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MEDIAS VERÓNICAS ANTIGUAS. EVOLUCIÓN




Son versos que hizo un torero.
Como toreaba muy poco,
le dio por escribir versos.
Me dicen que estaba loco.
..................................
...................................
La luna, cuarto menguante,
con cornamenta de vaca.
¡Media luna en cielo negro,
media verónica blanca!

Felipe Sassone. De Tauromaquia celeste
 

Uno, dos, tres, siete lances,
columnas de un monumento.
No se deshaga en romances.
Que no se lo lleve el viento.
Falta la cúpula alta,
la rotonda que se exalta
sobre la teoría jónica.
Y la torera cintura
-flor de elegancia- clausura,
pura, la media verónica.

                     Gerardo Diego. Media Verónica. Del libro La suerte o la muerte



He pensado
que usted, en su barrera, me observa con agrado.
Me ve cargar la suerte y jugar bien las manos,
lo que no es muy frecuente entre nuestros hermanos.
Disfruta con los plagios con que le doy salida
a este toro con guasa del hierro de la vida.
Y aunque mi repertorio es corto y sin alardes,
puedo estar en poeta, al año, algunas tardes.
Por eso le he copiado -para usted, don Manuel-
esta media al gitano, de Paula, Rafael.
Venida de muy lejos, mientras me quedo quieto,
oscura, lente y única. Para usted, de su nieto.

Carlos Marzal. Media verónica para Don Manuel Machado
 






Es Belmonte el que nos intenta transmitir sus sensaciones, al ejecutar una media verónica :

 "Llegó un momento en que me sentí envuelto en toro, fundido con él..........Guardo la impresión que el toro era una masa moldeable que se plegaba al inverosímil arabesco de mi cuerpo y mi capote"

Según los estudiosos el nombre de la suerte era conocido de antiguo, pero apenas tenía relación con el lance actual.  Así, Orts y Ramos, en su tratado El arte de ver los toros, nos dice que la media verónica era el capotazo "a dos manos que emplea el matador en los quites, y aun en otras circunstancias, para sacar al toro de un punto determinado, tirando de él, con lances por ambos lados, que tiene cierta semejanza con las verónicas, pero se queda a media ejecución, puesto que el toro no acaba de pasar"

En la misma línea escribe Robert Ryan, en su obra El Toreo de capa:

"La media verónica moderna poquísimo tiene que ver con el capotazo por delante denominado de la misma manera en el toreo antiguo. En realidad aquel capotazo no llegaba ni a una cuarta de verónica, siendo una suerte marcada en el aire por un torero que retrocedía", y añade: "Fue Manuel García el Espartero, al ajustar el recorte a su toreo parado, el primero en ejecutar lo que es en el sentido moderno una media verónica: un lance recortado, plegado en mitad de la dimensión completa de la verónica...............Este recorte fue característico al toreo de capa de Ricardo Torres Bombita"

 "Si la media verónica tuvo un precursor en el Espartero, en Juan Belmonte tuvo un auténtico creador, ya que brota de su toreo por verónicas, formando parte del legado que trajo su singular quietud.......................Belmonte, al interrumpir el toreo por verónicas no buscó alivio a la manera antigua, con una larga, sino creó sobre la pausa de su propio lance, de su verónica, recogiéndola en su mitad y plegándola, dentro de su propia órbita. En su media, Belmonte remataba la suerte sobre la mano de adentro, recogía la verónica suavemente entorno a sí, plegando su mitad sobre la cadera mientras la suerte se cerraba hacia su espalda, el toro frenado por su propia fuerza replegada en la capa...................Belmonte solía irse del toro por camino del toreo antiguo. Por tanto enroscarse de toro, Belmonte, al terminar la media, solía hallarse envuelto con su capa como en el antiguo recorte del molinete y, a la manera del molinete se iba del toro girando en sentido contrario a la embestida, girando, a veces, casi dentro del toro al meterse en su costillar; un remate que ya no era media sino círculo completo de un doloroso crujido"

