollado; una vaga melancolía nublaba sus pupilas; su gesto habitual era un poco extático y frió……..Vestido de paisano, era difícil adivinar en él al torero; como un buen chico de familia, un empleadito silencioso, concentrado y taciturno, se nos presentaba casi siempre…….No tenía esa instintiva y flamenca prestancia de los lidiadores andaluces. Sus manos eran, en verdad, manos de músico, […..] A mí siempre me asombraba pensar que aquel muchacho discreto, sonriente y melancólico, pudiera ser el ídolo de una fiesta bizarra y brutal. […..] Este muchacho, fino, señorial y concentrado, había nacido bajo los manes de los dioses exquisitos que tutelan el arte [….] Sensitivo y apasionado, la vida habría de resolverse para él en una emoción estética”


Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su obra Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:


Manuel Granero. El 7 de mayo de 1922 el toro “Pocapena”, de Veragua, truncó, trágicamente, la carrera brillantísima de Manolo Granero, a quien la impresionable fantasía popular elevó hasta el trono de la torería, tal vez con excesivas urgencias. De todos modos, si Granero hubiera perdurado, acaso se hubiese mantenido en tan alto asiento, porque era un fino torero, de airosa figura, inteligente lidiador, fácil y vistoso banderillero y matador seguro y hábil. Su fuerte era la muleta, con la que modeló ese medio pase en redondo con la derecha, que Corrochano llamó “el pase de la firma”, sustantivo ya en el toreo moderno. En Valencia, donde nació, reposan los restos mortales de Manuel Granero, que disfrutó, en breve usufructo, la herencia de Joselito, al que en realidad sólo se parecía en su sonrisa amarga, tal vez de predestinado…….”




Robert Ryan, en su libro El Tercio de muerte, escribe:

"Manuel Granero, el compañero de Juan Luis de la Rosa y de Chicuelo, en los inviernos salmantinos de 1916 y 1917, mientras ellos idealizaban el toreo con la izquierda, él, para torear al natural en redondo, tomaba la muleta preferentemente con su mano derecha....................Se pueden imaginar, y se pueden contemplar en las fotografías de sus grandes faenas, momentos de auténtica creación, de una línea y estética cuya modernidad los años no han menguado, además de un refinamiento siempre raro en el toreo de época..................Granero, que perdió la vida en un pase ayudado, algo de su vida dejó en el pase natural con la derecha, del cual fue el primer virtuoso en calidad de la faena completa, en redondo..................Granero fue un creador, un creador malogrado prematuramente..............Un creador que dejó en la mano derecha de la faena el pase de la firma, el pase cambiado por la espalda y el esbozo del trincherazo"

"El cambio en la cara, el cambio del pase natural al de pecho, desde siempre se inició con el diestro colocado de frente ante el toro, la muleta adelantada en el cite; partiendo de este primer tiempo, el cambio era ejecutado por delante del cuerpo del torero. Fue así hasta encontrarse Granero largamente en la cara del toro............Manuel Granero, en el desplante, aprovechaba de su posición perfilada para cambiarse en la cara, para cambiar el pase, no por delante, sino por detrás de su cuerpo: del pase natural con la derecha a un pase nuevo, cambiado por la espalda..............Al cambiar el pase por la espalda, Granero demostró su dominio, su entendimiento del terreno que pisaba y de su manera de ocuparlo, siendo en él el perfil una posición razonada, deliberadamente elegida. Fue el perfil que aportó limpieza a este cambio, construido, como toda la tauromaquia de Granero, sobre una consciente nitidez de movimiento: los pies juntos, sin moverse, inmóviles las piernas, la cintura y el busto hacia atrás, en el cite de derecha a izquierda, llevando la muleta hacia la cara del toro por el lado contrario, adelantado el dorso de la mano, para ahí incitar la arrancada y traer al toro, guiarlo, en un pase consumado a la espalda del diestro: el pase por bajo, en redondo, graduado por la cintura del diestro, por su busto, hombro y mirada en armonía con el semicírculo que traza, desde atrás, la mano, desde atrás el cuerpo vertical que marca el pase en retorno a su propia naturalidad.....................El pase cambiado por la espalda, que acentúa la faena de Granero al tercer toro de Santa Coloma corrido en Valencia el 26 de julio de 1921, fue, inicialmente, en las faenas del gran torero valenciano, un pase de recurso, como recursos fueron los cambios originarios."

El gran aficionado Mariano de la Riestra, en su libro La fiesta de los toros, escribe:

"Su desaparición fue una verdadera desgracia para el arte; llegó en un momento en que la fiesta estaba estacionada........................Era alto, mimbreño, arrogante de tipo y de elegante figura. Cara aniñada y valiente, como lo son todos los toreros valencianos; recordaba algo a Joselito, siendo más proporcionado, pues éste tenía las piernas más largas. En afición allá irían. Tan reciente la muerte de José, todos veíamos en él al torero que más dignamente podía sustituirlo. Era lidiador finísimo, sobre todo con la mano derecha; sin ser un banderillero de excepción, cabe afirmar que su afición le hubiera llevado a serlo; con la capa toreaba muy bien, y con la espada, sin ser clásico, aún era mejor. Creo que habría sido un gran competidor, tal vez con Lalanda u otro, pues reunía muchas condiciones. Fue torero muy de mi agrado"


César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:

"Cuando llegue septiembre y se doctore en Sevilla, Manolo Granero, a quien Chicuelo confirmará la alternativa en Madrid, todo el mundo taurino habrá proclamado al artista valenciano candidato más idóneo que ningún otro a la sucesión de Joselito. Figura y modos -alto, esbelto, desenvuelto-, extensión de su arte a los tres tercios de la lidia: todo le acompaña; todo, hasta la similitud en el trágico destino que le aniquila prematuramente en detrimento de la profecía.........."

"Aunque quizá erróneo -al cabo, lo vi poco-, mi juicio crítico de Manolo Granero, considerándolo, eso sí, "una promesa cierta", disentía del coro general que alzado en su loor proclamaba demasiado presto figura fenomenal y definitiva a un torero de dos años -uno de novillero y otro de matador- con el pequeño item de un para de inviernos de aprendizaje, indeciso entre su violín y su espada. Poseía, desde luego, condiciones y aptitudes insuperables. Muy buena planta. Prestancia y soltura en banderillas. Finura y templanza con capote y muleta, en especial sobre la mano derecha, de cuyo pase en redondo -barrunto del que se llamaría de la firma- dejó marca. Y corrección al matar. Pero, tierno aún, desconocía como era lógico los problemas de entendimiento y dominio, cuya solución o sorteo competen al oficio, a la experiencia. Probablemente, el caso típico de los veraguas -agotarse en el primer tercio y empujar hacia adentro en el último- lo hubiese tenido más en cuenta, y le hubiera comprometido menos después de cuajarse; luego de afianzado y consolidado el gran torero de que era promesa cierta"

"Al atravesar el andén del Prado, distinguí en un grupo de aficionados a uno que me era conocido. Le abordé, y de él oí estupefacto la primera referencia:
-¡Terrible, chico! El quinto toro, un veragua, ha matado a Granero. Y se ha suspendido la corrida sin dar suelta al sexto.............Y otro conocido me amplió el suceso:
-El quinto toro, de Veragua, Pocapena de nombre, llegó fuerte a la muleta y apretando mucho para adentro. Prendió en un pase al torero y, derribándole, le corneó contra las tablas. Se vio clavarle el pitón en la cabeza por la sien, por un ojo.......El público, consternado, recibió la clara impresión de una cogida mortal. La Rosa, director de lidia, había pasado a la enfermería. Y Marcial fue el primero en llegar al quite y logró en su porfía con el capote llevarse al toro, pero cuando ya había éste hecho el daño irreparable. Varios espectadores increparon a Marcial. Mas lo cierto es que a nadie le hubiera sido posible arrebatarle al toro su presa en tan brevísimo instante, dentro de un terreno tan propicio a su codicia.................. De este incidente se derivó un ambiente de hostilidad hacia Marcial en Valencia. No obstante, la verdad se abrió paso, y Valencia fue escenario del desagravio y de triunfos innúmeros................El parte facultativo que antes de doblar el Pocapena, muerto por Marcial, llegó a la presidencia consignaba que "el diestro Manuel Granero había ingresado cadáver"..........En medio de una intensa emoción, el presidente se levantó de su asiento suspendiendo la corrida............Y el trágico fin del torero, tan joven, tan guapo, tan artista, afligió a la afición y a todo el mundo. El Caballero Andaluz, ayudado de Juan Ferragut, escribió un inspirado folleto: Granero, el ídolo"


Andrés de Miguel y José Ramón Márquez, en su libro Adiós, Madrid, escriben:

"..............en el número 4 de la calle de Alcalá se encontraba el estudio del fotógrafo Kaulak. Allí se retrató Manuel Granero, por primera vez en la vida del diestro, la víspera de la corrida en que el toro Pocapena, negro listón de Veragua, le produjo la espeluznante cogida que le ocasionó la muerte el día 7 de mayo de 1922, haciendo buena aquella letra cantable que decía:

"Granero, cuando toreas
en la Plaza de Madrid
te dicen las madrileñas:
-Granero, vas a morir"

Se dijo entonces que el haber accedido a ser retratado fue quizás un augurio de mala suerte. Al día siguiente de la cogida, el fotógrafo colocó en la puerta del estudio grandes ampliaciones de las fotografías que había obtenido del diestro valenciano la tarde anterior, antes de ir a la plaza, adornadas con crespones negros ante las que se congregó innumerable público. La cogida de Granero, que fue retratada por el fotógrafo Baldomero, causó tan honda impresión en los aficionados que la contemplaron que hubo alguno, como el propio criador del toro, el Duque de Veragua, que no volvió ya nunca más a su localidad en la delantera de la andanada del 1"



Extraigo algunos comentarios que Manuel Granero le hizo al periodista José María Carretero, más conocido con el pseudónimo de El Caballero Audaz, en su obra El Libro de los toreros:

"De niño, no recuerdo sino mis novillos en el colegio, para jugar al toro con los amigos. Por cierto que la primera vez que fui a una corrida con mi familia, mi pobre padre me dijo: "Yo quiero que mi niño sea un torero como Bombita"................."De muy pequeño me tiré a la plaza de Valencia y lanceé con el babero............Mi padre se llevó un gran disgusto y me echó una bronca fenomenal. Por entonces me puso profesor de violín: don Benjamín Lapiedra.............La música me gustaba muchísimo. Como que de no haber toros, yo sería violinista"..................."Gracias a mi tío y a mi voluntad logré vencer la resistencia de mi padre.............Toreé en dos becerradas y vine a Salamanca, donde encontré protectores y amigos...........En aquellos campos me ejercité en todas las suertes del toreo................En mí, el toreo es un fanatismo. Sueño y vivo para mi arte"......................"Todas la suertes tienen su encanto.........Lo principal es que haya toros.............Yo banderillero por los dos lados; pero sólo en los toros que se arrancan bien me gusta hacerlo............¡Hay que estudiar mucho los toros! Un descuido o una arrancada nerviosa de un bicho, lo estropea todo"..................."Lo más difícil es el momento de matar, de irse sobre el bicho"....................."El pase natural es el más difícil y el más expuesto............Para castigar al toro no hay nada como la trinchera, o sea, el pase ayudado por bajo................El de pecho es casi siempre forzado, cuando el toro da una arrancada. Ahora, lo importante es apoderarse del toro en los cuatro primeros muletazos. En esto Joselito era muy grande ¡Un fenómeno!"..........................."Yo tenía por Joselito una admiración extraordinaria............esa admiración estuvo a punto de quitarme de torero...............Cuando yo empezaba en tentaderos y becerradas, José y Belmonte eran los amos del toreo.............Yo los vi, y no tienes idea de cómo luego, cuando reflexionaba a solas, me pesaba ese recuerdo.............Yo me decía que había, por lo menos, que igualar a los dos colosos. ¡Y era esto tan difícil! ¡Yo, un muchacho valenciano, desconocido, aspirar a codearme con los dos gigantes andaluces!"......................"Mi mayor aspiración en la vida es ser feliz, sea como sea, cueste lo que cueste"















Manuel Martínez Solaz, El Tigre de Ruzafa, nació en Valencia, en el barrio de Ruzafa, el 26 de julio de 1897. Tomó la alternativa en Madrid, el 21 de septiembre de 1924, de manos de Valencia II, que le cede el toro Lisonjero, de Guadalest. Se retiró de los ruedos en Valencia, el 25 de abril de 1948, despachando reses de Concha y Sierra. Falleció en Benimamet (Valencia) el 10 de marzo de 1966.


"Don Indalecio", en La Tauromaquia en el siglo XX. Primer cuaderno. En el número 3 de Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, pgs. 115 y 116, escribe:

"Nació en el barrio de Ruzafa, en Valencia, el 26 de julio de 1897, en plenas fiestas de la “terreta”. Era buen estoqueador, tenía mucha quietud para torear de capa y se defendía con la muleta. A pesar de esas buenas condiciones, la falta de personalidad y alguna gravísima cornada en el momento más necesario para coger sitio, le dejaron sin aspiraciones……..Tomó la alternativa en Madrid el 21 de septiembre de 1924, con Valencia II de padrino. Y poco a poco, hasta 1936 en que se sostuvo en el escalafón, fue camino del olvido torero."