"Después de Belmonte, los veroniqueadores darían expresión a la media verónica, cada uno de manera acorde con su interpretación personal del lance completo, mas las huellas que pisarían........serían las profundísimas que en ella dejara Antonio Márquez................Este gran artista, representa en la verónica moderna, y sobre todo en la media, una cumbre de desapasionado equilibrio. Fue creador de un estilo modélico, no en profundidad, no en despaciosidad, que jamás arrastró ni la verónica ni la media, sino en calidad de armonía, de medida y de forma. Los lances de Antonio Márquez, ejecutados en el terreno que pisó Belmonte, aportaron a la nueva quietud una esbeltez clásica y atrayente...................Antonio Márquez eliminó de la media verónica aquella inmensa carga de angustia belmontina, suprimió el gesto torturado............Su media aportó al toreo una simetría sólida y perfecta, construida de un estoicismo inspirado, arquitectónico............"

"En la media verónica, hincaron las dos rodillas estilistas tan finos como Pepe Ortiz y Jesús Solórzano y casi todos los capotistas de acentuada entrega, con una gallardía impresionante Ignacio Sánchez Mejías...........Ha sido Marcial Lalanda el maestro arrodillado por excelencia, en el cambio, en la verónica, la media verónica, e increíblemente la gaonera"

"Al rematar el toreo por verónicas, hay temporadas en las cuales la media verónica parece que pasa de moda, mas son temporadas que pasan, no la media, que jamás pierde su primacía, sino todo lo contrario, que siendo media tiene la jerarquía de una verónica completa, que siendo media es en ella posible toda la hondura de la verónica y una despaciosidad rota, angulosa"

"Hay toreros de capa, que en la tradición belmontina emplean la media verónica como firma. En ellos la media adquiere una calidad estilística, delgada y fina en la caligrafía de Manolete, el último gran creador, creador de un perfil, en la media verónica"


Domingo Delgado Cal, en su libro Del paseíllo al arrastre, escribe:

"La media verónica es a la verónica lo que el pase de pecho al natural, su lógica consecuencia. Es una verónica que muere súbitamente en la cintura, dejando clavado al toro y dando la posibilidad al torero de marcharse garbosamente..................Las interpretaciones básicas de la media verónica son la de Manolete y la de Belmonte. La de Manolete es la consecuencia de las interpretaciones de Antonio Márquez y Victoriano de la Serna, que la dan inspirándose en Belmonte, pero sin tanto barroquismo y con más verticalidad. Manolete despoja a esta media verónica de cualquier resto belmontino y la verticaliza al máximo. Es la simplificación y la esquematización de la media verónica. Manolete se colocaba a pies juntos y completamente frontal al toro, hurtando el capote al toro cuando éste ha llegado a la cintura. La interpretación de la media verónica de Manolete está en consonancia con la interpretación de todo su toreo: estoicismo y verticalismo esencial. Es el contrapunto a la media verónica rota y curvilínea de Belmonte, que, más que frustrar la verónica a mitad de recorrido, da una entera que se pliega y se ciñe en la espalda del torero.............Nada más curvo en el toreo............Nadie ha dado la media verónica como Belmonte"


Juan Posada, en el libro Todas las suertes por sus maestros, de José Luis Ramón, escribe:

"Para mí, la gloria del toreo capotero es la media verónica. Cuando, igual que al matar, pierdes de vista los pitones, si es que eres capaz de enroscarte el toro a la cintura............Es "jipío" que, en último esfuerzo, cierra el violento encuentro hombre-toro del comienzo de la lidia.............."


En los Cuadernos Taurinos, publicados por la Diputación Provincial de Valencia, se lee la siguiente descripción de este lance:

 "Media verónica es el remate natural de la verónica.......Se realiza iniciándola de la misma forma que la verónica, pero en lugar de llevar el toro largo, cuando apenas ha sobrepasado el cuerpo del torero este recoge el capote sobre un costado obligando al toro a "enrocarse" a su cuerpo. Admite las misma variantes que al verónica, es decir se puede dar cargando la suerte, a pies juntos, de frente, de rodillas."