Cossío escribe:

 "Manolo Martínez ha dejado el recuerdo de su valor en los años en que se colocó como novillero y en los primeros de matador. Era torero de escasa calidad, y por ello y por su valor destacó en la suerte de matar"

Néstor Luján escribe:

 "Manuel Martínez es un estoqueador que no tuvo otra condición que su valentía. Su trasteo de muleta era atribulado y sin lucimiento, y con la capa carecía de la necesaria elegancia, por lo cual duró poco su boga como matador de toros"















La alternativa tuvo lugar en corrida celebrada en Madrid el 17 de Septiembre de 1921.











Victoriano Roger Serrano, Valencia II nació en Madrid el 18 de diciembre de 1898. Siendo niño entró de monosabio en la plaza de Madrid, actuando en ese puesto durante ocho años.

El 15 de marzo de 1916 toreó por vez primera una novillada en la plaza de Vista Alegre, en Carabanchel, alternando con Francisco Torres y Juan Luis de la Rosa. El 31 de diciembre del mismo año hizo su presentación en la plaza de Madrid.

En 1918 actúa en la plaza de Tetuán de las Victorias, sobresaliendo por su valor. Reapareció en la plaza de Madrid el 6 de abril de 1919. En los años siguientes se convierte en uno de los novilleros punteros más solicitado.

Tomó la alternativa el 17 de septiembre de 1921 en Madrid, de manos del infortunado Manuel Granero, que le cedió la muerte del toro Cigarrito, de la ganadería de don Narciso Darnaude.

"En 1922 y 1923 sus actuaciones -nos comenta Fernando Vinyes, en su libro México, diez veces llanto- son todas en plazas de primera categoría y muy lucidas. Repecto al año 1924 cabe señalarse la corrida del 19 de junio en Sevilla. Al finalizar aquella temporada vino a México, donde logró excelente cartel. En 1925 toreó 29 corridas y 38 en 1926, recibiendo una grave cornada en Madrid el 15 de julio...........En los años siguientes aumenta el número de corridas, que es de 46 en 1929. En 1930 toreó sólo 18 corridas, marchando después a Venezuela. A su regreso, en 1931 decidió retirarse de la profesión"

Valencia II fue una de las primera víctimas de la Guerra Civil. Murió asesinado durante el trágico año madrileño de 1936, el 18 de diciembre, en la carretera de Hortaleza.


Adolfo Sánchez Carrére, en la colección "Los triunfadores del ruedo", escribe sobre Victoriano Roger Valencia II, "El chato que no se apura":

Impresión final (Pgs 29 y 30)


“Más de una vez, en la Plaza madrileña, habíamos presenciados la visible hostilidad de una gran parte del público hacia Victoriano Roger, “Valencia II”, cuyas valiosas y valerosas faenas eran, por lo general, acogidas con indiferencia, cuando no con denuestos y chanzas. Al tratar de inquirir el origen de tan injusto comportamiento, nos aseguraron que estaba muy puesto en razón, porque según la opinión de algunos que pasaban por “enterados”:

-Se lo merece –decían-. Es un vanidoso.

-Y un presumido.

-No se trae más que desplantes.

………….Bien pronto me convencí de que tales afirmaciones, sólo tenían por base la caprichosa murmuración de quienes gozaban labrando falsas reputaciones………El “Chato”, como vulgar y cariñosamente le llaman sus muchos admiradores, es humilde, es generoso, es afable, es modesto, muy modesto.”



César Jalón, en sus Memorias de Clarito, se refiere a José Roger Serrano, Valencia I, en los siguientes términos:

"José Roger, el primero de los Valencia, primogénito del viejo peón del Espartero, a quien vi desafortunado hace años en una novillada de Olea en la que un novillo, mogón del derecho, le pegó tres cornadas a Gaspar Esquerdo con el pitón defectuoso...............Valencia I se oscureció entonces para reaparecer en 1918 y acreditarse de buen torero -de buen oficio- y excelente matador. Mas al tomar la alternativa, de nuevo perdió tono y bajó de forma"

Cossío escribe:

 "Fue Valencia II un torero de los llamados cortos, porque, en efecto, no era largo su repertorio. Valentísimo, uno de los más valientes que yo he conocido, en esas horas anteriores a la corrida en que poquísimos ánimos se libran de la preocupación. No era su estilo depurado, había poca belleza, poca estética de arte en la ejecución de las suertes, pero había una gran cantidad de valor, de guapeza, de prestancia torera que llegaba mucho al público, estremeciéndole tanta arrogancia. Con el capote mandaba mucho, llevaba al toro muy toreado, embebido en el capote, por eso le pasaba siempre a escasos milímetros de distancia, rozándole materialmente, y él veía pasar la fiera, impávido, con la seguridad del dominio. Fueron famosas sus verónicas y sus medias verónicas; en estas últimas se enroscaba materialmente el toro a la cintura, viéndose en algunos instantes a la par los pitones y la penca del rabo, y en medio, gallardamente, la figura del torero. Con la muleta en la mano derecha toreaba con mucha eficacia y no poco adorno. El defecto de no torear con la izquierda lo suplía con sus perfecciones con la otra mano..............Con el estoque era, en general, seguro; para ésto disponía de su valor, claro que también sin depurado estilo, pero cortó muchas orejas"


Néstor Luján escribe:

 "Victoriano Roger, Valencia II, fue un torero corto, sin estilo ni arte ni otra cosa que un valor despellejado, en llaga viva. Su ánimo no se quebró jamás, ni ante las catorce espantosas cicatrices que surcaban su cuerpo, ni delante del triunfo de un compañero. Exhibió un arte de una violencia insolente, que picaba a sus alternantes y les obligaba a aceptar combate. Su estilo de capa, endurecido y tenso, sus medias verónicas que curvaban al toro, sus muleteos fragosos con la mano derecha, su brutalidad al entrar a matar y, sobre todo, su codicia de triunfo. Se mantenía en cartel cada temporada, hasta que el cornadón inevitable lo retiraba por unos meses"


César Jalón, en sus Memorias de Clarito, escribe:

"Torero de buen diente, que lo hinca a todas las corridas sin ascos ni reparos y que espuela y acicate de sus compañeros, altos y bajos. Corto, parece largo. Sus ceñidas verónicas, su remate -los pies atornillados al suelo y el toro fajado a la cintura-, su decidido y atinado estoque, encubren la manquedad izquierda y la poca extensión de la diestra muleteras. Y resiste hasta los años treinta -en que declina- sin cansarse del esfuerzo ni dolerse de los cuantiosos percances"



Jorge Laverón, en su Historia del Toreo, escribe:



Victoriano Roger, Valencia II fue un torero valentísimo y de gran entrega. Gozó siempre del cariño del público de Madrid. Destacó su toreo a la verónica y sobre todo la media verónica. Con la muleta toreaba mejor con la derecha que con la izquierda. Aunque sin un estilo depurado, mató muchos toros a volapié con gran efectividad, lo que le valió cortar orejas y rabos”


"Don Indalecio", en su La Tauromaquia en el siglo XX, Primer cuaderno. En el número 3 de Cuadernos Taurinos, dentro de la colección Grana y Oro, pgs. 103 y 104, escribe:


"Este chato madrileño nació el 18 de diciembre de 1898. Fue muy valeroso, con una personalidad que le daba el enardecido arrojo, siquiera todo lo que hacía con capote y muleta tenía muchos distingos, y fue uno de los precursores del pechugón sobre el costillar y de la taleguilla ensangrentada. Con la torería de su hermano Pepe y con su valor, pudo hacerse uno solo y gran torero………..El 17 de septiembre de 1921, Manolo Granero le dio la alternativa en su propio pueblo, con un toro de Darnaude; y en las temporadas sucesivas sumó más de cuarenta corridas. Descendió de esa cifra en 1930, y los aficionados dieron su voto de que sólo con valor espectacular no se vive……..Gestos de guapeza en los ruedos no lo hacían simpático a todos los espectadores, y entre esos espectadores no había que excluir a sus paisanos……….El 18 de diciembre fue asesinado por los rojos en el pueblo de Hortaleza (Madrid)."


Carlos de Larra, más conocido como "Curro Meloja", en su obra Grandes maestros de la Tauromaquia, escribe:


“Victoriano Roger Serrano, Valencia II. Otro hijo del banderillero “Valencia” y hermano del matador de toros del mismo apodo. De todos los “Valencia” el que más lejos consiguió llegar en el toreo, del que fue primera figura durante varios años. Poseía un valor formidable, que le permitía torear parado y ceñidísimo, sobre todo con el capote, llegando a ser una notabilidad en sus inimitables medias verónicas, en las que materialmente se liaba el toro a la cintura; con la muleta, aunque casi sólo la usaba con la mano derecha también se arrimaba mucho, pero tenía menos arte que con el capotillo. Era un matador muy valeroso que ejecutaba el volapié entrando en corto y muy por derecho, pero con el grave defecto de llevar la muleta muy alta en el momento del cruce, lo que hacía que los toros no humillasen lo suficiente para llegarles bien al morrillo, por lo cual, pese al buen arranque que daba a la suerte, no lograba grandes estocadas sino contadas veces. Fue primero monosabio de la Plaza de Madrid, donde después se formó como torero y dio sus mejores tardes. El último día del año de 1916 mató con éxito un novillo………..Pronto fue el novillero predilecto del público madrileño…………….pues el”Chato”, como familiarmente le llamaban sus amigos, era un torero emocionante, de los que llegan fácilmente a las masas………….El 18 de diciembre de 1936 murió asesinado en las afueras de Madrid………..En la progresiva baja que sufrió su papel de buen torero a partir de 1930, influyó considerablemente el mal estado de su vista, que tenía muy delicada desde años antes, lo que le obligaba a llevar constantemente gafas negras, que sólo se quitaba para torear. En eso, por lo menos, fue “Valencia II” precursor de “Manolete”. Y en toda su vida, como en su muerte, Victoriano Roger fue nada menos que todo un hombre”

 



Fernando Claramunt, en su libro Los toros desde la psicología, tras una conversación con Victoriano Valencia, pone en boca del torero las siguientes palabras:

"Mi madre tuvo dos hermanos toreros: José Roger Serrano y Victoriano que hizo famoso el apodo de Valencia II. Era muy echado para alante. No se dejaba llevar la contraria por nadie. Ya sabes que al comenzar la guerra civil obligaban a saludar a todos los toreros en los festivales con el puño en alto en la zona republicana (en la otra zona también, con el otro saludo). Bueno pues mi tío, en el centro del ruedo, extendía la mano. Imagínate la que se armaba. Él, feliz. Rafael el Gallo por aquellos días alternó con él y le dijo: "Por Dios, Victoriano, cierra el puño que éstos nos van a matar"..........."No se preocupe, maestro, -decía mi tío-, yo hago esto por el sol, no por la política".................Al poco tiempo, ya sabes, lo fusilaron. Lo llevaban al paredón atado con alambres las manos a la espalda; a mordiscos consiguió herir de importancia a varios de los que le conducían a morir"

"Casta en mi dinastía la hay a raudales. Los aficionados saben sobre todo anécdotas de mi tío Valencia II, sobre todo aquella cornada en que cuando se lo llevaban a la enfermería echaba sangre de su herida con la mano a los que le habían increpado un rato antes: "Toma, sangre del Chato", les gritaba"




Domingo Delgado de la Cámara, en su libro Revisión del toreo, escribe:

"Victoriano Roger, es decir, Valencia II. El Chato, como le llamaban, no es que fuera valiente, es que era temerario. Estaba más en la cama del hospital que en las plazas. Además, este torero es muy interesante porque, no sólo era un valiente a carta cabal............sino que, además, fue un clarísimo precursor de lo que después se llamaría "toreo tremendista". Su puente trágico, es decir, una especie de verónica con los brazos completamente plegados al cuerpo, se convertía en un auténtico amasijo con el toro. Su quehacer con la muleta era idéntico: toreo muy codillero y con el toro siempre muy pegado al cuerpo. Es el claro antecedente del encimismo de Carlos Arruza"

"El Chato terminó  mal. Era falangista cuando nadie lo era, es decir, antes de 1936. Y la guerra le sorprendió en Madrid. El ejército del Frente Popular le invitó durante los primeros días de la guerra a torear un festival en la plaza de Madrid. Al finalizar el paseíllo debían las cuadrillas saludar con el puño cerrado. A Victoriano no se le ocurrió otra cosa que hacer el saludo romano, es decir, el que hacían los falangistas. "Victoriano, por Dios, que nos van a matar", le suplicó Rafael el Gallo, que toreaba también. Efectivamente.  A los pocos días subieron al Chato a un camión y le dieron el paseo en las tapias del cementerio de Fuencarral. Por cierto, allí cortó la última oreja: la que arrancó de un mordisco a un miliciano cuando le iba a fusilar. Genio y figura............"